Discursos

JOSÉ MIGUEL INSULZA, SECRETARIO GENERAL DE LA ORGANIZACION DE LOS ESTADOS AMERICANOS
TERCER FORO DE LA DEMOCRACIA LATINOAMERICANA: “DEMOCRACIA Y CRISIS DE REPRESENTACIÓN: QUIEN GANA LAS ELECCIONES, ¿GANA EL PODER?”

12 de octubre de 2012 - Ciudad de México


Es un honor inaugurar con ustedes este III Foro de Democracia Latinoamericana. Hablar de una tercera edición, ya se empieza transformar en tradición y se ha convertido, en el transcurso de los años, en uno de los principales eventos anuales organizados en la ciudad de México. A nosotros nos da mucho gusto copatrocinarlo y nos llena de satisfacción la idea de que otras instituciones, como el Colegio de México, como IDEA hayan llegado a ser parte de este acontecimiento.

Sobre todo, nos enorgullece contar con la presencia de todos ustedes presente aquí, lo más impresionante que estos foros han tenido es la cantidad de gente que participa en ellos. La cantidad de gente que viene a todas las reuniones, la variedad de los expositores, la transmisión del evento en línea, se nos unieron la última vez por Internet, más de 20 mil usuarios. Creo que es importante que siga siendo el Foro sobre la democracia en América Latina y el lugar donde discutimos lo que ha sucedido con la democracia en los últimos años, los últimos meses y cuales son las mejores formas para perfeccionarla.

Este año ha sido un año bastante rico en eventos en el mundo. Tenemos solamente que recordar la Primavera Árabe, las cosas que han ocurrido, algunas buenas y algunas no tan buenas; algunos procesos no concluidos, algunos que parecen destinados claramente a concluir en tragedia, en una tragedia humana como es el caso de Siria. Basta recordar también que ha sido un año de crisis económica, un nuevo año de crisis económica, ya mucho más concentrada en el mundo desarrollado. Esto tiene a algunos diciendo que el mundo en desarrollo le esta yendo mejor y que América latina está sacando buen provecho. Es un continente cuyo crecimiento económico sigue estando fundado principalmente en las exportaciones, y cuando tiene dificultades la mitad de la economía mundial, que es la suma exacta de la economía norteamericana más la europea, las consecuencias la pagamos todos, por lo que es entonces un tema bastante preocupante también para la región.

Podríamos mencionar otros, pero este ha sido un año de gran movimiento en el mundo y en América en general; un año en el cual se han producido una cantidad de fenómenos importantes. Cabe recordar la elección en México, la elección de anteayer en Venezuela, la elección norteamericana que se nos aproxima, República Dominicana, entre otras. Menciono éstas fundamentalmente porque dada la envergadura de los países, esos hechos sí tienen que ver con el conjunto de la región, y, por lo tanto, la discusión, la conversación que sostendremos aquí sobre el tema electoral es indispensable.

Claro está y tal como lo dijo el Presidente Chávez el otro día, con particulares características, “este es el mejor sistema electoral del mundo”. Yo no sé si lo será pero los sistemas electorales son buenos en toda América Latina. Es raro ya, y no se ve en muchas partes en el mundo, en que al momento de entregarse el resultado, todos tengan resultados similares, eso es fascinante. No es que la gente acepte ciegamente los resultados del Consejo Electoral, le creyeron porque tenían ellos exactamente el mismo resultado que les había llegado por vía electrónica desde los mismos lugares donde se estaba votando.

Hoy, eso es valioso, es algo fundamental. Nuestros sistemas electorales van siendo cada vez mejores y se van afianzando, debemos tener gran orgullo de en compartir y decir que este es un continente que, en materia electoral, ha progresado notablemente en los últimos años. El Instituto Federal Electoral de México ha sido parte muy importante y sustantiva de ese proceso.

Ahora la pregunta que nos hacemos hoy, como Organización de Estados Americanos, que observamos elecciones a lo largo de la región, es que también de pronto hay que empezar a observar lo que ocurre antes y después de las elecciones. El proceso electoral todavía merece muchas mejoras seguramente y creo que es ciertamente uno de los temas del cual vamos a conversar el día de hoy. Pero también no olvidemos que nuestra Carta Democrática así lo expresa claramente: la democracia no es puramente elecciones. Por lo tanto, cuando hablamos de democracia entendemos que ya tenemos superado esto de las elecciones y constatamos cuanto se han desarrollado nuestras instituciones, elementos básicos de la democracia que garantizan el equilibrio de poderes, el respeto a los derechos humanos y la libertad de expresión.

Cuando hablamos de equilibrio de poderes la existencia de poderes judiciales independientes, la libertad de prensa y de expresión, el poder evaluar esos aspectos es esencial. La falta de institucionalidad en países en los cuales se vota siempre corre el riesgo de traspasar lo que debería ser el liderazgo colectivo de la sociedad al liderazgo individual y crear fenómenos a veces imprescindibles que no son buenos para la democracia.

Por lo tanto, creo que aún tenemos desafíos y riesgos serios en nuestro sistema. La falta, a veces, de un mayor reforzamiento institucional de los gobiernos, es un riesgo para el funcionamiento del sistema democrático y es un tema que hemos discutido mucho en los últimos años. No voy a entrar en una evaluación de esto –lo que fue el llamado periodo neoliberal como lo llaman muchos- pero lo que está claro es que a partir de los años setenta, los Estados latinoamericanos redujeron considerablemente su capacidad de actuar, tuvieron menos recursos, tuvieron menos condiciones para satisfacer la necesidad de sus ciudadanos porque se entendía, equivocadamente, que sólo el mercado podía resolver los problemas.

