Discursos

EMBAJADOR FERNANDO DE LA FLOR A., REPRESENTANTE PERMANENTE DEL PERU ANTE LA OEA
INTERVENCION DEL EMBAJADOR FERNANDO DE LA FLOR A., EN EL CONSEJO PERMANENTE DE LA O.E.A. RESPECTO DE LA DECLARACION DE PRINCIPIOS DEL PERU SOBRE EL DESARROLLO DE SU PROCESO ELECTORAL

3 de mayo de 2006 - Washington, DC


Señor Presidente:

El miércoles 12 de abril, este Consejo Permanente tuvo a bien recibir, en sesión protocolar, al Presidente de la República del Perú, doctor Alejandro Toledo, quien, entre otras cosas, vino especialmente a agradecer a nuestra Organización los esfuerzos deplegados para la consolidación de la transición democrática y, al mismo tiempo, para reconocer el acompañamiento de la Misión de Observación Electoral (MOE) que la O.E.A., a pedido del gobierno peruano, envío para la primera vuelta de las elecciones nacionales realizadas el 9 de abril pasado.

En la última sesión ordinaria de este Consejo Permanente recibimos el primer informe del doctor Lloyd Axworthy, ex Canciller de Canadá, quien como Jefe de la M.O.E. para el Perú, presentó su impresiones acerca del desarrollo del proceso electoral peruano. Señaló, en síntesis, que las elecciones del 9 de abril en el Perú habían sido justas, transparentes y, en consecuencia, reflejaban la voluntad ciudadana libre y democráticamente expresada en las urnas.

Hubo varias intervenciones de algunos distinguidos Embajadores de este Consejo, destacando la limpieza de las elecciones en mi país, así como la indeclinable voluntad democrática del pueblo peruano, felicitándolo por su comportamiento.

Incluso nuestro Secretario General, tuvo palabras de elogio en obsequio del proceso electoral peruano. Recordemos que se habló de fiesta democrática.

De pronto, cuando la autoridad electoral del Perú está a punto de dar a conocer los resultados oficiales de las elecciones y señalar, de conformidad con la ley, qué candidatos tendrán que participar en una segunda vuelta, surge una intromisión externa flagrante, sin antecedentes, en un asunto de exclusiva competencia de los peruanos.

Sobre este tema, permítame, señor Presidente, hablar claro y firme. Como diría un ilustre pensador peruano del siglo pasado, la gravedad de los hechos exige que rompamos el pacto infame de hablar a media voz.

Los días 28 y 29 de abril pasados, el Presidente de Venezuela, Hugo Chávez Frías, ha hecho declaraciones públicas con relación al proceso electoral peruano, que constituyen una inaceptable y reiterada intromisión en un asunto de exclusiva competencia del Perú, como es la elección de sus autoridades políticas.

No es del caso detallar ahora los agravios y las altisonantes expresiones utilizadas, las cuales por su amplia cobertura mediática no deben escapar al conocimiento de todos quienes estamos alrededor de esta mesa.

Lo que sí es fundamental denunciar ante este foro hemisférico es el hecho mismo de la participación, directa, flagrante y sin atenuantes, de un Jefe de Estado de un país ajeno al Perú, quien en un hecho absolutamente inusual en las relaciones internacionales, intenta orientar el voto de los electores, violando abiertamente el principio de no intervención en asuntos internos.

El principio de no intervención consiste en la obligación de los Estados de no inmiscuirse, directa ni indirectamente, en los asuntos internos o externos de otro con el propósito de modificar la voluntad de este último y lograr que subordine el ejercicio de sus derechos soberanos.

Como es natural, el Perú, como país cuya dignidad y soberanía nadie puede ni desafiar ni poner en duda, ante esta nueva intromisión del señor Chávez, ha expresado su enérgica protesta al gobierno de Venezuela mediante una nota diplomática y, posteriormente, ha procedido a retirar al Embajador peruano de Caracas. Igualmente, el gobierno peruano ha procedido a presentar una protesta formal ante la Misión de Observación Electoral de la O.E.A., que preside el ex Canciller Axworthy, respecto de la cual esperamos oportuno pronunciamiento.

El artículo 3, inciso (e) de la Carta Fundacional de nuestra Organización, dice que todo Estado tiene derecho a elegir, sin injerencias externas, su sistema político y tiene el deber de no intervenir en los asuntos de otro Estado. El artículo 19 de la misma Carta de la O.E.A. se pronuncia en igual sentido.

Vale la pena destacar que iguales principios están contenidos por el artículo 2.7 de la Carta de las Naciones Unidas, de la cual todos los países aquí representados somos signatarios.

Se trata, señor Presidente, de compromisos solemnes, vinculantes, obligatorios, de todos los Estados reunidos en esta Sala; de todos, sin ninguna excepción.

Nadie debe, ni tiene derecho, a vulnerar tales principios, especialmente aquellos que convocan la soberanía nacional y el de no intervención en asuntos internos de un Estado. Afectarlos, incumplirlos, violarlos, señor Presidente, resulta francamente inaceptable.

Por ello es que a través de esta declaración, mi delegación denuncia la impropia como censurable intromisión del Presidente Chávez, de Venezuela, en asuntos de competencia exclusiva del Perú, como es la elección, democrática y libremente, de sus autoridades políticas nacionales.

Una reflexión adicional, señor Presidente: durante este año 2006 se vienen realizando y se llevarán a cabo varios procesos electorales en diversos países de nuestro hemisferio. Actualmente se están efectuando elecciones en el Perú. Próximamente se harán en Colombia, en México, en Nicaragua, en Brazil, en Ecuador, entre otros países hermanos.

Si es que no tenemos perfectamente establecido que la no intervención y la soberanía nacional constituyen principios de ineludible cumplimiento de nuestros Estados, ninguno de tales países y de quienes en lo sucesivo organicen sus elecciones para renovar democráticamente a sus autoridades, estará libre de sorpresivas, insólitas e indeseadas intromisiones como las que se han producido en mi país, el Perú.

De allí entonces, la gravedad y la trascendencia de la presente denuncia, la cual no podemos dejar pasar inadvertida, ni tratarla eliptícamente.

La democracia, ese sistema de convivencia caracterizado en la Carta Democrática Interamericana, que tanto nos está costando en nuestro hemisferio consolidar para beneficio de nuestros pueblos, puede nuevamente entrar en serias dificultades si es que se permiten o prosperan actitudes como las que motivan la presente intervención.

Concluyo, señor Presidente, manifestando que el Perú ratifica su firme compromiso interamericano, su indeclinable vocación democrática, su irrestricto respeto al derecho internacional y a los principos que lo sustentan y, al mismo tiempo, destaca su dignidad, su soberanía y su independencia para adoptar sus propias decisiones con arreglo a las normas de convivencia universalmente aceptadas.

Muchas gracias