Descripción y resultados
La Unidad de Policía Pacificadora (UPP) fue planificada y coordinada por la Subsecretaria de Planificación e Integración Operativa, del Estado de Rio de Janeiro. Se basa en los principios de la Policía de proximidad y la gestión de seguridad involucrando la participación de la comunidad y las instituciones del área de seguridad que actúan en el territorio.
El Estado de Río de Janeiro cuenta con 38 UPPs y la policía pacificadora cuenta con un efectivo actual de 9.543 policías. Las UPP en operación abarcan aproximadamente 264 territorios. Cabe resaltar que los efectos proporcionados por el programa extrapolan a las comunidades pacificadas, extendiéndose a sus áreas adyacentes, beneficiando directa e indirectamente a una población mucho mayor. El programa también está en la Baixada Fluminense, con la UPP Mangueirinha.
El objetivo general de la policía pacificadora es retomar territorios antes dominados por grupos criminales ostensiblemente armados y establecer el Estado Democrático de Derecho. Devolver a la población local la paz y la tranquilidad públicas, necesarias para el ejercicio y desarrollo integral de la ciudadanía. Contribuir a romper la lógica de "guerra" existente en el Estado de Río de Janeiro.
Adicionalmente, como objetivos específicos, el Programa busca permitir el ingreso o expansión de los servicios públicos y de la iniciativa privada, tradicionalmente limitada por la acción del poder paralelo de los grupos criminales; aumentar la formalización de las actividades económicas y de los servicios en el lugar, así como de la vida de los habitantes en general, históricamente sometidos a condiciones de informalidad; contribuir a una inserción mayor de esos territorios y sus habitantes en el conjunto de la ciudad, desactivando la visión tradicional de 'ciudad partida' que caracteriza a Río de Janeiro.
Según la evaluación de impacto realizada por el Laboratório de Análise Da Violência (LAV), el impacto de las UPP en los crímenes registrados dentro de las comunidades se evidencia en: una reducción notable de la violencia letal y en menor medida de los robos, y un aumento de los registros de crímenes no letales contra la persona y del crimen no violento contra la propiedad. La mayor caída de todos los indicadores corresponde a los muertos en intervenciones policiales, los llamados Autos de Resistencia, que bajan a un nivel cercano a cero después de la entrada de las UPPs en las comunidades. El efecto neto del proyecto en la mortalidad violenta representa una caída de 60 muertes por cada 100.000 habitantes al año, dentro de las comunidades, como consecuencia de la entrada de la UPP, una reducción muy significativa.
Lecciones Aprendidas
- En la práctica las UPPs implican una sustitución de la vieja estrategia de invasiones policiales periódicas a las favelas, que frecuentemente terminaban en enfrentamientos armados, por la presencia continuada de un contingente policial fijo, compuesto por los mismos policías, e inspirado en el principio de un abordaje más comunitario.
- Estudios sobre experiencias anteriores de policiamiento permanente en la ciudad de Río de Janeiro, como fue el caso del GPAE (Grupamento de Policiamento em Áreas Especiais) que antecedió a las UPPs y fue absorbido por ellas, revelan que el simple hecho de mantener los mismos policiales trabajando en ese espacio, garantiza un control social mutuo por medio del cual tanto los policías y los residentes se reconocen individualmente en lugar de relacionarse por categorías genéricas, con frecuencia, estereotipadas (Morales & Cano, 2007).
- Parece evidente que la selección de los lugares de las UPPs fue fuertemente influenciado por la celebración de los grandes eventos deportivos en la ciudad (Mundial de Fútbol 2014), incluyendo el área alrededor del estadio Maracaná y las zonas de turismo y gran circulación. Por su parte, las áreas que registran mayor violencia letal dentro del Municipio de Río de Janeiro, son tradicionalmente la Zona Oeste y la Zona Norte, justamente las menos contempladas por el programa de pacificación. Se recomienda la inclusión del criterio mortalidad para la implementación de nuevas UPPs.
- Se registró una reducción de todo tipo de muertes violentas (homicidio doloso, homicidio producto de la intervención policial, lesión corporal seguida de muerte, robo seguido de muerte, violación o atentado violento al pudor seguido de muerte, encuentro de cadáver) pero especialmente, en las muertes por intervención policial casi desaparecen.
