Página precedente Indice Página siguiente

Capitulo 3. Evaluación de recursos y el rol de los ecosistemas en la mitigación de los peligros naturales

A. Evaluaciones de uso de la tierra en América Latina
B. Limitaciones de evaluaciones del uso de la tierra
C. Evaluaciones del uso de la tierra en base a una visión de sistemas
D. Valorización de peligros naturales en evaluaciones de uso de tierras
E. Servicios naturales en apoyo de la mitigación de peligros
Referencias

RESUMEN

Este capítulo describe los métodos usados para incorporar las evaluaciones de peligros naturales en las evaluaciones de recursos naturales, dando énfasis a aquellas sobre uso de la tierra. También explica el rol de los ecosistemas en mitigar o intensificar de forma natural los eventos peligrosos y cómo este rol es afectado por el desarrollo.

En las etapas iniciales de un estudio de desarrollo regional, se diagnostican los problemas y las potencialidades de la región. Una evaluación de la base de recursos naturales es fundamental para cualquier planificación del desarrollo y cualquier esfuerzo de formulación de proyectos. Esto proporciona información referencial que ayudará a formular una estrategia y a identificar proyectos. Los estudios para el uso de la tierra, incluyendo el uso y capacidad actual de la tierra, son parte de estas evaluaciones y requieren que la información sobre recursos y peligros naturales esté en forma de mapas. El proceso de planificación deberá identificar todos los supuestos y revelar los conflictos potenciales entre las actividades actuales y las propuestas, de un lado, y los peligros naturales de otro. Por ejemplo, la deforestación en suelos inestables puede incrementar la actividad de los deslizamientos de tierra en la parte superior de un reservorio, lo que le acorta la vida útil al producirse mayor sedimentación. Si se ejecuta un proyecto agrícola en una llanura inundable, puede ocurrir que se inunde el área del proyecto o bien que se incurra en un gasto excesivo para mitigar los efectos de la inundación. Aunque las evaluaciones de peligros deben darse durante todo el proceso de planificación - especialmente durante las evaluaciones de uso de tierras - la evaluación de los peligros naturales generalmente recibe una atención mínima.

Los peligros naturales influyen sobre la seguridad y viabilidad de los proyectos y de las comunidades. Aún más, dado que influyen sobre el uso de tierras, también deberían influir sobre las decisiones respecto al uso de tierras. El primer objetivo de este capítulo es proporcionar una guía para integrar evaluaciones de peligros naturales en las evaluaciones del uso de la tierra. La mitigación de los peligros naturales es uno de los muchos servicios naturales que ofrecen los ecosistemas. Por ejemplo, un arrecife de coral hace que las grandes olas rompan a cierta distancia de la línea de costa, reduciendo así el impacto de las tormentas tropicales; pero si el desarrollo de un puerto fractura el arrecife, se pierde esa protección natural. Este capítulo examina los efectos de mitigación de los ecosistemas y las precauciones necesarias para tener la seguridad de que no se socave esos efectos con un desarrollo mal planeado.

Un segundo objetivo del capítulo es proporcionar una visión sintética de la mitigación natural de los peligros naturales. Como introducción al material detallado sobre los peligros individuales y sus evaluaciones en la Parte III, se examina brevemente las implicaciones del desarrollo en la mitigación natural de los peligros principales, colocándolos en un escenario hipotético aunque realista. Este sistema compuesto examina las conexiones con la actividad volcánica, terremotos, deslizamientos, huracanes, inundaciones, desertificación de mesetas (regiones elevadas, pie de monte), zonas costeras o bajas y cercanas a la costa (arrecifes y de estuarios), y ecosistemas marinos (alta mar).

Ambos objetivos contribuyen al objetivo principal de promover la consideración de los peligros naturales en el contexto del sistema en el cual ocurren.

A. Evaluaciones de uso de la tierra en América Latina

Los métodos de evaluación del uso de la tierra empleados en América Latina y el Caribe muestran las dificultades existentes para entender a la naturaleza y, también, las limitaciones de los conocimientos, experiencias e intereses del planificador respecto a sus decisiones sobre uso de la tierra. Los métodos de evaluación del uso de la tierra siempre son subjetivos, como se puede observar comparando los resultados de la aplicación de diversos métodos actualmente en uso. Varios de ellos fueron analizados por Posner et al. (1982) al preparar un sistema de clasificación de tierras para los terrenos con fuertes pendientes en los Andes septentrionales. Con notables excepciones, los métodos revisados hacían énfasis en el análisis de suelos. Como la mayoría de los especialistas en suelos también son agrónomos, los resultados estaban sesgados hacia la agricultura.

Los métodos de evaluación del uso de la tierra, generalmente empleados en Venezuela, Nicaragua y México, están basados en los métodos del Servicio de Conservación de Suelos del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, 1938). Esos métodos son aceptados en muchas partes, pero han sido criticados como inadecuados para países en desarrollo. También se incluye, en el análisis antes citado, un método de evaluación desarrollado en Centroamérica por la Organización de las Naciones Unidas para Alimentos y Agricultura (FAO), durante los años 60. Este método fue también muy criticado por estar "sesgado hacia llanuras", y se lo reemplazó por uno desarrollado en Africa, basado en el número de días de crecimiento de distintas cosechas. Estos dos métodos y el de "Clasificación integrada Ecológica de la Capacidad de la Tierra" (IELCC), desarrollado en América Latina, son ejemplos importantes que no están basados sólo en el análisis del suelo y las características de las pendientes.

El método IELCC está basado en el World Life Zone System of Ecological Classification de Holdridge (1967). Ha sido adoptado en el Perú como el sistema oficial para la clasificación de tierras y fue usado para la cartografía de casi todos los países de Centro y Sudamérica. De todos los sistemas de evaluación de uso de tierras que están siendo empleados en América Latina, posiblemente éste es el más "completo" (Tosi, 1988), pues incluye al bio-clima, las gradientes del terreno y observaciones sobre micro-relieves, así como los niveles alternativos de tecnología que pueden ser usados para el manejo del terreno. Los factores que influyen en el riesgo social y económico, así como también la profundidad y textura del suelo, su pedregosidad, permeabilidad, fertilidad y pH, su erosión acelerada, salinidad y peligros de inundación, son luego analizados para sugerir el uso de tierras a nivel local.

También se utiliza tecnologías modernas en la evaluación de la capacidad de uso de la tierra. La organización French Overseas Scientific and Technical Research Organization ha cartografiado gran parte de las alturas andinas en el Ecuador usando imágenes de satélite. Esta información se usa en programas de desarrollo regional. El Centro Internacional de Agricultura Tropical, en Colombia, diseñó un sistema computarizado de cartografía (escala 1:1.000.00) para fundamentar las decisiones sobre uso de la tierra en los trópicos bajos de América Latina.

El propósito de estos métodos es evaluar las características de un determinado lugar para tomar decisiones respecto a su capacidad y conformidad de uso. Varios problemas conceptuales se suman a las deficiencias de las actuales evaluaciones del uso de la tierra, comenzando con los términos mismos de "capacidad" y "conformidad". Aunque ambos son utilizados frecuentemente como sinónimos, no son tales (AAAS, 1983). "La capacidad para el uso de la tierra" es un término más general y se refiere a las limitaciones tales como el grado de pedregosidad o de pendiente, que pueden afectar negativamente su uso. "Conformidad", por otro lado, se refiere a aquellas cualidades que permiten usos específicos de la tierra tales como irrigación o producción de determinado cultivo. El término "capacidad" está muy fuertemente identificado con el método del U.S. Soil Conservation Service (de los Estados Unidos) y su sesgo hacia la agricultura. Es posible que en algunos contextos pueda ser preferible el término "conformidad" a fin de evitar confusiones (FAO, 1976). Un problema más significativo emerge de la capacidad de la tecnología actual para convertir casi cualquier extensión de terreno en "capa" para casi cualquier uso, provisto que se haga las inversiones necesarias (Hawes y Hamilton, 1980) y teniendo siempre en cuenta que las áreas específicas son físicamente más "conformes" o adecuadas para un determinado uso que para otros. Las decisiones sobre uso de la tierra están basadas en varios factores adicionales al paisaje físico.

B. Limitaciones de evaluaciones del uso de la tierra

1. Limitado énfasis a componentes culturales
2. Falta de procedimientos universales para incorporar información sobre el riesgo de peligros naturales

Tanto los métodos actuales para la evaluación del uso de la tierra como su aplicación, son extremadamente limitados por dos razones: toman poco en cuenta los componentes culturales del entorno y carecen de procedimientos universales para tornar manifiesta la relación entre los usos propuestos para la tierra y los peligros naturales.

1. Limitado énfasis a componentes culturales

Aunque los sistemas de clasificación para uso de la tierra están basados generalmente en datos físicos (Beek, 1978), la mayoría de autores y ejecutores reconocen la importancia de la información socioeconómica en la toma de decisiones sobre uso de la tierra. No obstante, en la determinación de patrones para el uso de la tierra se da menos énfasis a los factores culturales que, frecuentemente, son más importantes que las características físicas y, aún, que las económicas y sociales.

