Discursos

LUIZ ANTONIO GUIMARÃES MARREY, VOCERO DE LA MISIÓN DE APOYO CONTRA LA CORRUPCIÓN Y LA IMPUNIDAD EN HONDURAS
PRESENTACIÓN DEL NUEVO VOCERO DE LA MACCIH

9 de agosto de 2018 - Honduras


Buenas tardes a todos y todas!

En primer lugar, quiero saludar a todos los periodistas de los medios de comunicación presentes.

Como ustedes saben, asumí la función de vocero y representante del Secretario General de la OEA en la MACCIH hace poco más de un mes y durante este lapso procuré conocer en profundidad el trabajo realizado por la Misión. Además, he conversado con los diversos sectores de la sociedad hondureña interesados en la actividad de la Misión.

Agradezco la confianza en mí depositada por el Secretario General de la OEA y agradezco también al gobierno de Honduras por haber aceptado mi nominación. 

Permítanme presentarme brevemente: Soy un fiscal con 38 años de carrera en el Ministerio Público del Estado de Sao Paulo, Brasil. También fui Fiscal General durante seis años, con tres mandatos de dos años cada uno.

Además, fui jefe del gabinete del Ministro de Justicia de Brasil, y Secretario de Estado de Justicia y Ciudadanía del Estado de Sao Paulo durante cuatro años. Fui Secretario de Negocios Jurídicos de la Ciudad de Sao Paulo, Presidente del Consejo Nacional de Fiscales Generales y miembro del Consejo Nacional de Política Criminal y Penitenciaria.

Lo que esta experiencia me ha enseñado es que el Ministerio Público necesita de personas independientes, que tengan el coraje de hacer su deber y que no pierdan su capacidad de indignación con la injusticia.

Esa fuerza que mueve a las personas a querer cambiar el mundo ante las injusticas nunca la he perdido a lo largo de mi vida.

Quiero agradecer la cordial recepción que he tenido por parte del pueblo hondureño, de las autoridades más representativas de este país, y de importantes líderes de la sociedad hondureña.

Respeto y estimo al pueblo hondureño, y estoy muy satisfecho de poder trabajar aquí. Voy a poner mi experiencia a su servicio, y sepan que contamos con un valeroso y competente equipo de trabajo para cumplir con los objetivos de la Misión. Quiero agradecer también la buena acogida de este equipo, en el que ya pude apreciar un alto nivel de profesionalismo y dedicación.

Quiero también destacar el apoyo de la comunidad internacional, de los países donantes y de los países miembros de la OEA, sin los cuales el trabajo no sería posible.

Asimismo, quiero reconocer el inestimable apoyo de las organizaciones de la sociedad civil y de las personas que han manifestado de manera individual su simpatía y compromiso con la lucha contra la corrupción.

La corrupción constituye una grave violación de los derechos humanos porque sustrae fondos necesarios para la salud, la educación, la asistencia social, la seguridad pública, y del presupuesto para hacer las obras necesarias para el desarrollo del país.

La existencia de la MACCIH/OEA es el resultado de la lucha de la sociedad hondureña contra la corrupción. Fue el pueblo hondureño el que se movilizó contra la corrupción y la impunidad, y eso hizo posible que la MACCIH sea hoy una realidad. 

Todavía hoy es necesario reconocer que en cualquier sociedad hay fuerzas que quieren mantener vivos los esquemas de corrupción e impunidad para los corruptos y corruptores.

Contra esto, sólo es posible obtener buenos resultados con una red de trabajo conformada por todas las personas de buena voluntad, la sociedad civil, el Estado y las instituciones hondureñas, las organizaciones seculares y religiosas y la comunidad internacional.

