Discursos

CARMEN MORENO, SECRETARIA EJECUTIVA COMISIÓN INTERAMERICANA DE MUJERES (CIM)
REUNIÓN DEL CONSEJO PERMANENTE, CELEBRACIÓN DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER

28 de marzo de 2014 - Washington, DC


Agradezco al Embajador de México la iniciativa de incluir este tema en la agenda y a todos ustedes la oportunidad de dirigirme al Consejo por primera vez para conmemorar el Día Internacional de la Mujer.

La tradición de estas conmemoraciones en el mundo permite analizar los avances y para la plena realización de los derechos de las mujeres en nuestra región. Estas conmemoraciones internacionales que realizan todas las organizaciones internacionales y todos sus gobiernos ofrecen la oportunidad de hacer un balance de la situación identificando buenas prácticas y lecciones aprendidas y para enfocar y fortalecer nuestro trabajo de asesoría y apoyo técnico a los Estados Miembros que lo solicitan así como a nuestros colegas dentro de la OEA.

Esta oportunidad de reflexión ha coincidido con un período interesante en la evolución de la OEA, donde nos encontramos en un ejercicio de deliberación y fortalecimiento de la visión estratégica de la Organización. Como parte de este ejercicio, desde la CIM hemos priorizado nuestras actividades, de acuerdo tanto a las ventajas comparativas, como a las limitaciones de recursos humanos y financieros que enfrentamos.

Esta priorización, que ha sido entregada a la consideración del Grupo de Trabajo sobre la Visión Estratégica de la OEA y a la Comisión General – enfoca el trabajo de la CIM en tres áreas clave:

1. En el área de derechos humanos y violencia de género:
- Continuaremos fortaleciendo el MESECVI para mejor apoyar la plena implementación de la Convención de Belém do Pará para lo cual
- continuaremos la línea de trabajo sobre justicia de género y el acceso a la justicia de las mujeres, en seguimiento de los acuerdos que hemos establecido con Cortes Supremas y otras instancias de la región; y
- seguiremos promoviendo la utilización de indicadores de ejercicio de los derechos de las mujeres, como una visión integral del cumplimiento de los compromisos adquiridos por los Estados en materia de derechos humanos de las mujeres e igualdad de género.
- En esta línea y con los auspicios del Gobierno del Estado de Hidalgo y del Gobierno de México, que aprovecho para agradecer, celebraremos en Pachuca, Hidalgo, del 14 al 16 de mayo el Foro Hemisférico la Convención de Belém do Pará y la prevención de la violencia contra las mujeres: buenas prácticas y propuestas a futuro a la que invitaremos a las Delegadas ante la CIM y a las Expertas ante el CEVI y que se dedicará fundamentalmente a la prevención, sobre lo que no hemos realizado todavía mucho trabajo.

2. En el área de ciudadanía política de las mujeres para la democracia:
- Seguiremos apoyando el liderazgo de mujeres y su incidencia en los procesos de toma de decisiones y formulación de políticas públicas desde un enfoque de género;
- Fortaleceremos la capacidad de los órganos electorales de garantizar y proteger los derechos electorales de las mujeres, en particular la efectiva implementación de leyes de cuota, otras medidas especiales y el camino hacia la paridad; y
- Buscaremos la celebración del Quinto Foro de la Democracia Latinoamericana enfocado en el tema de ciudadanía plena de las mujeres y la gobernabilidad democrática.

3. En el área de la institucionalización del género en el trabajo de la Organización:
- Promoveremos la adopción de una política institucional de género; La OEA necesita una política de género.
- Continuaremos con la inclusión de una perspectiva de género en la Comisión de Evaluación de Proyectos de la OEA y su Grupo de Trabajo; y
- Continuaremos brindando apoyo puntual a otros departamentos /entidades de la OEA para asegurar que todo el trabajo de la Organización incluya un enfoque de igualdad de género y derechos de las mujeres.

Comparto con ustedes algunos elementos sobre la situación de las mujeres en estas áreas.

La CIM fue creada con el mandato de analizar la situación de las mujeres de las Américas en cuanto a su estatus jurídico y el ejercicio de sus derechos - y los avances en ese sentido han sido notables. La región cuenta con un marco jurídico sólido sobre los derechos de las mujeres y la igualdad de género a través de enmiendas constitucionales, leyes, políticas públicas y otros instrumentos concretos;

Este marco tiene algunas deficiencias, quizás la mayor sea la ausencia de los derechos sexuales y reproductivos - que sigue siendo un limitante importante para la autonomía física de las mujeres.

