Discursos

CÉSAR GAVIRIA TRUJILLO, SECRETARIO GENERAL DE LA ORGANIZACION DE LOS ESTADOS AMERICANOS
ANTE LA SESION ESPECIAL DEL GRUPO DE TRABAJO PARA CONSIDERAR LA PROPUESTA DE DECLARACION AMERICANA SOBRE LOS DERECHOS DE LAS POBLACIONES INDIGENAS

2 de abril de 2001 - Washington, DC


Permítanme ante todo darles nuevamente la bienvenida a esta Casa de las Américas, cuyo origen y destino están ligados a los ideales de paz, democracia, vigencia de los derechos humanos y bienestar de los pueblos que nos unen a todos los americanos. Estamos reunidos hoy con representantes de los gobiernos y de los pueblos indígenas para una sesión especial del grupo de trabajo encargado de considerar la propuesta de Declaración Americana sobre los Derechos de las Poblaciones Indígenas. El nivel y la trayectoria de los representantes de gobiernos y de pueblos indígenas en esta sesión especial demuestra claramente un creciente interés en la necesidad de contar con una declaración de este tipo a nivel hemisférico.

Quiero ofrecer un reconocimiento especial al Embajador de Guatemala Ronalth Ochaeta, Presidente de este Grupo de Trabajo, por su destacado liderazgo y su compromiso con la promoción y protección de los derechos humanos, especialmente de los derechos indígenas de nuestro hemisferio. También, quiero ofrecer la bienvenida al Vice Presidente del Grupo de Trabajo, el Ministro Antonio García de la Misión de Perú ante la OEA, quien aportará a estas deliberaciones su experiencia en temas indígenas en el ámbito de Naciones Unidas. Estoy seguro que el profesionalismo y dedicación de ambos contribuirá a que esta sesión especial sea fructífera.

El Grupo de Trabajo ha facilitado y promovido las consultas con Estados y representantes indígenas, ha abierto espacios de participación para representantes indígenas, tanto en esta sesión especial como en el Cónclave Indígena en Guatemala, y ha contribuido al diálogo entre los Estados sobre los contenidos de la declaración que aquí discutiremos.

Esta sesión especial parte de las bases establecidas en la primera reunión del Grupo de Trabajo y en la reunión de Expertos Gubernamentales celebradas en 1999. Como en aquellas ocasiones, la discusión se enriquecerá y dinamizará gracias a la participación y comentarios de los representantes indígenas. Agradecemos su presencia en esta ocasión y sus contribuciones al perfeccionamiento de la democracia en las Américas.

Desde que empezaron las reuniones de Estados miembros para considerar y elaborar la Declaración, hemos visto un incremento importante en la participación indígena, en términos de personas, países y pueblos representados. En la reunión del Grupo de Expertos Gubernamentales de febrero de 1999 participaron 30 representantes indígenas de 7 países. En la primera reunión del Grupo de Trabajo celebrada en noviembre de 1999, participaron 55 representantes indígenas de 17 países. Noto con satisfacción, que hoy tenemos aun más representantes indígenas de diversos pueblos y países del hemisferio.

Quiero ofrecer nuestra gratitud al gobierno de Canadá, a la Asamblea de Primeras Naciones de Canadá, al Banco Interamericano de Desarrollo y a los donantes no gubernamentales que han contribuido a que la participación indígena en este reunión se hiciera realidad. El incremento en la representatividad y participación indígena es un mandato especifico de la última Asamblea General de la OEA en Windsor.

Esta Sesión Especial se lleva a cabo en un contexto de avances y realización de asignaturas pendientes respecto de nuestros pueblos indígenas. Hay que reconocer que la situación y los temas de los pueblos indígenas son controvertidos y sensibles para muchos, dada la historia de nuestro hemisferio. A la vez, hay que reconocer que las viejas aprehensiones y practicas están cambiando. Mientras que en muchas partes del mundo las tensiones entre grupos étnicos se han convertido en temas explosivos y despiertan los peores instintos del ser humano, en nuestro hemisferio tenemos razones para ser optimistas.