Recuerdo que el jurista Ruy Barbosa, uno de los más capaces de la historia de Brasil, a principios del siglo 20, al referirse a la situación de la corrupción en Brasil, dijo:
“De tanto ver triunfar las nulidades, de tanto ver prosperar la deshonra, de tanto ver crecer la injusticia, de tanto ver agigantarse los poderes en manos de los malos, el hombre llega a desanimarse de la virtud, a reírse de la honra y a tener vergüenza de ser honesto”.

Hay corrupción en casi todos los países. La cuestión fundamental es cómo reacciona cada uno contra esto, qué trabajo hacen sus instituciones y cómo es el mecanismo de rendición de cuentas de aquellos que ejercen cualquier forma de poder.

No podemos aceptar la existencia de la corrupción institucionalizada, porque puede esparcirse como una metástasis y causar la muerte de la democracia. Contra la corrupción, tolerancia cero. 

La MACCIH/OEA continuará trabajando de manera profesional e imparcial, dentro del marco constitucional y del convenio firmado con el Gobierno de Honduras, a través de una colaboración activa con el Ministerio Público. Prometemos todo nuestro esfuerzo, experiencia y conocimiento para ayudar a combatir la corrupción y la impunidad.

Sin embargo, tenemos muy claro que los protagonistas del cambio son el pueblo hondureño, la sociedad civil y sus instituciones.

La MACCIH puede hacer el trabajo más dedicado posible pero no puede sustituir la lucha de los hondureños para mejorar su vida, para construir un estado democrático de Derecho que tenga instituciones sólidas e independientes.

En mi tiempo aquí he percibido que los hondureños tienen esperanza. Es importante que no la pierdan.

Desde aquí quiero manifestar el apoyo irrestricto de la MACCIH al trabajo del Ministerio Público y a las acciones de la Fiscalía UFECIC, en especial su actual trabajo en el “caso Pandora”.

Es importante también recordar que fueron enviados al Congreso Nacional algunos proyectos de ley para combatir la corrupción, tales como: 

  • La ley de colaboración eficaz
  • Las reformas de la coalición sobre la clasificación de documentos públicos
  • El nuevo sistema de enjuiciamiento para altos funcionarios de Estado, y
  • El nuevo régimen de Investigación y judicialización del delito de enriquecimiento ilícito.

La decisión de votar los proyectos corresponde al Congreso Nacional y sólo a los hondureños les corresponde hablar con sus representantes para que esto ocurra.

Quiero recordar que muchos países tienen una ley de colaboración premiada o eficaz que puede ser usada en casos de corrupción, y que no hay motivo razonable para que aquí no haya un instrumento legal para tal fin.

La MACCIH debe también trabajar en el campo de la prevención de la corrupción, y contribuir al debate sobre cuáles son las mejores medidas para impedir que surjan oportunidades de corrupción.

Vamos a seguir trabajando con los sectores empresariales para que se establezcan mecanismos legales de probidad empresarial.

Si se adoptan estos mecanismos, esto sería una señal positiva para inversores nacionales e internacionales.

La MACCIH también trabaja en el área de seguridad ciudadana, con el objetivo de ayudar en la habilitación de funcionarios policiales. Hemos realizado encuentros sobre violencia contra los grupos vulnerables y estamos comprometidos a apoyar iniciativas de protección a los operadores de justicia, los defensores de derechos humanos y los testigos, y en la atención a víctimas de violencia.

El Observatorio de Justicia Penal tendrá un nuevo jefe en las próximas semanas, y vamos a volver a trabajar con la sociedad civil en los temas que nos planteen. Es prioritario para nosotros mantener un diálogo fluido con la sociedad civil.

Finalmente, me gustaría concluir con un llamado a todos los hondureños: es fundamental que TODOS contribuyan para que las instituciones sean efectivamente democráticas e independientes y que exista la voluntad política de hacer un país que pueda ser orgullo de sus ciudadanos y proporcionarles una vida digna.

Antes de atender sus preguntas, les quiero presentar a los nuevos fiscales internacionales que se han incorporado a MACCIH (Aquiles, Consuelo y Ozorio).