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DELEGACIÓN DE COLOMBIA
PALABRAS DEL JEFE DE DELEGACIÓN DE COLOMBIA SOBRE JUVENTUD Y VALORES DEMOCRÁTICOS

2 de junio de 2008 - Medellín, Colombia


PALABRAS DEL JEFE DE DELEGACIÓN DE COLOMBIA SOBRE JUVENTUD Y VALORES DEMOCRÁTICOS

Centro de Convenciones Plaza Mayor, Medellín, 2 de junio de 2008

Quiero ante todo manifestar la gratitud del Gobierno y del pueblo de Colombia por las palabras de solidaridad por las terribles consecuencias de la ola invernal y las expresiones de reconocimiento por los esfuerzos que autoridades municipales, departamentales y nacionales, de la mano de la Secretaría General y la Secretaría General Adjunta de la OEA, hemos llevado a cabo para la realización de esta Asamblea General.

Hace nueve meses, el Gobierno de Colombia inició con gran entusiasmo los preparativos para la celebración exitosa de esta Asamblea General de la OEA. Como país anfitrión, una de nuestras labores consistió en identificar una temática de oportuna y relevante reflexión hemisférica en el marco de este espacio de diálogo político, entre las más altas autoridades de la diplomacia interamericana.

Fueron varias las opciones que analizamos y consultamos con autoridades y funcionarios de Gobierno, Ex Cancilleres, académicos, líderes políticos, así como con representantes de la OEA.

Con el claro convencimiento de que la conmemoración del 60 aniversario de la carta constitutiva de la OEA en 2008, representa una oportunidad para resaltar las fortalezas y mayores contribuciones de la Organización al Continente, para que sobre ellas, empezáramos a construir la visión de lo que esperamos nuestra organización logre y represente en las próximas décadas.

Es así como el Gobierno de Colombia se permitió sugerir a la Organización de los Estados Americanos, que la Asamblea General en 2008 abordara como tema central: Juventud y Valores Democráticos. Temática en la cual confluyen, por una parte, la promoción de la democracia, pilar sobre el cual se ha fortalecido nuestra comunidad e institucionalidad interamericana, y por otra, los jóvenes, quienes son y serán los encargados de liderar con este legado, el progreso, integración y bienestar de nuestros pueblos.
Para llevar a cabo esta misión, Colombia cree firmemente en que la construcción de valores, competencias y habilidades para la vida en democracia de los jóvenes de las Américas, es esencial para su efectiva y positiva inserción en los ámbitos político, social y productivo de cada uno de nuestros países.

Acoger el tema de la juventud y los valores democráticos significa proyectar hacia futuro el espíritu de la Carta Democrática Interamericana, uno de los mayores baluartes de nuestro Hemisferio y sobre el cual se formuló el borrador de la Declaración de Medellín, puesto a consideración de los Estados Miembros de la OEA desde el pasado mes de febrero para su enriquecimiento y concertación.

De esta manera, la Declaración proyecta compromisos, principios y lineamientos de política frente a la juventud, fundamentados en la democracia como un derecho y una obligación de y para todos; la ciudadanía ética y responsable; el respeto a los derechos humanos y las libertades fundamentales; la transparencia de las actividades gubernamentales; la participación ciudadana; el derecho al trabajo; el desarrollo económico y social, la educación de calidad para todos, y el respeto al medio ambiente.

Para Colombia ha sido muy grato registrar el entusiasmo e interés con el que la OEA y los Gobiernos que ustedes dignamente representan, han acogido y promovido esta iniciativa. Las nutridas discusiones que se desarrollaron en la negociación del texto de la Declaración en el seno de la OEA, así como la presencia de las más altas autoridades de relaciones exteriores del continente en este recinto, es una demostración del compromiso de nuestros gobiernos con el diseño y ejecución de políticas destinadas a mejorar la calidad de vida de los jóvenes ciudadanos.

