Comunicado de Prensa


PANEL DE ALTO NIVEL DESTACA ROL EN LAS AMERICAS
DE LA CARTA DEMOCRATICA INTERAMERICANA

  24 de mayo de 2007

La Carta Democrática Interamericana se ha convertido en una pieza muy importante para determinar la normativa democrática del sistema interamericano, dijo hoy el Secretario General de la Organización de los Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza. Durante un foro en el Dialogo Interamericano, en Washington, Insulza pasó revista a los elementos claves del documento histórico, subrayó sus resultados positivos y reflexionó sobre algunas de sus limitaciones.

El foro “Desafíos a la Democracia en las Américas: El Rol de la Carta Democrática Interamericana”, reunió a expertos de alto nivel –Thomas Shannon y Barry Lowenkron, entre ellos- para un debate que se enfocó en el papel que la Carta Democrática juega en el presente y jugará en el futuro de la región. El panel estuvo moderado por el Presidente del Diálogo Interamericano, Peter Hakim.

Insulza inició su participación recordando que se mantiene desde hace algunos años, una activa discusión sobre qué es la democracia y destacó la importancia de definir su esencia. Recordó que la Carta de la OEA puntualiza los elementos que el sistema debe comprender y mencionó entre los principales la participación ciudadana, elecciones periódicas, separación de poderes, imperio de la ley, derechos humanos, libertad de expresión y prensa, pluralismo ideológico, reglamentación del financiamiento de partidos, transparencia, responsabilidad y probidad en la administración pública.

El Secretario General Insulza advirtió, sin embargo, que en este contexto, aunque la Carta Democrática –que fue adoptada el 11 de Septiembre, 2001, por los Cancilleres del continente– ofrece una clara definición de la democracia, no precisa maneras de “hacer seguimiento” o “promover” la democracia y por lo tanto esa tarea le corresponde a la OEA.

Hacer una valoración o evaluación de la democracia en un país especifico no está contemplado en la Carta Democrática, dijo Insulza, quien observó que los países de la región guardan celosamente su soberanía. “En América Latina y el Caribe, cualquier cuestión relacionada con la evaluación de la democracia no será aceptable”, dijo Insulza. Agregó que la OEA, sin embargo, juega un papel clave en hacer seguimiento sobre el progreso de elementos individuales incluidos en la Carta, en tales áreas como la corrupción, la libertad de expresión, derechos humanos, temas de género y estándares de elecciones.

Pese a que la Carta Democrática destaca medidas a tomar cuando la democracia está en “riesgo”, dijo Insulza, no especifica necesariamente qué condiciones constituirían una base para tomar acción. “Yo soy de la idea que este tema debe ser redefinido”, apuntó.

Sumándose a las palabras del Secretario General, el Subsecretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental de Estados Unidos, Thomas Shannon, enfatizó en la necesidad de que la sociedad civil juegue un rol más importante en la promoción y la evaluación de la democracia en las Américas. “La

democracia no es solamente una cuestión de gobierno; también es un asunto de ciudadanía civil política, que significa crear redes de interacción democrática a todos los niveles de la sociedad”, dijo Shannon. Agregó que “esencialmente el desafío que enfrentamos en la región es uno de gobernabilidad democrática y es uno de asegurarnos que la democracia pueda entregar los beneficios y abordar la agenda social y económica que enfrentamos en la región”.

El Subsecretario de Estado de Estados Unidos para Democracia, Derechos Humanos, y Trabajo, Barry Lowenkron, resaltó la necesidad de asegurar la rendición de cuentas de gobiernos e instituciones débiles y también manifestó que la sociedad civil se está convirtiendo progresivamente en una parte importante de este proceso. Estos grupos son una significativa pieza del sistema al poner de relieve los problemas y así asegurar que los compromisos consagrados en la Carta Democrática se cumplan, dijo. Lowenkron señaló que la Carta proporciona un marco para guiar a los gobiernos en los principios de la democracia, tales como las elecciones transparentes, una prensa libre y la gobernabilidad democrática, pero subrayó que “la Carta debería ser usada como un punto de partida y no un fin en cuanto a las aspiraciones”.

Referencia: C-135/07