Comunicado de Prensa


PREOCUPA A LA CIDH PROGRESIVO DETERIORO DE
LA INSTITUCIONALIDAD DEMOCRATICA EN LA REGION

  2 de abril de 2003


La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), expresó hoy su preocupación por el progresivo deterioro de la institucionalidad democrática en el hemisferio, señalando que la corrupción, la pobreza, la exclusión y las brechas económicas y sociales contribuyen a la inseguridad jurídica y a la inestabilidad.

“Las elecciones periódicas en los países de nuestro hemisferio no obstan para que muchas democracias de la región exhiban debilidades institucionales e incluso se vean expuestas a intentos de golpe de estado o alteraciones del orden constitucional”, afirmó la Presidenta de la CIDH, Marta Altolaguirre, durante una sesión de la Comisión de Asuntos Jurídicos y Políticos, en la cual presentó el informe anual 2002.

Afortunadamente, agregó la jurista guatemalteca, “los Estados miembros de la OEA son hoy en día consistentes en su rechazo colectivo a estos intentos, en invocación de instrumentos tales como la resolución 1080 y la Carta Democrática Interamericana”. En este contexto hemisférico, anotó, “los mecanismos de protección de los derechos humanos deben continuar jugando un rol fundamental”.

Al referirse a las secuelas de los atentados ocurridos el 11 de septiembre de 2001, Altolaguirre dijo que las iniciativas antiterroristas, sea cual fuere la situación excepcional que justifique su adopción y su magnitud, deben ser abordadas con pleno respeto al derecho internacional. “Se trata de un área en la cual los Estados miembros de la OEA deben cuidar de preservar el equilibrio entre su deber de proteger a la población civil y las instituciones democráticas y su obligación de no desatender la seguridad ciudadana y la función de administrar justicia con las debidas garantías y sin arbitrariedad”.

La Presidenta de la CIDH también se refirió al trabajo desarrollado por las relatorías especiales para los derechos de los niños, las mujeres, los pueblos indígenas, los trabajadores migratorios y la libertad de expresión. Precisamente en esta última materia, el informe señala que los asesinatos y agresiones a periodistas y defensores de derechos humanos continúan representado un grave problema y “es preocupante que en muchos casos estos crímenes se mantienen en la impunidad”.

Además de indicar que siguen existiendo prácticas que intentan restringir la libertad de expresión por medio de acusaciones en tribunales penales por delitos de desacato o de difamación, la Presidenta de la CIDH agregó que “todas estas circunstancias no contribuyen a generar un ambiente donde la libertad de expresión se desarrolle plenamente”.

Referencia: C-074/03