Discursos

JOSÉ MIGUEL INSULZA, SECRETARIO GENERAL DE LA ORGANIZACION DE LOS ESTADOS AMERICANOS
REGRESO DE HONDURAS A LA ORGANIZACIÓN ASAMBLEA GENERAL EXTRAORDINARIA

1 de junio de 2011 - Washington, DC


En los organismos internacionales como en la vida, hay días buenos y días malos. Este, sin duda, es uno de los días buenos. Quiero comenzar, entonces, por dar la bienvenida a la Vice-Presidenta María Antonieta Guillen, al Canciller Mario Canahuati, al Ministro Arturo Corrales, y a todos los hondureños y hondureñas, en su regreso al seno de la Organización de los Estados Americanos.

Efectivamente como se ha dicho aquí, han sido 23 meses de mucho trabajo en Honduras. Este es un proceso que empezó la misma mañana que muy temprano despertamos con el anuncio que había un golpe de Estado en marcha en Honduras, y que sin interrupción, se prolongó durante todo este periodo.

Por eso, también quiero felicitar y agradecer al Presidente Juan Manuel Santos y al Presidente Hugo Chávez por la exitosa gestión realizada, y ciertamente felicitar sobre todo a los dos protagonistas: al Presidente Porfirio Lobo y al ex Presidente José Manuel Zelaya, por su grandeza y generosidad al suscribir un acuerdo que pone fin a un periodo tan difícil de la historia de Honduras.

Y no puedo dejar de felicitar a todos nosotros, porque el retorno de Honduras a la OEA, ha sido posible por la unidad y la perseverancia que hemos demostrado a lo largo de estos 23 meses en los que nunca nos dimos por vencidos.

Siempre es doloroso suspender a un país en la organización, porque a ella pertenecemos todos y somos todos iguales. Pero, ese día y los que vinieron, sentimos que estaban en juego principios muy importantes. Esos principios son los que han orientado nuestra acción en todos estos momentos.

Asumimos el principio de la democracia en un proceso que comenzó en 1991 y culminó el 11 de septiembre del 2001 con la suscripción de nuestra Carta Democrática Interamericana.

Ciertamente no podíamos aceptar ninguna explicación para la forma brutal en que fue sacado de la presidencia un gobernante democráticamente electo. Por eso, aunque fue doloroso, procedimos de la manera en que lo hicimos.

Inmediatamente pusimos en juego otros mecanismos, no solamente la suspensión, porque un segundo principio estaba en juego allí también. En español, esta organización se llama Organización de los Estados Americanos, y me gusta ese nombre -no se porque el articulo quedo borrado en las otras lenguas- porque quiere decir que es la organización de todos los Estados de América y nosotros queremos que estén todos aquí.

Por esa razón, al día siguiente del intento frustrado del Presidente Zelaya de volver a su país, me comunique con el Presidente Oscar Arias y le dije que nosotros apoyaríamos su gestión: allí empezó el Acuerdo de San José. Creímos que podía tener éxito y no lo tuvo, pero seguimos trabajando con Misiones de Cancilleres, y con el Acuerdo Guaymuras, en la convicción de que esa vez íbamos a tener éxito.

Pudimos hacer más cosas? Tal vez, pero hay otro principio que también nos rige, no solamente el de la democracia, no solamente el de la inclusión, también el de la no intervención. Ciertamente hubo quienes querían que se hicieran otras cosas en el caso de Honduras, pero predominó entre nosotros la idea de que nuestra acción tenía límites, y por eso nos demoramos más.

Pero sigo pensando que mejor así, porque en un continente de Estados soberanos, cualquier ruptura de esa soberanía provoca daños irreparables que pueden durar mucho tiempo.

Estoy convencido que hoy día podemos estar orgullosos porque hemos respetado nuestros propios principios, hicimos lo que teníamos que hacer, sabiendo los dolores y los problemas que podíamos provocar, y concientes de que esta era una decisión dolorosa, pero respetando los principios en los cuales esta organización se funda.

Se han manifestado algunas preocupaciones, como si este capitulo termina y nadie se va a preocupar de lo que sigue.
En la OEA siempre seguiremos preocupándonos de la democracia y de los derechos humanos y nuestra Comisión Interamericana de Derechos Humanos ciertamente seguirá trabajando en el caso de Honduras como en los casos de todos los países de America, sin excepción.

Nuestros mecanismos de verificación inter-pares –que deberían extenderse a otros aspectos de la Carta Democrática Interamericana- seguirán funcionando. Soy de los que creen que la Carta Democrática Interamericana, como programa democrático de las Américas, esta completo, no necesita ser modificada, pero si creo que podemos aplicarla mucho mejor.
Y a eso esperamos abocarnos en los próximos meses, y en nuestra Asamblea General.

Por ahora solo quiero reiterar que me da una gran alegría la forma en que culmina este día y creo que podemos felicitarnos todos porque ha sido uno de los días buenos que da la vida

Muchas gracias.