Discursos

CARMEN MORENO, SECRETARIA EJECUTIVA DE LA COMISIÓN INTERAMERICANA DE MUJERES
INTERVENCIÓN DE LA SECRETARIA EJECUTIVA DE LA COMISIÓN INTERAMERICANA DE MUJERES DURANTE LA SESIÓN ORDINARIA DEL CONSEJO PERMANENTE DE LA OEA

1 de diciembre de 2016 - Washington D.C.


Sr. Presidente del Consejo Permanente, Embajador Selwin Charles Hart,
Embajadores y embajadoras,  representantes y observadores  permanentes,

La CIM agradece la oportunidad de dirigirse al Consejo Permanente para conmemorar el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres – que se celebra cada 25 de noviembre en recuerdo del brutal asesinato en 1960 de las tres hermanas Mirabal, activistas políticas de la República Dominicana, en la época de Trujillo.

Estamos hablando de una pandemia global. Cada 25 de noviembre, recordamos la magnitud y gravedad del problema de la violencia contra las mujeres – que sigue afectando a 1 de cada 3 mujeres a nivel global y, en algunos países, hasta al 70% de mujeres. En 1994, los Estados Miembros de la OEA adoptaron la Convención de Belém do Pará, que reitera que la violencia contra las mujeres es: una violación de los derechos humanos que limita a las mujeres el reconocimiento, goce y ejercicio de todos sus derechos, una ofensa a la dignidad humana y una manifestación de las relaciones de poder históricamente desiguales entre mujeres y hombres. 

Esta violencia no sólo ocurre en los hogares; los centros de salud, de educación y de trabajo ocupan los siguientes lugares, donde el acoso, la violencia sexual, física, económica, psicológica, laboral e institucional se vuelve parte cotidiana de las vidas de las mujeres y las niñas.  De hecho, este año, en el marco de los 16 Días de Activismo contra la Violencia de Género, que va del 25 de noviembre hasta el 10 de diciembre (Día de los Derechos Humanos),  el lema es “De la Paz en el Hogar a la Paz en el Mundo: ¡Educación Segura para Todos y Todas!,”  en reconocimiento de que la escuela sigue siendo un ámbito inseguro para muchas niñas, donde viven violencia de distintos tipos perpetrada tanto por sus pares como por su maestros.

UNICEF calcula que en América Latina y el Caribe, casi el 30% de las niñas se casan antes de los 18 años. En una región que ha alcanzado la paridad de género en la educación y a veces una tasa superior de matriculación escolar para las niñas, esa cifra es preocupante. Además si tomamos en cuenta que América Latina y el Caribe es la única región del mundo en desarrollo donde la tasa de embarazo infantil está en aumento – y según proyecciones de UNFPA seguirá incrementándose hasta el año 2030 – tenemos un contexto claro para entender las cifras sobre matrimonio infantil. 

El martes, como ustedes saben, con el apoyo de Canadá, México, Panamá y los Estados Unidos, celebramos un foro internacional sobre el matrimonio y la maternidad infantil, donde el Mecanismo de Seguimiento de la Convención de Belém do Pará lanzó un informe hemisférico temático sobre el embarazo infantil y la violencia sexual.   Las altas cifras de violencia sexual contra niñas y adolescentes y su relación con el embarazo infantil y adolescente, las maternidades forzadas y la ausencia de políticas públicas que aborden de manera efectiva esta grave situación se ha convertido en un tema de especial preocupación para la región americana, y en particular para el Comité de Expertas del MESECVI.  Entre otras cosas, el informe resalta una brecha significativa entre la penalización de actos sexuales contra niñas menores de 14 años, que sucede en los 32 Estados Parte de la Convención, y la existencia de:

  • Por un lado, datos estadísticos sobre violencia sexual, embarazos, mortalidad materna y procesos judiciales sobre violencia sexual contra niñas; y
  • Por otro lado, protocolos de atención a la violencia sexual y al embarazo en niñas menores de 14 años.

Esta brecha de implementación significa que las niñas menores de 14 años que son víctimas de violencia sexual terminan en un vacío de atención de salud y judicial que, por la mayor parte, acaba revictimizándolas y poniendo fin a sus proyectos de vida.

Desde una diversidad de sectores y perspectivas, las y los panelistas compartieron información cuantitativa y cualitativa escalofriante – poniendo de relieve el tema de la discriminación y de las múltiples manifestaciones de violencia, incluyendo altas tasas de violencia sexual y de maternidad forzada, contra las niñas en nuestra región.  Entre los resultados, que todavía estamos procesando, salió la necesidad de organizar e implementar una respuesta – coordinada, contundente y basada en los derechos humanos – a este problema y de aunar esfuerzos para poner más atención a los derechos de las niñas.  Les formulo una atenta invitación para que consideren esta posibilidad en sus compromisos a futuro.

