Conferencia magistral
“Elecciones íntegras y de calidad: base de la democracia en el siglo XXI.”
Democracias del Siglo XXI
La construcción de las democracias es permanente. No es tarea de un día, ni un fin en sí mismo, no solamente eso, es el medio que nos lleva a alcanzar también fines, como el desarrollo y la igualdad. La democracia es un proceso permanente, pero también es algo a lo que aspiramos, o seas, que también se transforma ese proceso en un fin en si mismo. Es el activo más valioso de una sociedad. Por eso celebro que autoridades electorales convoquen a este tipo de eventos.
• La democracia es uno de los pilares que inspira y en los que se basa la labor diaria de la Organización de los Estados Americanos. La prueba más importante es que los Estados Miembros negociaron y firmaron la Carta Democrática Interamericana, que se ha convertido en un elemento de identidad regional o en una verdadera Constitución de las Américas.
• La firma de la Carta reafirmó el compromiso de la región con la democracia. Es un compromiso incondicional, porque las libertades fundamentales, los derechos humanos y la democracia no existen sólo cuando es conveniente en las dinámicas de poder, deben imperar en todo momento.
• El artículo 1 de la Carta Democrática establece: “Los pueblos de América tienen derecho a la democracia y sus gobiernos la obligación de promoverla y defenderla”. Este mandato es central para nuestra institución y es el pilar fundacional de las relaciones internacionales en el hemisferio.
• En su artículo 3, la Carta define también los elementos esenciales de la democracia representativa: el respeto a los derechos humanos y las libertades fundamentales; el acceso al poder y su ejercicio con sujeción al estado de derecho; la celebración de elecciones periódicas, libres, justas y basadas en el sufragio universal y secreto como expresión de la soberanía del pueblo; el régimen plural de partidos y organizaciones políticas; y la separación e independencia de los poderes públicos.
• Tal como hemos definido, la democracia es un conjunto de mecanismos y normas que- basados en el respeto al pluralismo, las libertades individuales y los derechos fundamentales- organizan la forma en que se accede y ejerce el poder.
• Pero la democracia significa más que una forma de gobierno o un proceso de elección de representantes. Es también una forma de vida, una forma de relacionarse con los demás. Y por eso la necesidad de un compromiso de todas y todos en el ejercicio democrático.
• La democracia requiere de consensos. La cultura democrática debe estar presente también en cada uno de nuestros ámbitos, la familia, la escuela, la empresa, el trabajo y en cualquier otro espacio social.
El estado de la democracia en la región
• Las Américas sigue siendo la región que cuenta con el mayor número de democracias en el mundo. Esto no significa que las democracias en nuestra América sean perfectas. Obviamente que todos los procesos democráticos del continente son perfectibles y sus fallas y déficits son permanente motivo de trabajo de todos los sistemas políticos.
• De acuerdo con el estudio más reciente de Latinobarómetro, entre 2008 y 2018, el nivel de satisfacción con la democracia en la región cayó 20 puntos: pasando de un 44 por ciento a un 2 4por ciento. Por otra parte, sólo un 5 por ciento de los ciudadanos en Latinoamérica considera que vive en una democracia plena, mientras que un 68 por ciento piensa que la democracia en su país presenta problemas.
• Lo que estos datos revelan es que, a más de 30 años del inicio de la tercera ola democratizadora, nuestros países todavía luchan con problemas vinculados a la calidad de sus instituciones democráticas.
• Algunos de los desafíos más extendidos son:
1. La corrupción – que afecta la confianza en el sistema y la confianza en los políticos.
2. La desafección de la ciudadanía hacia la política;
3. La desigualdad– con instituciones y estructuras que perpetúan la exclusión.
• Muchos casos recientes de corrupción de alto perfil, con tratamiento diferencial ante la Justicia, fomentan la percepción de desigualdad y tienen un claro impacto negativo en la percepción de la democracia. El Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) 2018, publicado por Transparencia Internacional, revela la incapacidad de la mayoría de los países para controlar la corrupción .
• Esta problemática está directamente vinculada a la debilidad del Estado de derecho y a la impunidad. Frente a este panorama es necesario fomentar la integridad, la transparencia y la rendición de cuentas, dejando atrás las prácticas espurias que durante mucho tiempo han sido moneda corriente en la región.
