Historia en breve

En 1922, se fundó la Asociación Panamericana para la Promoción de la Mujer para incidir en los resultados de las Conferencias Internacionales de Estados Americanos desde la perspectiva del estado legal de las mujeres y su derecho al voto.

Durante la Conferencia de 1923, se adoptó una resolución, propuesta por Máximo Soto Hall de Guatemala, que las futuras Conferencias tenían que estudiar formas de eliminar las discriminaciones constitucionales y otras contra las mujeres. La Conferencia adoptó también una resolución sobre la inclusión de mujeres en las delegaciones a futuras conferencias.

A pesar de las expectativas creadas en 1923, ni una sola mujer fue incluida en las delegaciones nacionales a la Sexta Conferencia Internacional de Estados Americanos (La Habana, 1928).  Como resultado, se movilizaron mujeres de toda la región para demandar su derecho de participación en la conferencia. Estas "Delegadas" cabildearon también con los miembros de la Conferencia para la adopción de un Tratado de Igualdad de Derechos, preparado por Alice Paul del Partido Nacional de las Mujeres de los Estados Unidos.

Aunque el Tratado de Igualdad de Derechos no fue ratificado, se tomó la decisión de crear la Comisión Interamericana de Mujeres (CIM).  A la CIM se le encargo la realización de un estudio sobre el estado legal de las mujeres en las Américas. La creación de la CIM fue un producto de los movimientos de mujeres nacientes en todo el hemisferio y reflejaba una mayor cooperación entre las mujeres de las Américas del Norte, Central y del Sur.

En su primer discurso a la Conferencia en 1928, la primera Presidenta de la CIM, Doris Stevens (Estados Unidos) junta con otras líderes feministas utilizo la noción del Panamericanismo para enfatizar “la necesidad de acción mediante la Conferencia Panamericana, y no por países separados, en la obtención de la igualdad de derechos para las mujeres en todas las republicas Americanas.”

Leer más…