De acuerdo con información registrada por la CIDH, la gran mayoría de las muertes en el contexto de la crisis en Nicaragua, ocurrieron como consecuencia de disparo de arma de fuego contra la población civil que desarrollaba acciones de protesta, ocurridas en el contexto de acciones represivas llevadas a cabo por la Policía Nacional y los grupos parapoliciales.

Como se muestra en el siguiente gráfico, de las 355 personas fallecidas registradas por la CIDH, un 70% fallecieron como consecuencia de impacto de bala en cráneo, cuello y tórax. El otro 30% de las victimas habrían muerto como resultado de distintos tipos de lesiones, tales como: accidentes de tránsito, armas blancas, aplastamiento, convulsiones, electroshock, estrangulamiento, falta de oxigeno, herida traumática, impacto por disparo mortero, politraumatismo y quemaduras.