• Un segundo problema es el descrédito de la clase política. En muchos de nuestros países, se ha generalizado la percepción de que quienes ocupan puestos de poder no representan en verdad los intereses y demandas presentes en la sociedad.
• Cada vez más, los gobiernos son criticados por no defender los intereses de la mayoría. Según el Latinobarómetro 2018 , el 79 por ciento de los latinoamericanos percibe que se gobierna para unos pocos. Este indicador alcanza el nivel más preocupante desde que se tiene registro e impacta directamente en las percepciones respecto al estado de la democracia.
• Existe una necesidad creciente de extender la participación ciudadana para poder mejorar los mecanismos de representación política. El sistema democrático para ser realmente incluyente debe poder articular las diferentes demandas de los ciudadanos en sus vidas cotidianas. No las de los más poderosos, sino las de todos.
• De acuerdo con un reciente estudio de CEPAL, Latinoamérica es la región más desigual del planeta . Con una tasa de pobreza que alcanza el 30 por ciento, es claro que no hemos sido aún capaces de resolver las demandas materiales de una parte de nuestra sociedad. Ello también termina impactando negativamente sobre la valoración que tiene la ciudadanía de la democracia.
• En un contexto como el que hemos descrito, la confianza ciudadana en las instituciones democráticas ha caído a mínimos. Los partidos políticos, vehículos fundamentales del sistema democrático, concitan un bajísimo nivel de apoyo popular. De acuerdo con el último informe de LAPOP, la confianza de la población de las Américas en las organizaciones políticas es la más baja de la historia, con tan solo 17.5 por ciento .
• El descontento y la desconfianza ciudadana ha calado hondo, alcanzando el corazón mismo del sistema democrático: las elecciones. De acuerdo con LAPOP, el nivel de confianza regional en las elecciones es de solo el 31,9 por ciento.
• Ello a pesar de que en los últimos 20 años se ha dado una progresiva institucionalización de las autoridades electorales y una notable mejora en la calidad de los comicios. México es un ejemplo muy claro de esta tendencia.
• A nivel regional, salvo algunas excepciones, los países han logrado contar con padrones más confiables, jornadas electorales sin mayores incidentes y escrutinios más transparentes. Aun así, la desconfianza persiste y debilita esta esencia misma del funcionamiento democrático.
• El ejercicio de la democracia no se reduce a las prácticas electorales. Pero la democracia moderna no funciona sin elecciones libres y transparentes, que doten de legitimidad a los gobiernos. La confianza de la ciudadanía en el proceso electoral, si bien no es condición suficiente, es condición necesaria para que la democracia se sostenga.
La OEA y el fortalecimiento de los procesos electorales
Las Misiones de Observación Electoral
• La OEA ha venido trabajando desde hace más de 50 años en pos de la mejora de los procesos electorales A tal fin, una de las herramientas principales con la que ha contado la organización ha sido sin duda las Misiones de Observación Electoral.
• Desde que la Organización envió su primera MOE en 1962 a Costa Rica, la OEA ha observado más de 250 elecciones en 28 países de la región. En estas más de cinco décadas, las MOEs han transitado distintas etapas.
• Entre 1962 y finales de la década de los 80, época caracterizada por la prevalencia de gobiernos autoritarios, las misiones electorales fueron acotadas en número, con baja presencia de observadores y limitadas al acompañamiento simbólico de elecciones.
• A partir de los años 80, a medida que los países de la región transitaban hacia regímenes más plurales y competitivos, la observación electoral internacional empezó a tener más espacio. Así, en los años 90, empieza la expansión de las misiones como la de Nicaragua con 433 observadores y Haití con 195. Esta segunda etapa se caracterizó por Misiones más ambiciosas en cuanto al despliegue de observadores y la duración del despliegue.
• Un tercer período se abrió en 2006, cuando la OEA comenzó a desarrollar herramientas metodológicas para observar las elecciones de manera más rigurosa y sistematizada. Para la elaboración de estos instrumentos se tomaron en cuenta los principios y derechos consagrados en la Carta Democrática Interamericana, la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, la Declaración Universal de Derechos Humanos, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, y la Convención Americana sobre Derechos Humanos (Pacto de San José de Costa Rica).
• Las nuevas herramientas sistematizaron la observación de los procesos electorales para contar con una visión integral, pudiendo ampliar el alcance de la observación más allá del día de la votación para estudiar otros factores que pudieran alterar las condiciones de equidad y transparencia de la contienda electoral.