En Santa Lucía, por ejemplo, las áreas que son potencialmente productivas, según los parámetros de suelo y pendientes, y los factores económicos y sociales predominantes, no sostienen actualmente las actividades que una evaluación de uso de tierras les asignaría. Las tierras no son usadas por el temor que las personas tienen a la víbora fer-de-lance, que fue introducida en la isla y se ha refugiado en dichas áreas. El miedo es tan grande que el plan nacional de agricultura y desarrollo tuvo que incluir un proyecto para erradicar esa víbora, a fin de que el área pueda ser incorporada a la producción agrícola.

Existe un sesgo cultural típico que intensifica los fenómenos peligrosos en muchas partes de América Latina: es el prestigio y la autoridad que conlleva el ser ganadero. La gente poseerá tantas cabezas de ganado como les permita su economía, con preferencia por el ganado vacuno aunque las características bióticas, climáticas, edáficas, económicas y sociales del área no sean favorables para el pastoreo (Clausen y Crist, 1982). El pastoreo pobremente manejado suele intensificar fenómenos naturales tales como la erosión y los movimientos masivos del suelo en gran parte de América Latina.

Los factores culturales que afectan el uso de tierras incluyen la información, la tecnología así como las creencias y tabúes. La producción de una unidad dada de terreno depende del conocimiento inherente del administrador de recursos, los tabúes locales, la disponibilidad de tecnología apropiada y la disposición de la cultura local a aceptar la tecnología y uso de la tierra propuestas. Las evaluaciones de uso dé la tierra de dos lugares distintos no pueden ser uniformizadas sólo por el hecho de compartir condiciones físicas similares, porque las culturas de los dos grupos humanos involucrados pueden ser marcadamente diferentes una de otra. Las personas que viven y trabajan en un determinado espacio, frecuentemente dejan de lado las propuestas de estudios sobre los parámetros físicos del área. Las evaluaciones sólo pueden sugerir el potencial de producción y de pérdidas de un uso específico de la tierra; no pueden dictar una decisión que depende de las características de las poblaciones afectadas.

2. Falta de procedimientos universales para incorporar información sobre el riesgo de peligros naturales

Una significativa limitación de todos los métodos de evaluación de la capacidad para el uso de tierras, es que no muestran adecuadamente los riesgos que los peligros naturales presentan a las actividades de desarrollo. Sin embargo, los análisis indican que la mayoría de métodos para la evaluación de recursos (McRae y Burnham, 1981; AAAS, 1983), trata el tema de los peligros naturales muy someramente y que sería fácil incorporar la información sobre éstos durante el proceso de planificación. Se han hecho muchos estudios sobre la evaluación y presentación de peligros específicos tales como deslizamientos de tierra (Varnes, 1985; Brabb y Harrod, 1989). terremotos (Blair y Spangle, 1979; Jaffe et al., 1981; Brown y Kockelman, 1983; Kuroiwa, 1983), inundaciones (U.S. Water Resources Council, 1972; Waananer et al., 1977), tsunamis (Houston, 1980; URR, 1988), y volcanes (Booth, 1979; Crandel et al., 1984). Sin embargo, no hay un método universal para valorizar los peligros naturales en las evaluaciones de recursos para la planificación del desarrollo. Los diferentes métodos son una respuesta a preocupaciones específicas respecto a fenómenos peligrosos individuales.

C. Evaluaciones del uso de la tierra en base a una visión de sistemas

1. Una visión de sistemas
2. Atributos de sistemas

Dado que los métodos sobre la evolución de peligros naturales individuales son tratados en otro lugar, esta sección los tomará en cuenta desde el punto de vista del sistema en el cual ocurren, en el contexto de las evaluaciones del uso de la tierra.

1. Una visión de sistemas

La combinación de los atributos del paisaje y de las vinculaciones entre ellos puede reforzar o restringir los posibles usos del paisaje. Por lo tanto, los paisajes deben ser considerados y estudiados como sistemas (Chapman, 1969; Steiner y Brooks, 1981; Rowe y Sheard, 1981; Steiner, 1983). Una visión de sistemas toma en consideración una serie más amplia de atributos y enlaces que lo que normalmente consideran los actuales métodos de evaluación del uso de la tierra (ver Figura 3-1), incluyendo las relaciones entre fenómenos naturales, actividades para el desarrollo y elementos naturales (Hawe y Hamilton, 1980; FAO, 1976; Posner et al., 1982). Tan sólo un listado de los elementos naturales importantes - pendientes, exposición, clima, evapotranspiración, disponibilidad de agua de superficie, y otros (ver Figura 3.2) - es una ayuda, pero sólo es una aproximación incompleta que no llega a integrar la información sobre peligros naturales en las evaluaciones del uso de la tierra.

Para propósitos de clasificación del uso de tierras, todos los paisajes deben ser considerados como sistemas que proporcionan bienes y servicios para satisfacer necesidades humanas. Cualquier aspecto de un sistema de estructuras y funciones que sea de interés humano, puede ser clasificado como un bien o como un servicio del sistema (OEA, 1987). La fotosíntesis, por ejemplo, produce biomasa que se convierte en madera y luego, a través de la actividad humana, en material de construcción. El atributo del sistema es considerado como un peligro si amenaza a la actividad humana (p.e., vientos fuertes o precipitación copiosa). Sin embargo, ya que las necesidades de los humanos varían, los individuos valorizarán los atributos y procesos del sistema de manera diferente: los bienes y servicios valorados por algunos pueden no tener importancia alguna para otros. Para unos, el peligro inherente de un atributo específico del sistema lo convierte en un servicio (p.e., navegación en aguas rápidas o ascenso de montañas). Por otro lado, algunos fenómenos son siempre peligrosos (p.e., flujos de lava). Son estos los que deben ser considerados en las evaluaciones del uso de tierras.

El análisis de bienes, servicios y peligros de un sistema, junto con las necesidades de la población, permite identificar las alternativas que normalmente no están definidas en las evaluaciones del uso de la tierra. Esto es consistente con el propósito de un análisis de sistemas para la evaluación del uso de la tierra, cual es formular una estrategia que incluya el uso, mejora, y conservación de los bienes y servicios potenciales de la región. La Figura 3-3 es un modelo regional con ejemplos de enlaces internos y externos.

Figura 3-1: UN COMPLEJO AMBIENTAL

Fuente: Basada en Billings, W.D. "Physiological Ecology" en Annual Review Plant Physiology, vol. 8 (1957), pp. 375-392.

Figura 3-2
ATRIBUTOS Y ELEMENTOS DEL PAISAJE RELACIONADOS AL USO DE LA TIERRA

Características

Cualidades de la tierra relacionadas

Temperatura del aire

Riesgo de heladas

Precipitación, incluyendo distribución e intensidad

Erosión, inundación, humedad disponible

Velocidad y dirección del viento

Evapotranspiración, tormentas, erosión por el viento

Radiación neta

Evapotranspiración

Granizo y nieve

Peligros climáticos

Evaporación

Evapotranspiración

Profundidad de aguas subterráneas

Drenaje y aeración

Frecuencia de inundaciones

Drenaje y aeración

Textura del suelo y pedregosidad

Facilidad de cultivo, humedad disponible, drenaje, aeración, erosión por agua/viento, permeabilidad

Piedras visibles/roca, afloramientos

Facilidad de cultivo, humedad disponible

Profundidad del suelo

Humedad disponible, capacidad para raíces, facilidad de cultivo

Estructura del suelo, incluye impermeables, formación de corteza, compactación

Erosión agua/viento, capacidad capas para raíces, humedad disponible

Materia orgánica y distribución de raíces

Humedad disponible, erosión agua/viento, facilidad de cultivo

pH (reacción)/CaCo2/yeso

Fertilidad del suelo, alcalinidad del suelo

Mineralogía de arcillas

Erosión de agua, facilidad de cultivo

Química del suelo

Fertilidad, disponibilidad de nutrientes, toxicidad

Permeabilidad del suelo

Drenaje y aeración, humedad disponible

Capacidad de agua disponible

Humedad disponible

Infiltración/escurrimiento

Erosión de agua, inundación

Salinidad del suelo

Drenaje, toxicidad, inundación

Material padre del suelo

Fertilidad, disponibilidad de nutrientes, incluyendo deficiencias y toxicidades.

Fuente: Adaptado de McRae, S.G., y Burnham, C.P. Land Evaluation (Oxford: Clarendon Press, 1981)

Figura 3-3: MODELO REGIONAL CON EJEMPLOS DE ENLACES INTERNOS Y EXTERNOS

Las necesidades humanas incluyen la nutrición, albergue y seguridad personal o colectiva. Los paisajes contienen estructuras y elementos que son peligrosos y que pueden influir negativamente sobre la apropiación segura de bienes y servicios indicados por la evaluación del uso de la tierra. La Figura 3-4 presenta una lista de atributos de la estructura y función del ecosistema que proporciona una amplia variedad de bienes y servicios para satisfacer las necesidades humanas; la Figura 3-5 identifica otros atributos peligrosos.

