REPÚBLICA DE HONDURAS

MODULO GENERAL

ANALISIS DE VULNERABILIDAD Y MEDIDAS DE MITIGACION
ANALISIS HIDROLOGICO, DISEÑO DE SISTEMAS DE ALERTA
MEDICION HIDROLOGICA Y PREPARACION COMUNITARIA.

PROYECTO OEA / ECHO / COPECO

REDACTORES:
ING. Dario Roberto Calix
DR. Godofredo Andino Sanchez
DR. Oscar Rolando Durón Durán
LIC. Oscar Enrique Fernández
LIC. Daisy Mejia de Erazo
LIC. Andrés Aguiriano Duarte
ING. Lila Luz Maradiaga

TEGUCIGALPA, M.D.C. HONDURAS, C.A.
FEBRERO 1998


PROYECTO DE PELIGROS NATURALES / NATURAL HAZARDS PROJECT

PREFACIO
RESUMEN EJECUTIVO
INTRODUCCIÓN
ANTECEDENTES
DIAGNOSTICO DEL PAÍS
OBJETIVOS

CAPITULO I
Descripción del Proyecto

Directorio de Profesionales e Instituciones Claves.

CAPITULO II
Estrategias para Implementar y Extender esta Iniciativa a otras Zonas.

CAPITULO III
¿Cómo lograr sostenibilidad de estas iniciativas?

RESUMEN DE LAS RECOMENDACIONES.


PREFACIO

La serie de documentos del Proyecto OEA/ECHO/COPECO reducción de la vulnerabilidad a las inundaciones y sistemas de alerta en Cuencas pequeñas; y de acuerdo a la experiencias aplicada en las Cuencas del Río Lean y Río Cuero de los municipios de Arizona y La Másica, ambas pertenecientes al Departamento de Atlántida, se han producido documentos para el seguimiento y sostenibilidad, los cuales son:

MODULO 1, Análisis de Vulnerabilidad y Medidas de Mitigación.

MODULO 2, Análisis Hidrológico, Diseño de Sistemas de Alerta y Medición Hidrológica.

MODULO 3, Preparación Comunitaria.

Su propósito es informar a las personas e instituciones involucradas en la planeación, operación, manejo y diseño de planes, proyectos y obras de protección para el control de inundaciones, así como para las autoridades municipales de contar con guías que faciliten replicar estas experiencias en otras cuencas y municipios de Honduras y lugares similares.

Cada volumen de la serie trata aspectos específicos relacionados con la aplicación del proyecto, igualmente se hace referencia a el análisis de vulnerabilidad y medidas de mitigación, también se hace un análisis y metodología de costo-beneficio y su aplicación al municipio de La Másica. El análisis Hidrológico, sistemas de alerta y medición hidrológica como aspectos fundamentales que son oportunas y necesarios para la comunidad. La preparación de la comunidad, los elementos que deben incorporarse en el vocabulario de la ciudadanía y las necesidades de capacitación de la comunidad, y del sector profesional.

Los módulos han sido preparados por profesionales con amplia experiencia en el campo de los desastres. Su enfoque se dirige a presentar inquietudes a las instituciones, a las municipalidades y a la COPECO como la entidad coordinadora en esta materia, esta es una experiencia nueva que no se encuentra registrada como tal en la literatura existente, sin embargo son elementos de consulta y complementarios a estos módulos.

La Organización de Estados Americanos ha querido promover la elaboración y publicación de estos módulos, como una contribución al país y a los esfuerzos de muchas personas e instituciones que trabajan en el campo de los desastres y además de no perder esta valiosa experiencia acumulada en las Cuencas del Río Leán y Río cuero ubicadas en el departamento de Atlántida.

 

DARIO R. CALIX

Tegucigalpa, Honduras

AGRADECIMIENTO

Esta serie de módulos es el resultado del esfuerzo y la colaboración de ingenieros, médicos, economistas y educadores del sector de los desastres, quienes con su experiencia y sus aportes técnicos permitieron su elaboración.

La OEA agradece al ingeniero Dario Roberto Cálix como coordinador por su aporte y coordinación técnica , y a sus colaboradores redactores de los módulos: Lic. Daisy Mejía de Erazo, Ing. Lila Luz Maradiaga, Dr. Godofredo Andino Sánchez, Dr. Oscar Rolando Durón, Lic. o O Oscar Enrique Fernández Tróchez y Lic. Andrés Aguiriano Duarte por su asesoría y aporte en el desarrollo de este grupo de publicaciones.

 


RESUMEN EJECUTIVO

Las comunidades del país y en general los asentamientos y comunidades son elementos expuestos a las inundaciones que pueden sufrir graves daños como consecuencia de la ocurrencia de eventos naturales intensos.

