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DECLARACIÓN DEL CONSEJO SINDICAL DE ASESORAMIENTO Y LA CONFEDERACIÓN SINDICAL DE TRABAJADORES/AS DE LAS AMÉRICAS SOBRE LA JUVENTUD
DECLARACIÓN DEL CONSEJO SINDICAL DE ASESORAMIENTO (COSATE) Y LA CONFEDERACIÓN SINDICAL DE TRABAJADORES/AS DE LAS AMÉRICAS (CSA) SOBRE LA JUVENTUD

1 de junio de 2008 - Washington, DC


DECLARACIÓN SOBRE LA JUVENTUD

A PROPÓSITO DE LA DECLARACIÓN DE MEDELLÍN:
“JUVENTUD Y VALORES DEMOCRÁTICOS”


Los/as representantes de las organizaciones de trabajadores pertenecientes al Consejo Sindical de Asesoramiento (COSATE) y a la Confederación Sindical de Trabajdores/as de las Américas (CSA), presentamos a los señores ministros de relaciones exteriores el presente documento, en el marco de la XXXVIII Asamblea General de la OEA.


1. La Asamblea General de la OEA se apresta a difundir una Declaración sobre “Juventud y Valores Democráticos”, que concluye solicitando a la Secretaria General profundizar y dar continuidad al Programa Interamericano sobre Educación en Valores y Prácticas Democráticas (aprobado en el 2005), y a desarrollar un sistema regional de información y evaluación sobre el estado de las competencias ciudadanas en ese campo.

En sus fundamentos, la Declaración menciona diversos antecedentes (Cartas, Declaraciones, Simposios, Programas de Acción) de Naciones Unidas y la propia OEA, enfatizando en la Carta Democrática Interamericana, que fomenta una cultura democrática en las nuevas generaciones, para su participación política, social y productiva.

2. La Declaración tiene la virtud de que su énfasis en la cuestión educativa está acompañado por el desarrollo de elementos más generales, que pueden verse como contenidos de esa acción educativa. Por un lado, se reconoce que los/as jóvenes tienen vulnerabilidades que afectan su capacidad para desarrollarse plenamente y desempeñarse como ciudadanos activos, mencionando aspectos tales como la pobreza, la delincuencia en todas sus manifestaciones, la violencia, la drogadicción, la trata de personas, los embarazos precoces, la deserción escolar, el desempleo, la migración irregular y el vih-sida. Por otro, se formula una serie de compromisos, vinculados a aquel diagnóstico:

- garantizar la protección de los derechos fundamentales de los/as jóvenes y avanzar en la promoción de sus derechos económicos, sociales y culturales, vinculados al desarrollo integral, al crecimiento económico con equidad y a la consolidación de la democracia. Se destaca explícitamente el caso de la observancia de los derechos de los/as jóvenes migrantes.
- eliminar cualquier discriminación contra la juventud, mencionándose los criterios de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento, o cualquier otra condición.
- mejorar la calidad y cobertura de los sectores sociales dirigidos a los/as jóvenes, así como programas de prevención integral.
- incorporar los temas relacionados con la juventud como un eje transversal en las acciones y políticas públicas sectoriales.
- vincular a los/as jóvenes en la construcción de lo público, ayudándolos a que contribuyan a la formulación, ejecución y evaluación de las políticas públicas, incluyendo las instancias de concertación y decisión de carácter comunitario y cívico. Se menciona explícitamente la participación de los/as jóvenes líderes pertenecientes a grupos minoritarios.


En el campo del trabajo y la producción, la Declaración impulsa una capacitación que atienda especialmente a la población más vulnerable, para alcanzar la incorporación al mercado laboral, de forma de atender a la demanda de oportunidades de ocupaciones productivas, lo que requiere políticas generadoras de empleo, formación en competencias empresariales y capacitación técnica.

3. Como miembros del Sistema Interamericano de Trabajo, hemos registrado diversos antecedentes surgidos de las Conferencias Interamericanas de Ministros de Trabajo (CIMT) de la OEA sobre esta misma temática, insuficientemente retomados por la nueva Declaración:

A) Los/as jóvenes aparecen mencionados, entre otros grupos poblacionales, al momento de: comprometer políticas de empleo especialmente preocupadas por atender la exigencia fundamental de incorporar a los que buscan empleo (XI CIMT, Santiago, 1998); el desarrollo de planes de acción nacionales sobre el trabajo decente con la asistencia de la OIT, la promoción de la inserción laboral en ocupaciones dignas y productivas, y la generación de ambientes y condiciones de trabajo saludables y seguros (XIII CIMT, Bahía, 2003); el impulso a la coordinación de políticas de igualdad de oportunidades, contra toda forma de discriminación en el empleo y por un acceso equitativo a las oportunidades de trabajo decente para todos los segmentos de nuestras poblaciones” (XIV CIMT, México, 2005).