En muchos países del hemisferio están avanzando en desarrollar nuevas políticas públicas y nuevas formas de consulta con los pueblos indígenas. También vemos que Estados e indígenas están tratando de encontrar soluciones democráticas y pacíficas a conflictos ancestrales. Como Secretario General y en nombre de la Organización, ofrezco nuestro apoyo a todos estos esfuerzos. Estoy optimista de que nuestros Estados continuarán el camino hacia la consolidación de un hemisferio más tolerante, mas justo y más democrático.

Distinguidos participantes:

En otras ocasiones he seguido con personal interés los desarrollos de las culturas indígenas y las relaciones con los gobiernos de sus países. Este interés nace de la experiencia de mi propio país, Colombia, y de los significativos avances que logramos consagrar en nuestra Constitución del 1991 por establecer y preservar los derechos de los pueblos indígenas. A nivel hemisférico, estoy convencido de que la situación y los derechos de los pueblos indígenas merecen su incorporación en la agenda hemisferica junto a temas tales como: la erradicación de la pobreza y las desigualdades socioeconómicas; el fortalecimiento y consolidación de la democracia; el pleno respeto a los derechos humanos; la protección del medio ambiente y los recursos naturales; el manejo inteligente de las oportunidades y desventajas del proceso de globalización de las economías y culturas; y la solución pacífica de las controversias.

En ese sentido la consideración y elaboración de la Declaración es de transcendental importancia. La Declaración puede convertirse en el instrumento más relevante para abordar estos desafíos. El Grupo de Trabajo es el foro más idóneo para profundizar el dialogo en torno a los conceptos fundamentales sobre los derechos indígenas.

También el trabajo del sistema interamericano de derechos humanos para la promoción y protección de los derechos de los pueblos indígenas es muy importante. La Comisión ha prestado una gran atención a este tema y quiero resaltar su contribución mediante informes especiales, estudios y una propuesta de "Declaración Americana sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas". La Comisión y la Corte están a la vanguardia de la promoción de los derechos de los pueblos indígenas y han desarrollado una significativa jurisprudencia internacional al respecto.

El compromiso para desarrollar un instrumento regional a favor de los derechos indígenas ha sido reiterado por los Jefes de Estado y de Gobierno de las Américas en los mandatos de las Cumbres de las Américas de Miami en 1994 y de Santiago en 1998.

"La Cumbre Indígenas de las Américas", convocada por la Asamblea de las Primeras Naciones de Canadá, es un hito histórico. Los representantes indígenas del continente se han reunido para identificar prioridades y preparar propuestas. Comparto la idea emanada de dicha reunión para que la prosperidad, la inclusión y los derechos humanos de los pueblos indígenas sean parte de la agenda hemisférica.

Distinguidos participantes:

Quisiera reitarar algunos comentarios que he hecho en el pasado. El reconocimiento de la identidad y de los derechos de los pueblos indígenas es un tema crítico y de gran transcendencia para hacer efectivos los mandatos que nos han otorgado nuestros presidentes y jefes de gobierno. A partir de lo que denominamos la Conquista, la posterior colonización y las migraciones, las Américas tienen hoy un carácter multiétnico, pluricultural y multilingüe. El Instituto Indigenista Interamericano ha identificado una población indígena compuesta por más de 400 grupos étnicos y unos 40 millones de personas. Las poblaciones indígenas cuentan con una extraordinaria diversidad lingüística y étnica, además de múltiples formas de desarrollo comunal en hábitats tan diversos como la selva, la montaña, el campo y los centros urbanos. En nuestras latitudes las comunidades indígenas se caracterizan por utilizar mecanismos de decisión comunitarias que contienen elementos de una cultura democrática muy fuerte.

