Discursos

CÉSAR GAVIRIA TRUJILLO, SECRETARIO GENERAL DE LA ORGANIZACION DE LOS ESTADOS AMERICANOS
ANTE LA VII REUNIÓN DE MINISTROS DE COMERCIO DEL ALCA

1 de noviembre de 2002 - Quito, Ecuador


Señores ministros,

Gracias por la oportunidad que me brindan de dirigirme a esta reunión de Ministros de Comercio del Hemisferio. Gracias al pueblo de Quito y al Gobierno de Ecuador por su hospitalidad.

Desde la reunión en Buenos Aires el contexto de nuestro trabajo ha cambiado significativamente por los ataques terroristas a Estados Unidos y por las nuevas características del desenvolvimiento de la economía mundial. Vivimos en un mundo con mucha más conciencia de interdependencia, ya no solo económica sino política y social.

El sistema interamericano tiene hoy mayores desafíos y nuevos problemas. Se trata de enfrentar colectivamente el problema del terrorismo, de hacerle frente a la creciente pobreza y a la aguda inequidad, de combatir la corrupción, el crimen transnacional, el narcotráfico, el lavado de dinero, el tráfico ilegal de armas, el deterioro ambiental. Se trata de responder a la multitud de amenazas a la democracia por la fragilidad de los sistemas políticos, por las graves deficiencias de las instituciones y políticas públicas, y al bajo crecimiento de nuestras economías en parte generado por la volatilidad de capitales que se ha convertido en una característica permanente de los mercados financieros y en la más indeseable de las características de la globalización.

Pero en medio de todos esos retos no tengan duda de que el sistema interamericano, aunque urgido de fortalecimiento en muchos frentes, está capacitado para ofrecer a los ciudadanos de las Américas respuestas a muchas de las inquietudes que han surgido sobre la globalización y sobre la creación del ALCA, inquietudes que se originan en la dificultad enorme de hacer realidad las promesas de prosperidad, crecimiento y estabilidad, con las que iniciamos la década pasada. Y aunque las negociaciones del ALCA y en la OMC son procesos que apuntan en la misma dirección, y Doha hizo un reconocimiento expreso a la necesidad de contribuir mas al desarrollo de nuestros naciones, el ALCA tendrá muchos más elementos compensatorios, y será capaz de poner en marcha muchos más mecanismos que contrarresten los desajustes e inequidades que se pueden identificar en la economía global.

Por eso quienes nos reunimos bajo este techo tenemos una enorme responsabilidad para que nuestras naciones y nuestros ciudadanos no vivan un proceso de involución, no traten de regresar al pasado, resistan la tentación de regresar al aislacionismo y el excesivo proteccionismo, para que no detengan su inserción a la economía mundial. El problema no reside en que el camino escogido por los países de América Latina y el Caribe hace diez años sea errado, sino que es más largo y más complejo, que no hay milagros, ni soluciones simples. Las políticas económicas ortodoxas eran apenas el punto de partida y no el de llegada. Es reconocido que los factores institucionales juegan también un papel determinante en el crecimiento económico. Aquellos países que han podido resistir la tormenta y crecer en medio de circunstancias adversas han sido aquellos que han logrado aumentar su integración con la economía mundial y las economías regionales y que han puesto en práctica sólidas políticas económicas.

Pero no hay duda que para dar viabilidad a este significativo esfuerzo hemisférico es necesario proteger a los más vulnerables, particularmente los trabajadores menos calificados y otros grupos como los indígenas y las mujeres cabezas de hogar, con redes sociales de compensación y programas de capacitación y entrenamiento, que les permitan insertarse productivamente en la economía globalizada. Nos encontramos entonces en una situación paradojal en la que necesitamos más y no menos mercado, más y no menos estado, más y no menos reformas.

A pesar de los tropiezos económicos, en la economía mundial ha habido desarrollos favorables en el campo del comercio, en particular el inicio de una nueva ronda de negociaciones comerciales multilaterales en el contexto de la OMC. Por ello, paralelo al esfuerzo hemisférico en tantos frentes que hemos descrito, debemos culminar la tarea de fortalecer nuestros acuerdos regionales y de culminar la creación del ALCA.

En ocasión de esta reunión en Quito, que marca el inicio de la fase final de las negociaciones, es importante que recordemos algunos de los grandes avances que ha hecho este proceso, en particular en el cumplimiento de los mandatos emanados de su reunión de Buenos Aires.