• En los últimos años, las misiones han puesto el foco sobre factores que afectan directamente la calidad de la contienda, como la importancia de contar con reglas electorales que garanticen mayor inclusión, transparencia, representación e igualdad de condiciones para todas las opciones políticas en contienda .
• Los 56 años del programa de observación electoral de la OEA han dejado resultados concretos, el principal de ellos es que la implementación de sus recomendaciones ha mejorado progresiva y sustantivamente los procesos electorales de la región. Hace algunos años, las universidades de Harvard y de Sídney analizaron el impacto de las recomendaciones de 71 MOEs, desplegadas en 27 países para procesos electorales que tuvieron lugar entre 1999 y 2015. Este estudio reveló que más de la mitad de las recomendaciones de las Misiones fueron implementadas, ya fuera de manera parcial o completa.
• Sin embargo, es importante anotar que, si bien estas reformas pueden ser promovidas por organismos internacionales como la OEA, su efectiva implementación depende de la voluntad política de las autoridades de los Estados Miembros. Para que estos cambios sean aceptados y contribuyan a procesos electorales más confiables se requiere, asimismo, que la sociedad civil y los partidos políticos participen en su diseño y ejecución.
Los proyectos de Cooperación técnica
• El trabajo de la OEA en materia electoral no se limita a la observación. Los proyectos de Cooperación técnica son otra herramienta mediante la cual se busca contribuir a la modernización y el mejoramiento de la calidad de los servicios que prestan los órganos electorales de la región.
• A través del Departamento para la Cooperación y Observación Electoral, la Organización presta asistencia técnica a las entidades electorales que así lo solicitan, sobre temas tan variados como Registro/Padrón Electoral, Fortalecimiento de la Estructura Organizacional y legislación electoral.
• Recientemente, la OEA colaboró con el Congreso Hondureño en la reforma de la legislación electoral. Los expertos convocados por la organización realizaron un análisis integral de la normativa vigente, tomando en cuenta las observaciones y recomendaciones de la Misión de Observación Electoral desplegada para las elecciones generales de 2017.
• Anteriormente, en Bolivia, se llevó a cabo una revisión de los procesos de actualización y depuración del padrón electoral. Al finalizar, la OEA entregó un informe con una serie de recomendaciones para fortalecer el registro electoral biométrico en Bolivia.
• Estos son sólo algunos de los proyectos en los que la OEA ha prestado asistencia técnica.
Certificación ISO electoral
• Un canal a través del cual la Organización aspira a promover una mejora en la calidad de los procesos electorales es mediante las certificaciones ISO electoral.
• Los sistemas de gestión de calidad están diseñados para mejorar la planeación y ejecución de las actividades organizacionales. Se focalizan en los procesos internos, particularmente en el desarrollo de información, en la toma de decisiones y en la promoción de una cultura que aspire al perfeccionamiento continuo de los servicios a la ciudadanía. La OEA ha trabajado con diversas autoridades de la región (Perú, República Dominicana, Ecuador) para implementar sistemas de gestión de calidad.
• Los procesos electorales se componen de una serie de subsistemas relacionados entre sí, de manera secuencial en algunos casos o simultánea en otros.
• El funcionamiento de cada uno impacta sobre los demás. Por ejemplo, el sistema de inscripción de electores tiene efectos en todo el proceso. El número de inscriptos en el padrón es un insumo fundamental para realizar la cartografía electoral y para planificar todos los aspectos logísticos de la jornada de votación, desde el número de recintos con que se debe contar hasta el número de papeletas. Cada uno de estos sistemas y sus resultados tienen impacto en la credibilidad de la elección misma y, por lo tanto, en la calidad en la democracia.
• Las autoridades electorales que han procurado la certificación bajo la especificación técnica ISO Electoral lo han hecho pensando en continuar mejorando y logrando altos estándares de calidad y desarrollo.
• Concretamente, la implementación de este sistema de gestión dota a las instituciones de beneficios como:
-Mejoramiento continuo en la organización del proceso electoral.
-Mejoramiento de la organización interna y de la motivación y el trabajo en equipo.
-Uso eficaz y eficiente de recursos.
-Identificación de nuevas oportunidades.
-Mayor capacidad de respuesta y flexibilidad.
-Mejora en el flujo de información y visibilidad para tomadores de decisiones.
Y, sobre todo confianza, transparencia y rendición de cuentas en la gestión del organismo.
