Los edificios escolares cumplen una función multifasética en la comunidad. Adicionalmente al papel que cumplen como centros educativos, sirven frecuentemente como puntos de encuentro para eventos de la comunidad, como organizaciones religiosas o clubes, depósitos para libros y otros materiales técnicos y refugios en situaciones de emergencias. Cuando un edificio escolar es vulnerable a desastres naturales, el bienestar de toda la comunidad está en riesgo.

La vulnerabilidad de la infraestructuras escolares no se debe de ver en términos de la necesidad de prevención de daños catastróficos que podrían destruir los edificios. Es también necesario prevenir daños menores que pueden afectar la continuidad de los servicios que éstas edificaciones proveen. Recientemente se reconoció que los daños a la infraestructura escolar causados por desastres naturales están directamente relacionados a la reducción de horas de clase, y consecuentemente, a la reducción de la calidad de la educación.

El Proyecto de Peligros Naturales de la OEA ha estado trabajando en Latinoamérica y el Caribe para reducir la vulnerabilidad de los edificios escolares a los desastres naturales, fortaleciendo instituciones locales y recursos y promoviendo la cooperación entre los organismos gubernamentales, organizaciones no-gubernamentales, grupos comunitarios y el sector privado. Los resultados de los esfuerzos en este sector incluyen: la creación de perfiles de vulnerabilidad de edificios escolares, planes nacionales para reducir la vulnerabilidad de edificios escolares a desastres naturales y planes de mantenimiento para edificios escolares.