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C.1 Características generales del área

C.1.1 Clima
C.1.2 Fisiografía
C.1.3 Geología y litología
C.1.4 Drenaje
C.1.5 Vegetación

C.1.1 Clima

La provincia del Darién está bajo la influencia de un clima húmedo y cálido, pudiendo advertirse variaciones dentro de la zona debido a condiciones topográficas locales.

Se registra una máxima absoluta de 35.5°C y una mínima de 17.2°C, fluctuando la media anual entre 25° y 26°C.

Las variaciones térmicas durante el año son mínimas; en cambio, no lo son las precipitaciones pluviales a través del año, en que se registra un período seco relativo que puede durar de tres a cuatro meses (enero a abril) y un período húmedo que va de mayo a diciembre. Dichas variaciones afectan las tierras situadas en el área de influencia del estuario del río Tuira, los valles del Chucunaque y Sambú, y las ubicadas a lo largo de la Carretera Panamericana hasta aproximadamente la altura de El Real.

Las lluvias, que se distribuyen en forma irregular a través del año son copiosas en las tierras montañosas próximas a la costa atlántica (3 000 mm - 4 000 mm) y aumentan en las montañas del Pacífico, al sudeste de la región (4 000 mm - 5 000 mm). En las áreas centrales y al sudoeste las precipitaciones disminuyen sensiblemente, fluctuando entre 1 700 mm y 2 800 mm anuales.

Las variaciones de los factores climáticos, principalmente la lluvia, se deben a la configuración topográfica que existe en la provincia del Darién.

i. Vientos

Los vientos del noroeste y nordeste prevalecen a fines de diciembre hasta abril en la mayor parte de la región con una leve variación de vientos, generalmente del sur, que predominan desde mayo a diciembre; también en esta época se presentan vientos que se forman localmente, provenientes del mar, de los valles y de las montañas adyacentes.

Los vientos calurosos del Pacífico, que tienen acceso por el estuario del Tuira toman contacto con las masas de aire frío procedentes del Atlántico a través de la Serranía de San Blas, dando origen a precipitaciones elevadas en las cuencas altas de los principales ríos de la zona; por otro lado, en la región montañosa del Pacífico, al sudeste de la provincia, se encuentran las zonas más húmedas debido a la convergencia de una masa de aire frío con una corriente de aire caliente del Pacífico combinado con una alta humedad.

C.1.2 Fisiografía

Dentro del ámbito fisiográfico que presenta la zona, se pueden diferenciar en forma muy generalizada los siguientes paisajes fisiográficos.

i. Paisaje aluvial

Se caracteriza principalmente por su topografía plana, y se halla formado tanto por sedimentos frescos de origen fluvial como marino. Los suelos, originados de depósitos fluviales se extienden constituyendo una estrecha faja a lo largo de los principales ríos y reciben sedimentos nuevos por efecto de las inundaciones que se producen en forma eventual o periódica; en cambio, los suelos derivados de materiales marinos o fluviomarinos forman la faja litoral de tierras muy pobremente drenadas (manglares); la napa freática permanece en la superficie o muy próxima a ella en la mayor parte del tiempo y soportan inundaciones muy severas producidas por las mareas y desbordamiento de las aguas de los ríos en zonas cercanas a sus desembocaduras.

ii. Paisaje de llanura ondulada

Como su nombre lo indica, son áreas de relieve suave a moderadamente ondulado y con pendientes mayormente inferiores a 15%. Este paisaje se encuentra predominantemente en el valle terciario de los ríos Chucunaque y Sabana, aunque también existen en menor extensión en el Sambú, Jaqué, Cucunatí, Congo y otros.