La Organización Panamericana de la Salud, la Comisión Permanente de Contingencias con apoyo financiero del Programa ECHO ha sido posible desarrollar nuevas metodologías para reducir la vulnerabilidad a las inundaciones por medio de medidas de mitigación, haciendo mediciones y análisis hidrológico y lo que compete a la preparación comunitaria.

Un análisis de vulnerabilidad podría comenzar con una inspección visual de la comunidad y sus asentamientos, luego con la preparación de un reporte preliminar de evaluación.

Esta inspección permite identificar las áreas que requieren mayor atención. El reporte puede ser discutido con las autoridades, profesionales y miembros de la comunidad, con miras a definir las prioridades de trabajo a llevar a cabo.

La mitigación de los efectos producidos por las inundaciones, mediante la adopción de medidas preventivas es una actividad altamente rentable en donde se experimentan eventos recurrentes.

Por cada lempira que se invierta adecuadamente en mitigación antes de que ocurra un desastre, se ahorrarán enormes costos representados en pérdidas que no se sucedieron. La mitigación no tiene costo, a largo plazo se paga con dinero real, y en vidas salvadas.

El costo de una intervención de la vulnerabilidad en una comunidad, nos es posible conocerlo sino se realiza un diseño detallado de la solución y de sus implicaciones, sin embargo, esta situación no debe impedir la formulación de un Plan de Avance con algún grado de precisión que se ajuste lo menos posible en el proceso.

Usualmente los costos de la mitigación son relativamente altos si se ejecutan en un corto plazo. No obstante si el trabajo se realiza por etapas permite que la aplicación de los recursos sea más pausada y factible dentro de los márgenes de los gastos relacionados con el mantenimiento de las obras de protección en las comunidades.

El análisis hidrológico es un factor de vital importancia en la comunidad ya que al tener registros sistemáticos y periódicos facilita la acción del pronóstico y utilizar en forma correcta los sistemas de alerta. Razón por lo cual es necesario que nos preocupemos por documentar cada una de las cuencas y determinar los períodos de retorno probable de las inundaciones que puedan suceder en el futuro.

La preparación continua de profesionales y miembros de la comunidad, determinan la capacidad humana para hacer los planes y proyectos necesarios para mitigar los efectos que provocan las inundaciones y además son las personas que pueden capacitar y guiar a otros que estén interesados en el tema.

Esta acción debe hacerse tanto en el sistema formal de la educación en sus diferentes niveles de las ONG’S y otros sectores cooperantes.

Esta serie de módulos han sido preparados gracias al aporte de la Organización de Estados Americanos, para las autoridades nacionales, los profesionales y miembros de la comunidad relacionados e interesados en el tema, con el propósito de que se convierta como una herramienta útil para reducir la vulnerabilidad de las comunidades.

 


INTRODUCCIÓN

El módulo general incluye una descripción completa del Proyecto OEA/ECHO/COPECO y la forma en que se relacionan los módulos o componentes entre sí, para que con esta información se relate una síntesis de cada uno de los módulos que forman el conjunto de todo el proyecto.

Se lista los profesionales que han sido certificados y el directorio de las instituciones claves en el manejo de las emergencias en el país, encabezadas por la COPECO, así mismo se enuncian algunas instituciones y agencias internacionales que brindan su contribución, aporte económico y asistencia técnica para la prevención de los desastres naturales.

El Capítulo II describe las estrategias para implementar y extender esta iniciativa a otras zonas, destacando los principales obstáculos que imposibilitan su ejecución, así como la necesidad de una adecuada coordinación institucional y la planificación de planes y proyectos desde la modalidad vertical y horizontal.

El Capítulo III responde a la interrogante ¿cómo lograr la sostenibilidad de estas iniciativas?, en la cual se dan varias ideas y rutas alternativas para lograrlo, con el apoyo de las instituciones mediante una coordinación correcta y oportuna a través del ente coordinador y conforme a la naturaleza de las funciones y acciones que corresponden a cada institución, responsabilizándolas para su cumplimiento en las tareas que se les asigne.

Para finalizar se hace un resumen de las recomendaciones de cada Módulo con el objeto de dar un panorama general que se debe atender para que el proyecto resulte lo más eficaz y seguro al momento de desarrollarlo y aplicarlo en nuevas comunidades.

 


ANTECEDENTES

En el año de 1995 COPECO, Con la asistencia técnica de la OEA y el apoyo financiero de ECHO y la AID, implementó un proyecto de reducción de vulnerabilidad a inundaciones en la cuenca del río Leán, Municipio de Arizona, departamento de Atlántida. Este proyecto demostró ser una alternativa de bajo costo, con la participación del sector público, privado, ONG´S y sobre todo del sector comunitario.

