CIDH

Palabras de la Comisionada Esmeralda Arosemena de Troitiño

Palabras de la Comisionada Esmeralda Arosemena de Troitiño, Presidenta de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos Presentación del Informe Anual 2018 de la CIDH a la Asamblea General de la OEA

Medellín, 28 de junio de 2019

Señor Presidente de la Asamblea General,
Señor Secretario General de la OEA,
Señor Secretario General Adjunto,
Distinguidos Jefes y Distinguidas Jefas de Delegación,
Distinguidos y Distinguidas Representantes de Organizaciones de la Sociedad Civil
Señoras y señores,

En mi calidad de Presidenta de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos tengo el honor de dirigirme a esta Ilustre Asamblea General para presentar el Informe Anual de 2018. En el día de hoy me acompañan el Primer Vicepresidente de la CIDH, Comisionado Joel Hernández; la Segunda Vicepresidenta, Comisionada Antonia Urrejola; la Comisionada Margarette May Macaulay; el Secretario Ejecutivo, Paulo Abrão; los Relatores Especiales; y personal de la Secretaría Ejecutiva.

Hace tres años, los Estados tomaron la decisión histórica de priorizar el Sistema Interamericano de Derechos Humanos y fortalecer sus capacidades de funcionamiento mediante la duplicación del presupuesto de sus dos órganos principales, Comisión y Corte, otorgándoles previsibilidad y estabilidad institucional. En esa oportunidad la CIDH se comprometió a mejorar la eficiencia de la gestión operativa, así como avanzar en nuevas iniciativas. Compromisos que ha honrado con seriedad y eficiencia mediante esfuerzos que intentan responder a demandas históricas de los Estados de la región: más equilibrio entre las relatorías temáticas y entre los 3 pilares de la CIDH (sistema de peticiones y casos; monitoreo; y promoción y cooperación técnica). Informo a esta Honorable Asamblea General que gracias al incremento de los recursos ejecutados de manera programática en el marco del Plan Estratégico 2017-2021, 2018 fue un año de intensa actividad y logros inéditos en su historia.

En cumplimiento con el artículo 59 del Reglamento de la CIDH, de manera sumaria procedo a presentar los principales logros alcanzado en el año registrados en su Informe Anual.

En cuanto a las actividades de protección, la CIDH enfocó sus esfuerzos en la reducción del atraso procesal y alcanzó la mayor producción de informes en su historia. En efecto, en 2018 la CIDH aprobó 176 informes en el sistema de peticiones y casos: 133 sobre la admisibilidad de peticiones y 43 sobre el fondo méritos de los casos, alcanzando un incremento de 189% en relación con 2016. Asimismo, evaluó un total de 2897 peticiones. Asimismo, la Comisión priorizó e impulso del uso del procedimiento de soluciones amistosas en el que los Estados y los peticionarios de manera conjunta acuerdan los términos de la reparación de las violaciones. En términos cualitativos, en los informes de fondo adoptados este año, la Comisión profundizó y consolidó su jurisprudencia en una gran variedad de temas, avanzando con nuevos estándares de protección interamericanos.

En cuanto al fortalecimiento del mecanismo de medidas cautelares, la CIDH evalúo el 100% de las 1618 solicitudes recibidas en 2018, y de manera técnicamente rigurosa otorgó 120 medidas cautelares. Se resolvió en tiempo oportuno un número récord de solicitudes de medidas cautelares.

En cuanto al mandato de promoción, la Comisión aumentó sus actividades de difusión y capacitación dirigidas a 1310 participantes en eventos realizados o patrocinados por la CIDH; y alrededor de 5500 personas participaron en actividades de promoción sobre el SIDH.

Asimismo, la Comisión hizo una apuesta fundamental en la consolidación y creación de Mecanismos Especiales de Seguimiento de Recomendaciones, como el Mecanismo de Seguimiento del asunto Ayotzinapa (MESA) en México; la Mesa de Trabajo de seguimiento a la implementación de Políticas Públicas de Derechos Humanos en República Dominicana; el Mecanismo Especial de Seguimiento de Nicaragua (MESENI); y el Equipo de Seguimiento Especial (ESE) de un caso cuyos hechos se registraron en la frontera entre Colombia y Ecuador. Adicionalmente, seguimos desarrollando el Sistema Interamericano de Monitoreo de Recomendaciones de la CIDH (SIMORE Interamericano) con la cooperación del Gobierno de Paraguay. Asimismo, por primera vez, se está implementando un plan especial de atención al Caribe. La CIDH necesita conocer y saber responder a las particularidades culturales y de técnica jurídica.

Finalmente, la Comisión también logró avanzar hacia la consolidación de un monitoreo más oportuno, diversificado y ampliado, a través de la articulación de sus diversas funciones y mecanismos. Realizó dos visitas in loco: una a Honduras y otra a Brasil, a cuyos Estados agradece todas las facilidades e información aportada para el éxito y seguimiento de las mismas. Llevó a cabo 25 visitas de trabajo a 12 países de la región. Instaló Salas de Coordinación y Respuesta Oportuna e Integrada (SACROI) con el fin de identificar factores de riesgo de violaciones de derechos humanos y generar alertas tempranas para situaciones emergentes y/o diseñar estrategias de atención inmediata. Aprobó 10 informes temáticos y 3 de país. Convocó 107 audiencias públicas en el marco de sus cuatro periodos de sesiones en las que dio seguimiento y visibilizó un significativo número de situaciones de derechos humanos regionales, de algunas subregiones y de 22 países, así como de nuevas tendencias en derechos humanos y seguimiento de recomendaciones emitidas por la CIDH. Emitió 204 comunicados de prensa; remitió 78 cartas solicitando información a Estados Miembros; y emitió dos resoluciones, una sobre corrupción y derechos humanos, y la otra sobre migración forzada de personas venezolanas.

