Discursos

JOSÉ MIGUEL INSULZA, SECRETARIO GENERAL DE LA ORGANIZACION DE LOS ESTADOS AMERICANOS
CLAUSURA DEL FORO DEL SECTOR PRIVADO

3 de junio de 2011 - San Salvador, El Salvador


Quiero empezar, señor Presidente, por reconocer el apoyo muy decidido que el Gobierno de la República de El Salvador, especialmente su señor Canciller, ha dado a la organización en este Séptimo Foro del Sector Privado de la Organización de los Estados Americanos. Creo, señor Canciller, que le debemos agradecer a usted muy especialmente el esfuerzo realizado para este foro.

Quiero también destacar el discurso y la organización del sector privado de las Américas que nos acompaña desde hace varios años en eventos como el que ahora clausuramos, y mandar un saludo a nuestro distinguido amigo, el talentoso empresario argentino Ernesto Gutiérrez, que no está en esta ocasión. Él ha estado en todos nuestros foros y ha sido un factor clave, por lo que le mandamos un saludo muy cariñoso.

Ciertamente apreciamos el debate y el diálogo franco y abierto que ha tenido lugar nuevamente aquí, entre representantes del sector empresarial y autoridades de la república en temas críticos de la colaboración público-privada del hemisferio.

Hemos visto claramente en estas reuniones, a lo largo de un día y medio, que la competitividad que buscamos como un aspecto fundamental de nuestro desarrollo es un elemento inseparable de la seguridad. Competitividad sin seguridad hoy día no es posible; mediante la competitividad seremos capaces de aprovechar el desarrollo económico y social que promueve el aspecto de la dignidad de los derechos y libertades fundamentales de las personas, que entendemos como esencial para el concepto de seguridad.

Han existido aquí distintos paneles que han apreciado o han planteado varios puntos de vista sobre cuatro subtemas, abordados desde la óptica común de las alianzas público-privadas y el papel que desempeñan la competitividad y la seguridad de los Estados Miembros de nuestra Organización. Hemos entendido –lo explicó muy bien Enrico Barrios- que la responsabilidad social empresarial es también un ejemplo claro de innovaciones de gestión de las unidades productivas, cuestión que constituye no solamente una aspecto importante para el desarrollo sustentable en nuestros países sino un elemento que favorece la competitividad de las empresas.

También hemos comprendido que la competitividad sólo puede abordarse en sus muchas dimensiones a nivel de las capacidades económicas de los países y empresas, pero está también determinada por la capacidad de sus instituciones públicas y privadas de nuestros países, además de muchos otros factores sociales como el empleo, la educación, las inversiones en tecnología, la salud, etc.

Quiero reiterar tres aspectos. Primero, en el mundo de hoy la competitividad de nuestros países es esencial para integrarnos con éxito a la economía mundial, y se puede potenciar sólo si trabajamos juntos y de manera coordinada. Se trata de aprovechar nuestras capacidades adicionales, creando sinergías entre países, mercados, industrias y empresas. Competitividad significa ciertamente competir, pero no significa rivalidad. Nuestra región puede y debe demostrarle al mundo que la cooperación es también una palabra de competitividad, y no tiene por qué ser necesariamente un esfuerzo de suma cero entre nuestros países.

En segundo lugar, creo que la competitividad a la que aspiramos en los países miembros de nuestra Organización sólo podrá alcanzarse de manera plena si superamos problemas de fondo como el de la pobreza y la desigualdad de nuestras sociedades, desigualdad que se manifiesta también en la discriminación de raza y de género. Debemos aspirar a lograr la competitividad con equidad social, eliminando la discriminación y promoviendo la igualdad de género como elemento fundamental del desarrollo económico y social sostenible. Debemos aspirar también a obtener la competitividad combatiendo con éxito al crimen que azota nuestra región, y que ha ocasionado tantos costos en vida y en pérdidas materiales a la mayor parte de nuestras naciones.

En tercer lugar, queremos resaltar la importancia de propiciar también una mayor competitividad que se afinque en la productividad de nuestras economías, lo que demanda políticas públicas y acciones privadas claras en materia de innovación y en las áreas de investigación y desarrollo. La educación es un supuesto clave en esta regla dorada de productividad, competitividad y prosperidad que ha destacado nuestra colega de la CEPAL.

Estos son, según nuestra opinión, algunos de los elementos importantes que se destacan en estos días de trabajo. Espero que en los diálogos que tendrán nuestros representantes y nuestros empresarios con los jefes de delegación de los Estados Miembros de la OEA, exista la oportunidad de tocar los temas que se han abordado y expresar con la misma franqueza con la que se ha hecho aquí las sugerencias pertinentes. Estoy seguro que esas sugerencias serán recibidas con interés y trasladadas a la consideración de las máximas autoridades de nuestros países que se reunirán a partir del domingo en San Salvador, y en abril del próximo año en la Sexta Cumbre de las Américas, en Cartagena, Colombia.

Muchas gracias.