• El objetivo último es fortalecer la institución y afianzar la confianza ciudadana, sin la cual la legitimidad del proceso electoral se resiente.
• La certificación contribuye a la confianza, porque somete a la autoridad electoral al escrutinio de un ente externo, que audita los procesos y garantiza que se lleven a cabo de acuerdo a las más altas estándares internacionales.
• Mucho se ha discutido sobre si las prácticas de la empresa privada deben invadir el espacio de lo público. Esto ha sido una crítica de iniciativas como la ISO electoral.
• Al respecto me gustaría compartir dos reflexiones. La primera es que tanto la esfera pública como la privada comparten un mismo fin: satisfacer al consumidor o ciudadano según se quiera. Para ambas el principal objetivo es tener ciudadanos, usuarios satisfechos porque eso justifica su existencia.
• Lo público es más complejo que lo privado. Implica una responsabilidad más allá de lo que se puede medir con intercambios económicos. En lo público hablamos de valores, principios y derechos. Como decía nuestro amigo Lorenzo Córdova “en la generación de un contexto adecuado para el ejercicio de la democracia”.
• Los asuntos públicos deben tratarse con la mayor responsabilidad y buscar innovar en los campos que permitan hacer más eficientes nuestros procesos con el ciudadano como eje de nuestras acciones y a la sociedad en su conjunto, para que al final del día en el ejercicio de la democracia siempre tenemos que tener en cuenta que la libertad es el valor principal, pero la libertad viene conjuntamente con la responsabilidad cuando asumimos nuestra libertad.
Y eso tiene que ver también con los patrones éticos más elevados que podamos tener, ya sea a nivel de funcionarios, ya sea a nivel de autoridades políticas, ya sea a nivel de ciudadanía en general.
Existen desafíos en materia electoral
• Los escándalos de corrupción que han sido revelados recientemente en la región nos enseñan la importancia que tiene la regulación del financiamiento político. Este sigue siendo uno de los aspectos más complejos y controvertidos del proceso electoral. Sin embargo, este desafío no se presenta del mismo modo en toda la región.
• Muchos países experimentan desafíos relacionados con la igualdad de acceso a los fondos debido a las fórmulas que se escogen para distribuir los recursos públicos.
• Otros, en cambio, tienen problemas relacionados con las medidas de control y transparencia. Cuando las campañas se financian con fondos provenientes de fuentes ilícitas, la gobernabilidad se ve afectada desde su origen.
• Es evidente que el financiamiento político es un tema complejo en el que las responsabilidades no deben depositarse exclusivamente en las autoridades electorales. Las diferentes agencias estatales, los medios de comunicación, la sociedad civil y, por supuesto, los partidos políticos deben contribuir a un esquema equitativo con un enfoque muy claro, muy transparente de rendición de cuentas.
Equidad en la participación política de las mujeres es un tema pendiente en nuestro continente.
• Desde la década de 1990, la mayoría de los países latinoamericanos han adoptado acciones afirmativas (cuotas) para promover el acceso de las mujeres a los cargos públicos. Según la UPI, el 30,6 por ciento de los legisladores a nivel nacional en las Américas son mujeres . Somos la segunda región del mundo con mayor presencia femenina en los órganos legislativos después de los países nórdicos. En ello, sin duda, han tenido un gran peso las medidas de acción afirmativa antes mencionadas.
• En países como Costa Rica y México, que han legislado medidas de paridad y tienen instituciones que las aplican, hemos visto un aumento considerable del número de mujeres en cargos públicos. En el caso de México, tras la última elección, la presencia femenina en la Cámara de Diputados alcanzó el 48.2 por ciento y en el Senado, el 49.22 por ciento. Con estos resultados, México se sitúa entre los países de la región con mayor representación de mujeres en el Congreso.
• De las observaciones de nuestras misiones, podemos concluir que, no sólo es necesario aprobar leyes que garanticen la igualdad de acceso a las esferas de poder, sino también promover otras medidas que apoyen la formación de liderazgos femeninos y el empoderamiento de las mujeres, el financiamiento de sus campañas, específicamente a la prevención absoluta de la violencia de género y las mejores garantías de acceso a la justicia, en cada uno de estos temas cada uno debería ser un feminista radical como lo soy yo.
