Comunicado de Prensa


ANIVERSARIO DE LA PRIMERA EXPOSICIÓN EN WASHINGTON DEL PINTOR ECUATORIANO OSWALDO GUAYASAMÍN

  4 de abril de 2008

El Secretario General de la Organización de los Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, pronunció el siguiente discurso al conmemorarse en el Museo de las Américas el 53° aniversario de la primera exposición en Washington del renombrado pintor ecuatoriano Oswaldo Guayasamín:

“Hace exactamente 53 años, en una noche como hoy, se inauguraba en el primer piso de este edificio, justo debajo de donde estamos parados, la primera exposición que hacía en Washington el entonces joven pintor ecuatoriano Oswaldo Guayasamín.
Por esos años la OEA tenía un activo programa de artes visuales donde cada mes se mostraba la obra de un artista de las Américas; muchos de ellos eran jóvenes talentos emergentes que por primera vez exponían en el extranjero; y otros eran ya reconocidas figuras en sus países.
La sala de exposiciones, que funcionaba en lo que ahora es el foyer de acceso al Salón Simón Bolívar, durante muchas décadas sirvió de trampolín para decenas de artistas de nuestra región que iniciaron aquí su carrera internacional. Varios de ellos son considerados hoy los grandes maestros de la plástica latinoamericana como el caso de Matta, Orozco, Siqueiros, Botero, Torres García y el mismo Guayasamín.
Hoy, a casi 10 años de su muerte, siguen realizándose exposiciones de Guayasamín en los mejores museos del mundo como L’Hermitage de San Petersburgo, el Petit Palais de Paris, el Museo de Arte Moderno de México, el Museo Altes de Berlin y el Museo de Arte Contemporáneo de Madrid, por nombrar sólo algunos.
En el año 55, esa primera exposición de Guayasamín acá en la OEA suscitó un enorme interés del público y también de la prensa, como atestiguan estas copias de los artículos que se conservan en los archivos de nuestro museo.
En uno de ellos, la crítica de arte del Washington Post de esa época, escribía:

“La obra de Guayasamín ha tenido siempre gran fuerza y vitalidad. Con el aumento de la corriente expresionista ha ganado colosalmente en potencia, mientras que la introducción de elementos abstractos le ha conferido una monumentalidad arquitectónica y una cohesión que antes le faltaba (….) Desafortunadamente, sólo una parte de la serie pudo ser exhibida en la galería de la Unión Panamericana (** como aún entonces se referían a este edificio); pero aún así, esta muestra es suficiente para dar una buena idea de la sinceridad y el talento no menor con el cual el artista ha abordado una temática tan extensa.”

Las 15 obras que conformaban esa exhibición eran parte de la serie “Huacaynan” o “El Camino de las Lágrimas”.
Más de medio siglo más tarde, nos llena de orgullo y emoción el hecho que dos de esas 15 pinturas, “Origen” y “Autorretrato”, vuelven a estar en la OEA.
Aunque no tuve la fortuna de conocerlo personalmente, Guayasamín tiene para mí un significado muy especial y cada vez que paso por Quito voy a la Capilla del Hombre, ese mágico lugar que soñó y concibió Oswaldo Guayasamín, y que es hoy su mayor legado cultural: ese extraordinario complejo arquitectónico no es sólo un documento del sufrimiento humano sino también, un reflejo del potencial de grandeza que tiene la humanidad.
Como tan bien lo dijo el Director General de la UNESCO, Koichiro Matsuura, durante la ceremonia inaugural en el año 92: “La cultura, ese tejido vivo en el que se construye nuestra historia, (…) desde la Capilla del Hombre contribuirá al diálogo entre todos los pueblos para adquirir sabiduría, saberes y conocimientos que faciliten la construcción de una paz estable y duradera en todas las regiones del mundo”.
No sólo por la fuerza de su arte; no sólo porque ha enaltecido el nombre de América Latina en el mundo entero y no sólo porque fue un extraordinario ser humano, Guayasamín tiene también un valor muy especial para esta organización pues encarna la esencia misma de lo que representa nuestra misión en la OEA.
En su vida y en su obra, Guayasamín volcó toda su creatividad y su energía a luchar por la dignidad del hombre; a defender los derechos humanos; a buscar el alivio de la pobreza en nuestro continente, y a abogar por los derechos de los indígenas; en suma, a promover la igualdad, la justicia, el respeto y la paz entre los pueblos.
Así lo simboliza la llama eterna que brilla en la Capilla del Hombre desde hace 16 años.

Quiero agradecer sinceramente a los cientos de personas que con gran cariño, entusiasmo, esfuerzo y compromiso, hicieron posible esta exhibición:
- a Pablo Guayasamín Madriñán y Pablo Guayasamín Monteverde de la Fundación Guayasamín, por mantener vivo en el mundo entero, el legado de su padre y abuelo;
- a Carlos Jáuregui, Edward Fischer y el curador Joseph Mella, de Vanderbilt University, quienes se lanzaron en la aventura de traer la obra de Guayasamín a Estados Unidos después de una ausencia de más de medio siglo.
- a Arturo Valenzuela y Paula Uribe, del Centro de Estudios Latinoamericanos de Georgetown University, quienes nos propusieron traer esta exposición a la OEA hace ya casi un año, y que desde entonces no descansaron para hacerla realidad;
- al Embajador Luis Gallegos y Cristina Camacho de la Embajada del Ecuador, por tener la visión de la importancia que esta muestra representa para su país;
- al Embajador Efrén Cocíos y Elizabeth Moreano de la Misión del Ecuador ante la OEA;
- a Félix Angel, del Centro Cultural del BID, por su permanente apoyo a nuestro museo y a las artes de nuestra región;
- a Microsoft, a American Airlines,
- y, finalmente en casa, a Lydia Bendersky, Maria Leyva y a todo el staff del Museo de las Américas que ha trabajado sin descanso y con enorme orgullo en la coordinación y montaje de esta bella exhibición.
El trabajo en equipo de todos ellos y de muchos otros que es imposible nombrar aquí, ha permitido que la llama eterna del legado de Oswaldo Guayasamín pueda brillar hoy en esta capital”.

Referencia: C-114/08