Comunicado de Prensa


Secretario General de la OEA se reunió con Presidente de Perú e inauguró Foro sobre empleo, juventud y gobernabilidad democrática

  12 de diciembre de 2011

El Secretario General de la Organización de los Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, se reunió hoy con el Presidente de Perú, Ollanta Humala, e inauguró junto al Canciller peruano, Rafael Roncagliolo, y a la Directora de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para América Latina y el Caribe, Elizabeth Tinoco, el Foro “Empleo, Juventud y Gobernabilidad Democrática“, un evento de dos días que organizan en Lima la OIT y el Instituto Internacional de Estudios Laborales (IIEL).

El Secretario General Insulza abrió su intervención en el Foro apuntando que “nada afecta más la legitimidad, y por ende, la sostenibilidad de nuestras democracias que la injusticia, la desigualdad, la pobreza, la exclusión y el desempleo”. Vinculó su afirmación a uno de los planteamientos base de la Carta Democratica Interamericana (CDI), que establece que “el crecimiento economico y el desarrollo social, basados en la justicia, la equidad y la democracia, son interdependientes y se refuerzan mutuamente”.

Junto con recordar que este año la CDI celebra su X Aniversario, Insulza insistió en que para que las democracias sean sólidas, deben cumplir un mínimo de condiciones sociales, y en este sentido citó el articulo 12 de la CDI, que indica que “la pobreza, el analfabetismo y los bajos niveles de desarrollo humano son factores que inciden negativamente en la consolidacion de la democracia”.

En un repaso de las etapas políticas vividas por los países de la región, el jefe de la OEA recordó que, tras una dura década de gobiernos dictatoriales, retornaron los gobiernos democraticos que, a partir de los años 90, verificaron significativos avances político-institucionales. “Pero queda aún un largo camino por recorrer en este proceso continuo, y en verdad interminable, para conseguir una consolidación democrática estable”, advirtió.

Ligando el concepto de democracia a la superación de la pobreza, al crecimiento económico, al empleo, a las condiciones laborales y la inclusión social, el jefe del organismo hemisférico consideró que “nuestros modelos de desarrollo se juegan su credibilidad y legitimidad, día a día”. Marcó como uno de los grandes desafíos el enfrentar la desigualdad, y reiteró que “América Latina y el Caribe sigue siendo la región más desigual del mundo”. Puntualizó que “de hecho, diez economías latinoamericanas figuran entre las 15 economías más desiguales del mundo”. “En términos generales”, resumió, “podemos afirmar que la región ha avanzado, pero todavía tiene una enorme deuda social”.

En este contexto, dijo que el respeto al derecho laboral es otro de los desafíos pendientes. Subrayó que "en las últimas décadas, la negociación colectiva ha dejado de jugar un papel en la fijación de los salarios. Cada vez es mayor la cantidad de trabajadores obligados a negociar individualmente sus remuneraciones y derechos laborales. El ataque sistemático a la sindicalización y a la negociación colectiva también perjudica la distribución del ingreso". También se pronunció sobre la cantidad y la calidad del empleo denunciando que la informalidad laboral sigue creciendo y que “más de la mitad de los trabajadores de la región labora en la informalidad, al punto de que en algunos de nuestros países este sector llega al 70 por ciento”.

El máximo representante del organismo hemisférico hizo una síntesis de la actual situación político-económica de la región, subrayando que con finanzas públicas sólidas, con reservas internacionales, con un índice de 4,4 por ciento de crecimiento según estimaciones de la CEPAL, con sistemas democráticos imperantes, con buenas relaciones de cooperación e intercambio, hay condiciones para un salto cualitativo que potencie las economías latinoamericanas y caribeñas.

Sin embargo, advirtió que, para que esto ocurra, se necesitan inversiones en infraestructura, innovación y educación, y esto, remarcó, “requiere contar con políticas fiscales que permitan robustecer los ingresos, hacer más eficiente el gasto público, promover la transparencia, la participación y la corresponsabilidad de los actores sociales”. En lo que constituyó un cuestionamiento a los actuales sistemas tributarios de la región, criticó que estos "no cambien la estructura de ingresos: mientras en Europa la distribución del ingreso cambia visiblemente después del cobro de impuestos, en América Latina, antes y después de impuestos la estructura de ingresos es la misma”. Redondeando su planteamiento, sostuvo que “la fiscalidad no solamente debe servir para recaudar fondos para el Estado, sino también para mejorar la distribución de ingresos que determina el mercado".

Finalmente, Insulza dijo que es en este contexto que las acciones de la OEA “apuntan a apoyar a los gobiernos en el fortalecimiento de sus instituciones democráticas y sus políticas públicas”. Para ello, prosiguió, “contamos con espacios de diálogo político de alto nivel que permiten construir consensos y plantear acciones frente a los desafíos educativos, sociales y laborales para alcanzar un desarrollo integral en la región”.

La galería de fotos de este evento está disponible aquí.

Para más información, visite la Web de la OEA en www.oas.org

Referencia: C-1010/11