Discursos

EMBAJADORA CARMEN VELÁSQUEZ DE VISBAL, REPRESENTANTE INTERINA DE VENEZUELA
"HASTA SIEMPRE EMBAJADOR", INTERVENCIÓN DE LA MISIÓN PERMANENTE DE VENEZUELA ANTE LA OEA EN LA REUNIÓN EXTRAORDINARIA DEL CONSEJO PERMANENTE PARA RENDIR HOMENAJE PÓSTUMO AL EMBAJADOR BERNARDO ÁLVAREZ, REPRESENTANTE PERMANENTE DE LA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

1 de diciembre de 2016 - Washington D.C.


El original de esta intervención está disponible aquí.

Señor Presidente, Señor Secretario General Adjunto, queridos y queridas colegas,

En nombre de mi Gobierno, de sus hijos, de mis compañeras y compañeros de la Misión y de la Embajada de Venezuela y porque no, de toda la gente que lo amó y estuvo muy cerca de nuestro Embajador y amigo, deseamos de corazón agradecer a Bolivia y Nicaragua por haber solicitado esta Sesión Extraordinaria del Consejo Permanente. A Usted Presidente del Consejo Permanente por su visita a nuestra Representación Diplomática, por sus palabras y por la inmediata atención para convocar  a este homenaje póstumo. Al Secretario General Adjunto por sus emotivas palabras.

Gracias a todas las personas de la Misiones Permanentes, de la Secretaría, intérpretes, a la Organización Panamericana de la Salud, otras organizaciones que hacen vida en esta ciudad, y a los medios de comunicación, por tantas palabras de solidaridad y por el reconocimiento a los méritos personales y profesionales del Embajador Bernardo Álvarez Herrera.

Gracias a todas y todos por acompañarnos en este inesperado y triste momento.

Hoy profundamente consternados también agradecemos a la vida por permitirnos compartir este intenso año con un ser humano que amó a Venezuela y que sin descanso ni tregua por ella luchaba. Un convencido de que la integración de América Latina y el Caribe es posible. Un optimista cuya medida era “la disciplina y la confianza”. Un caminante del diálogo con Estados Unidos y Canadá. Un amigo incondicional, comprometido con el trabajo en equipo.

Hoy Nuestra América ha trascendido en uno de sus hijos. En Bernardo Álvarez, Embajador amigo allende cualquier diferencia política, se encarnaba el ahínco por hacer de la justicia social la mayor bendición de todo el hemisferio.

Siempre dispuesto a dialogar y a reconocer en la otredad o diferencia una oportunidad para el intercambio afable y el hallazgo de soluciones, siempre respetuoso del criterio del otro, se acercaba al ser humano con la renovada diafanidad del niño, aun en las lides políticas más escabrosas.

El Embajador Álvarez llevaba la utopía del interés colectivo tras su constante sonrisa, en su empeño por aliviar los padecimientos de los más necesitados, que mantenía vívido en el caudal de sus ideas hasta que, por obra y gracia de su creatividad prodigiosa e inconmensurable solidaridad, lograba transformarlo en los más admirables actos de cooperación entre iguales.

Fue un maestro de la empatía, siempre ávido por ayudar y mitigar cualquier indicio de angustia o inquietud, con una canción, de su natal Carora, de su amada Venezuela y de todos los terruños que a lo largo de una vida asida a la poesía, adoptó con un corazón siempre dispuesto al amor.

Habilidoso en el arte de hacerse de la lealtad, fue artífice de la enseñanza desde la humildad y hurgador de los laberintos que conducen al consenso.

Un jefe fraterno, un líder humano, un amigo.

Desde la más entrañable venezolanidad, que logró enaltecer en todos sus años de servicio a la Patria, y recientemente en su firme defensa del diálogo, se fue convencido de que el Secretario General de esta Organización era uno de los principales enemigos del diálogo en Venezuela, un irrespetuoso de la institucionalidad de la OEA, un flagrante violador de los principios y propósitos de la Carta de la Organización. Nunca entendió el silencio de algunos Estados Miembros. No llegó a comprender que no pasara nada ante las evidencias de la conducta del Secretario General, desmarcado de su rol de funcionario internacional y quien desvió los recursos humanos y financieros de la Organización con fines políticos personales, además de haber agredido a varios Estados Miembros. El Secretario General ha implementado una campaña política mediática para pretender desestabilizar al Gobierno Bolivariano del Presidente Nicolás Maduro. Esto lo repitió, lo reiteró.

Denunció las constantes arremetidas del secretario General, sus pronunciamientos hostiles. Pese a los múltiples intentos de nuestro Embajador por mantener un canal de comunicación cordial, no tuvo más opción que enfrentarse a los enemigos de nuestra Patria.

Defendía principios y en honor a estos se sentía profundamente caribeño.

Así lo expresaban sus ojos entusiastas cada vez que compartía sus más ambiciosas iniciativas para impulsar una mayor presencia de los Estados del Caribe en la OEA, cada vez que refería su admiración y afinidad con los hermanos ungidos en las mismas aguas de nuestro mar­madre, sus ansias por reivindicar de alguna manera a los herederos de tantos atropellos contra las poblaciones nativas, nietos del África eterna, que el Embajador Álvarez reconocía en cada uno de sus actos, dentro de su alma. Un enviado del Caribe ha llegado al cielo, un venezolano vela por el diálogo desde el firmamento, un vocero de Nuestra América optimista nos habla desde la historia.

Seguiremos con su optimismo, disciplina y confianza.

Hasta siempre Embajador amigo.