Discursos

JOSÉ MIGUEL INSULZA, SECRETARIO GENERAL DE LA ORGANIZACION DE LOS ESTADOS AMERICANOS
“POR UNA AMÉRICA LIBRE DE MINAS”

8 de diciembre de 2010 - Washington, DC


Quiero agradecer muy sinceramente, primero al Reino de España, por su cooperación en ayudarnos a difundir uno de los programas más importantes de esta Organización que también es uno de los menos conocidos desgraciadamente. No hemos hecho tal vez toda la publicidad y difusión que requiere un programa de esta envergadura y la importancia de este.

Este programa empezó en 1991 al comenzar un período democrático después de muchas guerras en Centroamérica y dictaduras en América del Sur. Ese periodo oscuro de nuestra historia había dejado entre otras secuelas, una secuela inmensa de minas antipersonales ubicadas en zonas fronterizas, pero sobre todo en terrenos en los cuales la gente circula de manera normal. En ese momento se estimaba en casi 200 mil minas antipersonales esparcidas por varios países y había muchas municiones sin estallar las cuales seguían lacerando un cien número de civiles todos los años.

En 1991 empezamos, a solicitud de los gobiernos de Centroamérica, un programa para erradicar este problema y este programa se ha cumplido, es importante señalarlo. Costa Rica concluyó el programa en el 2004, Honduras en el 2004 también, Guatemala en el 2005, Nicaragua en el 2010 y El Salvador había terminado su propio programa en 1993 porque era parte de los Acuerdos de Paz de Chapultepec.

Durante todo este período la OEA y la comunidad internacional posibilitaron que se destruyeran y certificaran el despeje de más de 180 mil minas, la rehabilitación física y sicológica de más de 1250 personas y se canalizaron mensajes de prevención a más de 1500 comunidades los cuales han alcanzado a un millón de habitantes en zonas afectadas.

Pero esta es una tarea que no hemos terminado porque aunque hemos declarado Centroamérica zona libre de minas antipersonales, siempre hay que mantener una vigilancia, un cuidado, una atención particular. Todavía quedan, a pesar de los esfuerzos que están realizando muchos de nuestros países, todavía quedan minas en las fronteras de conflictos pasados las cuales nadie nunca se preocupó por identificarlas y mucho menos por removerlas. Estamos trabajando intensamente ahora en Colombia donde también existe un problema con respecto a los conflictos que han existido allí con una diseminación importante de minas antipersonales que tenemos que erradicar.

Estamos muy orgullosos de este programa, el programa comenzó mucho antes que se suscribiera la Convención de Ottawa, la Convención sobre la prohibición del empleo, almacenamiento, producción y transferencia de minas antipersonales y sobre su destrucción pero después de la Convención se adquirió una fuerza mayor y ojala sigamos trabajando en esto.

Quiero agradecer la presencia entre nosotros de quienes han estado trabajando en este tema, reconocer a los gobiernos de Bélgica, Canadá, Dinamarca, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón, Noruega, Países Bajos, Reino Unido, Suecia, la Unión Europea y muy especialmente a España con el aporte que han prestado a nuestra Organización en este trabajo. Le agradezco mucho este acto y quiero reconocer al Embajador Javier Sancho que ha sido el motor que ha organizado esta actividad y agradecerles a todos su presencia.

Muchas gracias.