El memorando actualiza y amplía un acuerdo previo entre ambas organizaciones que data de 1997. Uno de los objetivos clave de este año será apoyar los actuales esfuerzos para proteger frente a la COVID-19 a unos 70 millones de personas desplazadas por la fuerza. De ellas, unos 26 millones son personas refugiadas y el 80 por ciento se encuentran acogidas en países de ingresos bajos y medios que cuentan con sistemas sanitarios precarios. A esta cifra se unen unos 40 millones de desplazados internos que también requieren asistencia.

“Antes del Covid-19 hemos tenido brechas de tecnología en la región. Se requerirán herramientas digitales para rehabilitar los canales comerciales, tecnologías que mejoren la eficiencia de producción de alimentos para aprovechar los productos agrícolas y sus excedentes, y otras que aseguren la sanidad, la inocuidad, la calidad y la trazabilidad”, comentó Murano, actual directora del Instituto de Agricultura Internacional Norman E. Borlaug, de la Universidad Texas A&M.

More broadly, international organizations were called on to work collaboratively to develop, test and scale-up production of safe, effective, quality, affordable diagnostics, therapeutics, medicines and vaccines for the COVID-19 response – including in the licensing of patents to facilitate access to them.

Con el cierre de escuelas, las estimaciones del PNUD de la “tasa efectiva de desescolarización” - el porcentaje de niños y niñas en edad de cursar la enseñanza primaria ajustado para reflejar aquellos que no tienen acceso a Internet - indican que el 60 % de ellos no están recibiendo ninguna educación, llevando la desescolarización global a niveles desconocidos desde la década de 1980.

El impacto conjunto de estos choques podría dar lugar a un retroceso inédito en los niveles de desarrollo humano.

Y ello sin contar con otras consecuencias importantes, como en el avance hacia la igualdad de género. Los efectos negativos de la crisis sobre las mujeres y las niñas van desde el ámbito económico —menos ingresos y ahorro, mayor inseguridad laboral—, hasta la salud reproductiva, el trabajo de cuidados no remunerado y la violencia de género.

Muchos viven en áreas aisladas o remotas sin acceso a servicios de salud, agua potable y jabón. Otros viven en viviendas muy pequeñas y abarrotadas o en asentamientos urbanos informales sin acceso a materiales de protección individual. La mayoría de los grupos indígenas fronterizos ven amenazada su supervivencia física y cultural a causa de la escasez de alimentos y la desnutrición severa, aspectos que pueden incrementar el riesgo de contagio. Estas áreas ya carecían de servicios de salud adecuados, lo que ahora se podría agravar la situación actual.

“Durante una pandemia, debemos superar las desigualdades estructurales que limitan el acceso a los servicios de salud. Esto significa establecer mecanismos que apoyen el acceso universal a la salud independientemente de los ingresos, unir recursos con el sector privado y sin fines de lucro, eliminar el pago en el punto de servicio y establecer hospitales de emergencia que agreguen capacidad de emergencia donde más se necesita”.

Con este propósito, el BID y la AFD han intercambiado las modalidades del apoyo que se brindará a los países latinoamericanos tanto en sus respuestas más inmediatas a corto plazo al COVID-19, como en los planes de recuperación a mediano y largo plazo. Este apoyo podría desarrollarse de manera adicional, conduciendo a una posible cooperación conjunta alineada con los objetivos climáticos y los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODS), impulsores clave de la alianza BID-AFD.

La pandemia provocada por el COVID-19 ha hecho visibles los problemas estructurales del modelo económico y las carencias de los sistemas de protección social y los regímenes de bienestar. Por ello, una nueva normalidad no es el camino, debemos repensar el modelo de desarrollo y consolidar las dimensiones económicas, sociales y ambientales del desarrollo sostenible, sin dejar a nadie atrás, afirmó hoy Alicia Bárcena.

The Caribbean Development Bank (CDB) is making available emergency loans to seven Caribbean countries, in the first instance, to finance the response to the COVID-19 pandemic. Today, the Bank’s Board of Directors has approved a total of US$66.7 million for Antigua and Barbuda (US$13 million), Belize (US$15 million), Dominica (US$2.5 million), Grenada (US$5.9 million), Saint Lucia (US$10.8 million), St. Vincent and the Grenadines (US$11.3 million), and Suriname (US$8.2 million).

“The provision of support to the seven countries to respond to COVID-19 and keep critical government services and operations running is urgent to halt the economic decline and minimise social hardship, while giving focused attention to the most vulnerable people,” says CDB President Dr. Wm Warren Smith.

“Venezuela is mired in a deepening protracted crisis that only Venezuelans can resolve,” said Rosemary A. DiCarlo, Under-Secretary-General for Political and Peacebuilding Affairs. “In the face of the COVID-19 pandemic, an agreement that strengthens democratic governance, with full respect for human rights and the rule of law, is more urgent than ever,” she said, urging Member States to stand behind that call.

