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La Organización de los Estados Americanos (OEA), a través de la Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas (CICAD), presentó hoy el “Informe del Uso de Drogas en las Américas 2015”, que contiene un exhaustivo análisis sobre el uso de drogas en los Países Miembros de la Organización y ofrece un panorama hemisférico y subregional respecto del consumo de sustancias psicoactivas en los últimos años.
El informe, elaborado por el Observatorio Interamericano de Drogas (OID) de la CICAD, recoge información aportada directamente por los países, actualizada a finales de 2014 y proveniente principalmente de tres fuentes: estudios nacionales en población escolarizada del nivel medio, en población general y en estudiantes universitarios. La presentación del informe se realizó en la primera jornada del 57 Periodo Ordinario de Sesiones de la CICAD, que se realiza en Washington, DC desde hoy y hasta el viernes 1 de mayo.
Entre las conclusiones del informe destaca el alto nivel de uso de drogas entre la población adolescente en los países de las Américas, combinado con una muy baja percepción de riesgo frente al uso ocasional de estas sustancias. Por ejemplo, en 23 de 29 países con información disponible sobre la población escolar (generalmente adolescentes entre 13 y 17 años), 20% o más de los estudiantes declararon haber consumido alguna bebida alcohólica en el mes anterior al estudio, y en 14 países la cifra supera el 30% de dicha población. En el caso de la marihuana, en cuatro países un 50% o más de los estudiantes considera que es una sustancia de fácil acceso, y son estos países los que presentan la prevalencia más alta de consumo. Al mismo tiempo, en aquellos países cuya prevalencia de consumo está por debajo del 5%, el porcentaje de estudiantes que consideran que es fácil conseguir marihuana es menor al 30%”, explica el informe.
Esos datos, continúa el documento, “plantea interrogantes respecto de cómo se han desarrollado hasta ahora las políticas públicas de prevención del consumo en la población adolescente”. Además, agrega, “los elevados niveles de consumo en los países estarían asociados a una alta percepción de facilidad de acceso a las drogas, como también a una importante oferta de las mismas, lo cual plantea otro desafío para las políticas de control de la oferta de drogas”.
Otro de los aspectos que destaca el informe es que “si bien hoy son pocos los países en América Latina y el Caribe que reportan el consumo de heroína en sus poblaciones, la CICAD considera que es un problema en ciernes y, por lo tanto, requiere de un monitoreo y de un abordaje específico e integral tendiente a prevenir su desarrollo en el futuro”.
Al mismo tiempo, los datos recogidos por el reporte presentan un repunte de nuevas sustancias psicoactivas (NSP), lo que “plantea un reto para quienes tienen la responsabilidad de diseñar las políticas, no sólo en el plano de la reducción de la demanda, sino del control de la oferta, ya que el surgimiento de las NSP ha modificado los patrones tradicionales de elaboración de drogas ilícitas, simplificando sus procedimientos, por lo que, eventualmente en cualquier país se podrían elaborar estas drogas”.
En general, concluye el informe, los datos recogidos confirman “la necesidad de contar con políticas públicas bien diseñadas, correctamente implementadas y con criterios de evaluación claros”, para lo cual “se requiere de información cualitativa y cuantitativa relevante y actualizada”.
El Secretario General de la OEA, José Miguel Insulza, resaltó que el documento preparado por la CICAD “ratifica lo que mencionamos en el Informe sobre Drogas de la OEA de 2013en términos de la tremenda heterogeneidad en las manifestaciones del uso de drogas en nuestros países: existen similitudes en algunos casos, pero grandes diferencias en otros”. Igualmente manifestó que “si bien los países del Hemisferio han avanzado mucho en sus esfuerzos por generar y analizar datos relacionados con las drogas, todavía se enfrentan a muchos desafíos. Algunos Estados necesitan desarrollar y analizar información a nivel local o municipal con el fin de establecer iniciativas basadas en la comunidad que tengan en cuenta las realidades locales”, afirmó, al tiempo que recordó la urgencia de identificar los patrones del consumo de drogas entre los jóvenes, “con el fin de confirmar tendencias en la edad del primer consumo y acerca de la percepción de riesgo que se esbozan en este informe”.
Por su parte, el Secretario Ejecutivo de la CICAD, Paul Simons, expresó que el informe “ofrece abundante información y un amplio análisis que debería respaldar los esfuerzos de los Estados Miembros en la redacción de un nuevo Plan de Acción 2016-2020, que apoyaría la segunda fase de la implementación de la Estrategia Hemisférica sobre Drogas de 2010”. A la luz de los resultados del informe, explicó que una de las preocupaciones principales de la OEA “es el alto nivel de uso de alcohol y otras drogas en la población adolecente, un mensaje que debe ser recogido en las familias, en la comunidad y también en el sistema escolar”. El Embajador Simons apuntó las consecuencias negativas del uso de sustancias en edades tempranas, así como la baja percepción de riesgo asociado al uso de drogas que existe entre adolescentes, especialmente respecto de la marihuana.
Francisco Cumsille, titular del Observatorio Interamericano sobre Drogas (OID) de la CICAD, llamó la atención sobre el alarmante aumento relativo en las tasas de consumo de sustancias ilícitas como la marihuana y la cocaína en algunos países, y advirtió que “hoy emergen otras sustancias menos conocidas –como los opioides, los psicofármacos sin prescripción, la heroína- y otras sustancias psicoactivas que hasta hace unos años no formaban parte de este largo repertorio presente en los mercados de drogas”.
El informe completo está disponible aquí.
Para más información, visite la Web de la OEA en www.oas.org
Referencia: C-154/15