Basado en el éxito obtenido, Se inicio la segunda fase del proyecto en el mes de Mayo de 1997, Transfiriendo la experiencia y tomando en consideración nuevos

elementos sugeridos, en la cuenca del río Cuero, Municipio de la Másica.

El municipio de la Másica fue creado como tal el 13 de Noviembre de 1922, Anteriormente fue una aldea del municipio de San Francisco. Su nombre fue dado por la abundancia de un árbol cuyo fruto es comestible a pesar de su sabor insípido. Políticamente pertenece al departamento de Atlántida, limitando al norte con el mar caribe o de las Antillas, Al sur con el departamento de Yoro, al este con el municipio de San Francisco y al oeste con el municipio de Esparta. Tiene una extensión territorial de 457 Km. cuadrados. La cabecera municipal lleva su mismo nombre.

Este municipio esta formado por las aldeas de Agua Caliente, El Desvío, La Cumbre, San Juan Pueblo, Tierra Firme, Agua Fría, El Naranjal, Monte Negro, San Marcos, Trípoli, Boca Cerrada, El Oro, San Antonio, Santa Fé, Colinas, El Recreo, San Juan Benque, Soledad, Jerusalén, Pozo Zarco, Río Cuero, Los Indios, San Félix y Punta de Rieles. Tiene 17.000 habitantes, según censo de 1968 y una tasa de crecimiento de 3.2%. En 1995 su población se estimó en 21.611 habitantes; 47 por Km2, tiene un aproximado de 3.431 viviendas.

La Cuenca orográfica la conforman los ríos San Juan, Cuero, Masica, Santiago, San Marquitos y Zapote. Existe además la Laguna Demetria y una barra del Río Cuero. Al Sur del municipio se encuentra la Cordillera Nombre de Dios y la Montaña de La Masica, de las cuales se derivan los nacimientos de los Ríos anteriormente mencionados.

Entre las estribaciones montañosas están los Cerros La Cumbre, Monte Negro, El Zapote, Piedra de Caballo y Socorón. La cabecera municipal y la aldea San Juan cuentan con telégrafo, teléfono y correo.

Para facilitar la comunicación del área en referencia se cuenta con una carretera pavimentada y numerosas carreteras de tierra transitables en el verano, caminos y veredas, vía férrea y marítima.

Los servicios educativos son atendidos por 5 jardines de niños, 46 Escuelas, 2 Institutos Oficiales.

El área de salud la atiende un Centro de Salud con un Médico (CESAMO) y tres Centros de Salud Rurales atendidos por auxiliares de enfermeria. (CESARES).

 


DIAGNOSTICO DEL PAÍS

Honduras tiene una extensión territorial de 112.492 Km2, siendo el segundo país en tamaño en el istmo centroamericano. Su topografía es predominantemente montañosa, ya que tres cuartas partes del territorio tiene una pendiente mayor de 30 grados. El país está dividido en dos vertientes hidrográficas, la del Mar Caribe y la del Océano Pacífico.

La población total se estima en 5.5 millones de habitantes, la mayor parte de ellos ubicados en 3.742 aldeas y 27.764 caseríos concentrados en zonas montañosas de difícil acceso.

La densidad global es de 51 habitantes por Km2 contrasta con una densidad de 184 por Km2 en las áreas urbanas y zonas con potencial agrícola.

Existe un creciente proceso de urbanización; actualmente, el 43% de la población esta concentrada en las ciudades de mayor desarrollo.

El país se divide políticamente en 18 departamentos y 297 municipios. El corredor central que cubre la ruta desde el Atlántico, en el departamento de Cortés, hasta el Sur, en Choluteca, contiene la mayor parte de la infraestructura productiva del país. Allí se encuentran los puertos principales y cerca del 80% de la red vial, ferroviaria y energética. También incluye casi todos los parques industriales y la mayoría de las facilidades de salud y educación en el país.

El gobierno es un sistema repúblicano formada por tres poderes: Ejecutivo, Legislativo y Judicial, los tres con sede en la capital, en el Municipio del Distrito Central, que comprende Tegucigalpa y Comayaguela.

 

A. FORTALECIMIENTO DE LA DEMOCRACIA Y EL PROGRAMA DE AJUSTE ESTRUCTURAL

El desarrollo de Honduras en los últimos cuatro años se ha caracterizado por dos grandes factores que marcan una nueva trayectoria para el país: El fortalecimiento de la democracia y la implementación del Programa de Ajuste.

