Discursos


DISCURSO DEL VOCERO DE LA MISIÓN DE APOYO CONTRA LA CORRUPCIÓN Y LA IMPUNIDAD EN HONDURAS (MACCIH) JUAN JIMÉNEZ MAYOR

22 de febrero de 2016 - Tegucigalpa, Honduras


La corrupción es el crimen de nuestros tiempos en las Américas. El corrupto no solo roba al Estado. Le roba al pueblo y en un país como Honduras eso es horrendo. Según cálculos conservadores que maneja la Misión, esto representa al menos 10 mil millones de Lempiras al año que podrían dedicarse al combate a la pobreza.

La corrupción produce más hambre, más miseria. Por eso la corrupción afecta también los derechos humanos, pues por cada Lempira que un corrupto se lleva, un niño o niña deja de comer o un enfermo no obtiene la medicina que requiere para vivir o aliviar su dolor. Hay que decirlo con claridad, la corrupción también mata.

La corrupción hace que los funcionarios no cumplan su misión. Hace que los políticos no busquen el interés general sino promuevan causas particulares bajo sofismas y mentiras. Incentiva que la gestión pública esté al servicio del mejor postor y no de la sociedad toda.

Provoca que los policías no brinden seguridad y, por el contrario, permite que sirvan al crimen organizado. Hace que el Estado no compre lo que necesita la gente a buenos precios, sino que se adquieran bienes inservibles o bienes a precios inflados.

La corrupción hace que no tengamos tributos para cubrir las necesidades de infraestructura y educación, pues estos se lo llevan los corruptos. Fomenta que las aduanas sirvan a los bolsillos de personajes oscuros pero no a los ingresos nacionales que se requieren para impulsar el trabajo y los servicios públicos.

Pero tengo que decirles que la corrupción no es solo un problema de malos funcionarios. Es un fenómeno en donde estamos todos imbuidos. Hay corrupción en el ciudadano común y corriente que ofrece y paga un soborno al funcionario en lugar de cumplir la ley; en el empresario que prefiere el atajo fácil para conseguir la licencia que necesita o que usa el soborno para que le entreguen el contrato que tanto ansía.

Hay corrupción en el juez que no cumple la ley con independencia y que prefiere torcerla frente al amigo o frente al poderoso. En el fiscal que no investiga. En el abogado que no defiende y que se vende al mejor postor.

Hay corrupción también cuando la prensa renuncia a su independencia y cuando deliberadamente no es veraz.

La corrupción ahoga a nuestros países en el fango de la inmoralidad. Todo eso hace y, por eso, suele llegar en toda sociedad el momento en que decimos BASTA, el momento en el que nos indignamos y buscamos un cambio. Aquí estamos en Honduras hoy, buscando un cambio y vengo a decirles, a nombre del Secretario General de la OEA, que no dejemos nunca de indignarnos ante la corrupción.

…..

No es casualidad que la OEA esté involucrada en esto. Desde hace años la organización ha entendido que la corrupción es un factor de riesgo de la democracia en la región y tiene un trabajo que respalda eso verificando el cumplimiento en nuestros Estados a partir de la Convención Interamericana contra la Corrupción.

Pero así como Honduras ha decidido un rumbo alternativo en la lucha contra la corrupción, la OEA toma también un camino nuevo. Eso es la MACCIH, una iniciativa inédita de Honduras y de la OEA, que se da en un contexto en donde la Organización está recuperando su credibilidad, volviendo a involucrarse en los problemas hemisféricos con decisión y que busca apoyar a los hondureños en el propósito de proteger su democracia y de colaborar contra los enemigos comunes que permanecen impunes.

Creemos muy positivo que se haya buscado apoyo internacional, lo que parte de una decisión del Gobierno, que saludamos por la voluntad expresada, pero también del pueblo de Honduras. Y entonces venimos aquí para ayudar, cooperar, asistir a las autoridades y al pueblo a enfrentar la corrupción. Lo haremos juntos y esperamos la mayor colaboración de todos.

…..

Con la firma del Convenio concluyó una etapa de diálogo entre el Gobierno y la OEA, considerando a todos los sectores de la sociedad civil hondureña, incluidos los actores políticos, el sector privado y los grupos llamados “Indignados”. El objetivo fue encontrar el consenso necesario para una iniciativa de este tipo y lograr construir lo que es un modelo nuevo, el MODELO HONDUREÑO para combatir la corrupción y mejorar la justicia en el país. Recuerden esto, el MODELO HONDUREÑO, el MODELO DE HONDURAS, pues creo que con el apoyo de todos ustedes dará que hablar.

En todo este proceso de diálogo pasaron muchas cosas. Aspectos positivos y negativos, pero quisiera que al final se valore el hecho que estemos aquí, que se aprecie la voluntad de la OEA de responder al llamado y de trabajar en esta iniciativa que expresa el compromiso contra la impunidad. No obstante, como VOCERO de la Misión queremos expresar a ustedes las satisfacciones del caso a quienes se han sentido afectados por acciones o expresiones que no ayudaron a construir este consenso. Espero que esto pueda ayudar a que sigamos avanzando en el objetivo que es enfrentar a la corrupción.