2. Atributos de sistemas

a. Enlaces y función del sistema

Un sistema está constituido no sólo por los componentes básicos, sino también por los enlaces que existen entre ellos. Estos son los "tubos", "alambres", y "conexiones" que relacionan a un componente de un sistema con otro. La "Primera Ley de la Ecología", se refiere a enlaces: "Todo está relacionado con todo lo demás" (Commoner, 1971).

Tan sólo la cantidad de interconexiones presentes, en cualquier sistema dado, hace que los métodos que pueden identificar estas relaciones sean herramientas valiosas para los planificadores (Steiner and Brooks, 1981).

Un conjunto básico de eslabones puede ser identificado para cualquier ecosistema: terrestre, marino, o urbano. En todos los casos, estos enlaces tienen que ver con el flujo de material, energía o información entre componentes. Es importante identificar y evaluar los enlaces entre ecosistemas y dentro de ellos (Karra y Scholosser, 1978). Las características de un ecosistema lacustre, por ejemplo, dependen de la actividad humana alrededor del lago, incluyendo a las actividades que tienen lugar en los ríos que lo alimentan y a las características químicas de las precipitaciones que se producen en su cuenca fluvial. Los intercambios de material y energía entre ecosistemas también influyen sobre la naturaleza, la oportunidad y la severidad de eventos peligrosos. Como ejemplo podemos citar los temblores de tierra que causan deslizamientos de tierra a gran distancia del epicentro, y una lluvia fuerte - o la fusión de la nieve y el deshielo - a cientos de kilómetros río arriba, causando inundaciones importantes río abajo. Estos son ejemplos de los eslabones entre ecosistemas aparentemente no relacionados.

Los peligros más severos conciernen al flujo de energía (función del ecosistema) más que a su almacenamiento (estructura del ecosistema). La estructura y la función frecuentemente son estudiadas por separado. En consecuencia, el uso de la tierra no es analizado en el contexto de un sistema, y el estudio del peligro sufre por esto.

Figura 3-4
BIENES Y SERVICIOS DEL ECOSISTEMA

BIENES/PRODUCTOS

1.

Agua potable (superficie y subterránea)

2.

Agua industrial (superficie y subterránea)

3.

Agua de inundación (superficie y subterránea)

4.

Madera

5.

Leña/carbón vegetal

6.

Material de construcción de madera (postes, vigas, etc.)

7.

Plantas ornamentales (interiores, exteriores, secas)

8.

Fibras vegetales (soga, tela)

9.

Plantas medicinales

10.

Alimento para humanos (frutas, nueces, savia, semillas, goma, miel, hojas)

11.

Comida para animales domésticos

12.

Animales para la alimentación y consumo humano

13.

Plantas acuáticas para consumo humano

14.

Condimentos (especies, sal)

15.

Plantas con sustancias químicas (tintes, manchas, ceras, látex, gomas, tanina, mieles, drogas, etc.)

16.

Fertilizantes

17.

Materiales acuático precioso/semiprecioso (perlas, corales, conchas, madre perlas)

18.

Material para artesanía (rocas, maderas, fibras para canastas)

19.

Minerales metálicos (bausita, minerales, pepitas)

20.

Minerales no metálicos (asbestos, arcilla, calizas)

21.

Materiales de construcción (arenas, arcillas, cenizas, cemento, grava, piedras, mármol)

22.

Nutrientes minerales

23.

Tintes y barnices minerales

24.

Cueros, pieles

25.

Otros materiales animales (huesos, plumas, colmillos, dientes, garras, mariposas)

26.

Otro material vegetativo (semillas, vainas)

27.

Peces vivos (ornamental)

28.

Animales vivos para zoológicos y mascotas

29.

Animales vivos para trabajo humano

30.

Animales vivos para investigación

31.

Combustibles fósiles (crudos, gas natural, carbón)

32.

Otros combustibles (turba, otros materiales orgánicos, posta, biomasa)

33.

Protección de forraje de ganado

OPERACIONES EN ECOSISTEMA. MANTENIMIENTO. ADAPTACION Y EVOLUCION

1.

Reciclaje de nutrientes

2.

Almacenamiento de nutrientes

3.

Distribución de nutrientes (inundaciones, polvo, transporte de sedimentos)

4.

Fotosíntesis

5.

Respiración

6.

Oxidación

7.

Adaptación

8.

Auto-regulación

9.

Pruebas de competencia y diseño (control de población, evolución)

10.

Reciclaje de minerales

11.

Habitat para animales locales de tierra, aire y acuáticos, insectos y otras formas de vida (alimentación, cruces, criadero y albergue)

12.

Habitat para formas de vida en tierra, aire y otras (alimentación, cruces, criadero y albergue)

BIENES Y SERVICIOS NO TANGIBLES

1.

Rompeviento

2.

Sombra

3.

Uso recreacional de agua (natación, botes, patinaje, esqui sobre el agua, navegación, tabla, buceo)

4.

Uso recreacional de la tierra (caminatas, ascensos, deportes)

5.

Uso recreacional del aire (vuelos, planeo, paracaidismos, alas voladoras, cometas)

6.

Uso recreacional de animales (caza, pesca, cabalgatas, colección de insectos, fotografías, observación)

7.

Uso recreacional del ecosistema (turismo, paseos)

8.

Turismo científico

9.

Exploración

10.

Acumulación de riqueza y especulación

11.

Desarrollo espiritual

12.

Valoras históricos

13.

Valores culturales

14.

Sistema de alerta temprana (tiempo, cambio climático, eventos peligrosos)

15.

Modificación de humedad

16.

Modificación de temperatura

17.

Modificación de luz

18.

Filtración ultravioleta y otras radiaciones

19.

Recopilación de información de formas adaptivas de vida (genético)

20.

Otros valores científicos

SERVICIOS ECONOMICOS

1.

Fuentes energéticas (viento, sol, agua, mareas, biomasa, geotérmica)

2.

Dilución de contaminantes

3.

Descomposición de contaminantes (oxidación, evaporación, disolución)

4.

Transporte de contaminantes (viento, agua, consumo animal, dilución aire y agua)

5.

Almacenamiento de contaminantes

6.

Control de erosión

7.

Control de sedimentos

8.

Control de inundación

9.

Otros controles del régimen de aguas

10.

Recarga de aguas subterráneas

11.

Espacio para ocupación urbana, industrial o agrícola, caminos, canales, aeropuertos)

12.

Lugares físicos para estructuras

13.

Control de clima y protección

14.

Control de enfermedades y protección

15.

Atenuación de tormentas

Fuente: Organization of American States (OAS). Minimum Conflict: Guidelines for Planning the Use of American Humid Environments (Washington, D.C.: OAS General Secretariat, 1987).

Figura 3-5
ATRIBUTOS DE ECOSISTEMA COMO PELIGROS NATURALES

1.

Enfermedades y plagas (virus, bacterias, lombrices, parásitos, hongos)

2.

Nivel máximo de crecidas

3.

Avalanchas (deslizamientos, derrumbes, flujo de derrubios)

4.

Viento (tornados, huracanes, ciclones, tormentas de polvo)

5.

Erosión natural y sedimentación

6.

Extremos de temperatura

7.

Extremos de humedad

8.

Sequía

9.

Nieve

10.

Hielo

11.

Granizo

12.

Niebla y bruma

13.

Heladas

14.

Radiación solar

15.

Rayos

16.

Incendios

17.

Químicos tóxicos, concentraciones de gas

18.

Radiación nuclear

19.

Volcanes

20.

Terremotos

21.

Tsunamis

22.

Seiches

23.

Subsidencia

24.

Suelos expansivos

25.

Vegetación dañina (plantas venenosas, especies invasoras)

26.

Animales venenosos (reptiles, insectos)

27.

Predadores

Fuente: Organization of American States, Minimum Conflict: Guidelines for Planning the Use of American Humid Tropic Environments. (Washington, D.C.: OAS General Secretariat, 1987).

De igual importancia son, por un lado, los enlaces entre los atributos físicos y bióticos de un ecosistema y por otro los factores sociales, culturales y políticos. La construcción de una carretera o la urbanización de áreas aguas arriba han de tener una influencia importante sobre el peligro de inundaciones en esas cuencas fluviales. La dinámica del ecosistema incluye fenómenos inducidos por los humanos y fenómenos naturales. Los peligros naturales, tales como el exceso o la escasez de agua, pueden ser intensificados por la actividad humana tanto dentro como fuera del sistema en estudio. Desafortunadamente, las actividades externas y los eventos que pueden influir sobre el área del proyecto, rara vez son consideradas en las evaluaciones de uso de tierras.