Sin embargo, no siempre hemos sido respetuosos y conscientes de la riqueza y profundidad que representan la diversidad cultural y los diferentes modelos socioeconómicos de estas comunidades. Tampoco hemos hecho lo suficiente para respetar sus tradiciones y autoridades. Al contrario, por muchos años, nuestros gobiernos siguieron una política paternalista que trajo consecuencias adversas tanto para los Estados como para los indígenas. Estas políticas mostraron enormes limitaciones en sus intentos tanto de reducir la pobreza y marginación en la que ellos han vivido, como en mejorar la relación entre los indígenas y Estado.

En los últimos quince años hemos sido testigos de nuevas actitudes que han permitido buscar una redefinición en la relación entre pueblos indígenas, Estado y la sociedad civil. Desde comienzos de los años ochenta las sociedades de América Latina experimentaron un proceso gradual de profundización y fortalecimiento de sus instituciones democráticas, y los ciudadanos han ganado mayores espacios de participación política.

Es en ese contexto en el que nuestras sociedades comienzan a dejar de lado las aprehensiones y sospechas hacia las ideas que promueven la tolerancia, el respeto por la diversidad, y ha sido posible desarrollar políticas que han permitido redefinir las relaciones del Estado con los indígenas. Los gobiernos han comenzado a modificar su política indígena reconociendo sus derechos, promoviendo su desarrollo socioeconómico y tratando de encontrar soluciones democráticas y pacíficas a conflictos, a través de acuerdos con los indígenas y sus representantes.

En ese sentido varios gobiernos han logrado importantes avances. Entre ellos vale destacar que las Constituciones de 14 países han sido modificadas y hoy reconocen el carácter multinacional y pluricultural de sus sociedades. En otros casos se ha promulgado legislación que reconoce y protege ciertos derechos indígenas. Por último, también se ha logrado el reconocimiento y protección constitucional de las lenguas indígenas y la educación bilingüe en casi todos los países con poblaciones indígenas importantes.

En el ámbito internacional, se destaca la formulación de instrumentos para mejorar la protección de los derechos humanos de los pueblos indígenas, como el Convenio 169 de la Organización Internacional de Trabajo y las propuestas de Declaración en la OEA y las Naciones Unidas.

A pesar de estos importantes avances por parte de los Estados, aún queda mucho por hacer. La democratización, la integración de nuestras naciones y el desarrollo socioeconómico de nuestros países no se consolidará mientras subsistan enclaves de pobreza, marginación y exclusión. Estos factores limitan el desarrollo nacional y restringen los beneficios que ofrece la diversidad cultural. No habrá plena integración hacia afuera mientras no se de una mejor relación al interior de nuestras naciones. En ese proceso debemos encontrarnos como herederos de un pasado común y como coautores de un nuevo destino.

Distinguidos participantes:

Como Secretario General es mi aspiración que la OEA asuma la oportunidad y responsabilidad que tenemos para consolidar y avanzar en los logros conseguidos en el ámbito nacional y internacional en favor de los derechos de los pueblos indígenas. Ello debe ahora traducirse en la construcción de un marco regional que proteja los derechos indígenas en armonía con los estándares universales de derechos humanos, al afirmar los principios de la universalidad y la indivisibilidad de éstos.

Invito a los países y los representantes indígenas a considerar y estudiar seriamente la propuesta de Declaración, a tomar en cuenta la legislación nacional e internacional, a plantear sus opiniones y recomendaciones, y a escuchar, consultar y dialogar de manera franca y abierta. Invito a los países a buscar consensos y a avanzar con decisión en la consideración de una Declaración basada en las aspiraciones y principios que a todos nos unen.

La democracia y el bienestar de nuestros países deben construirse sobre el diálogo, el consenso, la inclusión y la dignidad de nuestros pueblos. Invito a todos los participantes a apoyar el Sesión Especial con lo mejor de sus recursos y voluntad.



Muchas gracias.