Un alto porcentaje de la población hondureña se encuentra en condiciones de vulnerabilidad, incluyendo situación de pobreza, bajo nivel educativo, baja calidad de servicios básicos y altas tasas de desempleo, lo que contribuye al alto flujo emigratorio del país. Muchas de las personas que buscan una vida mejor son víctimas de falsas promesas por parte de tratantes y del crimen organizado.
La trata de personas es un delito complejo y necesita de una respuesta coordinada y multisectorial en el ámbito local y nacional. Para contribuir a ese enfoque, el proyecto buscó fortalecer las capacidades humanas e institucionales y ampliar el acceso a los recursos existentes para la asistencia y protección a víctimas del delito de trata de personas en los cuatro municipios de Honduras. Además, facilitó y promovió la creación de alianzas interinstitucionales para la colaboración en las acciones de asistencia y protección a las víctimas de trata de personas.