La historia de la colección permanente del Museo de Arte de las Américas tiene sus raíces en la antigua Unidad de Artes Visuales de la Organización de los Estados Americanos. En el marco de esta unidad, la primera donación de obras de arte se recibió en 1949, con un cuadro del artista brasileño Cándido Portinari. En 1957, el Consejo Permanente de la OEA confirió respaldo institucional a la colección estableciendo un modesto Fondo de Adquisiciones para apoyar la adquisición de obras de arte para una colección que debía reflejar el arte contemporáneo de los países miembros de la OEA y formar un recurso cultural perdurable. Las adquisiciones realizadas por la Unidad de Artes Visuales estaban fuertemente vinculadas e influenciadas por la dirección de su programa de exposiciones, y un número significativo de obras se adquirían directamente de los artistas con ocasión de una exposición temporal en la Galería de la OEA. En muchos casos, una exposición de la OEA representaba la primera exposición individual del artista fuera de su país de origen.
Cuando el museo abrió oficialmente en 1976, la colección contaba con 250 obras. En la actualidad, la colección ha crecido hasta cerca de 2000 objetos en diversos medios, entre ellos pintura, escultura, instalaciones, grabados, dibujos y fotografías. Refleja la rica diversidad de expresiones artísticas que se encuentran en la región y ofrece una visión general de las tendencias estilísticas e iconográficas que comenzaron a principios del siglo XX. En el museo se presentan regularmente exposiciones de la colección y las obras de la colección se prestan a otras instituciones culturales para exposiciones especiales. Los extensos archivos de arte del museo complementan la colección de arte y son un importante recurso de investigación para la documentación. Ambas colecciones sirven para preservar un registro visual y escrito único de los logros artísticos de los artistas de las Américas y sus contribuciones al arte mundial.
La misión sigue siendo construir una sólida colección permanente, que refleje las direcciones actuales del arte, así como los movimientos históricos más importantes para las generaciones presentes y futuras. La colección actual proporciona un marco rico para el crecimiento futuro.