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El reclamo a varios países europeos -especialmente Gran Bretaña, Francia y Holanda- sobre el genocidio de los pueblos nativos americanos y la trata de los esclavos africanos que ocurrió entre los siglos XVII y XIX, llegó esta semana a la OEA de la mano del Primer Ministro de San Vicente y las Granadinas, Ralph Gonsalves.
Ante el Consejo Permanente de la OEA, Gonsalves aseguró que “la búsqueda de las reparaciones no se concibe como una confrontación estratégica contra estas naciones europeas, aunque para nosotros en el Caribe se trata de un tema decisivo en el Siglo XXI en pos de la justicia, la reconciliación y para corregir los errores históricos”.
Primer Ministro Gonsalves explicó a los países de la OEA la demanda del CARICOM a Gran Bretaña, Francia y Holanda por el genocidio indígena y el tráfico de esclavos africanos.
En su exposición, el Primer Ministro Gonsalves enfatizó que:
El Secretario General de la OEA, Luis Almagro, manifestó su apoyo al reclamo de las naciones caribeñas. “Somos conscientes que la historia oficial de las Américas ha sido escrita a espaldas de los sectores minoritarios, en especial de los afrodescendientes y pueblos originales. Desde la trata esclavista, los colonizadores quitaron ‘el alma’ a estas personas para tratarlos como propiedad, minimizaron su cultura y trataron de eliminar todo vestigio de las mismas para poder dominarlos”, afirmó.
El Secretario General Almagro dijo que es “evidente que la trata negrera fue un crimen contra la humanidad”.
Antecedentes
En el año 2000 se celebró la Conferencia Regional de las Américas, también llamada Conferencia de Santiago, donde se aprobó la Declaración y el Plan de Acción de Santiago. La reunión sirvió además como encuentro preparatorio de la III Conferencia Mundial contra el Racismo, la Discriminación Racial, la Xenofobia y sus Formas Conexas de Intolerancia, que se celebró en Durban (Sudáfrica) en agosto de 2001.
En Santiago, los Estados americanos reconocieron que la esclavitud y otras formas de servidumbre de las personas de origen africano y sus descendientes y los pueblos indígenas de las Américas, así como el tráfico de esclavos, fueron moralmente reprochables y en algunos casos constituyeron crímenes conforme al derecho nacional y, que si se produjesen hoy día, constituirán crímenes de conformidad con el derecho internacional.
La Declaración de Santiago, además, que estas prácticas han causado a estos pueblos daños considerables y duraderos de carácter económico, político y cultural, y que la justicia exige actualmente importantes esfuerzos naciones e internacionales para reparar tales daños. Dicha reparación debería efectuarse en forma de políticas, programas y medidas a adoptar por parte de los Estados que se beneficiaron materialmente de tales prácticas y deben tender a corregir el daño económico, cultural y político infligido a las comunidades y pueblos afectados.
El Secretario General de la OEA resaltó que la Declaración de Santiago “es un claro ejemplo de cómo un instrumento internacional no vinculante ha generado una serie de importantes medidas para atender a la población afrodescendiente a nivel nacional, regional e internacional. Entre ellas, citó las iniciativas dentro del Sistema Interamericano:
Por su parte, el Presidente del Consejo y Representante Permanente de Venezuela, Bernardo
Álvarez, manifestó su apoyo a la demanda de los países del CARICOM. “Se trata de un justo reclamo que exige solidaridad y comprensión con esta agenda impulsada por nuestros hermanos y hermanas caribeños. El reclamo de la reparación, por tratarse de graves violaciones a los derechos humanos, es un asunto que nos concierne e involucra a todos”.
Presidente del CP y Embajador de Venezuela, Bernardo Álvarez: “Se trata de un justo reclamo que exige solidaridad”.
Referencia: C-334/15