Discursos

ALEJANDRO FOXLEY, CANCILLER DE CHILE
INTERVENCIÓN DEL CANCILLER DE CHILE, ALEJANDRO FOXLEY, SOBRE "LA GOBERNABILIDAD Y EL DESARROLLO EN LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO" EN LA XXXVI ASAMBLEA GENERAL DE LA OEA

5 de junio de 2006 - Santo Domingo, República Dominicana


Quiero iniciar estas palabras expresando nuestra gratitud al pueblo y Gobierno de la República Dominicana, por su hospitalidad y la muy buena organización de esta Asamblea. Quiero también expresar nuestro aprecio por el excelente informe que entregó ayer el Secretario General respecto de las tareas que la OEA ha desarrollado estos últimos doce meses. Aplaudimos ese resultado y deseamos lo mejor para esta organización en el futuro.

El tema que hoy nos ocupa es cómo mejorar la calidad de las democracias y la gobernabilidad. Voy a hablar fundamentalmente de tres puntos, porque creo que son tres las tareas principales que tenemos. La primera es reducir las desigualdades en América Latina; la segunda, generar empleo de buena calidad, y la tercera, aprender a cooperar entre todos para innovar, para tener economías más inteligentes y mejores oportunidades para nuestros pueblos.

Las desigualdades penan en América Latina, y lo hacen por encima de la democracia, porque las desigualdades generan un sentimiento de injusticia y de frustración. Camino a esta Asamblea, en el avión, leía en la prensa internacional un informe que explicaba por qué los países del norte de Europa habían logrado la gobernabilidad y estabilidad política que hoy tienen. Y lo que se señalaba era que el tema de la desigualdad había sido abordado en esos países, observando lo que pasaba en el ciclo de vida de las personas. Así, para romper la maldición de las desigualdades, había que generar una movilidad desde abajo, es decir, lograr romper la cadena en que el ingreso de los hijos no necesariamente reprodujera lo que ganaban los padres, cuando éstos pertenecían a los sectores más pobres de la población.

Este estudio agregaba que, desde 1950, los países nórdicos, al concentrar un esfuerzo fundamental de carácter social en el segmento más pobre, y particularmente en los niños, habían logrado que ellos, hoy adultos en un 80%, salieran permanentemente de la pobreza y tuvieran acceso a buenos empleos. La clave consistía en dos elementos fundamentales: el primero, la calidad de la educación, desde la cuna hacia arriba (cuidado infantil, educación preescolar de buena calidad en los niveles que siguen). El segundo, la capacidad de focalizar y concentrar el gasto público en aquellas tareas que permitían reducir la pobreza y mejorar las expectativas de vida de la población. Menciono esto porque, tal vez, en ello hay dos pistas importantes para entender el camino que debemos seguir en esta materia.

Relacionado con lo anterior, creo que América Latina resiente su gobernabilidad cada vez que tenemos un ciclo económico externo que amenaza la estabilidad y que genera una percepción de inseguridad económica en nuestra población. Me parece que para enfrentar este problema y fortalecer la gobernabilidad, tenemos que plantearnos la construcción de una red de protección social que reduzca los riesgos principales que afectan a las personas y las familias en las distintas etapas de su vida. En los niños, debemos aumentar la capacidad cognitiva; en los adolescentes, disminuir la deserción escolar y, por consiguiente, la delincuencia en la vida adulta. Debemos construir un sistema de seguridad social que tenga cobertura de verdad universal y seguros de salud y desempleo que permitan enfrentar los "shocks", sin que la gente caiga violentamente, incluso en los sectores medios, bajo la línea de la pobreza. Por lo tanto, nuestras preocupaciones deben ser la calidad de la educación, el gasto social en los sectores más pobres y una red de protección social.

Sin embargo, la gobernabilidad no será posible si no somos capaces de generar empleos de mejor calidad. Para eso necesitamos, en primer lugar, expandir los mercados en nuestras pequeñas economías. Aquí el comercio juega un rol fundamental, razón por la cual apoyamos el G20, el destrabamiento de la Ronda de Doha y la facilitación del acceso a esos mercados. Queremos también, en segundo lugar, una economía más diversificada. Yo diría economías más inteligentes, es decir, economías que premien el talento y la capacidad emprendedora de su gente, y para eso no hay fórmulas mágicas. La innovación y la creatividad no ocurren si los distintos actores públicos y privados no aprenden a cooperar, a construir redes en que se comparta el conocimiento y la capacidad de gestión, en donde se creen nuevas formas de interacción. Y lo que vale para las empresas y para los países en la economía globalizada, vale también para esta región de América Latina.

Si América Latina quiere encontrar un lugar en este mundo globalizado, tenemos que construir nuevas formas de interacción, tenemos que integrarnos de verdad, no para dominar, sino para unir, para encontrar nuestro lugar en el mundo, para competir y descubrir en qué nosotros, los latinoamericanos, podemos ser mejores y alcanzar los niveles del este de Asia y los del este de Europa, los de la China y los de la India.

En el mundo globalizado, no es verdad que lo que gana un país en una región lo gana a expensas de otro país en esa misma región. Lo que tenemos que hacer es construir gradualmente convergencias, confianzas, trabajo en común, como lo hizo Europa en su proceso de integración, más exitoso, por cierto, que el de América Latina.

La convergencia, y aquí termino, se construye reconociendo que no todos los caminos son iguales, respetando las opciones y las identidades de cada pueblo, sin intervenir en los procesos de otros, sin descalificar a nadie porque escogió un camino distinto. Se trata de poner buena voluntad para construir agendas comunes, para trabajar consensos básicos. Insisto, el tema central de América Latina mirando al futuro, no consiste en si vamos a ser capaces o no de sobrevivir, sino de tener un perfil, una personalidad, una capacidad competitiva, en poner nuestro sello en el mundo global, trabajando fundamentalmente a partir de una unidad en la integración.

Gracias.