Hoy, está claro que eso no es así, por el contario. Si hablamos por ejemplo de desigualdad lo que está claro es que el mercado acentúa las desigualdades porque la economía de hoy premia grandemente al trabajo altamente calificado y castiga muy fuertemente al trabajo no calificado. Por lo tanto, si nosotros no hacemos algo al respecto, la situación de desigualdad va a continuar y –dicho sea de paso- si ustedes miran las encuestas resulta que son cada vez mas los ciudadanos que creen que el Estado tiene que resolver muchos de estos problemas, entonces las demandas se hacen cada día más urgentes.

Evidentemente no podemos tener Estados que respondan a todas esas demandas y ciertamente es esencial crear un espacio para el sector privado, para una mayor cooperación público privada. También es cierto que los Estados no tienen la capacidad para crear todas las condiciones en el plano social que los ciudadanos exigen hoy día y, eso, es un problema complicado para nuestra región. Nuestros sistemas tributarios están muy en el corazón de estos asuntos al buscar mecanismos para hacerlos más justos y progresivos.

Ahora bien, sin embargo creo que es importante decir que estas son cosas que la democracia debe mejorar y que son parte de la evolución democrática. Creo que va a ir mejorando cada vez más. Hay temas que sin embargo constituyen riesgos para la existencia misma de la democracia y que es importante mencionar en este III Foro. Voy a referirme solamente a tres.

El primero –ya dicho- es la desigualdad. Es incompatible una sociedad democrática en que todos los individuos tienen nominalmente los mismos derechos políticos con los grados de desigualdad existentes en lo económico y lo social. Nosotros tenemos que ser capaces de forjar un sistema en que la idead de igualdad de oportunidades que es la idea central de la democracia esté también de alguna manera garantizada por formas de distribución del ingreso y por la existencia del servicios sociales que den cabida a todos los ciudadanos. Aquí me estoy refiriendo no solamente al ingreso monetario, me estoy refiriendo a la calidad de la salud que reciben ciudadanos de distintos sectores, a la educación, y hasta a la seguridad pública.

Por ejemplo, en Centroamérica, hay cuatro policías privados por cada policía público, y todos sabemos que esos policías privados no atienden precisamente a los habitantes de las poblaciones marginales. El tema de la desigualdad es un tema mayor, a su vez, no dejemos de lado el tema monetario ya que este sigue siendo fundamental. En Europa la distribución del ingreso, mejora en 12 puntos porcentuales después de impuestos. En América Latina, antes y después de impuestos la distribución de ingresos no cambia. Tenemos un problema con los sistemas tributarios también que no es compatible con la idea de democracia que nos hacemos.

El segundo tema que también es incompatible en una sociedad democrática, es la existencia de grupos fuera del marco de la ley que se rigen por sus propias normas, que disponen de sus propias fuerzas y que incluso tienen la posibilidad de tomar para sí, para su control, territorios dentro del Estado democrático. El gran problema del crimen organizado y la delincuencia son temas que preocupan todo el mundo, siempre lo han sido. Pero el fulgurante asenso, en nuestros países, de bandas criminales organizadas han sido ciertamente las principales generadoras de la violencia que vive hoy día la región, y eso nos tiene muy preocupados.

Queremos compartir, sin embargo, una buena noticia que ha sucedido los últimos meses. En el Salvador, la Organización de los Estados Americanos ha tenido un papel muy activo en la tregua de las Maras, de las dos principales Maras del país. La taza de homicidios ha disminuido por ese sólo hecho a menos de la mitad. Son 1600 jóvenes menos que murieron este año. Eso significa que los grupos criminales organizados tienen un impacto sobre la sociedad mucho mayor de lo que podíamos pensar y eso también es incompatible con la democracia.

Por último, creo que nuestras democracias están afectadas mucho por la falta del diálogo. Creo que la democracia no es solamente ir a votar cada cuatro años, ni siquiera reunirse en el seno de instituciones democráticas, sino más bien forjar redes de confianza que permitan que todos los ciudadanos se sientan parte de la misma institucionalidad, de la misma nación. En muchos de nuestros países ese diálogo ha sido substituido ya sea por vías de hecho o por vías simplemente de confrontación política. Ha sido substituido por comportamientos estancos que hacen que cada elección democrática se transforme casi en un último recurso, y eso no es bueno para la democracia tampoco.

En democracia, lo bueno es cuando los candidatos que ganan pueden ocupar sus cargos y los que no ganan no se sientan excluidos del sistema electoral y no sientan que la sociedad y la democracia los hayan castigado. La falta de redes de confianza política, social, en nuestras sociedades -probablemente ligada a uno de los temas que he planteado con anterioridad- es también una carencia importante de nuestra democracia.

Yo me alegro mucho que estemos todos presentes aquí de nuevo y espero que haya espacio para la participación de todos y agradezco mucho al presidente del Colegio de México que nos ha acogido y a Leonardo Valdés, Presidente del IFE, que hayamos perseverado en este Foro Latinoamericano tan importante para nuestra región.

Muchas gracias.