Como avances en la región, la CIDH observó una serie de progresos en los Estados Miembros de la OEA en materia de derechos humanos. En particular, la CIDH ha constatado en algunos países una serie de medidas dirigidas al fortalecimiento de la institucionalidad de derechos humanos, como lo son la creación de nuevos espacios institucionales para la promoción y protección de derechos humanos. Asimismo, en materia de políticas públicas con enfoque en derechos humanos, se destacan los esfuerzos estatales crecientes para la formulación e implementación de planes nacionales en muchos estados de Región. La Comisión reconoce esos esfuerzos e insta a los Estados a continuar formulando y aplicando políticas públicas atendiendo las recomendaciones de los órganos del SIDH y a difundir este enfoque en todas las instituciones del Estado y en la sociedad en su conjunto. La CIDH se pone a disposición de los Estados para prestar la cooperación técnica que se requiera para alcanzar esos propósitos.

En cuanto a los desafíos, en el Capítulo IV.A del Informe Anual, la Comisión identificó que también persisten situaciones de violencia y discriminación contra mujeres y grupos históricamente marginados; y en particular, de violencia creciente contra personas defensoras de derechos humanos, periodistas y líderes y lideresas sociales. Asimismo, ha observado situaciones de represión de la protesta social, así como de militarización y de uso excesivo de la fuerza como medidas para abordar la inseguridad ciudadana. Otro desafío identificado es el flagelo de la corrupción con un impacto directo en los derechos humanos y la necesidad de superar situaciones de pobreza extrema. El fenómeno de la migración forzada en busca de protección contra violaciones masivas de derechos humanos ha recibido una atención especial de la CIDH. Otro desafío que se mantiene es la desaparición forzada y la persistencia de su impunidad, con cifras que resultan preocupantes.

Finalmente, en el Capítulo IV.B se incluyen los informes especiales sobre los Estados Miembros sobre Cuba, Nicaragua y Venezuela por requerir de una atención especial.

En relación con Cuba, persisten graves restricciones a los derechos políticos, de reunión y asociación, así como a la libertad de expresión y a los derechos económicos, sociales y culturales.

Respecto de Nicaragua, en 2018 se dio inicio a una grave crisis de derechos humanos que resultó en la pérdida cientos de vidas, miles de heridos, personas detenidas y desplazados forzosos. Resultado del monitoreo permanente del MESENI, el informe incluye las fases y medios de represión estatal masiva, generalizada y sistemática contra la población opositora y denuncia el cierre de espacios democráticos desde abril de 2018. La Comisión reafirma su disposición de regresar al país y servir como garante del respeto de los derechos humanos.

Finalmente, en cuanto a Venezuela, la Comisión observó que persisten situaciones estructurales que afectan los derechos humanos de los venezolanos y venezolanas de manera grave, que han derivado en una grave crisis humanitaria y en una ausencia del Estado de Derecho en el país. La escasez de alimentos, medicamentos y tratamientos médicos, los altos índices de violencia e inseguridad, y la persecución en razón de la opinión política ha provocado un desplazamiento masivo de migrantes y refugiados de Venezuela a distintos países de la región, lo que exige una respuesta regional coordinada.

Hace exactamente 60 años, los Estados crearon la CIDH tras intensas luchas sociales. En esta oportunidad, la Comisión reitera su compromiso con la protección y promoción de los derechos humanos en la región. Para ello continuará brindando acompañamiento a los Estados en su deber de construir sociedades más justas, pacíficas y respetuosas de los derechos consagrados en la Declaración Americana, la Convención Americana y demás instrumentos del sistema interamericano de derechos humanos que han adoptado y ratificado.

La Comisión agradece y recibe con gran responsabilidad la confianza depositada por los Estados en su gestión y labor en el hemisferio, se compromete a continuar trabajando incansablemente para abordar cada vez más los desafíos de la región y confía en seguir contando con el apoyo de los Estados y de la sociedad.

La Comisión agradece a los Estados Miembros el fortalecimiento de la CIDH a través de la implementación del incremento del fondo regular. También agradece a los países miembros, observadores y donantes cuyas contribuciones voluntarias han sido decisivas para el alcance de importantes resultados de los cuales la CIDH ha podido dar cuenta en sus diferentes informes. De manera muy especial, agradecemos al Secretario General por todo el apoyo incondicional brindado a nosotros y a nuestra Secretaria Ejecutiva, a cuyo equipo hago un reconocimiento por su incansable labor.

En 60 años de trabajo, la CIDH ha tenido como objeto la búsqueda de la plena vigencia de los derechos humanos en el hemisferio. El centro de su actuación han sido las víctimas, sus familiares, las organizaciones de la sociedad civil y todas aquellas personas que acuden a su protección complementaria en su camino para encontrar verdad, memoria, justicia y reparación. Esas altas finalidades solo podrán ser alcanzadas con el concurso activo de la sociedad civil y de los Estados, sobre la base de un dialogo permanente y fluido, generador de confianza y legitimidad. Tengo la convicción de que ese es el principal camino para seguir identificando y atendiendo nuevos desafíos, promover el fortalecimiento de la institucionalidad democrática y profundizar relaciones de cooperación con los Estados en beneficio de los habitantes de América.

Nuestro compromiso personal con los derechos humanos tiene por finalidad promover la dignidad, la igualdad, la inclusión, la no discriminación, el amor y la solidaridad con todas las personas sin distinción alguna.

Muchas gracias.