Aún más, no se presta suficiente atención a los impedimentos naturales al desarrollo más allá de la pedregosidad, pendientes e inundaciones ocasionales. Los componentes estructurales (textura del suelo, profundidad y distribución; pendiente, densidad y tipo de vegetación; roca firme, precipitación y temperatura) reciben más atención a costa de los procesos funcionales del sistema (ciclo hidrológico, trayectorias y tiempo de ocurrencia de tormentas, fotosíntesis y respiración, resistencia a corte del suelo, ritmo, sucesión, y disipación de energía).

b. Factores limitantes

Los fenómenos naturales pueden tener efectos positivos sobre el desarrollo o pueden tener efectos negativos y ser factores limitantes (ver Figura 3-5). La eliminación de un factor limitante - digamos, la reducción de la humedad del suelo mediante drenaje o añadiendo humedad con irrigación - permite mayor crecimiento y desarrollo. La acción que elimina un factor limitante, llamado "fuerza de gatillo" crea reacciones en cadena que pueden tener un alcance muy grande. Por ejemplo, un área que puede sostener una cantidad determinada de ganado, con cierto nivel de manejo, se puede deteriorar o mejorar como resultado de un incendio o de fuertes lluvias. Este evento a su vez, puede iniciar una cadena de eventos que conduzca, por un lado, al sobre-pastoreo, la erosión, sedimentación, e inundaciones o, por otro, a mayor producción de vegetación de consumo, menos insectos y control de enfermedades tanto de plantas como de animales. Algunos fenómenos naturales pueden ser factores limitantes porque ocurren muy rara vez y a veces nunca, - la precipitación inadecuada es un buen ejemplo.

Los fenómenos como aguas crecidas frecuentemente son considerados como factores limitantes y son clasificados como peligros naturales, pero pueden tener efectos positivos sobre el propuesto uso de la tierra. Por ejemplo, las tierras de pastoreo de Necholandia, en el área del Pantanal en Brasil, tienen suelos muy arenosos con nutrientes que rápidamente son agotados por la infiltración de las aguas de lluvia. Sin embargo, la inundación anual de estos suelos durante largos períodos, repone los nutrientes y mantiene la vegetación. La Figura 3-6 presenta una lista con otros ejemplos de fenómenos naturales con atributos positivos y negativos.

c. Atenuación

Los ecosistemas se adaptan continuamente al cambio. Esta adaptabilidad es atribuible a diversas características tales como diversidad de especies y variabilidad fisiológica, capacidad de almacenaje y tasas de reciclaje de nutrientes y de otros materiales. La resistencia de un ecosistema a las perturbaciones externas es alta. Los pantanos, reservorios, llanuras de inundación y suelos absorben agua y la liberan lentamente, reduciendo así los extremos entre aguas crecidas y bajas. Los bosques atenúan los vientos fuertes y altas temperaturas, y reducen la desecación del suelo, la erosión y los derrumbes de pendientes. Los mecanismos de atenuación son elementos importantes para los planificadores del uso de la tierra que se preocupan por los peligros naturales. Nuevamente, la región Pantanal del Brasil es un excelente ejemplo. Esta enorme área de pantanos y lagunas absorbe las aguas de inundación del río Alto Paraguay y frena su confluencia con el Paraná por algo así como seis meses. Si no fuera por esta capacidad de atenuación, las aguas de inundación de los ríos Paraná y Paraguay llegarían a las partes bajas del río Paraná al mismo tiempo y causarían inundaciones catastróficas.

d. Umbrales

El punto aquel en el que se manifiesta un efecto es conocido como el umbral. Todo sistema tiene sus limitaciones y, no obstante los mecanismos de atenuación, los componentes y procesos de un sistema eventualmente fallarán si son exigidos más allá de su umbral. Por ejemplo, los suelos se desplazan no obstante estar cubiertos de vegetación, si la lluvia es intensa y la pendiente muy fuerte; o pueden permanecer estables aún bajo una creciente presión de pastoreo, hasta que la cubierta de vegetación sea reducida por debajo del nivel umbral.

D. Valorización de peligros naturales en evaluaciones de uso de tierras

1. Misión preliminar
2. Actividades de la fase I
3. Actividades de la fase II
4. Recomendaciones generales

Como se ha dicho, al incorporar el aspecto de los peligros naturales muy al inicio del proceso de planificación, se pueden minimizar los efectos negativos sobre los proyectos de desarrollo. La metodología de sistemas identifica los peligros observando los factores limitantes y de gatillo, los umbrales, los atenuantes y los enlaces internos y externos.

La información sobre los peligros naturales en el área de estudio debe ser examinada durante las diversas etapas de planificación (ver Figura 3-7). El proceso iterativo enfoca los estudios de planificación hacia factores importantes.

1. Misión preliminar

La definición de las principales unidades de tierra (cuencas fluviales, sub-cuencas, y zonas de vida) es necesaria en esta etapa. Las imágenes de satélite son particularmente útiles para esta actividad. Se puede ahorrar tiempo y dinero usando imágenes de menor resolución, dadas las posibilidades que ofrecen para identificar influencias externas potenciales y vínculos con otros sistemas.

Para evaluar enlaces importantes internos y externos, también es útil el modelaje conceptual de la región. Los datos obtenidos a través de informantes locales, y de la literatura disponible, son muy importantes para el proceso. Los enlaces tanto aguas arriba (influencias sobre el área de estudio) como río abajo (áreas influenciadas por el área de estudio) deben ser identificados. Un equipo que trabaja a este nivel define el plan de trabajo, la constitución del equipo y los términos de referencia para el trabajo de los expertos en la siguiente etapa.

2. Actividades de la fase I

Los principales ecosistemas deben ser definidos con mayor detalle durante el análisis de la Fase 1. Esto requerirá, por ejemplo, evaluaciones de frecuencias de inundación y de niveles de agua de superficie a cargo de un geomorfólogo o fluviomorfólogo, quien estudiará los mecanismos de atenuación del sistema y ubicará, identificará y cuantificará los factores que tienen influencia sobre el nivel del agua. También deben ser evaluadas la naturaleza y extensión de los ríos, quebradas y valles fluviales, en términos del peligro de inundación y posibilidades de control de inundaciones. Otros especialistas deberán identificar los umbrales de los atributos del sistema que puedan disminuir los peligros, así como las obras del hombre que influyen sobre la frecuencia, elevación y duración de las aguas crecidas. Deben hacerse estimados, bajo diferentes escenarios, de la sedimentación en los canales de los ríos, de la estabilidad de los taludes y de la erosión potencial. Probablemente, será necesaria una escala de 1:250.000, o de mayor detalle aún, para delinear llanuras de inundación, identificar áreas con problemas de inundaciones y otros peligros que deben ser estudiados con más detenimiento (ver Capítulo 8). Podría ser necesaria una evaluación similar para peligros geológicos (ver Capítulo 11). El análisis de sistemas expuestos a terremotos, fuera y dentro del lugar, puede incluir la identificación de las intensidades de anteriores terremotos. El geólogo tendrá que estudiar la ubicación y dirección de fallas activas e identificar las probables rupturas de falla. Las técnicas de microzonificación identificarán las áreas más vulnerables. De igual manera, un estudio detallado de peligros volcánicos deberá incorporar información sobre la extensión de anteriores lluvias de ceniza, tefra, y flujos de lava. La proximidad de un volcán al área del proyecto, y a grandes concentraciones de agua, debe ser tomada en consideración porque el agua intensifica la violencia de la erupción y acelera la velocidad de los flujos de lava o ceniza.

Figura 3-6
EJEMPLOS DE EFECTOS POSITIVOS Y NEGATIVOS DE DETERMINADOS FENOMENOS NATURALES PARA ACTIVIDADES DE DESARROLLO

Fenómenos Naturales

Efectos Positivos

Efectos Negativos

Huracanes

Transportan agua, nutrientes, sedimentos y propágulos.

Elimina estructuras.

Baja temperatura

Disminuye el ritmo de los procesos, da lugar a mejor conservación y almacenamiento.

El congelamiento puede ser mortal.

Alta temperatura

Acelera los procesos, particularmente la respiración y reciclaje.

Puede ser mortal; reduce la diversidad de especies.

Lluvias fuertes

Inician eventos fenológicos en desiertos; disminuye la salinidad en ambientes costeros; redistribuye nutrientes.

Eliminan estructuras y pueden causar otros esfuerzos tales como inundaciones, las cuales afectan el intercambio de gas entre sedimentos de tierras húmedas y la turbidez en sistemas acuáticos.

Incendio

Hace más disponibles los nutrientes y la humedad; reduce la competencia.

Elimina estructuras.

Salinidad

Da lugar a mejorar productividad bruta en manglares hasta concentraciones de agua de mar.

A valores mayores que 35 panes por 1000, aumenta las tasas de respiración y disminuye las tasas de producción neta de transpiración.

