En Latinoamérica cada día mueren asesinadas nueve mujeres. Y esta terrible cifra puede ser solo la punta del iceberg. En el caso de México, menos del 10% de los delitos se denuncia, muchos Estados ni siquiera cuentan los feminicidios y las incluyen en el cómputo general de los homicidios. En Colombia ocurre algo similar, la cifra de víctimas se reduce a niveles europeos cuando registran solo aquellos casos en los que el agresor era una pareja. En Argentina, del total de mujeres asesinadas en 2017, menos de un 10% había puesto una denuncia. Los datos oscuros de la violencia de género planean sobre una región que ya es lo suficientemente mortal y se ha convertido en la zona más peligrosa del mundo para las mujeres.