En octubre, celebramos una reunión del Comité de Expertas del MESECVI, donde revisaron un proyecto de “Ley Modelo Interamericana sobre Violencia Política contra las Mujeres.”  Hemos observado que mientras más mujeres llegan al ámbito político, se produce más y nuevas manifestaciones de violencia contra ellas – desde la cobertura mediática sexista de las candidatas hasta el femicidio de mujeres candidatas y electas.  En seguimiento de la Declaración sobre la Violencia y el Acoso Políticos contra las Mujeres, adoptada por la Conferencia de Estados Parte de la Convención en 2015,  este proyecto de Ley Modelo busca visibilizar el fenómeno y fortalecer la respuesta Estatal desde una perspectiva de prevención, atención y sanción. En cuanto sea autorizado por las autoras, lo pondremos a disposición de todas las delegaciones.

El reto que enfrentamos es identificar el altísimo porcentaje de invisibilidad y de tolerancia a hechos de violencia política. La aceptación de la violencia y su naturalización aún se encuentra en el centro de nuestras culturas sin que hayamos logrado erradicarla desde su raíz.

En este mismo sentido, debemos destacar también que hoy se conmemora el Día Mundial de Lucha contra el SIDA – el 1º de diciembre.  En marzo de este año y a raíz de la resolución 2802 del año 2013,  la CIM con la oficina regional de ONUSIDA para América Latina y el Caribe lanzamos el informe “Derechos humanos de las mujeres que viven con VIH en las Américas.” La discriminación en los sistemas de justicia, salud, educación, trabajo y protección social, el limitado acceso a la información y los reducidos niveles de participación social de las mujeres que viven con VIH tienden a reproducir la exclusión social a la que se enfrentan y que a su vez se transfiere a sus hijas e hijos. Estas violaciones adquieren dimensiones específicas a medida que se articulan con factores de desigualdad como el estatus socioeconómico, la pertenencia étnica, la identidad de género o la residencia urbana-rural, entre otros.

Garantizar el ejercicio de los derechos de las mujeres que viven con o afectadas por el VIH exige una respuesta al VIH efectiva desde los derechos humanos, la igualdad de género y la interseccionalidad, y que sea apoyada por tomadores de decisión en todos los niveles, con presupuesto asignado y una significativa participación social. Para lograr este fin es necesario identificar y dar visibilidad a las violaciones de DDHH específicas que sufren estas mujeres, así como el impacto de la epidemia, las necesidades que se derivan de estas violaciones y las mejores estrategias nacionales y regionales para abordarlas.

Como hemos señalado constantemente en nuestros informes y documentos, todos los países de la región tienen leyes y políticas públicas destinadas a prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en cumplimiento de las obligaciones adquiridas en la Convención de Belém do Pará. Sin embargo, no solo las cifras de violencia no se están reduciendo, sino que además:

  • Cada vez que las mujeres avanzan en un determinado espacio, por ejemplo el mercado laboral o la política, surgen nuevas manifestaciones de acoso y de violencia contra ellas – el patriarcado sabe protegerse y hemos visto en los últimos años el fortalecimiento y la radicalización de las resistencias al cambio; y
  • Así también, fenómenos globales como las crisis financieras, la profundización de la desigualdad socioeconómica, el crimen organizado, la guerra contra las drogas, las amplias oleadas de migraciones, los conflictos internos, el cambio climático y los desastres naturales, entre otros, profundizan la violencia contra las mujeres.

El horizonte presenta una serie de nubarrones –  a los cuales tendremos que responder con mayor energía y actividad, en una situación de cada vez menos recursos financieros y humanos.  Esta situación demanda creatividad en la búsqueda de soluciones - que requerirán el fortalecimiento de nuestras alianzas, la construcción de coaliciones cada vez más plurales y multisectoriales y la identificación de acciones conjuntas y complementarias, cada una desde nuestras ventajas comparativas.   

Desde la CIM reiteramos nuestro compromiso con esta causa y seguiremos tratando con todos y todas, como dijo el Secretario General en su mensaje, “para erradicar el machismo, la desigualdad y la opresión y lograr que el grito unísono de Ni una Menos sea una realidad.”

En esta tarea la CIM requiere el apoyo político de todos ustedes, así como también apoyo en recursos, oportunidades y financiamiento.  Estoy segura de que todos ustedes, de acuerdo a sus circunstancias continuarán apoyándonos y desde ahora se los agradezco.

Muchas gracias.