Erupciones volcánicas

Dan lugar a mejorar nutrientes y humedad, y a ambientes competitivos.

Sofocan y matan plantas y animales.

Inundaciones

Eliminan la competencia; inician eventos fenológicos.

Aumentan los costos de mantenimiento de energía; temporalmente disminuyen la cantidad de flora y fauna y de especies individuales.

Flujo de agua

Transporta nutrientes y oxígeno; elimina tóxicos; redistribuye larvas.

Elimina estructuras; da lugar a altos costos de mantenimiento de energía para la biota.

Mareas extremas

Redistribuyen nutrientes, sedimentos, materia orgánica y organismos.

Exponen a los organismos a extremas condiciones mortales.

Fuente: Adaptado de Lugo, A. Sress and Ecosystems (1978).

Figura 3-7: ORDENES Y TIPOS DE ESTUDIOS DE SUELOS, SUS CARACTERISTICAS FUENTES DE DATOS Y USOS

Fuente: Adaptado de American Association for the Advancement of Science (AAAS). Resource Inventory and Baseline Study Methods for Developing Countries (Washington, D.C.: AAAS, 1983).

La planificación es un proceso vivo que responde a la dinámica de los sistemas locales. La cartografía para el uso de la tierra debe reflejar este hecho. Las técnicas de sobreposición de mapas son adecuadas y, si no se tuvieran a disposición, se pueden producir mapas especiales de peligros. (Giuesti, 1984; Singer, 1985; ver Capítulos 4-6).

3. Actividades de la fase II

Las escalas más adecuadas para un plan de acción y formulación de proyecto durante la Fase II son entre 1:20.000 y 1:60.000. En el caso de inundaciones, el geomorfólogo o fluviomorfólogo irá más allá definiendo umbrales para la erosión e infiltración de la precipitación; y examinará cambios en las llanuras de inundación y en las frecuencias de pico de descarga debidos a la intervención humana, tanto en el lugar como en ecosistemas asociados. En el caso de la actividad sísmica, los proyectos de desarrollo deben estar alejados de las áreas más vulnerables. Una recomendación típica para el desarrollo de nuevas áreas sería restringir el uso de zonas donde han ocurrido movimientos significativos del terreno, debido a actividades de baja densidad tales como la agricultura o la existencia de parques. Se deben hacer sugerencias adicionales para medidas de mitigación en áreas ya desarrolladas.

4. Recomendaciones generales

1. Incluir términos de referencia específicos, relacionados con los peligros, para los especialistas que trabajan en la Misión Preliminar y en la Fase I (p.e., hidrólogo, especialista en suelos, consejero sobre manejo de medio ambiente). Estos términos de referencia deben incluir la necesidad de desarrollar y analizar información en los puntos de interacción entre actividades sectoriales. Incluir términos de referencia relacionados con los peligros para los técnicos que serán responsables de la formulación del proyecto en la Fase II.

2. Añadir la participación a corto plazo de un geomorfólogo, hidrólogo o geólogo para que estudie las áreas que una etapa anterior del estudio han demostrado ser problemáticas.

3. Evaluar los usos propuestos de las llanuras de inundación, dando especial atención a las consecuencias río abajo que puedan resultar de la pérdida de capacidad de almacenamiento de aguas de inundación por causa de actividades de desarrollo. Las actividades aguas arriba deben de ser evaluadas por las mismas razones, aún cuando queden fuera de la región en estudio.

4. Examinar los proyectos que están siendo considerados, bajo diferentes escenarios de desarrollo potencial en los ecosistemas enlazados.

5. Evaluar la influencia de los proyectos bajo consideración sobre otras actividades del ecosistema, incluyendo las características de atenuación y umbral.

6. Tomar en cuenta los cambios en el régimen hidrológico, inducidos por la creación de superficies impermeables (p.e., urbanización, superficies de caminos, compactación del suelo por el continuo paso de ganado, cambios en la cobertura de vegetación).

7. Ser explícito en todas las instrucciones relacionadas con la capacidad o conformidad del uso de la tierra, incluyendo pronunciamientos sobre los requerimientos tecnológicos para proyectos de desarrollo.

E. Servicios naturales en apoyo de la mitigación de peligros

1. Linderos de ecosistemas, cuencas hidrográficas y cuencas fluviales
2. Ecosistemas y peligros asociados

1. Linderos de ecosistemas, cuencas hidrográficas y cuencas fluviales

Las discusiones en los Capítulos 8 a 12, que enfocan la relación del hombre con cada uno de los principales peligros naturales, demuestran que las acciones que se toman en nombre del desarrollo frecuentemente exacerban el impacto del peligro. Allí se prescriben acciones que pueden ser llevadas a cabo para mitigar los daños. Aquí, el enfoque es hacia los servicios naturales de los ecosistemas, que sirven para reducir el impacto de los peligros. Se deduce, lógicamente, que una estrategia de mitigación de peligros es mantener la capacidad natural que los ecosistemas tienen para protegerse a si mismos. Segundo, en contraste con los Capítulos 8 a 12, esta sección discute todos los peligros al mismo tiempo, en el contexto del ecosistema natural donde ocurren. Nuevamente se deduce que la estrategia de mitigación es mantener intactas las funciones naturales de los ecosistemas.

Para poner todos los peligros en el contexto de los ecosistemas, se ha imaginado un hipotético sistema compuesto que incluye varios ecosistemas: regiones elevadas (mesetas, piedemontes), tierras bajas, tierras costeras, aguas cercanas a la costa (estuarios y arrecifes), aguas marinas (alta mar) y, actividades de desarrollo representativas de cada cual. Un lugar así podría ser una pequeña isla volcánica, partes con altitudes bajas áridas y partes con altitud suficiente para captar los vientos del mar saturados de humedad. Si se encuentra a una latitud suficientemente alta, las variaciones de elevación harán que esta isla experimente temperaturas extremas, tanto altas como bajas, que tendrán influencia en las actividades de desarrollo. Estaría ubicada cerca de una gran zona de fallamiento y tendría una variedad de posibilidades de desarrollo, así como un conjunto de servicios naturales que ayudarían a proteger las actividades de desarrollo frente a los eventos de los peligros naturales. Se debe añadir que, en realidad, existen lugares muy parecidos a éste.

El sistema hipotético contiene subsistemas de "cuencas fluviales", de "captación" y subsistemas costeros. El término "cuenca fluvial" se define de diversas maneras y a veces se usa de modo intercambiable con "cuenca hidrográfica o con cuenca colectora". Tal como los usamos acá, estos términos se refieren a dos fenómenos que difieren significativamente en su complejidad. Una cuenca fluvial es un sistema de ríos que descargan toda su agua a través de una sola salida. Las cuencas fluviales pueden variar desde unas cuantas hectáreas hasta varios miles de kilómetros cuadrados de tamaño pero cada cual, sea grande o pequeña, es más o menos homogénea en relación con su geología, suelos, fisiografía, tipo de vegetación y clima. Una cuenca hidrográfica, por otro lado, está conformada por una serie de cuencas fluviales, entre los cuales puede haber gran variedad y por lo tanto sus respuestas hidrográficas son complejas.

En tales sistemas, el agua y la gravedad son los dos principales componentes naturales que integran la función y estructura del sistema (la combinación específica de componentes y procesos que definen a un sistema dado). Su influencia sobre las actividades de desarrollo, en términos de los eventos naturales que se pueden presentar (fuerzas sísmicas, huracanes, movimientos de masas, etc.) a menudo es olvidada por los planificadores. A la región río arriba, o a las regiones elevadas, se les presta atención sólo cuando un valioso desarrollo río abajo está amenazado, o es dañado por deslizamientos, sequías, inundaciones o sedimentación.

El sistema hipotético compuesto también incluye una zona costera donde los procesos terrestres, marinos y atmosféricos constituyen un peligro mayor que la mayoría de otras áreas geográficas bien definidas. En combinación con la presencia probable de centros poblados, tierras agrícolas productivas, rutas de comunicación, construcciones, etc., el riesgo de grandes pérdidas en vidas e infraestructura siempre estará presente cuando ocurra un evento peligroso.1

1 Aunque no están incluidas en esta discusión, también existen actividades de desarrollo e infraestructura importantes en alta mar (minería marítima, producción de petróleo, construcción de oleoductos, navegación, pesca, patrullaje de seguridad, enlaces transoceánicos, investigación y monitoreo, descarga de desechos, incineración, recreo y turismo, etc.), y éstas también deben ser consideradas en términos de su vulnerabilidad a eventos peligrosos.

Las cuencas fluviales y los sistemas costeros, por supuesto, no son independientes entre sí. Están integrados por su propia naturaleza y deben ser vistos como un todo. En verdad, el concepto de una cuenca fluvial "expandida", con características de río arriba, de costa y de sus alrededores es relevante, en especial, donde los peligros del litoral tales como huracanes, tsunamis y maretazos, son modificados por la batimetría cercana a la costa y la configuración costera. y donde los efectos de los peligros de tierra adentro, tales como inundaciones rápidas y flujo de derrubio, frecuentemente llegan a las áreas costeras o cercanas a ella, debido a la presencia de cuencas fluviales relativamente cortas y con mucha pendiente.

