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Palabras de la Comisionada Esmeralda Arosemena de Troitiño,
Presidenta de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Presentación del Informe Anual 2018 de la CIDH a la
Comisión de Asuntos Jurídicos y Políticos de la OEA
Washington, D.C., 21 de Marzo de 2019
Embajador Leonidas Rosa Bautista, Presidente de la Comisión de Asuntos Jurídicos y Políticos del Consejo Permanente;
Juez Eduardo Ferrer MacGregor, Presidente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos;
Representantes Permanentes y Alternos de Estados Miembros y Observadores;
Señoras y señores:
Tengo el honor de estar con ustedes en mi carácter de Presidenta de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos con el objeto de presentar nuestro Informe Anual correspondiente a 2018. Me acompañan en esta oportunidad la Segunda Vicepresidenta, Comisionada Antonia Urrejola, el Secretario Ejecutivo Paulo Abrão, la Jefa de Despacho Marisol Blanchard, la Secretaria Ejecutiva Adjunta para el Monitoreo, Promoción y Cooperación Técnica Maria Claudia Pulido; el Relator Especial para la Libertad de Expresión Edison Lanza; la Relatora Especial para Derechos Económicos, Sociales, Culturales y Ambientales Soledad Garcia Muñoz, y miembros del personal de la Secretaría Ejecutiva.
Introducción
Me llena de satisfacción presentarles el día de hoy el informe anual de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos correspondiente al año 2018, en el que se han registrado resultados positivos extraordinarios e inéditos en la historia de esta Comisión. Quisiera, antes que nada, hacer un reconocimiento a la Comisionada Margarette May Macaulay, quien en su rol de Presidenta dirigió los trabajos de la Comisión durante el periodo que cubre este informe. Quisiera también reconocer la dedicación y calidad del trabajo del personal, becarios y pasantes de la Secretaría Ejecutiva, dirigido con sabiduría por nuestro Secretario Ejecutivo, Paulo Abrão.
Resultados inéditos
El Informe Anual 2018 de la CIDH fue adoptado conforme a los lineamientos establecidos por la Asamblea General, y al artículo 59 de nuestro Reglamento. El mismo, constituye el principal instrumento de rendición de cuentas de la CIDH hacia los Estados, la sociedad civil, los usuarios del sistema interamericano de derechos humanos y todos los actores que participan y cooperan con nuestro trabajo. Constituye también una herramienta fundamental para el monitoreo de la situación de derechos humanos en la región y del seguimiento de sus recomendaciones.
Este informe refleja la variedad de actividades desarrolladas en el año 2018 de protección y promoción de los derechos humanos, a través de las cuales la CIDH ha logrado consolidarse y reposicionarse en la región habiendo superado de manera sustancial los resultados alcanzados en años anteriores.
Tal como se reporta en detalle en este Informe Anual 2018 y en el Informe Anual de Implementación del Plan Estratégico CIDH 2017-2021 (2018) que ya fue presentado el 15 de febrero pasado, durante este año la CIDH ha avanzado significativamente en el cumplimiento de las metas y objetivos definidos en el Plan Estratégico. Entre estos logros se destacan principalmente los avances registrados en la superación del atraso procesal y el desarrollo de nuevos estándares en el sistema de casos; el aumento de la cobertura de monitoreo; y el incremento de actividades de cooperación técnica y promoción, así como el refuerzo de sus mecanismos de seguimiento del cumplimiento de recomendaciones emitidas a través de diferentes instrumentos. Estos esfuerzos intentan responder a demandas históricas de los Estados de la región: más equilibrio entre las relatorías temáticas y más coordinación entre los 3 principales mandatos de la CIDH.