iii. Paisaje colinoso

Presenta una superficie con ondulaciones muy fuertes, lo cual le confiere al paisaje un aspecto corrugado de intensidad variable, de contornos más suaves e inferiores en magnitud que las montañas adyacentes; las colinas se originaron por los movimientos tectónicos del terciario y la acción moderadora subsecuente de los factores climáticos, principalmente la precipitación pluvial. La inclinación de la pendiente es variable; las disecciones son moderadas a fuertes y están afectadas por un amplio rango de pendiente que oscila entre 15 y 50%. Las áreas de colinas se encuentran predominantemente en la cuenca media de los ríos Tuira, Pihuila, Balsas, Sambú y Sabanas, así como también en el área de influencia de la Palma, Setegantí y los tributarios del río Chucunaque.

iv. Paisaje montañoso

Dos sistemas de montañas que recorren paralelas entre sí forman el paisaje montañoso y abrupto que tipifica las tierras escarpadas de la región oriental. La cadena montañosa del Atlántico, denominada Serranía de San Blas-Darién actúa como la línea divisoria de las aguas entre la Comarca de San Blas y la Provincia del Darién. En el perfil, a pesar de ser muy escarpado y abrupto, las cumbres no alcanzan alturas considerables, ya que las más altas son las del Puna y el Tacarcuma, con 1 220 y 1 585 metros, respectivamente.

El macizo montañoso del Pacífico está representado por las Serranías de Majé y Cañazas en la región occidental, que se pierde al llegar al amplio estuario del río Tuira para reaparecer en el sector septentrional del Darién con los nombres de Serranía del Sapo, de Jurado, Pirre, Setetule y Bagre.

C.1.3 Geología y litología

De acuerdo con el mapa geológico de la región oriental, Proyecto Minero Fase II, la zona estudiada presenta una secuencia estratigráfica cuyo orden de sucesión cronológica va desde el cuaternario reciente hasta el cretácico.

El cuaternario reciente comprende todas aquellas tierras pantanosas derivadas de sedimentos fluviomarinos que bordean el área de influencia del río Tuira y la desembocadura de los ríos Taimatí, Sambú y Jaqué. A esto se agregan las fajas de depósito fluvial recientes que se extienden a lo largo de los principales ríos de la zona.

Las grandes cuencas terciarias de los ríos Bayano, Chucunaque y Tuira, así como las menores de los ríos Balsas, Sambú y Jaqué consisten en rellenos sedimentarios que van desde el Oceno al Plioceno. Están constituidos por limolitas, lutitas, areniscas calcáreas, areniscas lutáceas y conglomerados provenientes al parecer de la erosión del material volcánico que alternan con algunas intercalaciones de calizas masivas.

C.1.4 Drenaje

El drenaje natural de la zona se efectúa a través de varios ríos, como el Chucunaque, Balsas, Yapé, Capetí, Cupé, Pirre y otros, que después de haber recibido las aguas de numerosos cursos menores desembocan en el principal colector, el río Tuira. También existen otros cauces, como el Sabana, el Congo, el Cucunatí y el Jaqué, que vierten sus aguas directamente al mar.

En términos generales, en el paisaje ondulado y colinoso, así como en el montañoso, la evacuación de las aguas de lluvia se efectúa rápidamente y sin limitaciones de ninguna índole debido a una red de drenaje predominantemente densa tipificada por numerosas vertientes que descienden de las tierras altas muy accidentadas.

En las fajas aluviales, por la naturaleza de su topografía, tanto las aguas de lluvia como las de inundación fluyen un tanto lentas y sin estancarse; sólo en aquellas áreas ligeramente cóncavas o muy próximas a las desembocaduras de los ríos y las tierras litoraleñas se producen anegamientos permanentes producidos por las mareas o por el desbordamiento de los ríos.

C.1.5 Vegetación

La exuberante vegetación que tapiza los suelos de la zona es consecuencia directa de las condiciones climáticas imperantes en el medio; también existe una clara correlación entre las formaciones vegetales y las formas fisiográficas, condiciones de suelos y drenaje.

Las tierras bajas litoraleñas, así como las que están ubicadas cerca de la desembocadura de los ríos principales soportan una vegetación densamente poblada, constituida principalmente por mangle. Estas tierras están bajo la influencia de agua salada y constituyen los denominados manglares.

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