Las radiocomunicaciones de aficionados tienen un
largo historial como medios de comunicación en casos de emergencia,
particularmente cuando ocurren desastres naturales que inutilizan los
servicios comerciales de teléfono y radio. Los operadores
radioaficionados poseen la destreza, los equipos y la experiencia
necesarios para prestar inmediatamente su asistencia cuando no hay
otros medios de comunicaciones.
Por ejemplo, durante la temporada de huracanes es
frecuente que se requiera que los radioaficionados presten su
colaboración. El Centro Nacional de Huracanes de los Estados Unidos en
Miami, Florida, tiene su propia estación de radioaficionados (su
distintivo de llamada es WX4NHC). Desde 1980, la estación ha sido
activada cada vez que un huracán se encuentra dentro de 300 millas de
distancia de tierra firme en el oeste del Atlántico, en el Caribe o el
este del Pacífico.
El Centro de Huracanes cuenta con un grupo de
operadores especializados que pueden cubrir los puestos de la estación
en turnos de 3 horas durante todo el tiempo que sea necesario. Esos
operadores recogen información sobre huracanes en tiempo real,
procedente de radioaficionados que se hallan en las zonas afectadas,
para los pronosticadores de huracanes del Centro. Esos “informes de
superficie” contienen datos de testigos presenciales en tiempo real
que serían difíciles de obtener por otros medios.
Individualmente, los radioaficionados también han
proporcionado comunicaciones de importancia crítica para islas que han
quedado totalmente aisladas del resto del mundo, debido a los daños
causados por los huracanes. Eso ocurrió en las Bermudas cuando el
huracán Fabián barrió la isla en 2003; durante un cierto período, los
radioaficionados proporcionaron el único medio de comunicaciones.
Los radioaficionados no sólo suministran
comunicaciones de voz en casos de emergencia, sino que también pueden
retransmitir datos. Una red de radioaficionados con el nombre de
Winlink2000 puede enviar información tal como mensajes electrónicos a
la Internet y desde ésta. Usando el sistema Winlink2000, cualquier
radioaficionado con su equipo puede establecer prontamente un trayecto
de datos a la Internet sin tener que depender de satélites ni de otros
servicios comerciales.
Cuando ocurre un desastre, las administraciones que
traten de mitigar lo antes posible el sufrimiento de las víctimas, y
de reconstruir infraestructuras vitales, pueden ahora emplear un
instrumento que permite a las organizaciones humanitarias hacer un uso
más eficaz de los sistemas y servicios de telecomunicaciones. Hasta
ahora, el uso transfronterizo de equipos de telecomunicaciones por las
organizaciones humanitarias y los radioaficionados era con frecuencia
entorpecido o incluso impedido por obstáculos reglamentarios que
dificultaban considerablemente la importación y pronta introducción de
equipos de telecomunicaciones para emergencias. Entre esas
obstrucciones se contaban:
las licencias requeridas para usar las
frecuencias atribuidas;
las restricciones a la importación de equipos de
telecomunicaciones;
las limitaciones al desplazamiento de grupos
humanitarios.
El Convenio de Tampere ofrece una solución
inmediata. Los delegados a la Conferencia Intergubernamental sobre
Telecomunicaciones para Casos de Emergencia (ICET-98) adoptaron el
tratado de 17 artículos en junio de 1998 en Tampere, Finlandia. Dicho
tratado internacional entró en vigor el 8 de enero de 2005,
subsiguientemente a su ratificación por 30 países, y, al ser invocado
por una administración nacional, posibilita la exención de barreras
reglamentarias que impiden el uso de recursos de telecomunicaciones
para mitigar los efectos de un desastre. El Convenio de Tampere, que
es el primer tratado de su tipo, es un llamado a los países
signatarios para que faciliten las telecomunicaciones que sirven de
ayuda para tal mitigación del impacto de un desastre. Abarca tanto la
instalación como el funcionamiento de servicios de telecomunicaciones,
y levanta las obstrucciones reglamentarias, tales como la exigencia de
licencias y las restricciones a las importaciones, así como las
limitaciones al desplazamiento de grupos humanitarios. El pacto
también otorga inmunidades contra arrestos y detenciones a las
personas que suministren asistencia en casos de desastres, y los exime
del pago de impuestos y derechos.