La Declaración de Medellín plantea el compromiso de los Gobiernos de promover la activa participación de los jóvenes en la construcción de lo público, mediante incentivos y garantías, la provisión de instancias de concertación y decisión de carácter comunitario y cívico, tales como actividades de voluntariado social, veedurías ciudadanas de procesos electorales, ejecución presupuestaria y la formulación e implementación de políticas públicas, incluidas las de protección del medio ambiente.
Señoras y Señores Cancilleres y Jefes de Delegación,

No obstante sus potencialidades, la juventud es una población que se enfrenta situaciones de vulnerabilidad. En ausencia de un entorno propicio para su adecuado desarrollo, son enormes los riesgos que se plantean. ¿Cómo es posible ofrecer oportunidades de educación, formación para el trabajo, emprendimiento y participación política a las nuevas generaciones, si persisten los fenómenos de violencia intrafamiliar, narcotráfico y pandillismo? ¿Cómo poner en marcha estrategias para el desarrollo integral sin hacer consciencia de que los jóvenes de nuestros países pueden convertirse en víctimas o victimarios si las condiciones de seguridad que ofrece el Estado no logran prevenir y protegerlos de estos inminentes riesgos?

La delincuencia y la drogadicción vinculadas al problema mundial de las drogas y sus delitos conexos; la migración irregular dada por la inexistencia de oportunidades de empleo; los embarazos precoces producto de una inadecuada educación en derechos sexuales y reproductivos; la deserción escolar, en muchas ocasiones generada por la pobreza, afectan la capacidad de los jóvenes para desarrollarse plenamente y desempeñarse como ciudadanos activos.

Los gobiernos, por tanto, debemos atender la necesidad imperiosa de establecer unas condiciones mínimas, que constituyan la base para un desarrollo viable. Actuemos, por tanto, de manera mancomunada, contra el delito del narcotráfico. Hagamos efectivo el principio de responsabilidad compartida. Trabajemos de la mano por la prevención de la delincuencia juvenil, el tráfico de armas y la trata de personas.


En Colombia, por lo demás, nos enfrentamos al desafío adicional de proteger a nuestros jóvenes de los actos terroristas, incluidas las minas anti-personal plantadas por los grupos armados ilegales, de prevenir su reclutamiento por parte de los grupos armados ilegales y su desplazamiento interno por las acciones y presiones de los violentos, y de lograr la adecuada reintegración económica y social de aquéllos que fueron víctimas del reclutamiento forzado por parte de estos grupos. Como lo expresaran el Presidente de la República, Álvaro Uribe Vélez, el Canciller Araújo y las diferentes autoridades gubernamentales que han intervenido en los encuentros previos y durante el desarrollo de esta Asamblea, son muchos los retos que mi país debe aún superar para que en las décadas que están por venir los jóvenes de hoy no tengan que conocer de las dificultades que vivieron sus padres y abuelos.

Partiendo de condiciones adversas y con los enormes retos que aún quedan por delante, mi país ha logrado avances positivos que espera poder compartir con la región americana.
Colombia cuenta con una Política Nacional de Juventud, coordinada y promovida por el Programa Presidencial Colombia Joven, y cuyo objetivo es servir de marco estratégico para “orientar y fomentar la cooperación entre las entidades del Estado, la sociedad civil y el sector privado, con miras al desarrollo de capacidades en los jóvenes que les permitan asumir la vida de manera responsable y autónoma”.

Otros programas han sido diseñados y ejecutados por diferentes entidades del Gobierno colombiano.

Con el apoyo de la OEA, el Ministerio de Educación Nacional, ha desarrollado un programa de Competencias Ciudadanas, el cual tiene como fin formar a los ciudadanos en valores, propender por una mejor convivencia, una mayor participación y por la valoración de las diferencias y de las identidades. Así mismo, ha puesto en marcha el programa de Educación en Valores Democráticos que ha sido acogido por la Organización.