Cambios en el Informe Anual 2018
Este año, la Comisión rediseñó e implementó un nuevo formato de Informe Anual. Con este nuevo diseño, ajustado al Reglamento y al Plan Estratégico de la CIDH, se busca brindar un panorama integral sobre la situación de derechos humanos en la región; a la vez que ofrecer una descripción sobre las actividades y logros alcanzados en función de los objetivos trazados en el Plan Estratégico. Para la Comisión es altamente satisfactorio haber avanzado hacia un monitoreo de todos los países de la región, lo cual fortalece su capacidad de evaluación y de asesorar a los Estados miembros. Los principales ajustes fueron, entre otros, los siguientes:
a) en el capítulo I se incluyeron los principales avances en materia de derechos humanos registrando las buenas prácticas identificadas.
b) en el capítulo IV.A, se presenta un panorama descriptivo sobre la situación de los derechos humanos de los Estados de la región, destacando importantes tendencias, problemas, desafíos, avances y buenas prácticas tanto de los derechos civiles y políticos como de los derechos económicos, sociales y culturales. Esta sección hace un especial énfasis en los derechos y temas priorizados por la CIDH, así como en los ejes transversales de su Plan Estratégico. La metodología incluyó una solicitud de información a todos los países que fue atendida por 11 Estados Miembros; a los que la CIDH agradece y valora la información enviada. Asimismo, se hizo una convocatoria pública para la recepción de insumos por parte de organizaciones de la sociedad civil y otros organismos y actores interesados, atendida por 34 instituciones y organizaciones.
c) en los capítulos V y II.G se registraron nuevas metodológicas en materia de seguimiento mediante la adopción de nuevos criterios objetivos de evaluación, la clasificación del nivel de cumplimiento por recomendación, un análisis sobre los avances y desafíos del año, así como la elaboración de fichas de seguimiento individualizadas de los casos.
Avances
Durante 2018, la CIDH ha observado una serie de progresos en los Estados Miembros de la OEA en materia de derechos humanos. En particular, la CIDH ha constatado una serie de medidas dirigidas al fortalecimiento de la institucionalidad de derechos humanos de la región, como lo son la creación de nuevos espacios institucionales para la promoción y protección de derechos humanos; el fortalecimiento de la participación democrática de grupos históricamente discriminados, en el ejercicio del derecho al voto y en la participación de cargos públicos. Asimismo, es de destacar que en materia de políticas públicas con enfoque en derechos humanos, los esfuerzos estatales para la formulación e implementación de planes nacionales en muchos estados de Región, así como a la adopción de importantes medidas en materia de igualdad y no discriminación; participación social; verdad, justicia y reparación; acceso a la información; protección prioritaria a grupos en situación de vulnerabilidad, en particular con respecto a personas y poblaciones migrantes y para la inclusión de la perspectiva de género y diversidad. La Comisión reconoce esos esfuerzos e insta a los Estados a continuar formulando y aplicando políticas públicas atendiendo las recomendaciones de los órganos del SIDH y a difundir este enfoque en todas las instituciones del Estado y en la sociedad en su conjunto. La CIDH se pone a disposición de los Estados para prestar la cooperación técnica que se requiera para alcanzar esos propósitos.
En este sentido, la CIDH destaca las visitas in loco realizadas a Honduras y a Brasil, a quienes agradece la invitación, luego de las cuales realizó observaciones preliminares con recomendaciones específicas, que espera sean de utilidad en la formulación de sus políticas en materia de derechos humanos.
Desafíos
En su capítulo IV A la Comisión también identifica desafíos en derechos humanos observados a través de su labor de monitoreo, entre ellos resaltan la persistencia de la violencia y discriminación contra las mujeres y los grupos históricamente marginados como las personas LGBTI, afrodescendientes e indígenas, niñas, niños y adolescentes y en particular la violencia creciente contra personas defensoras de derechos humanos, periodistas y líderes sociales. También se ha observado con preocupación el incremento de la represión de la protesta social en algunos lugares, la militarización y el uso excesivo de la fuerza como medidas para abordar la inseguridad ciudadana. Otro desafío identificado es el flagelo de la corrupción con un impacto directo en los derechos humanos. El fenómeno de la migración forzada en busca de protección contra violaciones masivas de derechos humanos ha recibido una atención especial de la CIDH. En este contexto destaca la migración forzada de personas venezolanas que se ha convertido en la principal crisis migratoria registrada en las Américas y una de las mayores a nivel mundial; y la del Triángulo Norte debido, principalmente, a la violencia del crimen organizado y la desigualdad. Otro desafío que se mantiene es la desaparición forzada y la persistencia de su impunidad, con cifras que resultan preocupantes. Por último, en el Capítulo IV A se identifica además la gravedad de la situación de las personas privadas de libertad, como un desafío que afecta a toda la región. Al respecto, se resaltan los altos niveles de hacinamiento y el uso excesivo de la prisión preventiva.
