Oficina de Prensa de la CIDH
Washington, D.C.- La CIDH conmemora el día internacional del derecho a la verdad en relación con violaciones graves de los derechos humanos y la dignidad de las víctimas poniendo de relieve la necesidad de abordar el envejecimiento de las víctimas y sus familias en los esfuerzos por construir memoria, conocer la verdad y lograr justicia.
Desde los años 60, la CIDH documenta y denuncia contextos de graves violaciones a los derechos humanos en la región americana, ocurridos en situaciones de dictaduras, quiebres democráticos y conflictos armados. En este tiempo, la Comisión ha podido impulsar y acompañar las respuestas a las vulneraciones de los derechos humanos a través de iniciativas de memoria, la conformación de comisiones de la verdad, procesos judiciales contra perpetradores, la instalación de programas de reparación y de otros mecanismos de justicia transicional.
Muchos de los procesos mencionados han sido extremadamente largos, y tienen como rasgo común el paso tiempo desde las violaciones cometidas, lo que se refleja en el envejecimiento y muerte de las víctimas y familiares sin conocer verdad y justicia, mientras han dedicado tiempo y recursos a la reivindicación de una reparación integral en una lucha de años y, a veces, décadas. La CIDH observa que ello impacta en diferentes dimensiones a sus proyectos de vida y de su núcleo familiar. En el día internacional del derecho a la verdad, la Comisión Interamericana urge que los Estados prioricen los esfuerzos en las políticas de esclarecimiento y búsqueda de la verdad, de modo a evitar el paso del tiempo como un factor de impunidad y obstáculo a la reparación integral de las víctimas.
Por otra parte, los procesos de memoria, verdad y justicia también deben ser construidos tomando en consideración el envejecimiento de las víctimas y sus familiares como parte del horizonte temporal para su ejecución. La invisibilización del envejecimiento en las políticas de memoria, verdad y justicia es una práctica de discriminación por edad –o edadismo– que debe ser transformada.
Un objetivo primordial de los procesos de memoria, verdad y justicia es que las víctimas de violaciones a los derechos humanos y sus familias puedan acceder a la reparación y la reivindicación de sus derechos en vida, mitigando el dolor y sufrimiento soportados. Los efectos del esclarecimiento de hechos vulneratorios de derechos humanos no poseen únicamente una finalidad simbólica o lección histórica, también se trata de procesos restitutivos del derecho a la integridad personal de las víctimas de graves violaciones a los derechos humanos y sus familiares que constituye una obligación de derecho internacional de derechos humanos. Es importante asegurar que la edad no agrave la condición de víctima, por el contrario, es necesario un reconocimiento que valore sus trayectorias de vida y lucha por los derechos humanos son positivas para la sociedad.
Cuando los procesos de justicia y verdad son demorados o interminables se recrudecen los efectos perniciosos de una violación a los derechos humanos. En estos términos, la CIDH alienta a los Estados a que establezcan canales de participación de las víctimas de violaciones a los derechos humanos y sus familiares procurando que se facilite el acceso a espacios deliberativos intergeneracionales que incluyan a las personas mayores y sus necesidades de justicia y reparación. Asimismo, los procesos de verdad y justicia deben ser sensibles a la diversidad cognitiva de las personas que participan del mismo, especialmente de personas mayores que requieren ajustes razonables para ejercer su participación efectivamente. En ese sentido, la CIDH hace un llamado a que los Estados ratifiquen e implementen la Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores como un instrumento de reconocimiento, protección, promoción y garantía de los derechos de las personas mayores.
Finalmente, la CIDH llama a los Estados a que los sistemas de reparación de personas que han sido víctimas de graves violaciones a los derechos humanos sistematicen y difundan información sobre los efectos de diferente naturaleza que dichas vulneraciones acarrean en particular, en la salud física y mental. Conocer los impactos de las violaciones a los derechos humanos en la vida y el envejecimiento de las víctimas permitirá a los Estados proponer planes de reparación con base en evidencia y sin sesgos edadistas.
La CIDH es un órgano principal y autónomo de la Organización de los Estados Americanos (OEA), cuyo mandato surge de la Carta de la OEA y de la Convención Americana sobre Derechos Humanos. La Comisión Interamericana tiene el mandato de promover la observancia de los derechos humanos en la región y actuar como órgano consultivo de la OEA en la materia. La CIDH está integrada por siete miembros independientes que son elegidos por la Asamblea General de la OEA a título personal, y no representan a sus países de origen o residencia.
No. 046/23
9:00 AM