“En situaciones de emergencia, las
telecomunicaciones salvan vidas”, ha dicho Yoshio Utsumi,
Secretario-General de la Unión Internacional de Telecomunicaciones, el
organismo especializado de las Naciones Unidas para las
telecomunicaciones, que, junto con la Oficina de Coordinación de
Asuntos Humanitarios (OCHA), ha impulsado la redacción y promoción del
Convenio. “Con este Convenio, los trabajadores de las operaciones de
socorro pueden usar a fondo los medios de telecomunicación de hoy día,
que son esenciales para la coordinación de tareas de rescate”.
El Convenio de Tampere es un paso importante en los
esfuerzos de la Unión Internacional de Radioaficionados para lograr un
mayor reconocimiento de la función que cumplen las radiocomunicaciones
de aficionados en el suministro de comunicaciones de emergencia para
las operaciones de socorro en casos de desastres. Dicha función fue
muy encomiada en una opinión adoptada por la Segunda Conferencia de
Tampere en mayo de 2001, en cuya ocasión varios oradores elogiaron la
labor llevada a cabo por los radioaficionados cuando han ocurrido
desastres.
La Recomendación M.1042 del Sector de
Radiocomunicaciones de la UIT, “Comunicaciones de los servicios de
aficionados y aficionados por satélite en situaciones de catástrofe”,
es un medio más que permite formalizar la función de dichos servicios
en la mitigación internacional de emergencias y desastres. Promueve la
creación de redes de comunicaciones de radioaficionados “sólidas,
flexibles e independientes” que puedan trabajar usando fuentes
eléctricas de emergencia, y proporcionar comunicaciones cuando ocurren
desastres naturales. También insta a las organizaciones de
radioaficionados a que “fomenten y promuevan el diseño de sistemas
sólidos capaces de suministrar comunicaciones durante desastres y
operaciones de socorro”, y recomienda que se permita a tales
organizaciones probar dichas redes periódicamente durante períodos que
no sean de emergencia.
Además, la IARU desempeñó un papel importante en la
elaboración del Manual de Telecomunicaciones de Emergencia del UIT-D.
La IARU impulsó una revisión del Artículo 25 del
Reglamento de Radiocomunicaciones internacional en la Conferencia
Mundial de Radiocomunicaciones 2003 (CAMR-03) para que incluyera una
disposición por la que se permita a los radioaficionados cursar
comunicaciones de terceros durante situaciones de emergencia y de
socorro en casos de desastre. Un Gobierno puede determinar si dicha
disposición es aplicable a las estaciones de radioaficionados dentro
de su jurisdicción.
El Permiso Internacional de Radioaficionados (IARP)
ha sido concebido para permitir a los radioaficionados que operen en
ciertos países de las Américas (Argentina, Brasil, Canadá, El
Salvador, Estados Unidos de América, Panamá, Perú, Trinidad y Tabago,
Uruguay, y Venezuela), sin solicitar una licencia o permiso especial
aparte del IARP para entrar en un país tal y operar desde el mismo.
Según el acuerdo de la CITEL, el IARP puede ser expedido por una
sociedad miembro de la Unión Internacional de Radioaficionados (IARU).
En el permiso se describe su autoridad en cuatro idiomas. La ARRL
(American Radio Relay League) ofrece este servicio a los ciudadanos de
los EE.UU. para su uso cuando viajan a países que pertenecen a la
CITEL.
Hay dos clases de IARP. La Clase 1 requiere
conocimientos del código Morse internacional, y confiere todos los
privilegios de operación. La Clase 2 no requiere conocimientos de
telegrafía y confiere los privilegios de operación por encima de los
30 MHz.
Una lista de los países que aceptan el IARP puede
hallarse en http://www.citel.oas.org/iarp.asp. Esos países son:
Argentina, Brasil, Canadá, El Salvador, Estados Unidos de América,
Panamá, Perú, Trinidad y Tabago, Uruguay, y Venezuela.
La combinación de los medios que se describen más
arriba, el Convenio de Tampere, el Manual, el Artículo 25, la
Recomendación M.1042 y el IARP, representa una mejoría de las
condiciones en las que los operadores radioaficionados pueden llevar a
cabo comunicaciones internacionales de emergencia.
Jonathan Siverling
Oficina de Relaciones técnicas de la ARRL
Información adicional: Para más información del IARP,
haga click
aquí.
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