Perú
Autoridades estatales
Diciembre 18, 2024
La Defensoría del Pueblo es clave en la defensa de derechos humanos en Perú, pero su proceso de selección enfrenta críticas por falta de transparencia y meritocracia. La CIDH ha instado a fortalecer esta institución mediante procesos participativos y basados en méritos, lo cual no se ha cumplido. En el marco del 28° aniversario de la Defensoría, exfuncionarios criticaron la gestión de Josué Gutiérrez, señalando que ha debilitado sus funciones esenciales, apartándose de la misión de proteger la democracia y los derechos humanos. Según ellos, Perú enfrenta una crisis institucional agravada tras el fallido golpe de Pedro Castillo, con una progresiva erosión del Estado de derecho liderada por el Congreso y el Ejecutivo. Se han señalado problemas específicos en la Defensoría: Desvinculación de personal: Renuncias y despidos de expertos han afectado su capacidad técnica. Nombramientos cuestionados: Personas con vínculos políticos habrían sido designadas, comprometiendo la imparcialidad. Falta de transparencia: Contratos asignados a allegados de Gutiérrez generan dudas sobre el uso de recursos. Prioridades inadecuadas: Gastos en eventos cuestionados por no estar relacionados con su función esencial. La posición de la Defensoría frente a protestas también ha sido criticada. Durante el foro APEC, la institución condenó las manifestaciones contra el Congreso y el Gobierno, priorizando el "interés nacional" y destacando proyectos como el nuevo aeropuerto y el puerto de Chancay. Aunque reconoció el derecho a la protesta, argumentó que debe subordinarse a obligaciones "imperativas" de unidad nacional y desarrollo. En 2023 y 2024 no se avanzó en reformar los procedimientos de selección. A pesar de las recomendaciones internacionales, el Congreso no priorizó esta mejora, perpetuando la opacidad, la exclusión de la sociedad civil y la influencia política. Esto afecta la legitimidad de la Defensoría, debilitando su independencia y reduciendo su capacidad para denunciar violaciones de derechos humanos. La falta de autonomía y legitimidad ha limitado su capacidad de acción durante protestas sociales recientes. Un proceso de selección transparente y meritocrático podría haber fortalecido la confianza ciudadana y su eficacia en la resolución de conflictos. Para superar estas deficiencias, se requiere: Normativas claras: Procesos de selección participativos, con criterios basados en méritos y cualificaciones. Participación ciudadana: Inclusión de sociedad civil y expertos independientes en todas las etapas del proceso. Transparencia: Publicación de perfiles de candidatos, planes de trabajo y antecedentes. Supervisión internacional: Acompañamiento de organismos como la CIDH para garantizar estándares de derechos humanos. Un proceso de selección transparente es esencial para restaurar la confianza en la Defensoría y fortalecer su rol en la protección de derechos humanos. Consolidar su autonomía contribuirá significativamente a la estabilidad democrática y a la defensa de los derechos fundamentales en Perú.