Comunicado de Prensa


OEA y sociedad civil de las Américas debaten seguridad ciudadana y su impacto en las democracias

  25 de abril de 2011

El tema central de la Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos (OEA) que se realizará en San Salvador del 5 al 7 de junio, “Seguridad ciudadana en las Américas”, fue hoy el tema central del Octavo Foro Hemisférico de la Sociedad Civil, que inició hoy y concluirá mañana en la sede de la OEA en Washington, DC, que tiene por objetivo enriquecer las gestiones del órgano hemisférico a través de la discusión y el intercambio de ideas con representantes de organizaciones no gubernamentales.

En particular, las dos primeras sesiones plenarias que se realizaron el día de hoy indagaron sobre la seguridad ciudadana en las Américas y su impacto en la democracia, los derechos humanos y el desarrollo, mientras que la tercera sesión ofreció un análisis de las oportunidades y desafíos de la Carta Democrática Interamericana en su décimo aniversario.

En la sesión inaugural, el Embajador Luis Menéndez, Representante Permanente Alterno de El Salvador ante la OEA, afirmó que su país pretende que la Declaración de San Salvador, que se prevé sea el resultado de la Cuadragésima Primera Asamblea General, contenga “un balance entre las políticas públicas, sus componentes y las acciones de prevención, el combate del delito, la rehabilitación y la reinserción, la asistencia a victimas y las personas dependientes de drogas y el fortalecimiento institucional, aspectos que en su conjunto constituirán factores que fundamentarán un aspecto integral que exprese el concepto de seguridad ciudadana”.

Sobre el tema mismo que eligió el Gobierno de su país, el representante salvadoreño dijo que se “definió dicha temática a partir del reconocimiento de que esta constituye un asunto de interés común que amplía la agenda de seguridad hemisférica por sus efectos sobre la vida y el desarrollo de los ciudadanos en sus respectivas naciones, afectadas no sólo por las amenazas tradicionales, sino también por las derivadas del crimen organizado y la delincuencia común, así como por nuevas amenazas y desafíos”.

El Representante Permanente de Costa Rica ante la OEA y Vicepresidente del Consejo Permanente, Embajador José Enrique Castillo, hizo hincapié en la importancia del tema elegido y su relación con los derechos fundamentales de todos los pueblos. “Sin seguridad ciudadana no puede haber pleno goce de los derechos humanos. Por eso el tema de la Asamblea tiene relación estrecha con los derechos humanos. Tampoco puede haber democracia, porque no es posible ejercer los derechos civiles y políticos en un sistema político en donde los ciudadanos no tienen la seguridad mínima para poder ejercerlos. Y tampoco se alcanza el desarrollo en condiciones de inseguridad”, señaló.

Sobre este foro, el representante costarricense dijo que es una muestra “de la importancia de la participación de la sociedad civil y de sus organizaciones en la construcción de mejores horizontes para las Américas”.

El Secretario de Relaciones Externas de la OEA, Embajador Alfonso Quiñónez, afirmó que “ocho años después de la adopción de la Declaración sobre Seguridad en las Américas, la seguridad sigue siendo una de las principales preocupaciones que enfrenta la región, y nuestros gobiernos reconocen cada vez más que éste es un tema complejo, que depende de la interrelación de múltiples actores, incluyendo la sociedad civil, los medios de comunicación y el sector privado, entre otros, para promover una cultura de paz y no violencia”.

Dijo, además, que en la OEA “estamos convencidos del trabajo importante que adelantan las organizaciones no gubernamentales y los grupos de ciudadanos que, con programas novedosos, contribuyen a la formulación de políticas y movilizan a sus comunidades, ya sea para exigir un cambio en las mismas o acompañar a los Estados en su implementación”.

El Secretario de Seguridad Multidimensional de la OEA, Embajador Adam Blackwell, recordó que en el año 2010 más de 130.000 personas fueron asesinadas en las Américas, región en la que se cometen más de dos tercios de todos los secuestros del planeta y donde cada tres minutos ocurre un homicidio. “El crimen y la violencia matan en nuestra región a más gente que el SIDA o cualquier otra epidemia conocida, y destrozan más hogares que cualquier crisis económica que hayamos sufrido”, afirmó. Añadió que “la situación ha llegado a tales extremos que hoy debemos reconocer que la falta de seguridad no sólo afecta directamente a la integridad física, la tranquilidad y el patrimonio de las personas, sino que constituye también una amenaza a la estabilidad, al fortalecimiento democrático, al estado de derecho y al desarrollo de todos los países de las Américas”.

