Discursos Secretario General Adjunto

REUNIÓN DE AUTORIDADES NACIONALES EN DISCAPACIDAD DE AMÉRICA LATINA EN EL CONTEXTO DE LA PANDEMIA DEL COVID-19

29 de mayo de 2020 - Washington, DC

Estimado Secretario de Acceso a Derechos y Equidad, Señor Gastao Alves de Toledo

Señor Presidente del Comité para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra las Personas con Discapacidad (CEDDIS), Sr. Anderson Santanna de Oliveira,

Y Vicepresidentes del Comité, Sres. Mariano Godachevich y Alicia Loza,

Directora del Departamento de Inclusión Social de la OEA, Señora Betilde Muñoz-Pogossian,

Honorables Autoridades nacionales en Discapacidad

Distinguidos Delegados de las Misiones Permanentes ante la Organización de los Estados Americanos,

Señores y Señoras,

Quisiera agradecer a nombre de la Secretaría General de la OEA el valioso y único aporte que cada una y cada uno de ustedes como autoridades nacionales en discapacidad y representantes de sus Estados ante la OEA, entregan día a día y han aportado también esta mañana, para garantizar que desde las políticas públicas efectivamente hagamos realidad una sociedad en donde todas y todos tengamos la misma participación, el mismo goce de derechos y un acceso equitativo a las oportunidades.

Desde su nacimiento, la OEA siempre ha expresado su preocupación por la situación de las y los ciudadanos que se encuentran en particulares situaciones de vulneración de derechos y de exclusión en las Américas, la región más desigual del mundo.

Dentro de los grupos en situación vulnerables según lo dispuesto en la Convención Interamericana contra toda Forma de Discriminación e Intolerancia, se encuentran las personas con discapacidad. Una de cada 7 personas en las Américas vive con una discapacidad. A las barreras que ya enfrentan a diario como: estigmatización, falta de acceso a bienes y servicios básicos, pobreza, invisibilidad, y abandono o institucionalización, se suman las nuevas generadas por la pandemia sanitaria, y la profundización de la desigualdad estructural normalizada en que se encuentran.

Nos estamos enfrentando a un contexto post-COVID19 que no sólo hereda las mismas brechas de desigualdad que ya teníamos en la región, sino que las profundiza y crea otras nuevas.

Afortunadamente, nuestra OEA cuenta con un impresionante conjunto de instrumentos jurídicos vinculantes en temas de derechos humanos y sobre protección a poblaciones vulnerables, que se convierten en mandatos de la OEA, y que además de establecer compromisos para los Estados miembros de la Organización, marcan también la pauta para el diseño de las respuestas de política pública con un enfoque inclusivo, interseccional y transversal de derechos humanos antes, durante, y después de la emergencia, teniendo en cuenta también que los mismos son indivisibles e interdependientes.

El impacto de la pandemia actual está transformando nuestras vidas, y aún no existe claridad sobre cómo viviremos en un mundo posterior al Covid-19. Lo único cierto es que la “normalidad” que conocíamos ya no será viable.

Estamos llamados a aprovechar los desafíos a los que nos enfrenta esta pandemia sanitaria para transformar la “normalidad” de las fórmulas ya conocidas y probadas de hacer política pública en las Américas y dejar de reproducir la desigualdad. Pero esta tarea no se puede realizar de manera individual y aislada. Si algo hemos aprendido, es que la calidad de vida y el ejercicio de derechos de una persona, depende de la calidad de vida y de inclusión de todas las personas. Las soluciones políticas que buscamos para enfrentar un contexto donde las personas con discapacidad ven profundizadas las barreras para su participación y desarrollo como ciudadanos, deben ser colaborativas, y planteadas desde una mirada interseccional.

La mirada interseccional significa pensar en la persona con discapacidad que además es mujer, la que es afrodescendiente, de pueblos indígenas, de colectivos LGTBIQ, que se encuentra en situación de pobreza extrema, privada de libertad, las niñas y niños y las personas adultas mayores con discapacidad. Abordar la intersección de todas ellas.
Debemos pensar en soluciones integrales, que partan desde las situaciones de vulneración y que se apliquen transversalmente para todas y todos.

Este es un momento único para la innovación y la creatividad, y debemos convertir los desafíos en oportunidades para avanzar en la construcción de sociedades más equitativas, justas e inclusivas en las Américas.

Un primer desafío fundamental en esta tarea de dar respuestas inclusivas e integrales al futuro post pandemia para las personas con discapacidad, es la accesibilidad. La accesibilidad debe ser un principio exigible en todas las políticas y programas públicos, con el objetivo de garantizar la vida independiente de toda la ciudadanía. Debe ser un pilar transversal de las políticas públicas, de las respuestas ante emergencias, y de la cooperación internacional en cualquier tema.

Segundo, es fundamental generar estadísticas desglosadas, para poder recabar evidencia practica que permita planificar mejor la respuesta a próximas emergencias sanitarias y cualquier índole.
Tercero, la cooperación internacional debe efectuarse y aplicarse con principios inclusivos, tanto cuando se solicita desde los Estados, como cuando se ofrece. Una cooperación internacional con principio inclusivo aplicable transversalmente, implica promover la independencia de las personas con discapacidad, porque sólo esa independencia y autonomía nos asegurará países y ciudades sostenibles, y familias autosustentables.

Cuarto, es fundamental implementar iniciativas de capacitación y formación transversal en la variable discapacidad con enfoque de derechos en todas las carreras de formación profesional y en los currículos escolares.

Por último – y no menos importante-: antes, durante y después de las emergencias, los Estados deben mantener consultas y colaboración estrechas con las organizaciones de la sociedad civil de personas con discapacidad de la región, quienes deben participar activamente en todo el proceso de propuesta, diseño, aprobación y monitoreo de las respuestas y soluciones en políticas públicas ante las crisis y sus efectos. Porque la pandemia nos ha enseñado que el problema de una persona se puede convertir en el problema de todas las personas. Y esto implica que las soluciones deben ser pensadas, y ejecutadas, de manera colaborativa.

Finalmente, quiero agradecer a nombre de la OEA a las autoridades presentes por compartir con nosotros su trabajo, su experiencia, sus buenas prácticas, sus ideas, y por su valioso tiempo.

Señoras y Señores, cuenten con el apoyo de la Secretaría General de la OEA en la lucha por hacer realidad todo lo que hoy se ha propuesto para construir un futuro post pandemia con más derechos para más personas con discapacidad en las Américas.

Muchas Gracias!