With  “unprecedented solidarity”, the World Health Assembly adopted a “landmark resolution” on Tuesday, which sets out a “clear roadmap” of the actions needed to sustain and accelerate the COVID-19 response at both national and international levels, the UN health agency chief told a press briefing on Wednesday, the day after the meeting concluded.

"Unless we open up our economy, we have millions facing starvation." That was the straightforward assessment of Pakistani Prime Minister Imran Khan on the impact of COVID-19 during a virtual meeting of the Forum's COVID Action Platform on 20 May.

Khan explained: "In Pakistan, we have 25 million workers who are either [on] daily wages or get paid weekly or are self-employed. When we locked down, like the whole of the world, to stop the spread of the virus, all these people became unemployed. When we're talking about 25 million workers, you're talking about 25 million families and it has affected almost 120-150 million people...unless the men and women work, they cannot feed their families."

Curtailed access to justice institutions, rising intimate partner violence, growing injustice for women workers – including those on the frontlines of the crisis –, and discriminatory laws are some of the major risks to women’s lives and livelihoods associated with COVID-19. Estimates suggest that roughly 2.73 billion women around the world live in countries where stay-at-home orders are in place, which sharply heightens the risk of intimate partner violence.

I have many friends who run their own small businesses, in Europe, Australia, and Asia. They include dental clinics, restaurants, small travel agencies, and manufacturing businesses. All have been forced to close.

Small businesses are incredibly important, both socially and economically. In 2019 the ILO published a report, Small Matters which showed that small economic units with up to 49 employees account for approximately 70 per cent of global employment. Their contribution to GDP is significant. So small really does matter.

La crisis de la COVID-19 ha ejercido una enorme presión sobre los empleadores y las empresas del sector privado, que luchan por sobrevivir y seguir ofreciendo trabajo decente. Deborah France Massin, directora de la Oficina de Actividades para los Empleadores, explica cómo ha estado ayudando con servicios y herramientas y al garantizar que el punto de vista de las empresas esté representado ante los responsables de la toma de decisiones.

El Grupo Banco Mundial (GBM) anunció hoy que sus operaciones de emergencia para combatir la COVID‑19 (coronavirus) han llegado a 100 países en desarrollo, donde vive el 70 % de la población mundial. Desde marzo, el GBM ha proporcionado en muy poco tiempo niveles sin precedentes de apoyo para ayudar a los países a proteger a los pobres y vulnerables, reforzar los sistemas de salud, mantener el sector privado e impulsar la recuperación económica. Este apoyo, la mayor y más rápida respuesta a la crisis en la historia del GBM, marca un hito en el cumplimiento de su promesa de proporcionar USD 160 000 millones en donaciones y asistencia financiera a lo largo de 15 meses para ayudar a los países en desarrollo a responder a las consecuencias sanitarias, sociales y económicas de la COVID-19 y al cierre de las economías en los países avanzados.

Promoting the employability and income opportunities of people working in the informal economy is highly critical for inclusive societies, and more so in times of crisis. Innovations to facilitate outreach, the recognition of prior learning or digital solutions are highly needed, requiring new financing models and partnerships with employers and workers’ organizations.

This report focuses on how tax policy can aid governments in dealing with the COVID-19 crisis. The report finds that governments have taken decisive action to contain and mitigate the spread of the virus and to limit the adverse impacts on their citizens and their economies. Through various measures, countries are helping businesses stay afloat, supporting households and helping preserve employment. This readiness to act helps boost confidence. However, further action, with broader and stronger measures, is needed. Policies will need to be adapted to the evolving health and economic challenges. Containment measures may only be removed gradually, so recovery may be uneven. Where recovery is weak, fiscal action can strengthen it. In this context, multilateral collaboration will be vital for recovery and to strengthen the global economy’s resilience to future shocks. The report finds that specific support will be necessary for developing countries, including through international coordination, financial support and adaptation of tax rules that benefit all countries. Public finances will eventually need to be restored. All options should be explored, including revamping old tools, introducing new ones, and bolstering ongoing efforts to address the international tax challenges posed by the digitalisation of the economy. Tax and Fiscal Policy in Response to the Coronavirus Crisis: Strengthening Confidence and Resilience

This report takes stock of the emergency tax and fiscal policy measures introduced by countries worldwide in response to the Coronavirus (Covid-19) pandemic. It discusses how tax and fiscal policy can cushion the impact of continued containment and mitigation policies and subsequently support economic recovery. It also outlines the major policy reforms that will be needed to prepare for restoration of public finances.

Organized criminals are taking advantage of the misinformation and fear within our societies by selling counterfeit medical products online. Where they have infiltrated the health sector and pharmaceutical supply chains, they are trying to divert public funds allocated for the effective response to COVID-19. This is putting lives at risk and hindering our state institutions from ensuring our public health and security.