Este concepto de cuenca fluvial puede ser utilizado para ilustrar la vulnerabilidad de un área a eventos peligrosos, debido a la intervención humana en el sistema. Tal intervención puede alterar, por ejemplo, la configuración del terreno aguas arriba de manera que, por la integración de las características del agua y la gravedad, estas alteraciones no sólo son importantes en dicho lugar sino también río abajo. Esta importancia se extiende hasta las áreas cercanas a la costa en las cuales, un abanico sedimentario debido a la erosión aguas arriba puede cubrir y sofocar un arrecife o un lecho de pasto marino. Las actividades de desarrollo de cualquier tipo (es decir el uso, la mejora o conservación de servicios del sistema, incluyendo aquellos que mitigan los eventos peligrosos) también requieren "integración". Este tipo de integración implica planificación y, por tanto, las cuencas fluviales suelen ser una unidad básica de planificación para el desarrollo. Sin embargo, si la preocupación por los peligros naturales ha de ser considerada en la planificación para el desarrollo, la necesidad de entender las características de las cuencas fluviales es aún más importante.

Figura 3-8: MAPA DESCRIPTIVO DE LAS DIFERENCIAS DE COMPLEJIDAD ENTRE UNA CUENCA HIDROGRAFICA Y SUS CUENCAS FLUVIALES

Figura 3-9: CUENCA HIPOTETICA EN UNA PEQUEÑA ISLA VOLCANICA

Diagrama de una pequeña isla que muestra varios ecosistemas (alta mar, arrecife, estuario, tierras bajas, regiones elevadas) e indicadores de peligros naturales potenciales (lluvia, viento y olas indican huracanes e inundaciones; volcán indica erupciones; las fallas indican terremotos; las fallas y quebradas indican desgaste de masas).

Dado el rango de los eventos naturales que afectan esta cuenca fluvial hipotética, definida en términos generales, los "linderos" de su porción costera, o de tierras bajas, deben permanecer flexibles. En el litoral, los linderos pueden ser ubicados en una isópora batimétrica bien definida, debajo de la profundidad de cualquier relieve en el fondo capaz de influir sobre los peligros marinos. En contraste, los linderos en las regiones elevadas se definen fácilmente en términos físicos (áreas de drenaje) pero frecuentemente son bastante porosas en términos bióticos, sociales y económicos.

2. Ecosistemas y peligros asociados

Los subsistemas de nuestra cuenca fluvial expandida imaginaria ofrecen un número sorprendentemente grande de servicios naturales, que pueden mitigar los efectos de muchos de estos peligros naturales. De igual importancia, sin embargo, son los atributos de estos subsistemas que pueden intensificar los efectos de los eventos de peligro natural.

Las Figuras 3-10 y 3-11 indican cuales subsistemas de la cuenca fluvial expandida contienen atributos que influyen sobre los peligros aquí resumidos. Los párrafos siguientes describen cómo los servicios naturales de estos sistemas pueden mitigar o intensificar el riesgo de cada peligro natural y es interesante resaltar que no todos son intuitivamente evidentes. En las etapas iniciales de planificación, estos y otros servicios son considerados de manera bastante general y en posteriores interacciones, sus roles son definidos más y más explícitamente. Por ejemplo, el diagnóstico puede decir sólo "La estructura y los procesos naturales del ecosistema de regiones elevadas en esta zona tienen un rol en el control de la erosión y de la inundación". En etapas posteriores, la función específica del ecosistema responsable de un determinado servicio, será citada y discutida: podría ser el caso que "la alta capacidad del suelo para almacenar agua , (tipo de suelo 'limos arenosos de tierras altas'), la transpiración de especies con raíces profundas y las altas tasas de infiltración debido a la estructura fuertemente fracturada de la roca padre debajo de la sub-cuenca fluvial, disminuyan el potencial de inundación debido a tormentas de corta duración". Esto proporciona al planificador una mejor idea de lo que debe hacer en un ecosistema, si es que se han de usar los servicios del control natural de las inundaciones, mejorados y/o conservados, en vez de no utilizarlos, deteriorarlos o destruirlos.

a. Regiones elevadas y actividad volcánica (U1)

Las estructuras y las funciones de los ecosistemas de regiones altas que puede influir sobre los efectos de las erupciones volcánicas son pocas. Sin embargo, incluido en lo que existe se encuentra:

- Relieve (incluyendo profundidad del valle, dirección de la pendiente y calidad de escarpado), que puedan orientar el flujo de lava, ceniza, lodo, etc.

- ubicación y extensión de la fractura, que puede absorber material volcánico y evitar que llegue a las áreas pobladas.

Figura 3-10
LOS ECOSISTEMAS Y SU ROL EN LA MITIGACION O INTENSIFICACION DE EVENTOS NATURALES PELIGROSOS

ECOSISTEMAS

PELIGROS NATURALES

ACTIVIDAD VOLCANICA

TERREMOTOS

DESLIZAMIENTOS

HURACANES

INUNDACIONESa TIERRA/MAR

DESERTIFICACIONb

(1)

(2)

(3)

(4)

(5)

(6)

TIERRAS ALTAS (U)

U1

U2

U3

U4

U5

U6

TIERRAS BAJAS (L)

-

-

-

-

L5

L6

ESTUARIO (E)c

-

-

-

E4

E5

-

ARRECIFES (R)

-

-

-

R4

R5

-

ALTA MAR (S)

-

-

-

S4

S5

-

a Las inundaciones terrestres/marinas incluyan peligro de tsunamis, inundaciones marinas y descarga de aguas durante tormentas.

b La desertificación en este caso se refiere a erosión, sedimentación y salinización en áreas de cultivo en tierras secas y pastoreo.

c El estuario consiste de manglares, lagunas saladas, lechos de pasto marino, y playas.

Estos factores pueden intensificar o mitigar los efectos de una erupción volcánica según donde se encuentre la actividad de desarrollo en relación con el evento. En términos de los servicios proporcionados "el almacenamiento de material de productos volcánicos" podría ser posible según el relieve de la cuenca fluvial. La "ubicación y extensión de la fractura" podría intensificar el peligro si es que las actividades de desarrollo fueran ubicadas sin considerar los numerosos peligros que acompañan la actividad volcánica.

b. Regiones elevadas y terremotos (U2)

Los ecosistemas en regiones elevadas contribuyen poco a mitigar las consecuencias de los terremotos. Pueden, sin embargo, intensificar las consecuencias debido a deslizamientos causados por el sacudimiento del terreno. Uno de los aspectos más peligrosos de esta relación ocurre en áreas de actividad glacial presente y pasada y se refiere al represamiento natural de los cursos de agua por morenas, terminales o laterales, y la consiguiente creación de lagunas. Tales presas suelen ser débiles y se rompen fácilmente si la laguna se llena con material de deslizamientos. Un ejemplo lamentable, por supuesto, es el terremoto de 1970 en el Perú, que desprendió un gran bloque del Nevado Huascarán dando lugar a una avalancha cataclísmica de derrubio, hielo y lodo, que cubrió varios poblados en su trayacto hacia abajo por el angosto valle. Como consecuencia de esta avalancha, murieron más de 20.000 personas en Yungay.

Debido a que muchas áreas en regiones elevadas no tienen suficiente espacio horizontal para la construcción, frecuentemente se emplea material de relleno para crear terrenos planos y los edificios que se construyen sobre tal terreno inestable pueden ser destruidos cuando se sacude la tierra.

c. Regiones elevadas y deslizamientos de tierra (U3)

La estructura y función de los ecosistemas en regiones elevadas puede intensificar o mitigar los peligros de deslizamientos. Los deslizamientos ocurren frecuentemente de manera natural en estas áreas, debido a las pronunciadas pendientes, la naturaleza de la roca firme y del sobrecubrimiento, la cantidad y régimen de precipitaciones, así como a otros factores que causan perturbaciones tales como los incendios naturales, que eliminan la vegetación que da consistencia al suelo, y el sacudimiento del terreno. La vegetación en las laderas de regiones elevadas es parte natural de los servicios de estabilización del suelo, aunque sólo puede atenuar los deslizamientos, y no evitarlos en su totalidad, cuando se trata de pendientes pronunciadas muy altas. Si un manto flojo cubre roca (especialmente roca sedimentaria) que ha sido inclinada fuera del plano horizontal, los deslizamientos se intensificarán en la pendiente paralela al plano de sedimentación.

Figura 3-11: ATRIBUTOS QUE PUEDEN INFLUIR LOS EFECTOS DE LOS PELIGROS NATURALES

Diagrama de una pequeña isla que muestra los principales ecosistemas y peligros naturales asociados. El texto explica el impacto potencial de los peligros naturales sobre un ecosistema y como los servicios naturales del ecosistema pueden mitigar el efecto de los peligros naturales.