La Comisión espera que estas observaciones sean una herramienta útil en sus esfuerzos para el mejoramiento de los estándares de derechos humanos en cada país.
Países con informes especiales
Por su parte, en el Capítulo IV B se incluye los informes especiales sobre los Estados Miembros sobre Cuba, Nicaragua y Venezuela por requerir de una atención especial según los criterios establecidos en el Artículo 59.6 de su Reglamento.
En el capítulo sobre Cuba, la Comisión indica que durante el año 2018 observó la existencia de dos acontecimientos relevantes en el contexto sociopolítico en el país, tales como el cambio presidencial y la reforma constitucional. Respecto de ambos procesos, la CIDH verifica un serio obstáculo en el goce de los derechos participativos de las personas que se encuentran bajo la jurisdicción del Estado cubano, tales como restricciones arbitrarias al derecho de reunión, la presencia de un único partido, la prohibición de asociarse con fines políticos, y la negativa a incorporar propuestas provenientes de grupos disidentes al gobierno, entre otras acciones. Asimismo, la CIDH tomó conocimiento de las persistentes restricciones a los derechos políticos, de reunión y asociación, y a la libertad de expresión y de difusión del pensamiento, además de las vulneraciones masivas a los derechos a la libertad, a la seguridad e integridad de la persona, a la protección contra la detención arbitraria, a la inviolabilidad del domicilio y circulación de la correspondencia, a la residencia y tránsito, a las garantías judiciales mínimas y a la protección judicial, continúan limitando de manera sistemática los derechos humanos de los habitantes en Cuba.
Con relación a Nicaragua, advirtió que la grave crisis de derechos humanos en Nicaragua se ha extendido por más de ocho meses debido a la instalación de facto de un estado de excepción caracterizado por el ejercicio abusivo de la fuerza pública para reprimir a las voces disidentes al Gobierno, el allanamiento, clausura y censura de medios de comunicación, la prisión o exilio de periodistas y líderes sociales, cierre de organizaciones de la sociedad civil sin las garantías de debido proceso, así como a la injerencia y el control del Poder Ejecutivo en los demás poderes públicos. Dicho establecimiento de un estado de excepcionalidad de facto ha sido considerado por la Comisión como un elemento determinante para incorporar a Nicaragua en este Capítulo. Finalmente, la CIDH también considera que la situación en el país centroamericano se enmarca en lo establecido en el inciso 6.c. del mismo artículo de su Reglamento, que refiere a la comisión, por parte de un Estado, de violaciones masivas, graves y sistemáticas de los derechos humanos garantizados en la Declaración Americana, la Convención Americana, o los demás instrumentos de derechos humanos aplicables. Resultado de las actividades de monitoreo del MESENI, el informe da cuenta de las diferentes fases de la represión estatal masiva y sistemática que ha caracterizado la grave crisis de derechos humanos desde abril de 2018. Ello ha resultado en diversas violaciones a derechos humanos, tales como la vida e integridad personal, salud, libertad de expresión, participación política, asociación, educación, trabajo y debido proceso. Al respecto, el GIEI en el marco de su mandato, concluyó que se realizaron conductas en el contexto de un ataque generalizado y sistemático contra la población civil. La Comisión confirma su disposición de regresar al país para seguir observando en el terreno la situación de derechos humanos.