Otras deficiencias surgen temas que se desprenden de la supuesta neutralidad del marco jurídico, que no es neutro en su aplicación y que ha tenido que enfrentar la intersección de la discriminación de género con otras manifestaciones de la discriminación, incluyendo por etnia, condición socioeconómica, residencia, condición migratoria, edad, capacidad física y orientación sexual, entre otros.

Pero el mayor desafío a la igualdad entre hombres y mujeres y el pleno ejercicio de sus derechos es la consistente aplicación de este marco jurídico y el reconocimiento de que estos derechos en el papel todavía no son derechos en la realidad para muchas mujeres de nuestra región. Las mujeres enfrentan todavía diariamente manifestaciones de discriminación y de violencia que les niegan el acceso efectivo a sus derechos.

Desde la adopción de la Convención, hace veinte años, una de las metas principales de la CIM ha sido apoyar su plena implementación en los Estados Parte, a la par que se apoyan los demás instrumentos de derechos humanos.

Una mirada a las noticias de vez en cuando basta para constatar que las mujeres todavía no tienen la capacidad de ejercer su derecho a una vida libre de violencia. A pesar de 20 años de vigencia de la Convención de Belém do Pará, la Organización Mundial de la Salud reafirmó el año pasado que 1 de cada 3 mujeres experimentará violencia física, sexual y/o psicológica en algún momento de su vida, generalmente a manos de una pareja íntima, familiar u otra persona conocida.

Los problemas son múltiples y algunos de fondo:
1. Todavía no contamos con buenos datos sobre la violencia – por lo cual no tenemos idea de su incidencia, de sus manifestaciones ni del impacto de los programas y otros esfuerzos que hemos encaminado para tratar de abordarla.
2. La violencia doméstica se sigue tratando en algunos lugares como un asunto privado, cuando debe ser un asunto público.

3. De particular preocupación es la debilidad del acceso de las mujeres a la justicia y la falta de impacto de los estándares jurídicos internacionales sobre las legislaciones nacionales relativas a los derechos de las mujeres en la región, a pesar de la existencia de algunas excepciones ejemplares.

En el ámbito de la democracia, pese a los avances de las últimas décadas en la representación política de las mujeres, en algunos países y en algunos niveles, la anomalía democrática que supone la todavía escasa presencia de las mujeres en los espacios de poder y de decisión de nuestros países tiene que ver con una variedad de problemas que han sido ampliamente expuestos en el trabajo de numerosos organismos internacionales, incluyendo la CIM, instituciones académicas y de investigación y grupos de la sociedad civil.

En el centro de estas reflexiones está el problema de la subrepresentación de las mujeres en las instancias donde se decide sobre sus vidas. Por subrepresentación me refiero no solamente a la cuestión numérica – aunque cabe destacar que los hombres todavía representan el 74.8% de parlamentarios en las Américas. Me refiero también a la persistente exclusión de las mujeres de la agenda política, porque aunque ellas participan, es en instituciones patriarcales, exclusivas, jerárquicas y profundamente paternalistas que todavía no permiten la negociación y adopción de agendas alternativas – de paz, de desarrollo, de seguridad y de derechos humanos.

En el ámbito de la institucionalización del enfoque de género en el trabajo de la OEA, pese a que la integración de género ha sido un componente del trabajo de las organizaciones de cooperación al desarrollo desde la adopción de la Declaración y Plataforma de Acción de la Cuarta Conferencia Mundial de la Mujer (Beijing, 1995), los avances en esta área carecen de un proceso de consolidación. Se he puesto poca atención hasta ahora en el monitoreo, la evaluación de impacto, y la rendición de cuentas, con el resultado que la integración de género depende todavía, en gran parte, de la buena voluntad de individuos con interés y capacidad en el tema.

En la OEA, existe ya cierto nivel de conciencia y capacidad en cuanto a la integración de género, pero como señalaron los Departamentos y otras entidades de la Organización en sus respuestas al cuestionario sobre el PIA, existe todavía una necesidad de capacitación periódica y de apoyo para el monitoreo y la evaluación de nuestros esfuerzos de integración de género.

Así que todavía tenemos mucho por hacer - y se requiere un creciente compromiso de los Estados para apoyar a la CIM en su tarea de asegurar que las mujeres de esta región pueden ejercer plenamente sus derechos, libres de discriminación y de violencia. Estoy segura de que contaremos con el compromiso de cada uno de sus países y de todos y todas ustedes, y les agradezco el continuo apoyo que han dado al trabajo de la CIM.

Para concluir quiero agradecer a todas las Secretarias Ejecutivas que me han precedido y a los equipos de la CIM, incluyendo el actual el trabajo que han realizado y a todos y todas ustedes el apoyo que nos han brindado.

Muchas gracias, señor Presidente.