Comunicado de Prensa


El Secretario General Insulza confirmó que la OEA acompañará el proceso hacia el final de la violencia entre pandillas en El Salvador

  17 de julio de 2012

El Secretario General de la Organización de los Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, viajó a El Salvador, donde se reunió con el Presidente Mauricio Funes y los Ministros de Relaciones Exteriores, Hugo Martínez, y de Justicia y Seguridad Pública, David Munguía, con el Presidente de la Asamblea Legislativa, Sigfrido Reyes, y con el obispo castrense Fabio Colindres. El tema central de las conversaciones que sostuvo Insulza con las autoridades se vinculó al proceso de pacificación abierto por la Iglesia católica salvadoreña y la sociedad civil con jefes pandilleros, para poner término a la violencia delictual en el país, que por momentos alcanzó las cifras más altas de la región en número de victimas.

En la línea de contribuir a estos propósitos, y en conversaciones con el gobierno del Presidente Funes, el máximo representante de la OEA, a través de la Secretaría de Seguridad Multidimensional, respaldó los planes de trabajo propiciados por la Iglesia y organizaciones no gubernamentales, tendientes a buscar salidas posibles a la violencia delictiva. Luego de sucesivas reuniones de trabajo de Adam Blackwell, secretario de Seguridad Multidimensional de la OEA, y Monseñor Colindres, el organismo regional se involucró en los programas de acercamiento a las maras, que concluyeron este viernes con un acuerdo de dos pandillas rivales –Salvatrucha y Mara 18-- para poner fin a su acción criminal.

En este contexto, Insulza concurrió al penal La Esperanza, ubicado en las afueras de San Salvador, acompañado del obispo Colindres, para escuchar el planteamiento de los presos que se comprometieron a terminar con sus acciones violentas, y luego asistió a un acto de entrega de armas que mantenían en su poder de manera irregular. Ambos compromisos, que contaron con el visto bueno de la Fiscalía General de la República. se hicieron efectivos los días jueves y viernes, durante la visita de Insulza a El Salvador. En la cárcel La Esperanza, en presencia del Secretario General, dos representantes de las maras leyeron sendos textos en los que expusieron su decisión de terminar las agresiones entre ellos, en la convicción de que la violencia afecta principalmente a sus familias. Luego, en la plaza Barrios, en el centro antiguo de la capital, frente a una iglesia, seis jóvenes encapuchados entregaron decenas de armas frente al Secretario General Insulza, al obispo Colindres, al representante de la sociedad civil, Raúl Mijango, y al cuerpo diplomático acreditado.

En sus intervenciones, Insulza valoró la preocupación del Gobierno por hacer frente al tema de la inseguridad pública, y aplaudió la decisión de la Iglesia de abrirse a mecanismos inéditos en la búsqueda de la paz entre las pandillas. Hizo fuertes críticas al sistema penitenciario de los países de la región, asegurando que éste, lejos de construir instancias de rehabilitación, convierte a los penales en escuelas del delito; y llamó a los gobiernos a invertir más recursos en el área de la seguridad ciudadana.

Al finalizar su visita, luego de la entrega de las armas, acto al que asistió por expresa solicitud del obispo Colindres, el Secretario General de la OEA manifestó su positiva sensación “porque de pronto, frente a un problema que parecía sin solución, en un país que llegó a tener una de las tasas mas altas de homicidios en la región, vemos la reducción de las cifras de muerte a un tercio; miles de vidas salvadas, esa es la diferencia de antes y después de lo que está ocurriendo con este acuerdo entre las maras”. Agradeció el rol de Monseñor Colindres y Raúl Mijango “por su persistencia en convencer a los reos que este es un camino posible para la paz, y por dar una oportunidad a quienes han cometido graves crímenes, cuando ellos han dicho que están dispuestos a cooperar”.

Insulza señalo que la mayor causa de muerte en El Salvador es el homicidio con armas de fuego, e insistió en la relación directa que existe entre criminalidad y este armamento. Por esta razón, dijo, “la OEA quiere participar en este proceso en el que la entrega de armas tiene una gran simbología”. “Si la presencia del Secretario General de la OEA ayuda en este propósito de paz, aquí estaré”, añadió, “y ojala todos hagan un aporte para lograr que esta nación se convierta en un pueblo de paz”.

Respecto al sistema carcelario salvadoreño, Insulza insistió en la necesidad de que los centros de reclusión sean humanizados, y llamó a los gobiernos a “ser capaces de lograr condiciones aceptables de vida, respetando los derechos humanos de quienes deben pagar sus delitos internados en un penal durante años”. Indicó que en términos generales, Centroamérica sufre de un marcado hacinamiento de la población penal,. “Algunos creen que las malas condiciones de vida son un castigo adicional a quienes han delinquido, que se suma a las penas impuestas por un tribunal, pero eso no debe ser así, porque entonces no hay margen para la rehabilitación. Esto debe cambiar”, insistió.

Antes de partir a Washington, Insulza expresó su intención de que la OEA sea garante del proceso de pacificación entre las maras y manifestó su esperanza de que “este proceso incipiente sea una salida a la violencia y ponga fin a la cultura de la muerte”. Dijo esperar que su visita “ayude a construir una oportunidad a esta querida nación, en su camino a la justicia y a la paz”, y advirtió que “éste es un reto nacional”.

Durante su visita, Insulza aclaró que su viaje tuvo objetivos sólo vinculados a los temas de seguridad, y que el gobierno no ha solicitado mediación de la OEA en el conflicto entre los poderes legislativo y judicial de El Salvador. Agregó que, en su opinión, “la democracia salvadoreña es lo suficientemente sólida para resolver las diferencias surgidas entre estos dos poderes del Estado, algo que ocurre con frecuencia en países de las Américas”. Puntualizó que “la OEA no es un organismo

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Una muestra de imágenes de la visita al Penal La Esperanza está disponible aquí.

Para más información, visite la Web de la OEA en www.oas.org

Referencia: C-255/12