Estructural (PAE). El Proceso de democratización se ha ido profundizando desde su inicio con las elecciones de 1982; para el año de 1993, los alcaldes, que hasta entonces eran designados por el ejecutivo, fueron electos por primera vez en las urnas por la ciudadanía, que pudo escogerlos en cada municipio, separados del presidente. En las últimas elecciones realizadas en noviembre de 1997, se incluyo un nuevo aspecto de elegir los Diputados al congreso , Al Titular del Ejecutivo y los Alcaldes por medio de voto separado.

Un paso especialmente importante para la democratización consiste en la implementación de la Ley de Modernización del Estado de 1990 y su énfasis en el desarrollo del poder municipal.

Un elemento clave en el proceso es que el gobierno central transfiera gran parte de la toma de decisiones a las comunidades. El llamado dividendo de la paz, después de que el país sufrió las repercusiones de dos guerras en países vecinos y de la desviación del financiamiento externo para apoyar al costoso aparato militar, presenta oportunidades para el país, no solamente con la reasignación de fondos públicos, sino también con el nuevo enfoque dado al potencial nacional.

No existe consenso en cuanto a los beneficios del Programa de Ajuste económico (PAE), que se inició en 1990 para poner fin al aislamiento financiero y económico del país en los últimos años de la década de los 80. Este nuevo modelo económico contempla modernizar el estado y la estructura de producción, dando mayor énfasis al sector exportador y fortalecimiento el crecimiento económico.

 

B. POLÍTICA Y DESARROLLO DEL PAÍS, EL DESARROLLO HASTA LOS AÑOS 70.

Tradicionalmente el país ha concentrado la producción en el área agrícola, lo cual marca no sólo la economía, sino también el proceso de desarrollo político y social. Las exportaciones en las primeras décadas del siglo se basaban principalmente en el comercio con las compañías transnacionales bananeras.

Estas siguen teniendo una gran influencia en la economía del país dado que el banano todavía constituye el principal producto de exportación, aunque el café comienza a acercársele en términos del valor de las exportaciones. Los ingresos del gobierno en esa época provenían casi únicamente de las exportaciones e importaciones.

Durante las décadas de los 50 y 60 predominó la tendencia a impulsar el desarrollo económico a través de proyectos de infraestructura básica y transferencia de tecnología, así como la ampliación de mercados mediante el libre comercio regional. En el marco del proceso de modernización, en 1958, Honduras, junto con otros países centroamericanos, suscribió el Tratado Multilateral de Libre Comercio.

Con la década de los 70 se comienza otorgar valor a los recursos naturales y se impulsan programas y proyectos agroforestales y de servicios sociales.

EL DESARROLLO EN LOS 80

La década de los 80 fue difícil para Centroamérica, así como para casi toda Latinoaméricana. Por su lado, Honduras tenía que preocuparse no sólo por la crisis de deuda que afectó toda la región, sino también por las guerras civiles que se desarrollaban en dos países fronterizos.

El efecto del apoyo brindado a la contrarrevolución en el conflicto de Nicaragua fue el endeudamiento del país en préstamos extranjeros poco relacionados con su desarrollo económico. La incipiente paz lograda a finales de los 80 sirvió para reducir el flujo de fondos destinados a apoyar a la estructura militar.

En 1982 se iniciaron las negociaciones para restructurar la deuda externa. Con el fin de fortalecer las finanzas públicas se puso en práctica al ajuste financiero del sector público en 1984 y se emprendió el proceso de desinversión en 1985 de las acciones de capital del gobierno en aquellas empresas del sector privado (cerca de 60) que en su oportunidad fueron avaladas por el sector público y que posteriormente se vio obligado a asumir como deudas propias.

La crisis de finales de los años 80 fue el resultado de una acumulación de problemas estructurales de la economía que culminaron en el aislamiento del país de la comunidad financiera internacional y la insolvencia generada por importaciones sin pagar, como el petróleo en 1989.

Los problemas más apremiantes de esta época fueron:

  • El déficit fiscal subió hasta 9% en el último año de la década (sector público no financiero). El país no tenía capacidad para responder al desbalance del comercio exterior a causa de altos niveles de protección arancelaria y una gran parte de las divisas asignadas para pagar el servicio de la deuda externa.
  • La inflación, que estaba bajo control hasta 1988, subió a 9% en 1989. La política tributaria y la capacidad de recaudar los impuestos dificultó mantener sus ingresos, contribuyendo al desbalance que resultó en altos déficit.
  • El servicio de la deuda externa nacional representa el 37% de las exportaciones, y se estima que el atraso en el pago de la deuda alcanzaba en 1989 a 600 millones de dólares, es decir, casi el 20% del total de la deuda externa.

EL DESARROLLO EN LOS 90: EL PAE, INTEGRACIÓN CENTROAMERICANA Y DESCENTRALIZACIÓN.

