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2.1 Aspectos físicos

El área de estudio se encuentra localizada en la vertiente oriental de la Cordillera de los Andes y se extiende entre los paralelos 01°20' de latitud Norte hasta 01°30' de latitud Sur y desde el Meridiano 75°15' hasta el 78°25' Oeste de Greenwich y comprende el área fronteriza entre Colombia y Ecuador.

La extensión total es de 48 172 Km2 de las cuales 11 914 Km2 constituyen el área Colombiana y 36 258 Km2 la correspondiente ecuatoriana.

Incluye las cuencas completas de los ríos Putumayo y su afluente el San Miguel hasta el punto trifinio donde se encuentran las fronteras de Ecuador, Colombia, y Perú; la cuenca del Río Aguarico y toda la margen izquierda del río Napo desde el Anzus hasta su confluencia con el Aguarico.

En la zona de estudio existen tres grandes paisajes, la zona de cordillera alta y quebrada, la faja de piedemonte con colinas altas y bajas y finalmente la llanura aluvial amazónica. Se distinguen numerosas unidades fisiográficas según la altura, el grado de disección, la topografía y la susceptibilidad a las inundaciones.

El clima es tropical húmedo excepto arriba de los 1 000 msnm. donde si bien la temperatura media disminuye y se hace más confortable, las precipitaciones continúan intensas. Las lluvias varían de los 2 500 mm. en el extremo este de la cuenca hasta 4 000 y 6 000 m en las primeras estribaciones del piedemonte. Desde allí comienza a disminuir hacia el oeste, o sea hacia la divisoria de aguas con la cuenca pacífica, donde alcanza 1 000 mm. Excepto en pequeñas áreas el balance hídrico es positivo todos los meses del ano, por lo que los suelos se encuentran permanentemente saturados.

Los datos hidrológicos son muy incompletos, hay estaciones de aforo en la cuenca alta de los ríos Putumayo y Napo. No hay mediciones en el río San Miguel y Aguarico. El rendimiento medio varía con la localización de la cuenca. En general las cuencas pequeñas altas tienen menos rendimiento que las áreas de piedemonte. En Ecuador se han medido ríos con escorrentía variable entre 409 mm. en el río Yanahurco D.S. Valle y 4 128 mm. en el Río Misahualli en Cotundo. El río Guijos, uno de los más importantes formadores del Napo, en San Rafael, con 3 950 Km de cuenca tiene un caudal de 318 m3/s o sea una escorrentía media de 2 537 mm.

En Colombia los rendimientos son similares aunque el río Mocoa, afluente del río Caquetá, pero que nace en las mismas estribaciones que el Putumayo, tiene en Piedralisa un caudal de 42, 6 m3/s, o sea una escorrentía de 5 942 mm.

Considerando la gran riqueza hídrica de la región y las fuertes pendientes en los tramos superior y medio de los ríos es fácil deducir la potencialidad de la zona para la producción de energía hidroeléctrica, la que se encuentra solo parcialmente evaluada. Por otra parte en la llanura amazónica los ríos se desbordan fácilmente inundando considerables extensiones.

Los suelos tropicales son poco fértiles, casi permanentemente saturados por lo que en general tienen problemas de drenaje. No obstante ello se han identificado amplias áreas con suelos Clase III y IV, que cubren el 19, 3% del área del Proyecto, con una superficie de 915 500 ha. Esos suelos admiten el cultivo de especies tropicales como arroz, café, plátano, yuca, cítricos, palma africana, otras frutas, pina, raíces diversas, pastos plantados y naturales. En el caso del pastoreo del ganado, el pisoteo destruye notablemente la estructura de los suelos haciéndolos improductivos. En general presentan abundante aluminio libre y pH entre ácido a muy ácido (4.5 - 6.8).

La vegetación natural exclusiva es el bosque, ya sea de latifoliadas o de palmas en las partes bajas. La intervención humana ha destruido grandes áreas de bosque para la plantación de cultivos comerciales y de pancoger como para la extracción de la madera. En el Ecuador se ha intervenido el 9% del área amazónica (sin contar el área cordillerana) y, de acuerdo con lo observado en las imágenes satelitarias ese fenómeno está mas acentuado en Colombia.

La riqueza en madera es considerable. La zona evaluada en Ecuador (2.49 millones ha) posee un volumen de madera en pié considerando árboles de 0.40 cm o más, de 240 millones de metros cúbicos de los cuales más del 75% seria aprovechable, o sea 184 millones de m, divididos en 100 millones de m3 de uso actual aprovechable; 24 millones de m3, de uso potencial y el resto de especies de valor desconocido.

Se estima que la situación en el área colombiana debería ser similar, aunque la misma se presenta mucho más intervenida.

El subsuelo del área presenta grandes reservas petrolíferas en explotación en los dos países. Se encuentra además importantes áreas mineralizadas con presencia de cobre y molibdeno, minerales radioactivos, tungsteno y manganeso, además de yacimientos de esfaltos calizas, yeso y caolín. Se presenta en abundancia el oro en las arenas aluvionales de numerosos ríos. Faltan estudios de evaluación de los depósitos y yacimientos, su cubicación y estudio de los tenores y las evaluaciones económicas correspondientes.

Los estudios del medio ambiente de la región están basados en la premisa que todos los impactos ambientales negativos constituyen conflictos entre actividades sectoriales de desarrollo.

Al presente nivel de planeamiento la región fue subdividida en seis unidades ambientales, donde ocurren similares actividades de desarrollo. Esas unidades son páramo, sierra, estribaciones, colinas, tierras aluviales y tierras inundables.

Cuando se hace un análisis de las interrelaciones de las principales actividades de desarrollo como producción de petróleo, agricultura y ganadería, colonización, producción de coca, explotación forestal, transporte, minería, seguridad pública, salud y turismo, además de las actividades científicas, que trata principalmente con la conservación de los recursos biológicos y los intereses de la población indígena, pueden apreciarse fácilmente más de un centenar de relaciones conflictivas.

Por otra parte el análisis de los peligros de catástrofes naturales presentes en la región, como terremotos e inundaciones, deslizamiento de tierra y erupciones volcánicas, indica que la mayor parte de las actividades de desarrollo se encuentran en peligro.

Por lo tanto para el desarrollo armónico de esta región amazónica para satisfacer las necesidades económicas de la población se deberán resolver hasta un cierto grado lo conflictos identificados y diseñar las medidas de prevención y mitigación contra las catástrofes naturales a que está sujeta el área.

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