Boletín electrónico / Número 7 - Enero, 2005

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IARP: otra forma en que los radioaficionados puedan ayudar en casos de emergencias

Las radiocomunicaciones de aficionados tienen un largo historial como medios de comunicación en casos de emergencia, particularmente cuando ocurren desastres naturales que inutilizan los servicios comerciales de teléfono y radio. Los operadores radioaficionados poseen la destreza, los equipos y la experiencia necesarios para prestar inmediatamente su asistencia cuando no hay otros medios de comunicaciones.

Por ejemplo, durante la temporada de huracanes es frecuente que se requiera que los radioaficionados presten su colaboración. El Centro Nacional de Huracanes de los Estados Unidos en Miami, Florida, tiene su propia estación de radioaficionados (su distintivo de llamada es WX4NHC). Desde 1980, la estación ha sido activada cada vez que un huracán se encuentra dentro de 300 millas de distancia de tierra firme en el oeste del Atlántico, en el Caribe o el este del Pacífico.

El Centro de Huracanes cuenta con un grupo de operadores especializados que pueden cubrir los puestos de la estación en turnos de 3 horas durante todo el tiempo que sea necesario. Esos operadores recogen información sobre huracanes en tiempo real, procedente de radioaficionados que se hallan en las zonas afectadas, para los pronosticadores de huracanes del Centro. Esos “informes de superficie” contienen datos de testigos presenciales en tiempo real que serían difíciles de obtener por otros medios.

Individualmente, los radioaficionados también han proporcionado comunicaciones de importancia crítica para islas que han quedado totalmente aisladas del resto del mundo, debido a los daños causados por los huracanes. Eso ocurrió en las Bermudas cuando el huracán Fabián barrió la isla en 2003; durante un cierto período, los radioaficionados proporcionaron el único medio de comunicaciones.

Los radioaficionados no sólo suministran comunicaciones de voz en casos de emergencia, sino que también pueden retransmitir datos. Una red de radioaficionados con el nombre de Winlink2000 puede enviar información tal como mensajes electrónicos a la Internet y desde ésta. Usando el sistema Winlink2000, cualquier radioaficionado con su equipo puede establecer prontamente un trayecto de datos a la Internet sin tener que depender de satélites ni de otros servicios comerciales.

Cuando ocurre un desastre, las administraciones que traten de mitigar lo antes posible el sufrimiento de las víctimas, y de reconstruir infraestructuras vitales, pueden ahora emplear un instrumento que permite a las organizaciones humanitarias hacer un uso más eficaz de los sistemas y servicios de telecomunicaciones. Hasta ahora, el uso transfronterizo de equipos de telecomunicaciones por las organizaciones humanitarias y los radioaficionados era con frecuencia entorpecido o incluso impedido por obstáculos reglamentarios que dificultaban considerablemente la importación y pronta introducción de equipos de telecomunicaciones para emergencias. Entre esas obstrucciones se contaban:

 las licencias requeridas para usar las frecuencias atribuidas;

 las restricciones a la importación de equipos de telecomunicaciones;

 las limitaciones al desplazamiento de grupos humanitarios.

El Convenio de Tampere ofrece una solución inmediata. Los delegados a la Conferencia Intergubernamental sobre Telecomunicaciones para Casos de Emergencia (ICET-98) adoptaron el tratado de 17 artículos en junio de 1998 en Tampere, Finlandia. Dicho tratado internacional entró en vigor el 8 de enero de 2005, subsiguientemente a su ratificación por 30 países, y, al ser invocado por una administración nacional, posibilita la exención de barreras reglamentarias que impiden el uso de recursos de telecomunicaciones para mitigar los efectos de un desastre. El Convenio de Tampere, que es el primer tratado de su tipo, es un llamado a los países signatarios para que faciliten las telecomunicaciones que sirven de ayuda para tal mitigación del impacto de un desastre. Abarca tanto la instalación como el funcionamiento de servicios de telecomunicaciones, y levanta las obstrucciones reglamentarias, tales como la exigencia de licencias y las restricciones a las importaciones, así como las limitaciones al desplazamiento de grupos humanitarios. El pacto también otorga inmunidades contra arrestos y detenciones a las personas que suministren asistencia en casos de desastres, y los exime del pago de impuestos y derechos.