El Ministerio de Cultura promueve el programa Reencuentro con las Entidades Juveniles con el cual se le enseña a través de talleres de educación no formal, oficios que pueden desempeñar.

El Servicio Nacional de Aprendizaje, SENA, ofrece formación vocacional en áreas técnicas y tecnológicas. Durante los últimos años esta institución ha ampliado sus servicios y se ha convertido en una herramienta robusta, en capacidad incluso de ofrecer cooperación técnica a aquéllos países que consideren de interés compartir la experiencia que Colombia considera exitosa para la vinculación laboral de los jóvenes. Lo mismo podemos decir del modelo de microcrédito y bancarización que fue mencionado por el Presidente Álvaro Uribe en días pasados, la Banca de Oportunidades para el fomento del emprendimiento de la juventud.

Deseo en nombre del Gobierno Nacional reiterar nuestra disposición a establecer canales de cooperación en materia de educación y formación, pero también en temas de seguridad y prevención, compartir nuestros logros y aprender de las experiencias de sus países, y de esta manera aunar esfuerzos en la construcción de un mejor futuro para nuestros jóvenes.

En este orden, Colombia ha convocado a una cumbre regional que se llevará a cabo los días 30 y 31 de julio y 1 de agosto, a fin de que los países que compartimos la Cuenca del Caribe exploremos vías para estrechar nuestra cooperación en la lucha contra el problema mundial de las drogas.
Asimismo, hemos expresado el gran interés que nos asiste de albergar durante el segundo semestre de 2009, la Segunda conferencia de Revisión de la Convención de Ottawa. Aprovecho este escenario para agradecer muy especialmente a los Estados parte de la Convención que nos ha ofrecido su respaldo y su apoyo a nuestra candidatura.

Señores y señoras Cancilleres, Jefes de Delegación,

La democracia está estrechamente vinculada a la confianza de los ciudadanos, y en este contexto, de los jóvenes, en las instituciones y las autoridades públicas que los representan. Esta confianza se construye y fortalece mediante la transparencia de las acciones de los gobiernos elegidos democráticamente frente a la gestión de los recursos y activos públicos, la ejecución de políticas y programas de gobierno, la prestación de los servicios, así como frente a los compromisos asumidos por los Estados en sus relaciones bilaterales y en los escenarios multilaterales.
Hoy, los jóvenes de Colombia cuentan con un gobierno que realiza ingentes esfuerzos para asegurar desde la democracia, las libertades individuales y la garantía del respeto de los derechos humanos, la confianza en sus instituciones y en el futuro y desarrollo de nuestro país. Cientos de jóvenes colombianos preparados y emprendedores, que habían emigrado a finales de la década de los noventa para escapar de la crisis económica y de la inseguridad y violencia generada por los grupos al margen de la ley, han decidido regresar al país gracias los resultados positivos de la recuperación de la seguridad desde la democracia, la confianzas inversionista con responsabilidad social empresarial, y la cohesión social con libertades individuales.
No quiero finalizar sin expresar la preocupación mundial que Colombia comparte por la crisis alimentaria, cuyas causas son de diversa índole.
Creemos que es importante que ante la posibilidad que algunos de los países del hemisferio, particularmente los más vulnerables, se vean seriamente afectados, se activen los mecanismos multilaterales y bilaterales de cooperación en materia de asistencia para responder con prontitud.
Colombia considera importante que la Organización de los Estados Americanos haga un seguimiento a las propuestas de acciones y a los mecanismos que sobre la crisis alimentaria mundial realizan los organismos multilaterales competentes.
El Estado colombiano comparte con la OEA una identidad de propósitos representados en su tradición democrática, pacifista y apegada al derecho internacional. Son estos valores, tan caros para los pueblos dignamente representados por Ustedes en este recinto, los que deberán ser perpetuados por las nuevas generaciones.

Muchas gracias.