Para romper el aislamiento del país de la comunidad financiera internacional se requirió la aplicación de medidas drásticas para recuperar la credibilidad, ya que la situación afectó incluso las relaciones con financiadores bilaterales con la Agencia Internacional para el Desarrollo de Estados Unidos (USAID). En este contexto nació en 1990 el programa de ajuste estructural, con el objetivo de mejorar las perspectivas de la economía en el mediano y largo plazo y de volver a acceder a recursos multi y bilaterales para financiar el futuro crecimiento económico del país.

La administración que tomó posesión a principios de 1994, se ha comprometido a mantener las políticas de ajuste tales como: reducción del número de empleados públicos a través de la privatización de empresas estatales, liberalización de la taza de cambio en el mercado internacional, reducción de la protección arancelaria y control del déficit fiscal mediante rebajas en los subsidios y aumentos de los impuestos.

El gobierno ha prolongado los programas de compensación social con el objetivo de suavizar el impacto del ajuste en los sectores más pobres de la población. Mas allá de estos esfuerzos, hay dos factores importantes para el desarrollo: el proceso de modernización y descentralización del Estado y la integración centroamericana.

 

EL PROCESO DE DESCENTRALIZACIÓN Y DESARROLLO MUNICIPAL

Honduras ha iniciado un proceso de descentralización con el objetivo de llevar las decisiones y poder político más cerca a la ciudadanía. Con este enfoque se emitió la Ley de Municipalidades en 1990, que pretende restituir a las municipalidades las atribuciones que tenían antes de los años 50, cuando el aparato estatal empezó a tomar la forma que actualmente tiene, con una gran concentración de prestación de servicios al nivel central y consecuentemente una focalización de estos servicios en los centros urbanos.

La descentralización se concibe como el traslado de las competencias y atribuciones del gobierno central e instituciones autónomas a las municipalidades, con el correspondiente poder de decisión y recursos necesarios para cumplir con eficacia.

De esta manera, se debe establecer la autonomía administrativa, financiera y política de las municipalidades en el marco de una redefinición del papel de los organismos nacionales, para evitar un cambio totalmente municipal, ya que hay importantes ventajas en mantener algunos servicios a nivel nacional.

No se ha definido hasta la fecha cuál sería el rol completo de las municipalidades, por lo cual el Plan Nacional de descentralización empezará con la transferencia gradual a las municipalidades de los servicios de agua y saneamiento.

Para apoyar al proceso, se ha establecido una unidad técnica compuesta por representantes de las Secretarías de Gobernación y Justicia, de la Presidencia, de Planificación y la Asociación Hondureña de Municipalidades (AHMON).

El pacto por la Infancia ha sido el esfuerzo mayor en la implementación del programa de descentralización. Se han elegido todos los Defensores Municipales de la Infancia (marzo de 1995), que velarán por los derechos y las condiciones de la infancia en sus municipios.

El Plan Nacional de Descentralización establece asimismo un Consejo Municipal de Desarrollo que asesorará a la corporación municipal. También contempla un Consejo de Desarrollo de Departamento que asesora al gobernador.

El Consejo Municipal se encargará de desarrollar un Plan de Acción Municipal como manera de desaroollar un Plan de Acción Municipal como manera de garantizar la participación de la ciudadanía. Este Plan se basará en un diagnóstico participativo que se hará para identificar los problemas más urgentes de la municipalidad. Parte de este esfuerzo será el establecimiento, dentro del pacto por la Infancia, de metas municipales correspondientes a las metas nacionales para la década que se han establecidos para el país.

Un plan piloto sobre la experiencia de fortalecimiento institucional al nivel municipal está en marcha en 13 municipios en los departamentos de Francisco Marazán, Yoro y Comayagua.

El equipo técnico central, compuesto por siete personas a tiempo completo de la Secretaría de Gobernación y Justicia, está organizando el programa, y luego de sistematizar la experiencia, pasará a capacitar a los Consejos Departamentales, que en seguida difundirán esos conocimientos a los municipios que requieren de fortalecimiento. Se estima que para 1977, 270 de los 297, han incorporado este plan.

 

C. CONDICIONES ECONÓMICAS

El comportamiento de la economía y la distribución de su producto está estrechamente relacionado con el bienestar de la población, ya que los movimientos macroeconómicos crean o destruyen las condiciones que permiten la expansión de la actividad productiva. Por otro lado, cuando la actividad productiva no llega a algunos sectores de la población, los servicios que el estado ofrece pueden aliviar los efectos de la pobreza resultante. Estos gastos se ven limitados durante los años de contracción del gasto público, que en sí depende de la condición general de la economía y de la voluntad política existente para dar prioridad al desarrollo humano integral.