Entre los pasos importantes que han dado los países de la región, el diplomático canadiense destacó la adopción en 2003 de una nueva concepción de seguridad en las Américas, que “establece que el propósito de la seguridad es la protección de la persona humana e incluye en su definición la existencia de amenazas tradicionales y nuevas, así como preocupaciones y otros desafíos a la seguridad de los Estados del hemisferio”. Con esto en mente, la Secretaría General de la OEA creó en 2005 la Secretaría de Seguridad Multidimensional, que abarca el control del abuso de drogas, el terrorismo, la trata de personas y el tráfico de armas de fuego, entre otros temas, y cuyo propósito principal es “contribuir al desarrollo de las capacidades de los Estados Miembros de la OEA” y “facilitar la cooperación entre ellos con el mismo fin”, puntualizó Blackwell.

La sesión inaugural del VIII Foro Hemisférico de la Sociedad Civil fue moderada por la Directora del Departamento de Asuntos Internacionales de la OEA, Irene Klinger, quien recordó que a lo largo de los 13 años de participación de la sociedad civil en la OEA se han facilitado más de 110 reuniones y foros con las organizaciones de la sociedad civil y se han generado más de 2.200 recomendaciones sobre los principales temas de la agenda hemisférica. Comentó que sólo desde 2004, cuando se resolvió crear un diálogo con la sociedad civil previo a la Asamblea General, las organizaciones de la sociedad civil inscritas en el Registro de la OEA han crecido en número de 89 a 353, lo cual demuestra entre otras cosas que “la voz de la sociedad civil está presente en la Organización y sus opiniones son atendidas”.

Durante la Primera Sesión del foro, bajo el título de “Seguridad Ciudadana, Democracia y Derechos Humanos en las Américas”, el Secretario de Asuntos Políticos de la OEA, Víctor Rico, recalcó las tendencias que se evidencian en las encuestas nacionales y regionales en las que se ha identificado que el tema de la inseguridad y la delincuencia pasó a ser “el principal problema de la región, por encima incluso del desempleo”. Explicó que dicha tendencia está marcada no sólo por el aumento en los niveles de inseguridad en algunos países, sino también por los niveles de percepción de la inseguridad. “Hay un divorcio cada vez más creciente entre percepción y datos duros”, sostuvo.

Rico resaltó que existen dimensiones para medir el impacto político de la inseguridad: el primero tiene que ver con el gobierno y su rol, un aspecto en el que deben ser consideradas la adopción de medidas excepcionales y la pérdida de apoyo al gobierno por causa de insatisfacción. “La segunda dimensión tiene que ver con las institucionalidad democrática: un bajo nivel de confianza en las instituciones y las tensiones entre los poderes públicos hacen que surja un rol protagónico de las fuerzas armadas, y que se produzca una perdida de autonomía del poder judicial”, afirmó. La tercera dimensión a la que hizo referencia el Secretario de Asuntos Políticos tiene que ver con el estado de la democracia en algunos países, lo que incluye bajos niveles de satisfacción, alta tolerancia a la ruptura del orden legal, violaciones a los derechos humanos y la privatización de la seguridad.

“La combinación de factores constituyen lo que denominamos como el circulo de riesgo de la inseguridad pública para la democracia. Este conjunto de relaciones puede poner en riesgo los pilares de la gobernabilidad democrática, abriendo las puertas a posturas autoritarias, al desconocimiento de los mecanismos institucionales y a la emergencia de frentes políticos que basan su discurso y apoyo popular en la mano dura o el populismo punitivo”, afirmó Rico, quién además alertó que el mayor riego para la gobernabilidad democrática “es la influencia del crimen organizado sobre territorios y comunidades en los cuales la presencia estatal es baja y las fracciones criminales pueden llegar a suplantarlo en algunas de sus funciones”.

