Comunicado de Prensa


Observaciones de la Misión de Veeduría Electoral de la OEA en Colombia

  21 de junio de 2010

El Secretario General de la Organización de los Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, saludó al gobierno del presidente Álvaro Uribe, al presidente electo, Juan Manuel Santos, y al pueblo colombiano por la jornada electoral de ayer domingo. El máximo representante de la OEA llamó a Santos para desearle éxitos en su futura labor como primer mandatario del país. Asimismo, lamentó la muerte de uniformados y ciudadanos, en hechos que no estuvieron directamente relacionados con esta elección.

La OEA ha desplegado una Misión de Veeduría Electoral, integrada por 81 observadores internacionales, provenientes de 23 países de América y Europa. La Misión llegó al país el 20 de febrero con el objetivo de acompañar las elecciones legislativas de marzo y las presidenciales del 30 de mayo, incluida esta segunda vuelta presidencial.

Durante las distintas etapas del proceso, un equipo móvil se desplazó por 30 de los 32 departamentos del país. El Jefe de la Misión, Enrique Correa, mantuvo reuniones con las autoridades electorales y gubernamentales, y líderes de distintas fuerzas políticas y de seguridad. También visitó los departamentos de Atlántico, Antioquia, Cundinamarca, Nariño y Valle del Cauca.

El día de la segunda vuelta presidencial, los observadores internacionales recorrieron 125 municipios desde donde reportaron sobre el desarrollo de la votación. Asimismo, técnicos de la Misión estuvieron presentes en el centro de consolidación de información preliminar de la Registraduría Nacional del Estado Civil.

Proceso electoral

La Misión de Veeduría Electoral de la OEA desea destacar que el proceso electoral, que comenzó con las elecciones legislativas, se desarrolló de manera exitosa, lo que se entiende como un logro que el gobierno y el pueblo colombiano han conseguido. No obstante, la Misión desea reiterar algunos de los aspectos mencionados en las elecciones anteriores, así como realizar algunas recomendaciones, de mediano y largo plazo, que permitirán perfeccionar los procesos electorales en Colombia.

Corresponde en primer lugar reiterar que en comparación con jornadas electorales del pasado reciente, al igual que la primera vuelta y la elección legislativa, la elección de ayer tuvo el nivel más bajo de violencia de las últimas décadas. Si bien hubo necesidad de trasladar mesas por las amenazas que pesaban sobre ciertas localidades y se quemaron materiales electorales en el Municipio de San Calixto, Norte de Santander, se percibe claramente que se registraron significativos progresos en materia de seguridad. Esto posibilitó una votación con pocos sobresaltos para candidatos, jurados, testigos partidarios y electores. Sin embargo, no se puede dejar de tener en cuenta los incidentes de seguridad que provocaron la muerte de uniformados y civiles.

La elección presidencial se desarrolló con mayor transparencia y corrección que los comicios del pasado mes de marzo. En efecto, en la elección legislativa se observó una presión focalizada de ciertos candidatos sobre los votantes de áreas bien circunscritas para obtener una cantidad de votos suficiente que les permitieran acceder a un curul parlamentario. En ése caso, la Misión pudo constatar compra de votos en seis departamentos del país. Durante la jornada de ayer, se observó compra de votos en el Municipio de Montería. El cambio de escala entre una elección y la otra ayudó al relajamiento de la presión, actividades coercitivas, amenazas y/o compra – venta de votos, favoreciendo una expresión más libre de los ciudadanos.

Las debilidades y fortalezas del sistema electoral colombiano se reflejaron nuevamente el día de la elección. Aún subsisten dificultades estructurales que requieren ajustes legales y técnicos para ser superados. A pesar de esto, la organización electoral confirmó los progresos registrados en la primera vuelta presidencial y quedó en evidencia el aprendizaje de lecciones de los comicios de marzo, que se tradujo en un proceso más ordenado, con más facilidades para los electores y con un funcionamiento adecuado de temas clave como la tranquilidad en la votación, ágil y correcto llenado de actas, y rapidez de la transmisión de resultados.