Por otro lado, hay menos frecuentes y menos severos deslizamientos sobre la pendiente que cruza los estratos sedimentarios. Los deslizamientos ocurren en las pendientes paralelas. especialmente si una fuerte precipitación satura y aumenta el peso del suelo y lubrica la superficie de contacto entre el manto y la roca firme. En estos casos, aún la propia vegetación puede ser un peso adicional que intensifica el deslizamiento.

d. Regiones elevadas y huracanes (U4)

Las regiones elevadas, si son extensas, pueden servir para reducir el nivel energético de los huracanes, dado que esas tormentas reciben su energía de los mares cálidos. Por otro lado, la lluvia fuerte tanto en términos de intensidad como de cantidad, puede causar altos niveles de descarga en paisajes con fuertes pendientes. También puede saturar los suelos del manto y crear condiciones para una importante inestabilidad de la pendiente, especialmente cuando la capacidad de absorción de las raíces de los árboles y arbustos ha sido alterada. Un ejemplo importante de este fenómeno ocurrió a lo largo de la costa norte de Honduras en 1974, cuando los deslizamientos causados por el Huracán Fifí mataron a miles de personas.

e. Regiones elevadas e inundaciones terrestres y marinas (U5)

Los ecosistemas de las regiones elevadas pueden en realidad ayudar a mitigar los efectos de las "inundaciones terrestres" con servicios de almacenamiento y lenta liberación de agua. El agua es almacenada en lagos, lagunas, riachuelos, ríos, tierras húmedas, suelos, nieve o hielo y en acuíferos donde el servicio de recarga de agua subterránea también está presente. Aún más, otros servicios (evaporación , transpiración) reducen la cantidad total de agua para inundaciones. La tasa de infiltración también tiene influencia, y esto puede cambiar de acuerdo con una serie de características físicas, químicas y bióticas del suelo. Aún la configuración física y el tamaño de la cuenca fluvial pueden marcar una diferencia. Y, según la naturaleza y tiempo de ocurrencia de cada evento de precipitación, estos también pueden mitigar la inundación.

Muchos de estos mismos atributos del ecosistema pueden intensificar las inundaciones terrestres. Si la precipitación es fuerte y la infiltración lenta, o si el suelo ya se encuentra saturado debido a anteriores tormentas, las inundaciones pueden ser más frecuentes y sus consecuencias más graves. La falta de capacidad de almacenaje y la extensión y configuración del drenaje se pueden combinar para aumentar la velocidad y cantidad de la descarga. Existen numerosas combinaciones de caracterítiscas que pueden influir las inundaciones, cada una de las cuales puede ser a su vez influenciada por la actividad humana.

f. Regiones elevadas y desertificación (U6)

Las áreas de regiones elevadas están relacionadas a la desertificación de manera tanto positiva como negativa. En verdad, es la presencia de regiones elevadas sobre gran parte de la superficie terrestre lo que crea las condiciones para que existan desiertos debido al efecto lluvia-sombra. Es decir, si las áreas de regiones elevadas obligan a que los vientos cargados de humedad asciendan, ocurren dos importantes fenómenos: (a) la masa de aire que se eleva se enfría y su humedad es liberada al barlovento de las regiones elevadas y; (b) al sotavento, la masa de aire pierde altitud, calentándose en el proceso y esto crea condiciones de desierto, pues la humedad es fuertemente retenida en la atmósfera y la precipitación es reducida (Figura 3-11). En América Latina, los vientos que prevalecen son generalmente de este a oeste, de tal manera que las laderas occidentales de las montañas son más secas. Ocurren excepciones como en el sur de Chile, Argentina, Norte del Ecuador y Colombia, donde el fenómeno es a la inversa: las laderas occidentales de los Andes reciben mayor precipitación y las orientales menos, siendo más seco a medida que se avanza hacia el este. Frecuentemente, las áreas secas se hallan relativamente cerca a áreas más o menos húmedas, que son utilizadas por las poblaciones y actividades de desarrollo de las áreas secas para abastecerse de agua.

g. Tierras bajas e inundaciones terrestres y marinas (L5)

Las áreas costeras sufren el peso de mares agitados y de mareas altas, así como de los tsunamis e inundaciones marinas. El efecto combinado puede ser que las mareas altas actúen como barreras, represando la descarga de los ríos en el mar, de tal manera que cualquier flujo mayor que el normal por causa de la descarga aguas arriba, va a inundar las orillas. El flujo normal de las regiones elevadas tiende a esparcirse al llegar a las tierras bajas, donde la pendiente es menos pronunciada y los valles son más anchos. Aún más, el flujo de agua de las regiones elevadas pierde algo de su energía al llegar a las tierras bajas, causando que buena parte de los sedimentos que cargan los ríos sean asentados. Esto llena el lecho del río con sedimento lo cual puede elevar su nivel, aún por encima de los terrenos circundantes. Si las crecidas de agua altas sobrepasan los diques naturales que se crean a través de este proceso, se inundan extensas áreas.

Por el lado positivo, las áreas costeras, especialmente aquellas que tienen grandes estuarios, arrecifes o tierras húmedas, pueden absorber cantidades significativas de agua y, también, la energía de las olas que acompañan los eventos marinos que causan inundaciones (ver arriba E4, E5, R4, y R5.)

Figura 3-12: ROLES BENEFICOS DE BOSQUES DE MANGLARES EN EL ECOSISTEMA COSTERO

Los bosques de manglares pueden servir como una barrera contra las olas de tormenta y así proteger las vidas humanas y la infraestructura hecha por el hombre en regiones costeras.

Figura 3-13: ROLES BENEFICOS DE LOS ARRECIFES DE CORAL EN EL ECOSISTEMA COSTERO

Los arrecifes de coral pueden servir como una barrera contra las olas de tormentas protegiendo así la línea de playa y las tierras costeras, cosechas, casas y vidas humanas.

Fuente: Ambas figuras adaptadas de Snedaker, S.C., and Getter, C.D. Coasts: Coastal Resources Management Guidelines. Coastal Publication No. 2, Renewable Resources Information Series. (Washington, D.C.: U.S. Agency for International Development, 1985).

h. Tierras bajas y desertificación (L6)

Como se notó anteriormente en U6, las tierras bajas frecuentemente se encuentran en la sombra de lluvias en áreas de regiones elevadas, lo cual significa que pueden fácilmente sucumbir a la desertificación. Sin embargo, estando río abajo de áreas que normalmente soportan un régimen de mucha mayor precipitación, tienen potencialmente un alto grado de control sobre la distribución del agua, tanto en el espacio como en el tiempo, pues la reciben de sólo unas pocas fuentes de acumulación, mientras que la manera más dispersa en la cual las regiones elevadas reciben agua, hace mucho más difícil su control para fines potables, de irrigación o industriales. Por otro lado, dado que el agua en áreas de tierras bajas, bajo la sombra de las lluvias, no suele estar dispersa, las áreas que tienen acceso menos frecuente y menos seguro a una fuente de agua, generalmente sufrirán más del proceso de desertificación (exceptuando la salinización).

i. Estuarios y huracanes (E4)

Los estuarios, en su estado natural, son bien conocidos por su capacidad para mitigar los efectos de los huracanes. Pueden absorber el frente energético de la tormenta con pocos daños y, en gran medida, pueden controlar o por lo menos disminuir la erosión en playas y arenas, así como distribuir los efectos de la inundación que acompaña a la tormenta sobre una área más extensa. En efecto, debido a ciertos fenómenos, tales como la acción de lavado de la tormenta, los huracanes son necesarios para las operaciones de estuarios. Asimismo, la descarga de las aguas de tormenta en la parte alta de los ríos, puede ser atenuada sin daños con sistemas de estuarios, si es que el aumento general de agua fresca no es muy duradero.

j. Estuarios e inundaciones terrestres y marinas (E5)

Los estuarios en gran parte de los trópicos y sub-trópicos, también son importantes para atenuar las descargas de agua de tormentas desde las regiones elevadas y las crecidas de agua resultantes de tsunamis e inundaciones marinas. La orientación y configuración del estuario influye sobre la cantidad y la extensión de la inundación. Las defensas naturales de la vegetación de los estuarios, tales como los manglares y los lechos de pasto marino (ver Figura 3-12) pueden absorber mucha de la energía asociada con inundaciones marinas y tsunamis. Si el estuario es de poca profundidad y muy extenso, estas características pueden reducir la altura de la ola y, por lo tanto, también reducen las inundaciones.

k. Arrecifes y huracanes (R4)