 

LA DEUDA EXTERNA

La deuda externa de Honduras ascendía a USA $ 3,760 millones en 1993 y representó 10.7% del PIB en el mismo año.

La deuda es en un 9.2% público y 8.9% privada, el nivel global subió 6% con relación al año anterior y fue dominado por prestamos multilaterales, en un efecto continuado de los términos blandos ofrecidos por esas instituciones, que mantienen una partida de 58% de la deuda externa del país. La deuda bilateral constituye el 34% del total.

Después de romper relaciones con la comunidad financiera internacional en el año 1989, el país restableció dichas relaciones cancelando en 1990 los pagos atrasados, desde entonces, el monto del atraso ha reducido condenaciones y

reestructuraciones de la deuda.

Los pagos de servicio de la deuda constituyeron en 1992 el 7% del PIB y el 28% del gasto público. El pago de interéses de la deuda tiene un gran impacto en la balanza de pagos y sumó USA $ 252 millones en 1993, lo que representa un aumento de USA $ 64 millones con respecto al año anterior. La reestructuración de la deuda en 1990-92 ha ayudado a mejorar la situación a Honduras.

 

LA INFLACIÓN

La decisión del gobierno en años anteriores de financiar parte del déficit con la impresión de papel moneda como parte de su política monetaria ha tenido repercusiones en la tasa de inflación, la cual aumentó cuando se eliminaron los controles de precios durante el período inicial de ajuste.

Después de presentar una tasa de inflación elevada (34% y más) en el período 1990-1991, se logró controlar en 1992 y 1993 a 9% y 11%, respectivamente.

El gasto deficitario del segundo semestre del 93 y 94 ha contribuido a una nueva tendencia ascendente en la inflación, visible en los aumentos en los precios de los alimentos básicos (ej., maíz, frijoles, arroz, café, azúcar), atención médica y cuidado personal (jabón, etc.).

El factor más significativo es el alza en el precio de los alimentos, que para agosto de 1994 se incrementó un 24% arriba del nivel alcanzado en el mismo período un año atrás, en comparación con un 10% de aumento presentado en el mismo mes en los años anteriores. Las cifras preliminares para 1994 muestran que hubo una inflación de 22%.

 

EL GASTO SOCIAL

El presupuesto del gobierno central es importante para lograr las metas de media década y para el año 2000 establecido en el Plan de Acción Nacional.

El presupuesto presentado para 1997 muestra un aumento sustancial en la asignación del gobierno central hacia los sectores sociales, con un 37% asignados a los Ministerios de Salud, Educación y Vivienda y las diversas agencias descentralizadas que apoyan a los sectores sociales, esta cifra incluye fondos de los programas compensatorios, aumentada por un programa grande de inversión en agua y saneamiento.

El incremento esta encabezado por la inversión en infraestructura de salud y educación, así como la construcción de infraestructura de agua y saneamiento que en 1997 aumentara el triple, con más de Lps. 360 millones.

Aunque hay un componente grande de inversión en infraestructura básica, será difícil corregir las desviaciones en términos de redistribución de ingreso que existen desde hace mucho tiempo en algunas áreas como educación superior, y atención hospitalaria.

La proporción del sector salud en el gasto social fue de 35% entre 1993 y 1994 ó 38% en 1997.

 

D. CONDICIONANTES SOCIALES Y DEMOGRÁFICOS

La estructura de la producción, el sector privado y la política gubernamental tienen influencia en el estado de la familia en el país por efectos del ingreso y la provisión de servicios básicos. Se estima que había en Honduras 3.7 millones de pobres en 1993, casi tres cuartas partes de la población.

Muchas personas que tienen empleo no lo tienen a tiempo completo o reciben sueldos muy bajos (el subempleo afecta al 31% de la fuerza laboral, según datos de 1993), lo cual limita su capacidad de proporcionar sustento a su familia.

La distribución del ingreso en combinación con la tasa de desempleo esclarece el problema; aunque de cada 100 personas que buscan trabajo sólo cinco no lo encuentran, la distribución del ingreso se mantiene con una enorme brecha entre una pequeña minoría de ricos y la mayoría, que carece de lo necesario para vivir adecuadamente.

Los factores demográficos, como son la alta tasa de fecundidad, el crecimiento poblacional y la migración hacia las ciudades, junto con la situación laboral, configuran un panorama incierto para la mayoría de los hondureños.

 

LA DISTRIBUCIÓN DEL INGRESO

Uno de los indicadores más ilustrativos sobre el estado y evolución de la pobreza es la distribución del ingreso, que básicamente no ha cambiado desde los años 60: el 40% de hogares con menor ingreso acumulan menos de 10% del ingreso nacional, mientras el 10% de los hogares más ricos perciben alrededor del 50% del ingreso.

