El original de esta intervención está disponible aquí.

Señor Presidente, 

Para usted y el Excelentísimo Embajador, Representante Permanente, de la República Dominicana les brindo la más cordial bienvenida en su incorporación a las labores de este Consejo Permanente.

Aprovecho para agradecer a las Misiones Permanentes del Estado Plurinacional de Bolivia y de Nicaragua la oportuna iniciativa de convocar a este Consejo, en homenaje al Embajador y Vicecanciller Bernardo Álvarez.

Siempre despedir a un colega es un acto difícil, pero si además se suma el hecho de que fue totalmente inesperado, lo hace sin duda doloroso.

Con el Embajador Álvarez compartí muy poco tiempo, pero fue suficiente para conocerlo como una persona optimista, con un gran don de gentes, muy agradable al trato humano y sobre todo diplomático de gran valía, siempre con un discurso articulado e intervenciones concisas y precisas. Su patente experiencia diplomática fue de gran aporte al enriquecimiento del debate.

Bernardo, te extrañaremos en el Consejo Permanente, y como dice la canción de Alberto Cortés:

Cuando un amigo se va, Una estrella se ha perdido…

Paz a tus restos. Muchas gracias.