Al igual que en las elecciones anteriores, la Registraduría aseguró buenas condiciones para el inicio de la jornada electoral. El trabajo de distribución de kits electorales fue eficiente y casi la totalidad de las mesas observadas contaba con el material completo para recibir a los electores de manera puntual. Asimismo, la Registraduría desplegó numeroso personal para orientar al electorado: si en marzo el 82% de los votantes en las mesas observadas tenían información adecuada sobre la ubicación de su mesa, ese porcentaje aumentó en la primera ronda hasta 96% y culminó en un 97% en la segunda vuelta.

Los jurados electorales indicaron, a menudo, que la capacitación recibida para la elección presidencial fue de mayor calidad que la de marzo, lo que contribuyó a uniformar los procedimientos y apuntalar la confianza en la jornada electoral. Este factor, junto con la simplificación de la elección (una sola papeleta), permitió que la votación fluyese con celeridad.

Sin embargo, el aporte central radicó en la corrección con la cual transcurrió el escrutinio en las mesas. En la elección parlamentaria, en un 58% de las mesas observadas se reportaron problemas administrativos u organizativos, en la primera vuelta de la presidencial el porcentaje retrocedió hasta 14% y en la segunda vuelta ese nivel descendió hasta 10%. Este fue uno de los mayores logros de estos comicios aunque aún quedan esfuerzos por realizar para uniformar los procedimientos de escrutinio en las mesas. Otro logro relevante fue la desaparición de actos intencionales para alterar la preferencia de los votantes, que contrasta con un 4% de casos registrados en las mesas observadas anteriormente por la Misión.

No obstante, el proceso tuvo insuficiencias y complicaciones. La más inquietante es la elevada cantidad de recintos de votación que carece de sitios adecuados para emitir el sufragio. Se trata de una debilidad estructural del proceso electoral, que no se presenta únicamente en áreas rurales con infraestructuras precarias, sino también en las grandes ciudades donde se notó un hacinamiento de mesas y puestos al aire libre. Asimismo, el diseño de las mamparas de votación no genera privacidad para los votantes. Este problema fue evidenciado en el 40 % por ciento de las mesas observadas, en las que no se resguardó adecuadamente el secreto del sufragio.

Al no protegerse el secreto del sufragio, se facilita la compra de votos y la coacción, prácticas de larga data en las distintas regiones del país. Un segundo impacto son las dificultades a la hora del escrutinio, que se desarrolló en espacios muy reducidos, aumentando los riesgos de errores o manipulaciones y dificultando la fiscalización de los testigos partidarios.

Es importante mencionar que los fiscales no obtienen una copia del acta en la mesa, ni tampoco esta se hace pública hasta tanto no termine el proceso de transmisión de datos preliminares. Asimismo, después de dos meses de la elección parlamentaria y al momento de celebrarse la segunda vuelta presidencial, aún no se dispone de los resultados oficiales definitivos, ya que el Consejo Nacional Electoral (CNE) continúa realizando una revisión de las actas.

Después de la problemática transmisión de resultados preliminares en las elecciones legislativas de marzo, la Registraduría modificó de manera efectiva la infraestructura informática electoral. Se debe destacar la realización de numerosos simulacros, tanto a nivel nacional como departamental, lo que permitió identificar aspectos del proceso a ser perfeccionados.

La rapidez con la que fueron publicados los resultados demostró nuevamente el avance de la Registraduría en este aspecto del proceso. A poco menos de una hora de haber cerrado las mesas, ya se había procesado y divulgado el 95% de los votos. Al igual que en la elección anterior, la Misión desea saludar a la Registraduría Nacional por la rapidez con que fueron entregados los resultados preliminares.
Como el pasado 30 de mayo, la divulgación de los resultados se llevó a cabo desde un centro en Medellín, dedicado especialmente para esa tarea. Esto permitió reducir significativamente los tiempos de publicación de la información electoral desplegada vía Internet.