Esto señala que después de 30 años de avances en las condiciones de educación y salud, en reformas tributarias, de la industria y de la tierra, poco se ha logrado en términos de la redistribución del ingreso.

 

LA POBREZA RURAL

La gran mayoría de los pobres son familias que desempeñan actividades agropecuarias a nivel de subsistencia o en la producción a pequeña escala. Aún cuando la pobreza se evidencia en los barrios alrededor de las grandes ciudades, de hecho solamente 7% de los pobres se encuentran ahí. Esto no significa que su situación sea menos severa, sino que las políticas orientadas a mejorar las condiciones para el crecimiento económico deben hacer énfasis en el sector agropecuario, así como en el acceso a los servicios sociales en estas zonas.

 

URBANIZACIÓN Y FALTA DE VIVIENDA ADECUADA

Ha habido un gran movimiento de población hacia las ciudades. El incremento poblacional entre 1994 y 1988 fue de 87% en el área urbana y 32% en el área rural, aunque todavía aproximadamente seis de cada 10 personas viven en el campo. El 48% de la población urbana se concentra en las dos ciudades más importantes del país: Tegucigalpa y San Pedro Sula. En 1974 existían 14 ciudades con más de 10 mil habitantes, y en 1988 fueron 21 ciudades.

La gran migración hacia los centros urbanos crea problemas sociales, como se observa en los barrios marginales. Hay 205 barrios marginales en Tegucigalpa y 76 en San Pedro Sula. De hecho, un tercio de la población de San Pedro Sula vive en estas zonas.

La población rural que llega a los centros urbanos se encuentra frecuentemente en condición de subempleo; obtienen un ingreso bajo e incierto que los mantiene en el estado de pobreza que intentaban superar al inmigrar del campo. Otros fenómenos es la migración hacia los parques industriales y zonas de procesamiento.

Honduras sufre un déficit habitacional de 580 mil viviendas, de las cuales 45% corresponden al área urbana y el 55% a las familias rurales. Según datos del gobierno, de las 900 mil viviendas existentes, más de la mitad (480 mil) tienen problemas de hacinamiento, son unidades uni-habitacionales (en sí el 17% del total) o carecen de infraestructura de agua y saneamiento. En estos hogares viven más de tres millones de hondureños.

En el país, un 23% de los hogares tienen paredes de bahareque y 22% de madera. Se estima que el 40% tiene techo de tejas.

Las condiciones de un gran número de viviendas ponen en peligro la salud de las familias que ahí viven, a causa de enfermedades vectoriales como el Mal de Chagas, transmitido por la chinche picuda.

Además de un programa de mejoramiento de viviendas, habría que poner en marcha en las áreas vulnerables de todos los departamentos un programa de educación comunitaria sobre uno de los peores efectos de la vivienda inadecuada, como lo es la propagación del Mal de Chagas.

 

E. LOS PROGRAMAS DE COMPENSACIÓN SOCIAL

En la etapa de programación del proceso de ajuste estructural en 1989, y reconociendo que este tendría efectos nocivos para los pobres en el corto plazo, se inicio la política denominada "desarrollo con rostro humano".

Los cambios económicos estructurales, tales como eliminar las barreras de protección para la producción doméstica de alimentos y la industria, así como la reducción en el tamaño del gobierno, podrían aumentar el número de familias imposibilitadas. Atendiendo a estas consideraciones, en 1990 se crearon tres instituciones destinadas a responder a las necesidades agudas de los sectores vulnerables de la población, afectados por los cambios relacionados con la política monetarias y fiscal: el Fondo Hondureño de Inversión Social (FHIS), el Programa de Asignación Familiar (PRAF) y el Fondo Social de la Vivienda (FOSOVI).

La inclusión en el Plan de Desarrollo del país de programas compensatorios como el FHIS y el PRAF, centrados en aliviar el impacto del ajuste económico en las poblaciones más pobres, en combinación con reformas del estado, podrían haber incidido en la baja relativa de la tasa de pobreza en 1993.

Los ministerios tradicionales de los sectores sociales son apoyados por programas de generación de empleo y de distribución de bonos, a fin de hacer un esfuerzo para mejorar la capacidad de los pobres de participar en el sector económico formal, donde hay mejores sueldos.

 

EL FONDO HONDUREÑO DE INVERSIÓN SOCIAL:

El FHIS fue creado en el año de 1990 iniciando su funcionamiento en 1991, tiene como premisa básica implementar una vía rápida de canalización de fondos con el objetivo de generar empleo, en áreas deprimidas económicamente, y a la vez apoyar la expansión de los servicios sociales básicos en las mismas zonas, el FHIS cumple su propósito a través de un proceso administrativo ágil, ya que esta exento de seguir las reglas del servicio social y de adquisición pública a que están sujetos los ministerios de la línea, el resultado de una organización que pueda competir con el sector privado, con personas altamente capacitado y que puede procesar los proyectos rápidamente, con costos administrativos de 9%.

