Comunicado de Prensa


SECRETARIO GENERAL DE LA OEA ADVIERTE ACERCA DE
OBSTACULOS AL FORTALECIMIENTO DE LA DEMOCRACIA EN LAS AMERICAS

  17 de octubre de 2006

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) inauguró hoy su 126º periodo ordinario de sesiones en la sede de la Organización de los Estados Americanos (OEA), con un advertencia por parte del Secretario General de la Organización, José Miguel Insulza, de que no obstante los logros en el fortalecimiento de la democracia y el estado de derecho en el continente, aún persisten obstáculos por superar.

El Secretario General Insulza intervino en la sesión inaugural, presidida por la Presidenta del Consejo Permanente de la OEA, Embajadora Marina Valere, de Trinidad y Tobago en la que también habló el Presidente de la CIDH, Evelio Fernández Arévalos.

Según Insulza, los referidos obstáculos, muchas veces de difícil superación, incluyen la debilidad estructural de los sistemas de justicia, la discriminación racial y social, la falta de acceso igualitario en materia de derechos económicos, sociales y culturales y la crisis de gobernabilidad. En ese sentido, aseguró que el desafío central es fortalecer la capacidad de los Estados miembros “para enfrentar los grandes desafíos de la gobernabilidad, y en ello un sistema de derechos humanos como el que nosotros tenemos puede cumplir un papel muy esencial”.

Insulza afirmó que la consolidación de un sistema interamericano de derechos humanos eficaz y apto para enfrentar los retos del presente requiere que la Comisión y la Corte Interamericana de Derechos Humanos gocen de plena independencia y autonomía para el ejercicio de sus responsabilidades y la administración de sus recursos humanos y financieros. Destacó que la eficacia del sistema, como mecanismo de protección supranacional de derechos humanos requiere como condición necesaria que los Estados miembros de la OEA cumplan de manera plena y efectiva con las decisiones de la Corte y la Comisión. Hizo un llamado para que los Estados miembros actúen como verdaderos garantes del sistema desde los órganos políticos, y a la vez, que adopten las medidas legislativas necesarias para que las decisiones de la Comisión y la Corte cuenten con un mecanismo jurídico que permita su ejecución en el ámbito interno.

Apuntó que la OEA debe colaborar con los Estados y con la sociedad civil para evitar no sólo graves retrocesos en la protección de derechos humanos, sino para asegurar el progreso hacia una región mejor para todos los habitantes mediante la adopción de políticas públicas en la materia. Recalcó que “es así que ya tenemos una Relatoría sobre los derechos de las personas privadas de libertad y asumimos temas como la discriminación contra las minorías, los afrodescendientes, los pueblos indígenas, y la discriminación de género”.

Con relación a la situación financiera que vive la CIDH, el Secretario General de la OEA pidió cerrar la muy amplia brecha entre los recursos asignados en el presupuesto regular y sus necesidades operativas reales, y citó nuevos y complejos desafíos de la agencia, entre ellos la situación de los pueblos indígenas y de los afrodescendientes, la libertad de expresión, la discriminación sufrida por las mujeres, los derechos de la niñez y la situación de los defensores de los derechos humanos.

En su intervención, el Presidente de la CIDH Fernández Arévalos destacó el papel central de los derechos humanos al citar la Carta Democrática Interamericana que consagra como elementos esenciales de la democracia representativa, entre otros, el respeto de los derechos humanos y las libertades fundamentales.

Agregó que es precisamente este régimen democrático con pleno respeto a los derechos y libertades el que debe dar respuesta a la preocupante realidad de que el grupo de los países integrantes de la OEA “se constituye como el más desigual del mundo: la exclusión de los beneficios del progreso, así como la falta de satisfacción de las necesidades básicas y a la educación son elementos que colocan a grandes sectores sociales en una situación de especial vulnerabilidad”.

A su vez, la Presidenta del Consejo Permanente aplaudió los logros de la Comisión de Derechos Humanos, y reafirmó el compromiso de los países miembros a apoyarla. Hizo hincapié en la necesidad de “adoptar medidas no sólo para asegurar que los funcionarios puedan escuchar al público y a las organizaciones de la sociedad civil, sino también fomentar sus iniciativas de llevar a cabo investigaciones adecuadas dentro del marco de su legislación interna y de sus obligaciones internacionales, para prevenir prolongadas violaciones a los derechos humanos”.

Para este período de sesiones, la Comisión ha convocado a unas cincuenta audiencias sobre casos y peticiones, bajo un nuevo formato de realizar cada año tres períodos de dos semanas cada uno.

Referencia: C-222/06