…..

Vamos a ayudar a Honduras a luchar contra la corrupción. Con fiscales y jueces internacionales que han tenido la experiencia de investigar grandes casos de corrupción en el mundo trabajaremos en casos relevantes que nosotros seleccionaremos y que permitirán, con la policía, la fiscalía y el Poder Judicial, el desmantelamiento de redes de corrupción en el país. Trabajaremos con un equipo de fiscales y jueces hondureños que serán seleccionados y certificados por la MACCIH, con los cuales buscamos potenciar la infraestructura de combate a la corrupción del país.

Estamos convencidos, conforme a lo sucedido en la experiencia comparada, que con equipos de élite en la policía, la fiscalía y en la judicatura, se podrán lograr los objetivos que espera Honduras de enfrentar a los corruptos y la impunidad. A eso se le ha denominado el proceso de colaboración activa y ese es el núcleo duro de la Misión.

Debemos considerar que para realizar esta labor es fundamental el firme compromiso del gobierno expresado en el punto 8 del Convenio para que, junto con las autoridades competentes, se asegure el pleno “acceso a la información y material documental” existente en posesión de personas o entidades estatales pertinentes, ya sean civiles o militares. Para nuestro trabajo será clave acceder a la información y estoy seguro que ello se garantizará plenamente.

Trabajaremos con la sociedad civil en la construcción de un Sistema de Observatorios para monitorear el progreso de la reforma de la justicia penal y para verificar la situación de los procesos de lucha contra la corrupción en todo el país. Buscaremos trabajar en esta y otras iniciativas con los esfuerzos que viene realizando ya la cooperación internacional. No duplicaremos iniciativas, sino sumaremos todas las necesarias para enfrentar a la corrupción. Vale subrayar que la sociedad civil tendrá un rol clave en la labor que venimos a cumplir.

Vamos a hacer un trabajo en varios frentes buscando el desarrollo de capacidades en el país. Además de la labor central en las investigaciones de casos de corrupción, promoveremos reformas normativas de la justicia penal destinadas a reducir la impunidad a través del Centro de Justicia de las Américas, el órgano más importante del Continente en materia de justicia penal. Fomentaremos, además, propuestas de mejora en el ámbito de seguridad en el país con el concurso de la Secretaría de Seguridad Multidimensional de la OEA, hoy a cargo de Paulina Duarte, la ex zarina antidrogas de Brasil. En este aspecto también apoyaremos las reformas de eso que origina en alto grado la corrupción: el financiamiento de los partidos políticos y las campañas electorales, buscando articular todos los esfuerzos que se realizan hoy.

Promoveremos programas para la prevención y mejoramiento de la efectividad de las entidades públicas de control. Apoyaremos la construcción de un Plan de Acción Nacional para implementar las recomendaciones formuladas a Honduras por el Mecanismo de Seguimiento de la Convención Anticorrupción, cuyos expertos a la cabeza de Jorge García, trabajarán para proponer una vasta agenda de acción para cumplir los estándares que permita una mejor performance en la lucha contra la corrupción.

En todas estas tareas esperamos la apertura de las instituciones concernidas para cumplir los compromisos que el Estado de Honduras ha asumido con la OEA.

Como vemos, la MACCIH va a desplegar esfuerzos en la prevención de la corrupción, buscando el fortalecimiento institucional. Haremos mucho para buscar mejorar las capacidades y fortalecer las instituciones. Pero no equivocaremos el rumbo ni nuestra misión, pues PRINCIPALMENTE venimos a trabajar con la Policía, la Fiscalía y el Poder Judicial en apoyo a la investigación, persecución, juzgamiento y castigo a los culpables de casos concretos de corrupción.

Reconocemos que existen avances en el Ministerio Público a cuya cabeza está el doctor Oscar Chinchilla promoviendo investigaciones serias de casos de corrupción. Debo resaltar la existencia en el país de funcionarios y personas comprometidas con la tarea de luchar contra el crimen y que incluso por ello han pagado con su vida. La Misión reconoce en todos estos mártires del combate a la corrupción e impunidad los valores del pueblo de Honduras. Sus muertes confirman que podemos contar con funcionarios valientes y con personas capaces de enfrentar el problema; pero ello nos refiere también la necesidad de proteger la vida de quienes deciden sumarse a la lucha contra los corruptos.



Quiero a nombre de nuestro equipo de trabajo pedir formalmente al Estado de Honduras la instalación de tribunales especializados contra la corrupción de competencia nacional, siguiendo así la experiencia internacional exitosa. Pronto abundaremos sobre esta iniciativa.



Venimos con toda la fuerza de un Continente que quiere cooperar con un país decidido a cambiar y promover la Honradez e Integridad. Invito a todos a generar el cambio. Vamos a pelear juntos contra los corruptos. Pongo a disposición de ustedes la pluma y la espada de nuestro equipo para ello.