Muchas de las características de los estuarios que atenúan los efectos de los huracanes son compartidas por los arrecifes, que pueden absorber buena parte de la energía de las olas y, así, las costas que tienen a su alrededor barreras de arrecifes pueden sufrir menores daños a sus playas e infraestructura sobre la línea de costa, que aquellas áreas costeras que están expuestas al mar sin la protección de los arrecifes. Nuevamente, el daño al litoral y a la infraestructura debido a la energía de las olas, dependerá en la forma, profundidad, extensión, ancho y distancia entre la orilla y el sistema de arrecifes.

l. Arrecifes e inundaciones terrestres y marinas, (R5)

Ya que los principales problemas que se sufre por causa de huracanes son debidos a las inundaciones, las mismas características de los arrecifes que ayudan a mitigar los daños de un huracán, también mitigan las inundaciones marinas. Las inundaciones terrestres, sin embargo, podrían ser algo diferentes por el hecho de que, si es que el arrecife actúa como un dique que obstaculiza el flujo de agua fresca, puede intensificar la inundación de tierras bajas. Estos efectos, sin embargo, no serán tan severos como en el caso de configuraciones de estuarios que impiden la descarga de los ríos al mar.

m. Alta mar y huracanes (S4)

Los huracanes se originan en alta mar y su energía es obtenida al pasar sobre mares con temperaturas relativamente altas. Aunque la configuración del fondo marino a distancia de la costa no necesariamente influye sobre la altura de la correspondiente inundación por causa de elevación del nivel del mar, las configuraciones del fondo marino cerca de la costa si han de afectar significativamente la altura y la energía de la inundación, y pueden dirigirla sea hacia el litoral o en dirección contraria.

n. Alta mar e inundaciones terrestres y marinas (S5)

La influencia aquí generalmente consiste en causar más que mitigar las inundaciones. Los tsunamis pueden ser generados por grandes movimientos de tierra bajo el mar, erupciones submarinas de volcanes y terremotos en alta mar. Y hay otras tormentas, además de las de vientos de fuerza huracanada, que también nacen en el mar. Los fenómenos globales como "El Niño" pueden cambiar los patrones del clima durante largos períodos, pasando de poca precipitación a precipitación fuerte, como ocurre en las áreas desérticas en el norte del Perú, que fueron severamente inundadas en 1982-1983 como resultado del fenómeno relacionado ENSO.

Referencias

Beek, K.J. Land Education for Agricultural Development (Wageningen, The Netherlands: International Institute for Land Reclamation and Improvement, 1978).

Billings, W.D. "Physiological Ecology" in Annual Review of Plant Physiology, vol. 8 (1957), pp. 375-392.

Blair, M.L, and Spangle, W.E. Seismic Safety and Land-use Planning. U.S. Geological Survey Professional Paper 941-B (Reston, Virginia: U.S. Geological Survey, 1979).

Booth. B. "Assessing Volcanic Risk" in Journal of the Geological Society of London, vol. 136 (1979).

Brabb, E.E., and Harrod, B.L. (eds.). Landslides: Extent and Economic Significance (Rotterdam, Netherlands: A.A. Balkema, 1989).

Brown, R., and Kockelman, W.J. Geologic Principles for Prudent Land Use. U.S. Geological Survey Professional Paper 946 (Reston, Virginia: U.S. Geological Survey, 1983).

Chapman, T.G. "Land Evaluation: An International Symposium" in Nature and Resources, vol. V, no. 1 (1969).

Clark, J. Management of Environment and Natural Disasters in Coastal Zones. Colloquium on the Environment and Natural Disaster Management Proceeding, Washington, D.C., The World Bank, 1990 (proceedings in preparation).

Clausen, D.L., and Crist, R.E. "Evolution of Land-use Patterns and Agricultural Systems," in Mountain Research and Development, vol. 2, no. 3 (1982). pp. 265-272.

Commoner, B. The Closing Circle (New York: Alfred A. Knopf, 1971).

Crandel, D.R., Booth, B., Kusumadinata, K., Schimouzura, D., Walker, G.P., and Westercamp, D. Source-book for Volcanic-Hazard Zonation (Paris: UNESCO, 1984).

Food and Agriculture Organization (FAO). A Framework for Land Evaluation. Soils Bulletin, no. 32 (Rome: FAO, 1976).

Giuesti. E.V. Hydrologic Hazards Maps. International Course on Natural Geologic and Hydrologic Risks (Denver, Colorado: U.S. Geological Survey, 1984).

Hawes. R.A., and Hamilton, L.S. A Method of Watershed Land Classification and Assessment for the Tropics: A Case Study of Rio Guanare, Venezuela. Cornell International Agriculture Mimeograph 77 (Ithaca, New York: Cornell University, Department of Natural Resources, 1980).

Holdridge, L.R. Life Zone Ecology (San José, Costa Rica: Tropical Science Center, 1967).

Houston, J.R. Tsunamis and Flood Waves, Hazard Definition and Design Considerations: Interagency Committee on Seismic Safety in Construction. Sub-committee Report (Reston, Virginia: U.S. Geological Survey, 1980).

Jaffe, M., Butler, J., and Thurow, C. Reducing

Earthquake Risks: A Planner's Guide (Washington, D.C.: American Planning Association, 1981).

Karr, J.R., and Schlosser, I.J. "Water Resources and the Land-Water Interface" in Science, vol. 201 (July 1978).

Kuroiwa, J. "Microzonificación Sísmica Aplicada al Planeamiento Urbano para la Prevención de Desastres" in Técnica, vol. 2, no. 2 (Lima: Universidad Nacional de Ingeniería, 1983), pp. 37-76.

Lave, L.B. "Ways of Improving the Management of Environmental Risks" in Environment International. vol. 10, no. 5-6 (1984).

Lugo, A. "Stress and Ecosystems" in Thorp, J.H., and Gibbons, J.W. (eds.) Energy and Environmental Stress in Aquatic Systems. DOE Symposium Series (Washington, D.C.: U.S. Department of Energy, 1978).

Mader, G.G. Land Use Planning Relative to Seismic Hazards (Portola Valley, California: William Spangle and Associates).

McRae, S.G. and Burnham, C.P. Land Evaluation (Oxford, England: Clarendon Press, 1981).

Organization of American States (OAS). Minimum Conflict: Guidelines for Planning the Use of American Humid Tropic Environments (Washington, D.C.: Organization of American States, 1987).

Posner, J.L., Antonini, G.A., Montanez, G., Cecil, R., and Grigsby, M. "A Classification of the Steeplands in the Northern Andes" in Mountain Research and Development, vol. 2, no. 3 (1982), pp. 273-280.

Rhoads, B.L. "Flood Hazard Assessment for Land use Planning near Desert Mountains" in Environmental Management, vol. 10, no. 1 (1986), pp. 97-106.

Rowe, J.S., and Sheard, J.W. "Ecological Land Classification: A Survey Approach" in Environmental Management, vol. 5, no. 5 (1981). pp. 451-464.

Singer, A. Un Enfoque Integrado de la Cartografía de Riesgos Naturales para Fines de Ordenamiento Territorial:
Los Mapas Digitalizados de Geodinámica Externa. Primer Simposio Latinoamericano sobre Desastres Naturales, Quito, Ecuador, 25-29 noviembre 1985.

Snedaker, S.C., and Getter, C.D. Coasts: Coastal Resources Management Guidelines Coastal Publications no. 2, Renewable Resources Information Series (Washington, D.C.: U.S. Agency for International Development, 1985).

Steele, J.G. "Soil Survey Interpretation and its Use" in FAO Soils Bulletin, no. 8 (Rome: FAO, 1967).

Steiner, F. "Resource Suitability: Methods for Analyses" in Environmental Management, vol. 7, no. 5 (1983). pp. 401-420.

- and Brooks, K. "Ecological Planning: A Review" in Environmental Management, vol. 5, no. 6 (1981), pp. 495-505.

Stevens, J.H. "Soil Surveys and Land Capability Assessments for Developing Countries" in Sector Appraisal Manual: Rural Development (London: Overseas Development Administration, 1973).

Tosi, J. "Land Capability Classification Based on the World Lifezone System, Bolivia" in The Greening of Agency of International Development: Sustainable Livelihoods in Practice (London: Earthscan, 1988).

U.S. Department of Agriculture (USDA). Soil Survey Manual. USDA Handbook 18 (Washington, D.C.: U.S. Department of Agriculture, 1938).

U.S. Water Resources Council. Flood Hazard Evaluation Guidelines for Federal Executive Agencies (Washington, D.C.: U.S. Water Resource Council, 1972).

Urban Regional Research (URR). Planning For Risk: Comprehensive Planning for Tsunami Hazard Areas (Seattle, Washington: Urban Regional Research, 1988).

Varnes, A.J. Landslide Hazard Zonation-A Review of Principles and Practice (New York: UNESCO, 1985).

Waananer, A.O., Limerino, J.T., Kockelman, W.J., Spangle, W.E., and M.L. Blair. Flood-prone Areas and Land use Planning. U.S. Geological Survey Professional Paper 942 (Reston, Virginia: U.S. Geological Survey, 1977).

Página precedente Inicěo de página Página siguiente