Discursos


INTERVENCION DEL REPRESENTANTE ESPECIAL/OBSERVADOR PERMANENTE DE LA OEA ANTE LAS NACIONES UNIDAS, EMBAJADOR GONZALO KONCKE

15 de febrero de 2016 - New York


Muchas gracias señor Presidente,

Es un honor para la Organización de Estados Americanos (OEA) participar en este debate abierto del día de hoy y nos satisface ver que la Presidencia de Venezuela completa un ciclo de tres meses en los cuales la Presidencia del Consejo de Seguridad ha estado a cargo de países integrantes de la Organización de Estados Americanos (EE.UU, Uruguay y Venezuela; en diciembre, enero y febrero, respectivamente).

Igualmente, deseamos agradecer la intervención del Secretario General Ban Ki-Moon en la mañana del día de hoy.

Antes de ingresar en sustancia mi delegación desea informar que hará llegar comunicación respecto a las modalidades de participación en los debates abiertos de este órgano por parte de organizaciones regionales. En efecto, la OEA -siendo la organización regional que obtuvo antes que ninguna el status de observador permanente ante las Naciones Unidas (el 16.10.1948), y contando con una membresía de 35 Estados del Caribe, América del Sur, América Central y América del Norte (y 70 observadores, 9 de los cuales integran este Consejo de Seguridad)- entiende que no resulta adecuado que su participación en esta clase de debates esté supeditada a la intercesión de alguno de sus Estados Parte. Máxime cuando esta práctica no es uniforme para todas las organizaciones regionales y no se sustenta en norma alguna de carácter público o que haya sido publicada.

Señor Presidente,

Pese a sus más de 70 años de existencia la Carta de las Naciones Unidas continúa siendo el principal denominador común normativo de la sociedad internacional. Los principios y propósitos contenidos en los artículos 1o y 2o de la Carta han preservado a la humanidad de la catástrofe de otra guerra mundial como las vividas durante el Siglo XX y debemos rendir tributo permanente a sus redactores por el trabajo realizado.

No obstante ello, los reveses y los fracasos de la comunidad internacional para prevenir crisis, para sosegar la violencia, para poner fin al terrorismo y al extremismo, para establecer puentes de diálogo han sido y continúan siendo hoy causa de sufrimiento y dolor para millones de personas en el planeta.

Cada intento fallido de prevenir un conflicto, de mitigar una crisis humanitaria, de acercar a partes enfrentadas, de hacer valer un principio, se termina traduciendo en muerte, sufrimiento, pobreza de niñas, niños, mujeres y hombres.

La Secretaría General de la OEA entiende que los reconocidos principios de soberanía, no intervención, jurisdicción doméstica son fundamentales y deben ser respetados y reafirmados en toda su cabalidad.

Sin que ello implique detrimento alguno para el respeto a los derechos humanos, la protección de civiles y las responsabilidades de la sociedad internacional.

Es obligación de las Naciones Unidas, de las organizaciones regionales y de sus Estados parte trabajar para resolver la aparente tensión entre principios que lo mencionado anteriormente conlleva en aras de asegurar la paz y seguridad internacionales.

Señor Presidente,

Para que el trabajo de las Naciones Unidas y de las organizaciones regionales tenga valor debe tener impacto directo en la vida de la gente, mejorando sus derechos y su calidad de vida.

En este sentido, la Carta de las Naciones Unidas reconoce el rol de las organizaciones regionales y su aporte al mantenimiento de la paz y seguridad internacionales y en la prevención de conflictos.

En el marco interamericano los trabajos de la OEA son guiados por la Carta de la Organización de los Estados Americanos y por la Carta Democrática Interamericana.

Del mismo modo, los cuatro pilares fundamentales de la OEA constituyen el conjunto de principios que marcan sus trabajos y orientan sus acciones: democracia, derechos humanos, desarrollo integral y seguridad multidimensional.

La OEA de hoy ha venido trabajando en forma incesante por este conjunto de irrenunciables principios.

Entendemos que la mejor forma de trabajar por la gente en situaciones de crisis, vulnerabilidad o emergencia de todo tipo es el apego incondicional a los principios que nos orientan, siendo ésta a su vez la mejor garantía contra los errores que la Organización cometiera en el pasado.

Con los propósitos y principios por delante la OEA de hoy ha actuado en diversos escenarios y contextos, de conformidad con lo estipulado en los instrumentos jurídicos en que basa su existencia.

Señor Presidente,

Sin ánimo de ser exhaustivo, prueba de ello es la reciente Misión Especial a Haití, cuyo cometido -a solicitud del entonces Presidente Martelly y con la aprobación consensuada del Consejo Permanente de la OEA- fue el de colaborar para obtener una salida haitiana, constitucional y dialogada que permita la celebración de la segunda vuelta electoral en los mejores plazos. Saludamos la obtención de un acuerdo entre el ex Presidente Martelly y los Presidentes de ambas Cámaras legislativas y la reciente designación, en el marco de este acuerdo, de un Presidente de transición en la persona de Jocelerme Privert. Auguramos que la segunda vuelta electoral de las presidenciales pueda celebrarse como acordado el 24 de abril y la OEA reitera todo su apoyo al pueblo, actores políticos y sociedad civil haitiana para colaborar en el camino hacia esa instancia.

De la misma manera, cabe mencionar los trabajos de OEA en Colombia, con su misión de apoyo al proceso de paz que ha venido desempeñando un importante rol, recientemente reafirmado por el Presidente Santos y el Secretario General Almagro.

En el caso de Honduras, la OEA ha trabajado conjuntamente con el gobierno, oposición, poder judicial, actores sociales y la gama más amplia de participantes para crear la Misión de apoyo contra la corrupción y la impunidad en Honduras. La prevención de conflictos y de situaciones de inestabilidad constituye un mandato, no sólo de la Carta de la ONU, también de la de la Organización de Estados Americanos que no puede soslayarse.

Otra actuación a mencionar es la misión realizada a República Dominicana y Haití en relación a la crisis migratoria, en que, reconociéndose los esfuerzos del gobierno dominicano, se bajó la conflictividad así como las deportaciones.

También en el caso de Venezuela, en cumplimiento de las obligaciones y prerrogativas emanadas de la Carta de la OEA y de la Carta Democrática Interamericana, el Secretario General Almagro ha realizado apreciaciones basadas en principios irrenunciables. Tanto en lo relativo al proceso que condujo a las elecciones legislativas del pasado 6 de diciembre como en los aspectos posteriores relativos a la instalación de la nueva Asamblea Nacional. También en este caso la OEA reitera su vocación de aportar en forma constructiva para el necesario diálogo. Así como renueva su disposición para colaborar en todos los planos de cooperación internacional que puedan resultar pertinentes.

Señor Presidente,

La relevancia de la temática del debate de hoy en torno al respeto a los principios y propósitos de la Carta de las Naciones Unidas demuestra la magnitud de los esfuerzos pendientes.

En esos esfuerzos la Secretaría General de la OEA entiende que nunca pueden perderse de vista los intereses de los más débiles y expuestos, cuyo único escudo, precisamente, radica en la naturaleza irrenunciable, indivisible e interdependiente de sus derechos humanos y en la obligación de los países y organizaciones internacionales y regionales de hacerlos valer.

Le agradezco señor Presidente