“En situaciones de emergencia, las telecomunicaciones salvan vidas”, ha dicho Yoshio Utsumi, Secretario-General de la Unión Internacional de Telecomunicaciones, el organismo especializado de las Naciones Unidas para las telecomunicaciones, que, junto con la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), ha impulsado la redacción y promoción del Convenio. “Con este Convenio, los trabajadores de las operaciones de socorro pueden usar a fondo los medios de telecomunicación de hoy día, que son esenciales para la coordinación de tareas de rescate”.

El Convenio de Tampere es un paso importante en los esfuerzos de la Unión Internacional de Radioaficionados para lograr un mayor reconocimiento de la función que cumplen las radiocomunicaciones de aficionados en el suministro de comunicaciones de emergencia para las operaciones de socorro en casos de desastres. Dicha función fue muy encomiada en una opinión adoptada por la Segunda Conferencia de Tampere en mayo de 2001, en cuya ocasión varios oradores elogiaron la labor llevada a cabo por los radioaficionados cuando han ocurrido desastres.

La Recomendación M.1042 del Sector de Radiocomunicaciones de la UIT, “Comunicaciones de los servicios de aficionados y aficionados por satélite en situaciones de catástrofe”, es un medio más que permite formalizar la función de dichos servicios en la mitigación internacional de emergencias y desastres. Promueve la creación de redes de comunicaciones de radioaficionados “sólidas, flexibles e independientes” que puedan trabajar usando fuentes eléctricas de emergencia, y proporcionar comunicaciones cuando ocurren desastres naturales. También insta a las organizaciones de radioaficionados a que “fomenten y promuevan el diseño de sistemas sólidos capaces de suministrar comunicaciones durante desastres y operaciones de socorro”, y recomienda que se permita a tales organizaciones probar dichas redes periódicamente durante períodos que no sean de emergencia.

Además, la IARU desempeñó un papel importante en la elaboración del Manual de Telecomunicaciones de Emergencia del UIT-D.

La IARU impulsó una revisión del Artículo 25 del Reglamento de Radiocomunicaciones internacional en la Conferencia Mundial de Radiocomunicaciones 2003 (CAMR-03) para que incluyera una disposición por la que se permita a los radioaficionados cursar comunicaciones de terceros durante situaciones de emergencia y de socorro en casos de desastre. Un Gobierno puede determinar si dicha disposición es aplicable a las estaciones de radioaficionados dentro de su jurisdicción.

El Permiso Internacional de Radioaficionados (IARP) ha sido concebido para permitir a los radioaficionados que operen en ciertos países de las Américas (Argentina, Brasil, Canadá, El Salvador, Estados Unidos de América, Panamá, Perú, Trinidad y Tabago, Uruguay, y Venezuela), sin solicitar una licencia o permiso especial aparte del IARP para entrar en un país tal y operar desde el mismo. Según el acuerdo de la CITEL, el IARP puede ser expedido por una sociedad miembro de la Unión Internacional de Radioaficionados (IARU). En el permiso se describe su autoridad en cuatro idiomas. La ARRL (American Radio Relay League) ofrece este servicio a los ciudadanos de los EE.UU. para su uso cuando viajan a países que pertenecen a la CITEL.

Hay dos clases de IARP. La Clase 1 requiere conocimientos del código Morse internacional, y confiere todos los privilegios de operación. La Clase 2 no requiere conocimientos de telegrafía y confiere los privilegios de operación por encima de los 30 MHz.

Una lista de los países que aceptan el IARP puede hallarse en http://www.citel.oas.org/iarp.asp. Esos países son: Argentina, Brasil, Canadá, El Salvador, Estados Unidos de América, Panamá, Perú, Trinidad y Tabago, Uruguay, y Venezuela.

La combinación de los medios que se describen más arriba, el Convenio de Tampere, el Manual, el Artículo 25, la Recomendación M.1042 y el IARP, representa una mejoría de las condiciones en las que los operadores radioaficionados pueden llevar a cabo comunicaciones internacionales de emergencia.

Jonathan Siverling
Oficina de Relaciones técnicas de la ARRL
 

Información adicional: Para más información del IARP, haga click aquí.

 


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