Finalmente, en cuanto a Venezuela, la Comisión observó que persisten situaciones estructurales que afectan los derechos humanos de los venezolanos y venezolanas de manera grave, que ha derivado en una grave crisis política, social, y económica que ha derivado en la ausencia del Estado de Derecho en el país. En particular, verificó que existe un quebrantamiento del principio de separación de poderes; se continúan registrando muertes en contexto de protesta sociales; detenciones arbitrarias y encarcelamiento de opositores y personas que hacen público su disenso con el gobierno en graves condiciones de detención; represión y restricciones indebidas a la protesta; el uso del derecho penal y otros controles estatales para castigar o inhibir el trabajo de opositores políticos y prensa crítica; así como la obstaculización al ejercicio del derecho de acceso a la información. Continúa gravemente afectada la independencia de los tribunales y existe un creciente procesamiento de civiles en la jurisdicción penal militar, mediante la utilización de figuras penales como “traición a la patria” y “rebelión”, en contexto de manifestaciones y actos disidentes. Asimismo, la Comisión observa la persistencia de un agravamiento en el acceso a los derechos económicos, sociales y culturales. En efecto, la situación de desabastecimiento y escasez de alimentos, medicamentos, agua y energía ha generado una grave crisis, que ha propiciado los brotes de enfermedades y otras afectaciones a la salud. Ante esta grave situación, en el contexto político de cierre de canales de participación, se registró un incremento de las protestas públicas que fueron, a su vez, reprimidas por los agentes de seguridad a través del uso excesivo de la fuerza. Como consecuencia de la crisis humanitaria que afecta al país, la escasez de alimentos, medicamentos y tratamientos médicos, los altos índices de violencia e inseguridad, y la persecución en razón de la opinión política, se ha provocado un desplazamiento masivo de migrantes y refugiados de Venezuela a distintos países de la región.
Conclusión
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos reitera su compromiso con la protección y promoción de los derechos humanos en la región a través del acompañamiento y orientación a los Estados en su deber de construir sociedades más justas y respetuosas de los derechos consagrados en la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, la Convención Americana sobre Derecho Humanos y demás instrumentos del sistema interamericano de derechos humanos adoptados y ratificados por los mismos.
En vista del reconocimiento de la importancia de este rol, la Asamblea General de la OEA dio un paso histórico en 2017 al decidir duplicar los recursos financieros en el Presupuesto Regular de los órganos del sistema interamericano de derechos humanos en un período de tres años. Este fortalecimiento de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos ha facilitado el robustecimiento de su estructura y el logro de resultados inéditos en este primer año de implementación del aumento que por sí solos reflejan la fructífera gestión de esta comisión reforzada.
Este año 2019, segundo año de implementación del aumento presupuestal, continuamos trabajando y aumentando nuestra capacidad perfeccionando nuestros procesos de trabajo para alcanzar nuevos resultados que respondan de manera más profunda y ampliada las necesidades en la región.
La Comisión agradece y recibe con gran responsabilidad la confianza depositada por los Estados en su gestión y labor en el hemisferio, se compromete a continuar trabajando incansablemente para abordar cada vez más los desafíos de la región y confía en seguir contando con el apoyo de los Estados.
La CIDH agradece igualmente a los países miembros, observadores y otros donantes cuyas contribuciones financieras han sido decisivas para el alcance de los resultados presentados.
La Comisión Interamericana agradece igualmente las invitaciones realizadas por los Estados de Colombia y República Dominicana, que hicieron posible la celebración de los periodos de sesiones 167 y 168, así como la invitación de la Universidad de Colorado Boulder para hospedar el periodo de sesiones 169.
Siento un gran honor y satisfacción ante la oportunidad de presentarles resultados concretos y visibles en este Informe Anual 2018. Resultados que pertenecen a toda la comunidad de derechos humanos de la región: Estados, actores diplomáticos, sociedad civil organizada, equipo técnico de la Secretaría Ejecutiva de la CIDH, Comisionados, Secretario General y su equipo, defensores y defensoras de derechos humanos, amigos y amigas históricos de la CIDH.
Aprovecho la oportunidad para afirmar que en 2019, en nuestra gestión, el dialogo con los Estados será un elemento fundamental. Entiendo que este es el principal camino para seguir identificando los nuevos desafíos, para el fortalecimiento de la institucionalidad, la dinámica de cooperación con los Estados, y para el fortalecimiento de las soluciones amistosas.
Una vez más, muchas gracias.