Discursos

CÉSAR GAVIRIA TRUJILLO, SECRETARIO GENERAL DE LA ORGANIZACION DE LOS ESTADOS AMERICANOS
SESIÓN ESPECIAL DE LA COMISIÓN DE SEGURIDAD HEMISFÉRICA SOBRE PREOCUPACIONES ESPECIALES DE SEGURIDAD DE LOS PEQUEÑOS ESTADOS INSULARES

20 de octubre de 1996 - Washington, DC


Quiero, en primer lugar, lamentar que el cambio de la fecha inicialmente prevista para la celebración de esta Sesión Especial de la Comisión de Seguridad Hemisférica, sobre Preocupaciones Especiales de Seguridad de los Pequeños Estados Insulares, me impida acompañarlos como inicialmente era mi deseo.
Por primera vez se realiza en la Organización una reunión en materia de seguridad, orientada a los pequeños Estados Insulares, contando para ello con la participación de expertos gubernamentales de los países miembros y con un temario y una agenda encaminados al estudio de sus particulares problemas de seguridad.
En buena hora hemos decidido abocar este análisis, ya que los cada vez más amplios procesos de integración y de intercambio dan relevancia a la totalidad del conjunto de naciones de nuestro Hemisferio pero conllevan nuevos problemas que debemos identificar y enfrentar.
Ya de tiempo atrás voces autorizadas del Caribe, como la del anterior Vicepresidente de la Comisión de Seguridad Hemisférica, el Embajador Patrick Lewis de Antigua y Barbuda, para citar un solo ejemplo, habían hecho hincapié en la necesidad de entender esta materia a la luz de las realidades geopolíticas de la región y de las nuevas condiciones mundiales.
Y es que para pocos resultan tan significativos los procesos de cambio y los nuevos esquemas de globalización como para los Estados Insulares. Se requiere, no sólo encontrar la mejor manera de acceder a las nuevas oportunidades que se ofrecen e insertarse en dichos procesos, sino establecer con claridad y precisión las amenazas que pueden derivarse de los mismos.
Factores que en otras regiones y países entrañan riesgo y peligro, como son los fenómenos migratorios, el tráfico y consumo de drogas, la delincuencia y la criminalidad, el contrabando, el tráfico de armas, la conservación del medio ambiente, los desastres y los fenómenos naturales, pueden llegar a constituir una verdadera amenaza para la estabilidad de los Estados Insulares, dadas sus particularidades condiciones económicas, territoriales y poblacionales.
El Caribe es un ejemplo de desarrollo democrático para el resto del continente, sus sistemas democráticos no han enfrentado problemas derivados de disputas territoriales y han logrado moldear un concepto de sistema integrado de defensa que es objeto de reconocimiento en todo el mundo. Sin embargo, tienen una gran fragilidad que sólo puede ser equilibrada, como sabiamente lo han hecho sus gobernantes, fijando políticas claras en el campo de defensa, suscribiendo acuerdos y tratados orientados a los propósitos específicos de seguridad. Los países del Caribe han sido los primeros en dar el trascendental paso de adoptar un esquema de seguridad colectiva, adaptado a sus necesidades y realidades, que es objeto de admiración y de reconocimiento en todo el mundo, y que debe servir de ejemplo y de modelo para el examen y la discusión a lo largo de estas reuniones.
Es esta, entonces, una reunión cargada de importantes significados. Constituye un paso en firme en el desarrollo de un diálogo abierto sobre temas de seguridad en el Hemisferio, y que nos debe llevar a dar forma a los principios de seguridad colectiva que han inspirado a la Organización desde sus inicios.
Al darles la bienvenida a los señores expertos y representantes de los países, me permito augurarles los mayores éxitos y los más positivos resultados en el curso de esta reunión.