Discursos

JOSÉ MIGUEL INSULZA, SECRETARIO GENERAL DE LA ORGANIZACION DE LOS ESTADOS AMERICANOS
PALABRAS DEL SECRETARIO GENERAL DE LA OEA EN LA REUNIÓN DE MINISTROS DE RELACIONES EXTERIORES CON REPRESENTANTES DE LA SOCIEDAD CIVIL

3 de noviembre de 2005 - Mar del Plata, Argentina


Señor Rafael Bielsa, Ministro de Relaciones Exteriores de Argentina

Señor Jorge Taiana, Secretario General del Ministerio de Relaciones Exteriores de Argentina

Señores Ministros de Relaciones Exteriores y Jefes de Delegación de los Estados miembros de la OEA

Embajador Albert Ramdin, Secretario General Adjunto de la OEA

Señor Director Secretaría de Cumbres de la OEA

Señora Coordinadora Foro Participación de la Sociedad Civil en la IV Cumbre

Señoras y señores representantes de la sociedad civil

Quisiera en nombre de la Organización de los Estados Americanos darles la bienvenida a esta reunión entre los Ministros de Relaciones Exteriores, Jefes de Delegación y representantes de la sociedad civil que se realiza en el marco de la IV Cumbre de las Américas.

El encuentro de hoy tiene un objetivo fundamental: intercambiar opiniones, puntos de vista e información sobre el tema de la IV Cumbre, el Proyecto de Declaración y Plan de Acción que adoptarán nuestros Jefes de Estado y de Gobierno para crear empleo, combatir la pobreza y fortalecer la democracia en la región.

Esta Cumbre de las Américas reafirma una vez más nuestro compromiso en fortalecer nuestras instituciones, alcanzar un crecimiento económico sostenido, adoptar políticas sociales adecuadas y promover un ambiente internacional seguro para los habitantes de la región.

Este intercambio de ideas nutrirá las deliberaciones de nuestros líderes y será de la mayor utilidad a la hora de adoptar las políticas y emprender las iniciativas que guiarán nuestras labores en los próximos años.

La Cumbre de Miami, la de Desarrollo Sostenible en Santa Cruz, la de Santiago, la Cumbre de Québec, y la Extraordinaria de Monterrey recibieron contribuciones de todos los actores sociales en el diseño y adopción de las políticas hemisféricas.

En el camino recorrido hacia esta IV Cumbre, todos compartíamos la idea de que la Declaración alcanzara objetivos claros y que el Plan de Acción definiera tareas específicas y le asignara a los gobiernos y a las instituciones internacionales responsabilidades concretas. Pero también estuvimos convencidos que era necesario tener en mente un espacio que facilitara la incorporación de la sociedad civil, el sector privado, los académicos, los jóvenes, los pueblos indígenas, las comunidades afro descendientes, los trabajadores y empresarios y que participarán en el debate sobre la mejor manera de generar empleo, atacar la pobreza y enfrentar los retos de la gobernabilidad.

Fruto de ello fueron las reuniones que el Ministerio de Relaciones Exteriores de Argentina y la Secretaría de Cumbres de la OEA realizaron con la sociedad civil, así como los foros temáticos y subregionales que llevamos a cabo para que todos los actores sociales nos acompañaran no sólo en la definición de la Declaración y el Plan de Acción sino en su seguimiento y puesta en marcha. Todas las conclusiones de estas iniciativas han sido ampliamente distribuidas y compartidas con las Delegaciones de los Estados miembros quienes han incorporado muchas de sus propuestas, las cuales se ven reflejadas en los mencionados documentos.

Estoy convencido de la importancia de continuar ampliando las avenidas de cooperación y colaboración entre los Estados miembros y la sociedad civil en el marco del Proceso de Cumbres. Por esta razón, vamos a poner en marcha un trabajo creativo y participativo, abierto a las nuevas ideas, intuitivo, visionario y entusiasta, que genere sinergias que nos permitan alcanzar las transformaciones que demanda nuestro desarrollo.

Las conclusiones que alcancemos nos servirán para entender aún más nuestros desafíos y realidades a nivel regional y abordar los problemas que hoy nos preocupan. Estoy convencido de la necesidad de priorizar y focalizar nuestro trabajo en la consolidación de la cultura democrática y el reforzamiento de la gobernabilidad, la promoción y protección de los derechos humanos, civiles y políticos, económicos, sociales y culturales, el desarrollo integral y la seguridad multidimensional.

Los esfuerzos realizados por las organizaciones de la sociedad civil por estar hoy entre nosotros, son sin duda un ejemplo de que es posible atender sus preocupaciones, oír su voz y ampliar nuestra cooperación. Una cooperación efectiva y consecuente con la agenda hemisférica que simbolice la necesidad de construir consensos para enfrentar los desafíos de nuestra América.

Muchas gracias