B) Durante la XV CIMT, celebrada en Puerto España (2007) se introdujo una expresiva referencia sobre los/as jóvenes: “reconocemos que el futuro de nuestros pueblos recae en las manos de nuestra juventud y que existe una ventana de oportunidad para que esta población contribuya al desarrollo de nuestras sociedades. Observamos con preocupación la magnitud del desempleo juvenil, el alto número de jóvenes que no estudian ni trabajan y la precariedad de sus trabajos. Por ello, promoveremos programas y proyectos que mejoren la empleabilidad, la igualdad de oportunidades, la capacidad emprendedora y la creación de empleo para los/as jóvenes, incluyendo a través de la educación, el desarrollo humano integral, la capacitación y formación a lo largo de la vida que atiendan los requisitos del mercado de trabajo. Asimismo, redoblaremos nuestros esfuerzos para lograr el compromiso de la Cuarta Cumbre de las Américas de reducir el desempleo juvenil y disminuir significativamente el porcentaje de jóvenes que no estudian ni trabajan”.

De lo anterior se destaca, la identificación de la problemática juvenil con el trabajo precario, que no se profundiza en el actual proyecto de Declaración. Lo mismo puede decirse de los/as trabajadores/as de la economía informal y en las micro y pequeñas empresas que son grupos tradicionalmente mencionados y que siguiendo la técnica de la Declaración, pueden considerarse transversales a la juventud. Este enfoque permite afirmar entonces que la informalización y precarización del empleo, fundamentalmente las condiciones de contratación, subcontratación, terciarización y su temporalidad (inestabilidad y estacionalidad) hace que la línea que separa el empleo real del desempleo se desdibuje, con un impacto dramático en los/as jóvenes que acceden a sus primeros trabajos. Por esta vía, puede entonces colocarse el trabajo decente en el centro del análisis, discusión y propuestas de políticas activas de empleo juvenil, por parte de los Estados. Cabe destacar que COSATE y CEATAL reiteraron su compromiso con la promoción de los principios del trabajo decente en su Declaración conjunta, adoptada en el marco de la XV CIMT (Trinidad y Tobago, 2007).

4. El sindicalismo de las Américas, en la ultima década ha desarrollado un trabajo sostenido para contribuir a mejorar las condiciones de vida y trabajo de los/as jóvenes.

En la Plataforma Laboral de las Américas, presentada a la IV Cumbre de las Américas (Mar del Plata, noviembre 2005) hay un punto específico referido a “Empleo para jóvenes”, que acompaña el enfoque de la OEA, al plantear que “deben ponerse en marcha programas de Empleo Juvenil que garanticen y contemplen todos los derechos para los/as jóvenes. Estas políticas deben asegurar la eliminación de prácticas de rotación laboral juvenil, precarización de las relaciones laborales y/o sustitución de adultos por jóvenes en los puestos de trabajo existentes. Estas medidas específicas deben propender a la inserción en el mundo de trabajo de las nuevas generaciones, asegurar las oportunidades de calificación social y profesional de los/as jóvenes, y la participación social para el ejercicio de los derechos humanos, políticos, sociales y sindicales”.

Recientemente, en el Congreso fundacional de la Confederación Sindical de Trabajadores/as de las Américas (CSA), se reafirman los compromisos con la juventud de las Américas a través del programa de acción y del Comité Continental de la Juventud trabajadora, enfatizando los valores de la democracia (equidad, participación, inclusión), el empleo juvenil con derechos laborales, sindicales y protección social.

Por tanto, la CSA se compromete a empoderar a la Juventud Trabajadora como sujeto social y sindical, que tenga pleno ejercicio de sus derechos políticos, laborales y sociales. En este sentido, el movimiento sindical y la juventud trabajadora se necesitan mutuamente: para potenciar sus capacidades reivindicativas y el sindicalismo para fortalecerse y responder desde una cultura organizativa que refleje las necesidades de toda la clase trabajadora actual”.

Por todo lo anterior, solicitamos muy respetuosamente sean considerados en la Declaración a ser adoptada por la XXXVIII Asamblea General de la OEA, los siguientes aportes:

• Es necesario el diseño y la implementación de políticas nacionales de generación de primer empleo, fundamentadas en el trabajo decente para una vida digna y construidas en un escenario de concertación a través de diálogo social tripartito, donde la precaridad, la tercerización y demás formas de flexibilización laboral no sean contempladas como parámetros que orientan dichas políticas.

• En los párrafos referidos al respeto de los derechos humanos, desarrollar el tema de los derechos sindicales y laborales fundamentales, en especial al ejercicio a la libertad sindical y negociación colectiva, y su efectiva aplicación. Lo que permite y facilita la incorporación de los/as jóvenes al movimiento sindical, como protagonistas claves de los procesos democráticos de nuestros países, y en la reivindicación de sus derechos como trabajadores/as.

• La educación y la formación profesional y técnica efectivamente son elementos esenciales para el acceso a empleos de calidad, pero son totalmente insuficientes si no se acompañan de políticas activas de empleo a nivel nacional y sectorial (urbanas y rurales).

• Enfatizar en la importancia y necesidad de la implementación de la Agenda Hemisférica de Trabajo Decente adoptada por los Estados (Brasilia, mayo 2006).

Finalmente consideramos que la representación colectiva de los/as trabajadores/as es imprescindible para la democracia, la consolidación de los valores democráticos y la participación de los/as jóvenes en la sociedad. El sindicalismo está comprometido con impulsar y fortalecer dicha participación. Esta perspectiva requiere además que los Estados corrijan los severos problemas que se mantienen en varios países en cuanto a la vigencia de los derechos de libertad sindical y negociación colectiva, desde el contenido de las normas y desde su efectiva aplicación.