Entender, proteger y mejorar la calidad del aire es esencial. La calidad del aire es una de las mayores preocupaciones, de las que han surgido regulaciones a diferentes niveles.

Para mejorar la calidad del aire, se debe medir la cantidad de contaminantes en el aire, esto es posible a través del desarrollo de estándares y métodos de prueba para que las regulaciones se puedan desarrollar y hacer cumplir.

Un monitoreo continuo de los contaminantes del aire seleccionados y los procesos de calibración hacen posible tener una comparación y trazabilidad de las mediciones de la calidad del aire.

Los datos de emisiones que se recopilan también se pueden utilizar para crear modelos que pueden ayudar a predecir cómo será la calidad del aire en el futuro y qué efecto podrían tener las nuevas regulaciones sobre la calidad del aire.

Hay diferentes tipos de monitoreo del aire para evaluar la presencia de contaminantes nocivos en el aire: diaóxido de nitrógeno, monóxido de carbono, dióxido de azufre, compuestos orgánicos volátiles y partículas. Es importante identificar los problemas y tomar las medidas necesarias para reducir estos contaminantes.