El FHIS no ejecuta proyectos, sino que financia su ejecución a través de sub-proyectos solicitados por las comunidades.

El FHIS prioriza los proyectos en los departamento y municipalidades más pobres, incluyendo zonas rurales y peri-urbanas, focaliza su esfuerzo en la población menor de siete años, mujeres embarazadas y lactantes, etnias y niños en circunstancias especialmente difíciles. Con estos objetivos, se da prioridad a los proyectos pertinentes a las siguientes áreas: Educación preescolar y primaria, Educación de Adultos y Salud Primaria, con énfasis en atención Materno Infantil.

Desde 1990 el FHIS ha financiado más de 5.500 proyectos con un total de 110 millones de dólares, aproximadamente 20 mil dólares por proyecto, invertidos en construcciones de escuelas o aulas, remodelación de centros de salud, facilidades de Agua y Saneamiento, micro-empresas y mercados locales.

 

EL PROGRAMA DE ASIGNACIÓN FAMILIAR (PRAF):

El PRAF consta de los siguientes componentes: Proyecto Bono Mujer Jefe de Familia, Proyecto Bono Materno Infantil, Proyecto Ocupacional y Proyecto Bolsón Escolar.

El Bono Materno Infantil hace transferencias mensuales a madres embarazadas o lactantes y a los niños menores de cinco años que asisten a los programas de salud preventiva en los centros de salud de los departamentos de La Paz, Valle, Ocotepeque, Santa Bárbara, Copán, Olancho, Comayagua, El Paraíso y Francisco Morazán. Su asignación era de 20 lempiras mensuales por niño, pero incrementó este año a 60 lempiras (aproximadamente USA $ 4.62) Se ha criticado la naturaleza asistencial de este programa, diciendo, por ejemplo, que incentiva a tener más hijos; Sin embargo, el programa ha mejorado la asistencia a la escuela en las zonas donde se aplica y también ha aumentado las visitas a los servicios primarios de salud. Por otro lado, la fecundidad sigue siendo alta en las áreas rurales y no ha cambiado mucho en los últimos 30 años, lo cual sugiere que se debe a razones estructurales y no coyunturales. No obstante, el PRAF para el próximo período está contemplando un programa de trabajo y actividad productiva para acompañar el bono.

El Bono Mujer Jefe de Familia se entrega durante el año lectivo a las madres de los niños y niñas matriculados de primer a tercer grado en las escuelas públicas.

El Bolsón Escolar consiste en la donación de útiles escolares para la escuela y se otorga a niños y niñas en el nivel primario.

El Bono del Anciano consiste en una transferencia de 30 lempiras por mes (aproximadamente USA $ 2.30) a las personas pobres mayores de 60 años.

 

EL FONDO SOCIAL DE LA VIVIENDA:

El Fondo Social de la Vivienda (FOSOVI) fue creado en octubre en 1991 por decreto Legislativo, como una respuesta de carácter compensatorio de programa del ajuste estructural, con el objetivo de establecer una política de vivienda, promover las condiciones para apoyar a familias de escasos recursos para que puedan acceder a vivienda y servicios básicos, generar y captar fondos para canalizarlos hacia dichos propósitos y promover el involucramiento del sector privado en la solución del problema habitacional.

El programa contempla la utilización de empresas privadas y sin fines de lucro para el sector urbano y del FHIS y ONG en el área rural. Se estima que considerando el crecimiento vegetativo, el hacinamiento y la reposición de viviendas precarias y deterioradas, se necesita construir unas 55.000 viviendas por año. El Gobierno se propuso construir 69.000 viviendas en el período 1994-1997, con 55.000 construidas por el sector privadas y organizaciones como el FHIS y 14.000 financiadas por el FOSOVI.

 


OBJETIVOS

1.- Establecer un modelo para la Reducción de la Vulnerabilidad a Inundaciones en Cuencas Pequeñas y medianas, mediante la implementación de sistemas de alerta local, la realización de estudios de vulnerabilidad y la implementación de medidas de mitigación.

2.- Organizar y capacitar a la población de las comunidades beneficiadas en medición, hidrología, lecturas de tablas, pronósticos y planes de respuesta.

3.- Evaluar la capacidad de respuesta del personal capacitado en las actividades de pronóstico de inundaciones, prevención y atención de emergencias en el municipio de La Masica, mediante la realización de un simulacro.

 


CONTINUAR CON LA PROXIMA SECCION . . .