Con el cierre de escuelas, las estimaciones del PNUD de la “tasa efectiva de desescolarización” - el porcentaje de niños y niñas en edad de cursar la enseñanza primaria ajustado para reflejar aquellos que no tienen acceso a Internet - indican que el 60 % de ellos no están recibiendo ninguna educación, llevando la desescolarización global a niveles desconocidos desde la década de 1980.
El impacto conjunto de estos choques podría dar lugar a un retroceso inédito en los niveles de desarrollo humano.
Y ello sin contar con otras consecuencias importantes, como en el avance hacia la igualdad de género. Los efectos negativos de la crisis sobre las mujeres y las niñas van desde el ámbito económico —menos ingresos y ahorro, mayor inseguridad laboral—, hasta la salud reproductiva, el trabajo de cuidados no remunerado y la violencia de género.