• El rápido desarrollo de las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación) presenta importantes oportunidades para mejorar, fortalecer y modernizar los procesos electorales. El grado de utilización de la tecnología en los comicios varía de un país a otro de las Américas, pero se están haciendo esfuerzos para modernizar diferentes procesos a lo largo del ciclo electoral.
• El éxito en la aplicación de las tecnologías de la información y las comunicaciones depende en gran medida de la capacidad de las autoridades electorales para identificar las herramientas existentes que puedan lograr los resultados deseados y que puedan ajustarse al contexto político, social y cultural del país.
• Los distintos actores involucrados en el proceso electoral (por ejemplo, funcionarios gubernamentales, legisladores, candidatos y ciudadanos) desempeñan un rol vital en el uso exitoso de las nuevas tecnologías. Sin su participación, aprobación y apoyo, las nuevas tecnologías electorales pueden, en última instancia, enfrentar una fuerte resistencia y convertirse en un problema en lugar de una solución.
Las redes sociales en los procesos electorales
• Las redes sociales se han convertido en una herramienta central de los procesos electorales, facilitando las actividades de campaña de candidatos y partidos, el involucramiento de los ciudadanos en los procesos electorales y la comunicación directa entre los distintos actores políticos y los electores.
• El Internet y las redes sociales pueden ser utilizadas por cualquiera. Significan un instrumento poderosísimo de empoderamiento del ciudadano, pueden ser un espacio esencialmente democratizador, que permita la comunicación directa y bidireccional entre todos los actores involucrados en el proceso electoral sin la intermediación de los medios tradicionales.
• Pero pueden también ser utilizadas para atacar adversarios políticos y difundir noticias falsas. Esto se ha observado en varios países en los últimos años.
• La diseminación de desinformación no es una novedad. Llevo unos quince años en la política y vengo luchando con la información falsa todos los días, ¿Saben cuántas veces he desmentido algo? CERO, nunca. Nunca debemos retroalimentar esos procesos de mentiras, esos procesos de falsedad.
• Debemos sí tener claro que se deben asumir responsabilidades al respecto, como recién decía, la máxima libertad implica también la máxima responsabilidad como debe pasar con todos los adultos. Solamente cuando somos niños no tenemos ninguna, libertad, no tenemos ninguna responsabilidad. Nos dicen cuando nos bañamos, cuando nos vamos a acostar y tenemos que comer los que nos quieren dar de comer.
• Cuando crecemos empezamos a asumir libertades, pero también empezamos a asumir responsabilidades, eso implica lo mismo para la sociedad en general en su madurez y para cada ciudadano asumir su madurez.
Violencia en los procesos electorales
• Como ya se ha mencionado, las campañas electorales se están desarrollando en un contexto de desilusión, esto se reflejó principalmente en los niveles de polarización y agresividad de las campañas. Los ataques no se han dirigido únicamente contra candidatos o autoridades electorales. Periodistas y simpatizantes también han sido objeto de amenazas.
• La violencia verbal se convirtió en algunos casos en violencia física real. En los últimos años hemos visto atentados contra precandidatos, candidatos, dirigentes y simpatizantes de partidos políticos. Estos episodios repercuten no sólo sobre las víctimas directas de los ataques, sino también sobre otros postulantes y militantes y sobre la integralidad del funcionamiento democrático.
• La democracia y la violencia política no son compatibles. En los sistemas democráticos consolidados la violencia como instrumento para imponer los propios intereses no es aceptada: el diálogo y la negociación son las únicas herramientas legitimadas. Los candidatos deben tener la posibilidad de expresar sus puntos de vista, los simpatizantes deben tener la posibilidad de expresar sus puntos de vista. Cada uno de ellos deber ser conocidos en sus derechos, de elegir o de ser elegidos, sin sufrir la violencia, si ser asesinados por eso, sin ser amenazados por eso.
• Es evidente que la región ha logrado progresos significativos en materia electoral. La OEA ha acompañado este proceso, poniendo a disposición su conocimiento técnico y experiencia.
• Sin duda, el escenario en el que se llevan a cabo las elecciones es complejo. Retos estructurales, todavía no han sido superados. A estos se suman nuevos desafíos, como la difusión de desinformación a través de las redes sociales, que tampoco pueden ser ignorados.
• Dar respuesta a estos retos debe ser una prioridad. De ello depende la confianza ciudadana en los procesos electorales y, por extensión, la salud de nuestras democracias.
• Gracias