El Secretario Ejecutivo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Santiago Cantón, explicó por su parte los aspectos fundamentales del Informe sobre seguridad ciudadana y derechos humanos que publicó la CIDH en 2010 y recordó que, de acuerdo a las estadísticas, América Latina y el Caribe es la segunda región del mundo con peores datos recogidos de homicidios por cada 100 mil habitantes. Explicó que, desde el punto de vista de los derechos humanos, hay una gran preocupación por la tendencia a recurrir a la “mano dura” y advirtió que “esta política esta concentrando el tema de seguridad ciudadana en los aspectos represivos y no de prevención del delito”. Luego abogó por la adopción de políticas públicas integrales “que tengan en cuenta a todas las entidades, que estén acompañadas por el mayor número posible de entidades del Estado y que estén orientadas principalmente a la prevención”.

El Secretario de la Red de Seguridad y Defensa de América Latina (RESDAL), Gonzalo Serra, enfatizó la necesidad de que gobiernos y sociedad civil trabajen conjuntamente en el tema de seguridad ciudadana. “Los Estados por sí solos no están en condiciones para enfrentar los desafíos de la seguridad. Debemos aprovechar la oportunidad conjuntamente para no perder de vista el objetivo de encontrar soluciones tangibles y democráticas que permitan mejorar el futuro de los ciudadanos, y que cumplan sus expectativas y demandas”, afirmó. Serra aludió también al error que cometen los Estados al afrontar la solución al problema como una disyuntiva entre prevención y represión, cuando ambas deben ser aplicadas conjuntamente.

Haciendo referencia al enfoque multidimensional de la seguridad hemisférica adoptado desde 2003 en el sistema interamericano, el representante de RESDAL planteó que “asumir que la multidimensionalidad de la seguridad existe, no implica necesariamente que esto vaya a resolver de por sí los problemas de la misma. A la asunción de este enfoque le sigue la capacidad de lidiar con estos problemas y de allí la oportunidad de enfocarnos hacia el futuro con mayores esfuerzos”.

Durante el segundo panel, denominado “El Desarrollo y su Impacto en la Seguridad Ciudadana”, los panelistas coincidieron en que condiciones como “pobreza, desigualdad y el desempleo” inciden directamente en la seguridad. El Representante Permanente de Bahamas ante la OEA, Embajador Cornelius Smith, aseguró que este tema debe abordarse como “como prioritario del hemisferio” y la única manera de lograr un cambio significativo es “invirtiendo en educación”, con el Estado trabajando conjuntamente con el sector privado y la sociedad civil. En tanto, el Secretario Ejecutivo para el Desarrollo Integral de la OEA, Mauricio Cortes Costa, aseguró que la inseguridad se debe combatir con políticas públicas para que no se obstaculice “el acceso a los beneficios del crecimiento económico”. “La nueva concepción sobre seguridad hemisférica requiere que se consideren causas no tradicionales relacionadas con la pobreza y el desempleo, única vía para que se pueda preservar la seguridad en la región”.

Por su parte la Directora de la Fundación Ambio de Costa Rica, Roxana Salazar, aseveró que la seguridad ciudadana debería plantearse como un asunto de “agenda nacional” que integre a los “diferentes sectores, para así fortalecer la gobernabilidad democrática”.

En la tercera sesión plenaria, titulada “Carta Democrática Interamericana: Oportunidades y Desafíos en ocasión de su Décimo Aniversario”, participaron Elisabeth Ungar, Directora Ejecutiva de la Corporación Transparencia por Colombia; el Embajador Guillermo Cochez, Representante Permanente de Panamá ante la OEA y Primer Vicepresidente de la Comisión de Asuntos Jurídicos y Políticos del Consejo Permanente de la OEA; y la Directora del Departamento de Asuntos Internacionales de la OEA, Irene Klinger. Entre los desafíos y obstáculos a la realización de los objetivos e ideales de la Carta Democrática Interamericana, adoptada el 11 de septiembre de 2001, los panelistas destacaron la corrupción y la falta de transparencia en las instituciones democráticas; la pobreza, la desigualdad, la discriminación y el crimen organizado; y la falta de colaboración y comunicación entre los gobiernos representados en la Organización hemisférica y las comunidades de sus países, en particular aquellas con menor acceso a los centros de poder.

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Para más información, visite la Web de la OEA en www.oas.org

Referencia: C-640/11