Hay un nuevo borrador de texto cuya difusión será no solo una señal de transparencia sino un estímulo para el necesario debate y consideración por parte de todos. Se llegó a acuerdos fundamentales en materia de los métodos y modalidades de negociación en las áreas de agricultura y productos no agrícolas, servicios, inversiones y compras del sector público, incluido un calendario para la presentación de las ofertas y solicitudes, y un acuerdo para negociar aranceles a partir de un nivel que va a tener impactos inmediatos en los flujos de comercio. Se definieron pautas y lineamientos para dar expresión concreta a las necesidades y particularidades de las economías más pequeñas y de menor desarrollo relativo.

Las negociaciones iniciarán a partir de Quito una nueva etapa sumamente compleja e intensa, tanto desde el punto de vista político como desde el punto de vista técnico. Los gobiernos deberán encarar una discusión en el terreno político y tienen la enorme responsabilidad de explicar a los ciudadanos los beneficios que el ALCA traerá para los nacionales de cada país, indicando las bondades de su política de negociación, señalando los principales sectores que saldrán beneficiados y cómo piensan apoyar a aquellos que tengan más dificultad con los ajustes.

En el frente técnico, la demanda de recursos humanos será muy cuantiosa. Porque los países están comprometidos en fortalecer los acuerdos sub-regionales y deben atender las negociaciones multilaterales en la OMC. Ésta es la hora en la que de ustedes se demandará claridad de objetivos, visión, liderazgo y consultas intensas con el sector privado, la sociedad civil, las confederaciones sindicales y dirigentes políticos de varios niveles y de todas las orientaciones.

Es en reconocimiento de esta mayor intensidad en esta fase del proceso de negociación y la presión que de ello resulta para las economías más pequeñas de la región, que aplaudo la decisión de establecer un Programa de Cooperación Hemisférica dirigido a fortalecer las capacidades de los países para participar en las negociaciones, cumplir con los compromisos comerciales, ajustarse a las modalidades de integración americana y maximizar los beneficios del acuerdo ALCA. A él ya aportamos, desde el Comité Tripartito, algunas ideas y contribuciones para su diseño.

Los mecanismos de este programa, que incluyen ayuda a los países para definir, articular y priorizar sus necesidades de capacidad comercial, así como instancias de coordinación con los donantes y mecanismos para identificar y movilizar recursos, apoyados por las instituciones del Comité Tripartito, serán especialmente beneficiosos para las economías pequeñas y de menor desarrollo. Para ello usaremos la experiencia que hemos adquirido al suministrar un gran volumen de cooperación y asistencia técnica para capacitar negociadores, fortalecer las instituciones y facilitar el acceso a la información, en especial para las economías más pequeñas del hemisferio. El Programa será un hito que servirá de modelo para la OMC y para otras regiones del mundo.

También queremos expresar que las instituciones multilaterales del Comité Tripartito, el BID, la CEPAL y la OEA, continuarán brindando un importante apoyo logístico, técnico y financiero al proceso. Quisiera, en particular, resaltar el importante apoyo financiero que el BID ofrecerá en esta última etapa. Agradecemos su apoyo y confianza en nuestro trabajo



Señores ministros,

Nos encontramos ahora a las puertas de un momento único en la historia de la integración y la cooperación hemisféricas. Estamos en el umbral de acceder al área más grande y más diversa de integración económica del mundo. La concesión de una nueva Facultad de Promoción del Comercio (TPA) al Presidente de los Estados Unidos por parte del Congreso de este país, en gran parte gracias al liderazgo del Embajador Robert Zoellick. Ello ha permitido salvar uno de los principales escollos en materia de procedimientos para la realización y cierre de la negociación del ALCA.

Confiamos esperanzados que la negociación conduzca a un acceso amplio y pleno a los mercados de los países más desarrollados de los productos y servicios que hacen parte de la oferta de los países latinoamericanos y del Caribe, como lo han expresado muchos de nuestros dirigentes y todos nuestros nuevos gobernantes interpretando el sentir de nuestros pueblos. Como lo ha señalado el presidente electo de Brasil es el tiempo para una globalización solidaria, o parafraseándolo, para una integración hemisférica solidaria que no deje la menor duda del vigoroso poder transformador y de los amplios beneficios que deben surgir de este proceso de integración hemisférico en el que estamos comprometidos.

Queremos destacar el liderazgo del gobierno y la comunidad empresarial de Ecuador en estos 18 meses decisivos. Estaremos a disposición de Estados Unidos y Brasil, quienes presiden conjuntamente este trecho final del proceso. Esperamos de ustedes las nuevas guías para llevar la negociación del ALCA a una satisfactoria conclusión. De ello depende el que demos respuesta a los formidables desafíos del milenio que recién comienza.

Muchas gracias