Recomendaciones

1.Mejorar las condiciones de los recintos de votación
Se ha constatado que muchos recintos de votación no reúnen los requisitos mínimos para que la elección se desarrolle de manera adecuada: con comodidad en el ejercicio del voto, garantías para el secreto y por ende la libertad del sufragio, espacio conveniente para la labor de los jurados a lo largo de la jornada, y para el escrutinio que en muchos lugares se realizó en condiciones precarias. Corresponde que las autoridades electorales busquen los espacios más convenientes, privilegiando siempre centros educativos o ambientes con aulas y/o cuartos techados tratando de reducir el uso de espacios al aire libre, aunque se utilicen carpas. Los vientos y la lluvia que cayeron en muchos lugares durante la segunda vuelta presidencial pusieron en evidencia las complicaciones que derivan de trabajar en espacios abiertos.

Asimismo se recomienda que el censo desplegado en los recintos de votación incluya no sólo el número de cédula de los electores sino también su nombre para facilitar la búsqueda.

2.Entregar copias de las actas a los testigos partidarios
El actual sistema no prevé que los testigos partidarios se queden con una copia de las actas de escrutinio. Dada la gran diversidad de frentes en competencia en los comicios de marzo, existen razones que impiden que cada organización cuente con una copia. Sin embargo, es importante para la transparencia del proceso y para un mejor control por parte de los actores, que se encuentre un mecanismo que les permita tener acceso a una copia oficial de este documento clave de la elección. En cambio, en la presidencial, cuando el número de competidores disminuye, resultaría más fácil organizar la distribución de copias.

3.Transmisión de Resultados Electorales Preliminares (TREP)
Sobre este proceso, se constató que la transmisión de datos vía telefónica no genera las seguridades que requiere un procedimiento de esta naturaleza. El uso de esa metodología no cuenta con un sistema eficaz de autenticación, verificación y auditoría. Asimismo, se tendría que prever que el envío de información para el conteo rápido se haga a partir de una copia del acta, en lugar de exigir que los jurados llenen otro documento. Con la modalidad actual, información que debiera ser idéntica, no siempre lo es, convirtiéndose en fuente de errores y confusiones, cruciales en aquellos casos en que los resultados de la contienda son ajustados.

La Misión recomienda un análisis de las deficiencias presentadas para mejorar la transmisión y procesamiento de los resultados en las próximas elecciones. Un buen ejemplo de esto sería la aplicación de un método que reduzca el uso de teléfonos e implemente un sistema por medio de Internet. Esto disminuiría el riesgo de fallas y distorsiones en la transmisión.

4.Censo Electoral
La Misión también ha constatado que el censo electoral está desactualizado. Un ejemplo de esto es la presencia de cédulas de ciudadanos fallecidos. Asimismo, se ha recibido información sobre imprecisiones en los datos demográficos. Dado que éstos cambian constantemente, existe la necesidad de que el padrón sea actualizado y depurado de manera continua. De esta forma, se podrá garantizar la transparencia y confiabilidad del padrón. En este sentido, la Misión considera impostergable la tarea de auditar, depurar y actualizar el Censo.

En el largo plazo se sugiere que el censo electoral sea formulado mediante un sistema de registro biométrico aplicado a la totalidad de los ciudadanos. Este registro debería conformarse con los datos referidos a la identidad del ciudadano como también las huellas dactilares, fotografía digital y otros que se determinen necesarios.

En las próximas semanas, la Misión presentará un informe ante el Consejo Permanente de la OEA con el fin de entregar los resultados de este trabajo de observación y ampliar las recomendaciones, de mediano y largo plazo, acerca del proceso electoral. En los meses posteriores, se hará público el informe final de esta Misión.

Para más información, visite la Web de la OEA en www.oas.org

Referencia: C-249/10