- Los delitos no letales contra las personas (lesiones, violaciones, robos) registra un aumento significativo en las unidades territoriales donde funcionan las UPPS. Asimismo, los delitos no violentos contra la propiedad. Esto puede ser explicado por un incremento en las denuncias de este tipo de hechos dado el aumento en la confianza a la policía y la reducción del riesgo que ahora le implica a los habitantes de poder realizar una denuncia sin el miedo a ser sometidos al control social que ejecutaban los grupos criminales en estos territorios.
- Existe un mayor clima de confianza que permite a los habitantes de estas zonas intervenidas, hablar libremente hasta de manera crítica de la policía. A pesar de las tensiones tradicionales existentes entre la policía y la comunidad, hay innumerables evidencias de que la relación de poder entre policías y residentes cambió. Los residentes tienen ahora una capacidad de control social sobre la policía en las UPPs muy superior a lo que era antes. Incluso, en las propias denuncias de abusos policiales es posible encontrar indicios de que la vieja sensación de desamparo en las comunidades ya no es la misma.
- La presencia policial logró evitar la notoria presencia de los grupos armados e interrumpir el modelo tradicional del narcotráfico basado en el control territorial de los puntos de venta. Sin embargo, hay consenso entre policías y residentes en el sentido de que el tráfico sigue pero en otras formas: sin puntos de venta estables o notorios, en pequeñas cantidades (el llamado 'tráfico hormiguita'), sin armamento visible y sin el control ostensivo del territorio.
- La aproximación entre policías y comunidad es un largo proceso que requiere romper con la inercia histórica, basada en la desconfianza mutua y los estereotipos negativos. Cuando la relación entre policías y comunidad es positiva y percibida como mutuamente satisfactoria, no solo hay menos conflictos, sino que la probabilidad de que estos conflictos desemboquen en un desacato tiene menor probabilidad.
- La intervención social prometida en términos de proyectos y transformación urbana de las favelas para creación real de oportunidades y mejorar las condiciones de vida de la población de estas por medio del componente social, no sea ha realizado.(CIPC,2015)
- Se perciben mejoras puntuales en cuanto el acceso a la educación, ya que los niños y profesores pueden asistir sin miedo a las escuelas; en la salud, se realizó la construcción de nuevos centros de salud y los doctores pueden acceder a las favelas pacificadas fácilmente; se han creado programas y actividades deportivas extracurriculares especiales para los niños. No se cuenta con datos específicos para cuantificar los efectos positivos de estas acciones.(CIPC,2015)
- Dado que los comandantes de las UPPs están aplicando criterios diferentes para las mismas situaciones que se presentan en diferentes UPPs, se sugiere protocolizar los procedimientos operativos que son comunes en estas intervenciones. Esto serviría de material de apoyo para los nuevos policías en cuanto a intervención en las comunidades.
- Se recomienda mejorar las condiciones de infraestructura de las sedes de UPPs, para que las condiciones de trabajo sean coherentes con el status que se le otorga al proyecto. Asimismo, las mejoras en las condiciones salariales de los policías dedicados a esta función, como el debido pago a tiempo para evitar la desmotivación de los asignados.
- La formación policial debe ser intensificada y mejorada. Dos semanas de entrenamiento no son suficientes para deconstruir una doctrina que fue formada por meses.
- La política de drogas debe dirigirse más hacia la prevención y no a la represión.
- Para que las UPPs terminen de encaminarse hacia la consolidación de un proyecto de policiamiento comunitario, se deben establecer canales formales de comunicación con la comunicad, como el establecimiento de reuniones periódicas, la incorporación de las prioridades de la comunidad en los objetivos de la actuación policial, así como registrar los contactos de la policía con la comunidad y designar agentes para esto, aumentando así el empoderamiento de la policía con el programa.
- Se deben promover el uso de mecanismos comunitarios de decisión de para la resolución de los conflictos internos.
Categoría: | Mejores Prácticas |
País: | Brasil |
Idioma: | Español |
Año: | 2018 |
Institución: | OEA |
Información Adicional: | Intervenciones policiales en áreas de riesgo |